Partida Rol por web

Mike se asustó al descubrir a aquellos soldados pensando que podrían ser enemigos. Le tranquilizó oirles hablar en su idioma. Mike se sintió un poco distanciado, nunca había seguido el Baseball y casi ningún deporte. Sus hobbies coincidían con su trabajo y eran ir al bosque, cazar... si, había participado en algún que otro concurso de tiro pero nada más.

-No se mucho de baseball, ni siquiera he jugado. De donde yo vengo somos mas de carreras de trineos o patinaje- Comentó Mike para unirse al grupo. -Y que hay de esa granja ¿valdrá la pena echar un vistazo?- Preguntó a los nuevos compañeros pensando que quizá tuvieran tiempo de comprobar si había víveres o lo que fuera antes de que anocheciera.

El soldado al ver que entre el grupo había nativos americanos dio por cerrado el asunto de los espías alemanes, pues los rumores apuntaban a eso.

-Pues la verdad es que el olor de la comida viaja colina abajo… - responde a Franklyn para luego colar su arma en el hombro y salir de los arbustos.

-En realidad pregunto porque mi hermano sabe de beisbol. A mí me gusta el ajedrez. Qué bueno es ver caras conocidas  - añade contento y sonriente al acercarse. Los demás también salen de su cobertura y se acercan.

-¿DiMaggio? Gracias por el dato – extrae unos papeles de su chaqueta – Somos de la 99ª en misión de reconocimiento y espionaje. Estamos averiguando las líneas alemanas, porque la información indica que sus tanques  se están quedando sin combustible. Me llamo Charles. – extiende los papeles a Boris.

-¿Eh? ¡jajajaja! Pues tú te llevarías muy bien con mi hermano. Pareces tan fanático como el – responde a Billy y le ofrece un cigarrillo francés, de una caja de “cigarettes de troupe”.

-¿Aquella granja? Pues según tengo entendido la resistencia usaba las granjas como puntos de vigilancia. Podría haber trampas allí – comenta cauteloso a Mike.

Para ese entonces Randall comparte un poco de comida con los recién llegados y la camarería, ese olvidado asunto, vuelve a florecer.

-Siento meterme en sus cosas ¿Pero qué están haciendo por aquí? Las unidades más próximas son los bebedores de té de Churchill. –indica al señalar al oeste.

Era el momento de que el Líder tomara las riendas, pero, había que decir algo convincente, porque si le decíamos que estabamos en una misión del Cielo, encargada por un arcángel, y que era para destruir los demonios que ayudaba o colaboraban con los alemanes ... se reiría tanto de nosotros que .... igual nos toman por espias: - Que precisamente es algo que está pensando ... aunque quiera creer que lo ha descartado.

-¿Aquella granja? Pues según tengo entendido la resistencia usaba las granjas como puntos de vigilancia. Podría haber trampas allí – comenta cauteloso a Mike.

-Vaya, pues será mejor no acercarse.- Contestó Mike pensativo. Ahora ¿como le explicaban a estos soldados la misión que les habían encomendado?. Supuso que no sería el único en preguntarse si debían darles tales explicaciones a sus nuevos compañeros.

Debería ser Ocon quien lo aclarara aunque sin una demostración sería difícil que le creyeran. Tampoco sería difícil exponerles su intención de hacerse con la fábrica para fabricar munición puesto que escaseaba. Puede que la mejor opcion de primeras fuese no dar demasiadas explicaciones.

-Pues pasó un montón de mierda.- Fui el primero en tomar la palabra, listo para responder. -Así que, creo que lo mejor sería resumir un poco las cosas. Los Nazis vinieron con todo y empezó la masacre, con vehículos blindados, tanques y todo lo demás contra las trincheras. Muchos murieron, y nosotros logramos escapar gracias a un explosivo que colocó Frank cuando se acercaban.- Dije apuntando con la cabeza a Franklyn, comiendo un poco de la comida antes de continuar.

Nosotros estábamos en las trincheras del norte, y de la mitad de las trincheras hacia el sur fueron completamente aniquilada, a excepción de algunos que no murieron en el ataque inicial... Logramos salir y escondernos, y fue allí donde lo vi... Nuestro Capitán y todos los muchachos fueron asesinados al instante, a sangre fría mientras se pasaban el tratado de Geneva por el culo. Sabiendo que si corríamos directamente hacia el campamento más cercanos de los aliados nos moriríamos ya sea por el frío, el hambre, o porque los Nazis nos lograsen alcanzar, así que decidimos hacer una "misión suicida".- Hice las comillas con las manos, antes de soltar una corta carcajada antes de erguirme un poco. 

-Desde Sainth Vith fuimos en dirección norte, encontramos una casa donde descansamos y al amanecer nos marchamos en dirección a esta fábrica de Municiones: En parte para buscar algunas ya que estábamos escaseando, y la otra orque pensamos que pudiéramos conseguir algún coche o algo por aquí, pero viendo que está vacío creo que eso último no se puede... Pues nada, ya veremos lo que hacemos.-

Frank contestó a la alusión de Tala llevándose dos dedos a la sien.

