Partida Rol por web

En su breve letargo, Franklyn sintió una luz celestial y un calor que le emabargaba por completo. De pronto, la consciencia volvió a él y si no por completo, al menos el dolor le resultó algo más soportable. Contra todo pronóstico estaba vivo. Se levantó del suelo y miró a su alrededor. Parecía que la refriega había terminado.
 

-No os preocupéis por mí ¿eh? Estoy bien. 

A pesar de la chanza, se veía que el estado de Frank era lamentable. Sonrió al ver que Charles no había tenido tanta suerte como él y se dedicó a registrar al resto de los caídos. Quizá encontrasen algo que delatase qué es lo que pretendían o quién los enviaba.

Un último estruendo del rifle de Halcón marca el fin de la contienda, al derribar en un disparo increíble al último enemigo que huía en dirección al bosque. Con este acto el desafortunado encuentro llega a su fin.

Para ese entonces el doctor atiende rápidamente las heridas de sus compañeros, que de no ser por la habilidad del sanitario y el regalo celestial de Tyrael no habrían logrado sobrevivir a sus heridas.

Solo que las heridas de Randall son peores que su actual aspecto. Varias heridas de bala han dado en los órganos vitales y solo una sala de cirugía, completamente equipada y con personal disponible, sería una ínfima posibilidad de salvación para el profesor de la zona agraria de Virginia.  

Pese a eso Walter permanece a su lado.

El resto, sin contemplar a su compañero de andanzas, se dedica a otra cosa. Por ejemplo a saquear a los muertos y maldecir…

Marcus, quien había sido acribillado junto a Randall, se incorpora sin heridas aparentes. Solo sus ropas agujereadas y manchadas de sangre recuerdan que había sido herido por breves instantes.

De todos los presentes, él, Randall y Walter junto a Billy son los miembros más antiguos de la unidad. Desde antes del desembarco en Omaha e incluso desde haber ganado el apodo del “Cubo sangriento”.

-Aquí estamos Randall- habla suavemente el centurión luego de tomar de la mano al moribundo.

Luego el hombre milenario mira a Walter con determinación – Otra más, otra más…- sugiere luego que el médico inyecta morfina a su paciente.

Con una mano ensangrentada el hombre de familia extrae de su bolsillo el manojo de cartas que solía leer todos los días. Entonces Randall extiende su mano hacia Walter con la intención de que este guarde las cartas manchadas de sangre.

-P…por favor…son para mi mujer… - habla entre suspiros y ahogos – promet…promete que ella las recibirá…- suplica al hombre que los está atendiendo.

Luego el moribundo gira su cabeza con las energias que le quedan para señalar con la mirada al soldado muerto más cercano a él. – E…ese tiene una edelweiss… - musita casi sin fuerzas.

-T…tengo frio…- comenta a sus dos compañeros que lo acompañan.

Walter conoce la escena y también lo que va a suceder. Ha vivido decenas de veces momentos como el actual pero eso no quita la angustia.

En la distancia Vincent y Aaron regresan de la granja donde se habian ocultado con paso ligero luego de terminado el combate. Intuyen que algo no esta bien…

Tras sobrevivir a la explosión de la granada y medio conseguir incorporarme de nuevo, recargo rápido para continuar con el combate pero veo que ya está terminado al escuchar el último disparo de Sanders y ver caer al último de los miembros de la compañía 99:-Parece que se ha acabado.-y entonces veo a Randall rodeado por Marcus, Walter y Billy, sujetando sus tripas mientras su vida se extingue:-Mierda.-digo al ver morir al profesor. 

No podíamos hacer nada por él, ni siquiera el poder que nos dio Tyrael podría, así que decidí examinar los cuerpos de los caídos e intentar recoger municiones y todo aquello que nos pueda servir:-Mike echame una mano con esto.-le comenté al ya no tan novato del grupo. 

Franklyn lamentó comprobar que no todos sus compañeros se levantaban refunfuñando. Se le ocurrió que podía ir allí y decirle algo, pero solo entorpecería la labor de Walther, así que decidió seguir registrando mientras rezaba en voz baja una oración por su alma. 

Así era la guerra. Perdías compañeros cada día, de la forma más injusta y fulminante y todo lo que podías hacer, era seguir caminando. 

Billy comienza a revisar a Charles, o como sea que verdaderamente se llame, para hallar el equipamiento básico en el supuesto soldado de la 99.

En cambio descubre con ávida sorpresa que su adversario aún continúa con vida. No es que tenga posibilidad de salvación, porque su herida mortal en el cuello en los próximos minutos terminará por cobrar su existencia.

-Oldingham... prisioneros...-

Murmura para el mecánico, siendo apenas audible para él y los compañeros cercanos.

