Partida Rol por web

Walter llega hasta Billy y los otros dos por medio de un impacto de bala que en definitiva solo lo empuja hacia adelante, donde cae en el sitio que inmediatamente será su refugio. Allí, aun conmocionado levemente, devuelve el fuego contra el enemigo más próximo, que es un soldado a cubierto detrás de un árbol. El oponente es herido en el hombro, sobre la clavícula.

Billy respira aliviado por no morir por la lluvia de balas y luego de animar a Walter realiza tres disparos rápidos contra Charles, acertando tan solo el primer disparo. Solo que ese disparo hiere la garganta del soldado y este se derrumba en un rio de sangre.

En respuesta los demás soldados de su unidad devuelven el fuego contra Walter y Franklyn sin éxito, pues dos de ellos con heridas serias no logran apuntar certeramente. Un par retroceden buscando cobertura y tumbándose al suelo mientras que uno de ellos arroja una granada contra Frank, Brann y Boris.

Luego de la explosión de la granada, con la nube de nieve resultante, los últimos dos disparan contra los blancos visibles, siendo Tala y Mike los objetivos. Pero la distancia y la cobertura de estos juegan a su favor porque los disparos fallan.

Brannagh poco antes de la explosión de la granada dispara con su Colt, hiriendo a uno de los oponentes seriamente. No lo suficiente para derribarlo pero lo necesario para que sus próximos ataques sean ineficaces.

En ese momento también Franklyn también abre fuego con su Thommy gun, hiriendo a otro en el bajo vientre y obligando que cese en su ataque.

Boris, quien aparentemente había sido herido momentos atrás, devuelve el fuego contra su oponente y le provoca una herida mortal. Con esto el soldado de blanco es derribado para rodar algunos metros colina abajo.

Mike, nuevamente sorprendido por la acción de combate, dispara salvajemente en dirección a la posición donde antes estaba Charles e hiriendo de consideración al enemigo que estaba cuerpo a tierra.

A continuación, un disparo lejano e indistinguible, hiere gravemente al enemigo que había arrojado la granada, obligándolo a buscar cobertura para detener la hemorragia. Halcón, desde su distancia, comienza a dar cuenta de los enemigos que pese a llevar uniformes aliados por algún motivo pelean a muerte con sus compañeros. “Espías” es lo primero que viene a su mente mientras apunta nuevamente…

Finalmente otro ataque por sorpresa cierra esa pequeña fracción de tiempo. Marcus, aun desde el suelo, levanta su Thompson y vacía su cargador contra todos los enemigos trazando un arco frente a él. De esta forma el centurión aniquila a cuatro enemigos. Algunos de ellos habían sido heridos pero el último ataque es letal.

Sire, recuerda que tengo 2 de cosas de esas de "defensor".

Franklyn seguía parapetado detrás de su árbol. Una cobertura frágil, pero que había cumplido su cometido. Lo supo cuando varias astillas le llovieron encima luego de que una bala impactara muy cerca.

-Que, cuatroojos, ya no se te ve tan verborreico ¿eh?-dijo Frank al observar como Charles caía con un disparo en el cuello-Vamos, habéis perdido a seis de los vuestros. Es vuestra última oportunidad para rendiros. Sed buenos y solo os interrogaremos, os quitaremos las armas y os dejaremos marchar

Detuvo el fuego por un momento a ver si se rendían.

Cuando el polvo de la granada se asienta Walter ordena el alto el fuego. Ha tenido la misma idea que Franklyn... y cree que es su deber intentar salvar vidas, las de cualquiera.

-¡Cesad el fuego! -repite.

Y luego en un impecable alemán conmina a los dos soldados supervivientes a tirar las armas.

-¡Soltad las armas y salid con los brazos en alto! No tenéis escapatoria. No más muertes.

Cerré los ojos momentaneamente. Satisfecho. No tenía esperanza en abatir a nadie desde tanta distancia. Como mucho, ralentizar a alguno o provocar que tuvieran que echarse a tierra y darle algo de tiempo a mis compañeros de ponerse a cubierto. Pero, cosas de la vida, acerté al propio Charles en mitad del cuello. Un disparo le descerrajó la mitad de la tráquea, saltando trozos de carne y hueso por doquier.

Luego, el cuerpo cayó a plomo. Los siguientes disparos los hice casi sin pensar, tratando de alcanzar a algún otro. Lástima que se perdieran en la lejanía, no sobraban las balas.

Me concentré un momento y volví a apoyar el rifle en la roca, dispuesto a seguir repartiendo muerte entre esos falsos americanos...