-Tantas veces como haga falta y pueda, amigo.

Dejó que acabara de relatar lo sucedido asintiendo para corroborar su historia antes de intervenir.

-¿Y dices que los tanques alemanes se están quedando sin gasolina? No sé de dónde vendrá esa información, pero desde luego el que nos atacó en Saint Vith, parecía plenamente operativo ¿Y esos bebedores de Churchill, dónde paran?

Mike quiso intervenir en la explicación de Tala:

-Además entre los soldados alemanes había algunos especialmente difíciles de abatir. Hemos visto hombres en pie con heridas que tumbarían al mas aguerrido de los nuestros.- Dejo caer el tema con intención de dirigir la conversación y a la vez saber si aquellos soldados habían visto algo también.

Gracias, socio - dije, tomando un par de cigarrillos de los que me ofrecía Charles. Uno me lo llevé a la boca directamente y el otro lo enganché por dentro del casco, no tardaría en dar buena cuenta de él.

Billy, Billy Blachowicz... aunque todos me llaman polaco - contesté, tras darle una profunda calada al pitillo y estrecharle la mano.

Pues estoy con Mike, ¿para qué inspeccionar la granja? El objetivo es la fábrica, si no hay amenaza, dejemos la granja tranquila, total, ya tenemos algo de leche de aquellas vacas, si guardamos un poco, seguro que podemos cambiarla por algo más contundente a algún inglés.

Luego comenzaron a hablar de los soldados nazis, o supuestos nazis. Y no pude evitar el escalofrío que me recorrió toda la espina dorsal. Apenas habían pasados unas horas desde aquel encuentro que ahora parecía una eternidad. Ayer éramos inocentes, entre comillas. "Inocentes" soldados del tío Sam. En estos momentos, éramos la Ira de Dios. Conocíamos de la existencia de ángeles y demonios... y éstos habían mandado a sus huestes vestidas con los uniformes de las SS... joder, parecía el argumento de alguna mala radionovela... pero había que reconocer que habían elegido bien, el uniforme de los cabrones de la Schutzstaffel le iban al pelo.

Gracias por el piti, Charles - dije, guiñándole un ojo y lanzando la colilla bien lejos, apurada hasta el filtro, sumido en mis pensamientos me giré y comencé a deambular entre los demás, pisando con fuerza para eliminar el frío que ya amenazaba con extenderse por todo el cuerpo.

.-Trampas y también armas y munición, no?-comenté ante la observación de que estaban descartando la opción de acercarse a la granja para inspeccionarla:-Cabo si da la orden iré a ver que podemos encontrar, tal vez hasta algo de comida y agua.-comenté a continuación dada la importancia de abastecerse en la medida de lo posible siempre que se podía. 

Las órdenes eran claras, llegar hasta la fábrica de municiones y crear las nuevas para matar a los seres celestiales que querían enviar el mundo a la basura pero para llegar allí no podíamos hacerlo sin comida ni agua y mucho menos sin herramientas con las que defendernos de cualquiera que pueda venir a por nosotros. 

Dado que estaban algo más retrasados, Walter se incorpora al grupo de soldados cuando ya se han hecho las presentaciones.

-Cabo médico Walter Sanderson, al mando de lo que queda de la compañía Z (*) de la 28º división. Como ha indicado el private Lewis, no teníamos a dónde ir después de la acometida alemana, así que continuamos hacia adelante.

Walter saca toda la flema aristocrática eastern que lleva para suplir su poco uso a ejercer el mando.

-Además entre los soldados alemanes había algunos especialmente difíciles de abatir. Hemos visto hombres en pie con heridas que tumbarían al mas aguerrido de los nuestros.

-Drogas, anfetaminas, Doherty, la furia del combate -interrumpe Walter, siente que no deben contar nada, por lo menos hasta saber quiénes son los que tienen delante. ¿Porqué no podría ser criaturas como las que vieron? (**)

-Bien, ¿cómo es que están tan atrás en las líneas enemigas? ¿Se prepara ya la contraofensiva?

Me llamo Charles. – extiende los papeles a Boris.

Sin dejar de observarles, extiende la mano hacia Boris.

-Yakovlevich, ¿me permite, por favor? (***)

Mientras los lee detenidamente, confirma las palabras de Tala: están buscando un medio para reagruparse, pero no entra en detalles. Que ellos lleven la iniciativa.

***

.-Trampas y también armas y munición, no?-comenté ante la observación de que estaban descartando la opción de acercarse a la granja para inspeccionarla:-Cabo si da la orden iré a ver que podemos encontrar, tal vez hasta algo de comida y agua.-comenté a continuación dada la importancia de abastecerse en la medida de lo posible siempre que se podía.

-Sí, puede ser una opción. Pero veamos antes los planes de nuestros compañeros. ¿Y bien, hacia dónde se dirigen?

Charles y su unidad escuchan atentamente la historia de Tala. Algunos se ríen y otros cambian el semblante ante la montaña de eventos que relata el soldado que casi parece disfrutar su historia. Una historia que era afirmada por Franklyn con su constante meneo de cabeza.