Con una mano ensangrentada el hombre de familia extrae de su bolsillo el manojo de cartas que solía leer todos los días. Entonces Randall extiende su mano hacia Walter con la intención de que este guarde las cartas manchadas de sangre.

-P…por favor…son para mi mujer… - habla entre suspiros y ahogos – promet…promete que ella las recibirá…- suplica al hombre que los está atendiendo.

-Te lo prometo, Owen.

Walter no dice más, simplemente permanece en silencio junto al moribundo, sujetándole la mano hasta que todo termina. Demasiadas veces, demasiadas veces.

Pero ha ahorrado la morfina para los vivos. Le muestra la jeringuilla vacía a Ocon con la mirada vacía.

-Estaba más allá del dolor -o en eso confía Walter-. Antes de que esto acabe la necesitaremos... -mira a través de los agujeros del uniforme la carne sonrosada del inmortal-... casi todos.

Se levanta con un gesto rabioso.

-No os despistéis -ahoga una blasfemia-. Doherty, ayuda a Sanders a mantener cubierto el perímetro -instintivamente, confía en el ojo avizor del especialista-. Terminemos de remendarnos (*) y traed aquí a los supervivientes.

Se acerca a donde han dejado a los heridos de la unidad. El más grave es Franklyn, Brannagh ya se está moviendo y el incombustible Boris, renqueante, estaba registrando a los muertos.

-Franklyn, descansa lo que puedas. Nos moveremos rápido. Vincent, asegúrate de que esté lo más cómodo posible. Esto te ayudará con el dolor -le inyecta un poco de morfina-. Siento decirte que no estás tan mal como para que te mande de permiso a París- vuelva a asomar la cálida sonrisa de "doc".

-Y, ahora, vamos a hablar con Charles (**)

Tengo 7

Y si no, pues busco un poco más. Hay veces que hay no solo que mirar, sino rebuscar en los bolsillos, mirar los de los pantalones por detrás ... o en alguna mochila o bolsa que pudiera haberle caido.

Odiaba todo esto. Pero, si en una guerra “normal” era importante hacerlo, en una contienda como en la que se habían visto envueltos, ángeles contra demonios, literalmente, el tiempo era un factor crítico. La escaramuza terminó. No quedaban enemigos a la vista, y por mucho que doliera, debía dejar que el médico hiciera su trabajo y nosotros el nuestro. Y esto es, hacer de buitres, y rebuscar entre los caídos cualquier información que nos diera pistas de a quien coño servían.

Así que, con la conciencia limpia pero el alma rota, me agaché junto al cadáver (o eso creía) de Charles.

Saqué su equipo y lo extendí junto al cadáver. Daría buena cuenta de esos tres cargadores, y nunca venía mal otra thompson en el grupo. Ojeé por encima unos documentos que llevaba el cabrón y los guardé en uno de mis bolsillos para protegerlos de la nieve, también su documentación, presto a ponerla en conocimiento del resto en cuanto hubiésemos atendido a los heridos.

En esas escuché a Sanderson mentar a mi “amigo” el muerto… 

Acércate, doc, aunque no creo que puedas conversar mucho con este, como no sea que sepas leerle las tripas… ¿quieres que lo abra y lo intentamos? - dije con una sonrisa, que se me borró ipso facto cuando Charles comenzó a moverse.

¡¡¿pero que mierda es esta?!! - exclamé, incorporándome de repente y apuntándolo con el rifle. Apenas tardé un segundo en recuperarme de la impresión. El tipo estaba jodido, nadie podría sobrevivir a un disparo como el que le descerrajé en el cuello. De hecho, era toda una proeza que pudiera continuar respirando. 

Me agaché un poco, mirándolo fijamente a los ojos, que ya tornaban a un color ceniciento, previo a su muerte inminente.

Entonces lo oí susurrar unas palabras, Oldingham, prisioneros, ¿qué mierda podía significar?

El "traidor" cae abatido por las balas de "Halcón", estando a punto de recibir los golpes que tenía "guardados" para él este hombre de origen Irlandés. Se arrodilla a su lado y sin necesidad de hacer "medicina", viendo sus tripas desparramadas por el suelo níveo suelo, se ve que si no está muerto, no tardará mucho. 

- Espero que sigas vivo y tardes 10 minutos en morirte hijodeputa. Le espeta mientras lo registra.

Tras eso, regresa con unos "trofeos" al hombo y bajo el brazo. Si trae armas y cargadores, pero lo más importante va en una mochilita, que alza, para que todos lo vean, mientras se acerca a los compañeros, no sin antes "visitar" al otro, a ver si le encuentra algo más.

Si hablar, pero gesticulando con la boca, les dide a los demás: - ¡¡¡Comida!!!.

Luego, tras regresar, va directo a Walter, para que revisen los "documentos de misión" que estos tipos portaban.