Entonces, oí a Franklyn tratar de convencerlos para que se rindieran. Negué con la cabeza, dispuesto a pasarme por el forro su vano intento, pero cuando Sanderson se sumó a la iniciativa no pude apretar el gatillo. Era quien estaba al mando y... que carajo. Si él decía que alto el fuego, pues alto el fuego y punto.

Si, señor...

Susurré, mientras ponía el seguro al rifle y me mantenía en posición. Por si acaso.

Walter, ¿estás herido? ¿es importante? - le pregunté, pues en el silencio que se formó después de la brutal y breve escaramuza se podían oír las gotas de sangre cayendo sobre la nieve.

Me eché la carabina a la espalda y me acerqué, tratando de ver su herida. Bien, la bala solo le ha rozado. Un trozo de carne que habrá salido volando, desintegrada. Por lo demás, parece una herida limpia. Nada que un poco de desinfectante no pueda curar.

Quieto, esto va a doler - le dije, con una gran sonrisa mientras le aplicaba un poco de ungüento y una gasa aséptica.

Quien cura a un doctor... cien años de perdón... ¿no? Ala, listo.

Y agarré de nuevo el rifle dispuesto a lo que sea.

Unos estaría muy atentos a ayudar a los demás, pero Brannagh no podía dejar de apuntar a los enemigos. Ni quería ni podía. Aún no habían tirado sus armas, y cuando lo hicieran... a parte de tener armas nuevas, a ver como se lo montaban con unos prisioneros, para cumplir una misión.

A pesar de haber esquivado la granada que ha lanzado uno de los soldados, la explosión me aturde y me lanza unos metros hacia atrás y quedo tendido en el suelo, con un pitido en los oídos y la visión borrosa pero los fogonazos de las armas del resto disparar contra el enemigo y gruño de dolor a pesar de seguir vivo. 

Mike estaba escondido detrás de la roca pero asomado ligeramente y apuntando con su fusil dispuesto a seguir disparando. Aunque había oído la orden de Walter, y la acataría, no bajó su fusil. No confiaba en que aquellos soldados parasen la ofensiva.

Billi decidió ir a socorrer al doctor, mientras Mike comprobó que no habían amenazas siempre dispuesto a apretar el gatillo. No estaba del todo seguro pero le parecía que debían quedar un par de soldados en pie y apuntó hacia donde creía que se encontrarían los enemigos supervivientes.

Steve no sabía bien que estaba sucediendo, estaba demasiado lejos para escuchar algo más que los disparos y a través del visor de su rifle no podía ver la escena completa.

Tan solo sabía que sus compañeros estaban recibiendo fuego amigo o como casi de esperar de traidores o nazis disfrazados.

El disparo del francotirador había dado en uno de los blancos cuando algo pareció suceder, sus compañeros parecían intentar un alto el fuego o algo similar pues cesaron en la respuesta de fuego.

Halcón se preparó nuevamente tomando unos segundos apuntando por si alguno de esos malnacido hacían ademán de disparar

Todo sucede muy rápido. En cuestión de segundos la muerte pasa factura del encuentro…

La granada que explota con fuerza envía lejos a Boris, Brannagh y se ensaña especialmente con Franklyn quien apenas se da cuenta de ello. Siendo este ultimo el único de los tres en permanecer en el suelo, quizás aun aturdido o tal vez muerto. Y allí permanece, boca abajo detrás de un tronco nevado.

Los otros dos se incorporan como les es posible y luchan por quitarse el aturdimiento pronto para continuar luchando.  Hasta que Walter literalmente ordena a los enemigos que depongan sus armas y se rindan. Esa situación es provechosa para Billy y su asistencia de primeros auxilios con el Doc. Tan solo Mike permanece expectante, con su arma preparada para escupir plomo en caso de continuar con la balacera.

Y quedando tan solo dos soldados de la unidad de Charles en pie, heridos y sobrepasados en número. Sin pensarlo demasiado y aprovechando la cobertura disponible arrojan sus armas y huyen tan rápido como les es posible colina abajo con la intensión de llegar a los lindes del otro bosque.

Uno casi lo logra, que por medio de enormes zancadas pronto obtiene una distancia significativa. Solo que un disparo en la distancia lo derriba en un instante.

El otro, no tan próximo al bosque, no llegará muy lejos porque un rastro de sangre delata su pobre estado de salud. Siempre y cuando otro disparo no termine con su sufrimiento.

Randall, que había caído de espaldas de repente reacciona, volviendo en sí, para descubrirse en el suelo y en medio de un charco de sangre que no para de crecer y teñir la nieve a su alrededor.

El hombre de familia intenta levantarse pero le es imposible. En su lugar solo logra entrar en pánico cuando el dolor invade su cuerpo en sendas oleadas junto al frio del entorno. Su rostro pálido y la sangre en su boca anticipa algo mucho peor.

-N…no…así no… - masculla apenas sin fuerza y apenas alzando las manos en todas direcciones. En vano busca a sus compañeros pues su visión deja mucho que desear.

-Perra negra -maldice el doctor al ver cómo echan a correr los dos alemanes, por encima del hombro de Billy, que se ha acercado a comprobar sus heridas (parece que nada serio, la Parca ha pasado de largo). Apretando los dientes da una orden innecesaria, pero la da de todos modos, que caiga sobre su conciencia. Él ha intentado salvarlos, él los condena.

-Sanders -confía en que el especialista no ha bajado la guardia- que no escapen.

***

Luego se reclina y deja que Billy termine.

-Gracias, Billy -dice Walter palpando el vendaje, asegurándose de que esté bien tirante y ajustándolo un poco, como todo buen doctor es mal paciente-. Estoy bien.

Después...

El tio huía como buen perro que era ... pero el odio que corría por el interior de Brannagh, sobre todo por el ardor que le corría de la pierna. No manamba mucha sangre, pero el pantalón estaba desgarrado y tenía algo incrustado en el muslo. Entre odio por estos traidores, el odio por el dolor de la herida, y el odio porque encima, en lugar de rendirse quería escaparse, sólo faltaba que lo consiguiera. El casi irlandés tiró por él, y nada más llegar a su altura le sacudió con todas sus fuerzas en la nucha con la propia base de la culata de la pistola. La ostia fue todo lo fuerte que pudo. Pero no se conformón con eso. Tras el primer golpe le sacudió otro en el mismo sitio.

- Tú no te vas muy lejós.

Y siguió dándole guantazos, mano abierta, casporrazo con la pistola, hasta que le dejase de doler la pierna. Uno tras otros, uno tras otro, uno tras ...

- Maldito traidor. El irlandés no sabía aún que no eran traidores, sino espias, vestidos como ellos. Infiltrados. Para él eran traidores.

Aquel rifle era como un violín en manos de Steve, el pequeño humo que desprendía el cañón avisaba de que su letal carga había salido en busca de su objetivo, tras apenas un suspiro uno de los hombres cayó inerte al suelo.  Sin quitar la vista de su visor, Sanders volvió a accionar el mecanismo que pasaba una bala a la recamará en una ceremonia que el francotirador dominaba a la percepción.

Al parecer el combate había acabado en victoria si es que se podía llamar así al ver el estado de sus compañeros, uno de los atacantes emprendió la huida lo cual podía traer nuevos problemas si la llevaba a cabo.  El corazón del Halcón latía tranquilo al igual que su respiración su punto de mira buscaba a su nueva presa cuyo pánico se había adueñado de sus piernas.

La mira fijo el blanco mientras Steve sentía la ligera brisa en su nuca avisándole del pequeño desvío que sufriría su embajadora al ser disparada.  Una vez su instinto se sintió cómodo con la disposición accionó el telón de fondo que marcaba el fín.

Franklyn salta por los aires cuando intenta eludir el impacto de la granada con escaso éxito. Varias esquirlas de metralla muerden su piel y su carne causándole heridas por todo el cuerpo, haciéndole caer exhausto. La oscuridad le invade mientras sigue oyendo el ruido de disparos a su alrededor, hasta que pierde la consciencia. 

-M...maldicho cuatroojos...

No lo esperaba...

Ahí estaba yo, curando a nuestro sanitario mientras esperaba a ver en que quedaba todo con los dos tipos esos. No era partidario de dejarlos con vida, en el mejor de los casos nos crearían un problema logístico. No podíamos actuar como lo hacían los alemanes, los nuestros que estuvieran prisioneros podrían pagar las consecuencias. Así que habría que mantenerlos vivos, curarlos, darles de comer, etc. Y todo eso, en territorio enemigo, era poco menos que imprudente.

Pero, yo no estaba al mando. Hombres más capacitados que yo tomaban ese tipo de decisiones. A mi solo tenían que decirme, dispara, y disparo. Corre, y corro. Soy un tipo simple.

Y a pesar de mis reticencias, no lo esperaba.

Los dos tipos echaron a correr, soltando sus armas. Solo me dio tiempo a decir un "hostia puta" cuando ya se perdieron de mi línea de visión. Oí algunos disparos errados... y  luego un zumbido. Sin duda nuestro Halcón había dado buena cuenta de esa rata que huía.

Y como dejaron de oírse disparos, supuse que ya no había amenaza. Y mis dudas sobre si hacer o no prisioneros quedaban contestadas. Ahora solo quedaba registrar los cuerpos, a ver que podíamos averiguar.