-Ohhh…ósea que vienen desde Saint Vith. Es un trayecto largo desde allí. ¿No volvieron al sur, a las posiciones de retaguardia? – pregunta.

-Hemos escuchado relatos sobre ejecuciones… - afirma con gran pesar - ¿Y van a llevar adelante un ataque suicida contra una fábrica en lugar de volver con su compañía? Les puede costar una corte marcial como minimo…- se aventura a decir.

-Esa información amigo viene de arriba. Y los ingleses… supongo que en Spa, en los bares de allí, mientras todos nosotros nos congelamos hasta la muerte – señala la fogata donde el grupo de Walter calienta sus manos.

-No hay de que “polaco” – responde giñando un ojo a Billy.

Entonces interviene el doctor y pide los documentos a Boris.

-Vuelvo a repetir. ¿Hacia adelante con que orden? Creo que deberían volver con su unidad. Alguien debe quedar en pie en el sur- y acto seguido pide sus documentos de regreso – por favor – solicita firmemente.

-Lamentablemente no podemos dar esa información, como usted adivinará el porqué. Solo estamos de paso, cumpliendo nuestras órdenes, aunque le recuerdo que ustedes estarán en mi informe. Si en cambio deciden regresar podría aconsejarles senderos sin peligros– advierte al doctor y trata de ser categórico en sus palabras.

Los otros siete especialistas, habiendo comido y bebido con Randall y los demás se apresuran a volver al trabajo, revisando sus armas y quitando el barro y nieve de sus botas.

-¿Corte marcial? Pero es que nos perdimos…y la verdad no sé cómo es que llegamos tan al norte. Si, por favor, dinos por donde volver – interrumpe Owen, algo atemorizado por la pequeña pero real posibilidad de al regresar con los suyos acabase en prisión sin poder volver a ver a su esposa e hija.

Luego el profesor se pone nervioso y pierde su jarro, que cae directo al fuego.

En la mente de Brannagh no estaba el regresar, pero, siempre sería interesante escucharles, para que quedasen más convencidos de nuestros pasos ... y por otro lado, el saber esas rutas "seguras", podría ser interesante, para luego, cuando terminasen con el "trabajito", poder regresar ... o escapar. Dependiendo de como saliera la fiesta.

El irlandés escuchaba atento, y esperaba las órdenes de "Doc".

-¿Una corte marcial?¿una corte marcial?Muchacho, tenías que haber estado allí. Resistimos tanto como pudimos y se lo hicimos pagar bien caro. Pero esos nazis tenían un as en la manga ¿sabes? Era una batalla que no podíamos ganar y los nuestros nos dejaron con el culo al aire. Así que sin problema, que nos manden a esa corte marcial que yo mismo se lo explico.

Frank negó con la cabeza en gesto de desaprobación ante la reprimenda velada que les enviaba el tal "Charles".

-Como sea hermano, haremos lo que tenga que hacerse ¿verdad, chicos?

Tras el intercambio de amigables palabras con Charles vino... bueno, vino lo que era lógico. Cada cual buscaba salvar su culo como pudiera. No creo que a ese pájaro le importase un carajo que hubiésemos tirado para el norte o para el sur, él solo pensaba en si mismo. En el hipotético caso de que pensara que estábamos desertando, o eludiendo responsabilidades, si se llegara a saber que nos había visto, su culo correría tanto peligro como el nuestro.

De ahí su "interés". Bah. Siempre era lo mismo.

Pues si tiene que informar... joder, que lo haga. Ya tenemos bastante mierda encima como para preocuparnos de eso. Si todo lo que hemos visto es cierto... y tiene toda la pinta. Un consejo de guerra será una gilipollez comparado con el puto apocalipsis.

Le susurré a Tala, que se encontraba a mi lado y lo suficientemente lejos de los de la 99 como para que me escucharan. 

Yo era un "mandao". Y me alegraba por ello. No me gustaría estar en el pellejo del bueno de Sanderson.

Mientras Simpson hablaba y contestaba a los comentarios del resto, me acerqué lentamente a Sanderson:-No me gusta el tono en el que dice eso. Sería malo tener detrás nuestro también a la policía militar además de los alemanes. Sugiero fingir que aceptamos el volver y que nos indique, luego daríamos un rodeo para evitarles.-le dije en voz baja al cabo con la esperanza que también notara el tono en el que se estaba comunicando el soldado. 

Walter parece bastante abstraído observando los papeles que le ha ofrecido el tal Charles. Los dobla cuidadosamente, pasando por encima los dedos varias veces.

¿Y van a llevar adelante un ataque suicida contra una fábrica en lugar de volver con su compañía? Les puede costar una corte marcial como minimo…- se aventura a decir.

-¿Ataque suicida? No, por el amor de dios- exclama Walter con una sonrisa-. No soy de esos, ¿ve? -señala el brazalete con el símbolo de cruz roja-. Mi misión es que estos chicos no se mueran, no facilitarles la cosa. 

 y acto seguido pide sus documentos de regreso – por favor – solicita firmemente.

Walter duda, sigue manoseándolos.

-Sí, sí, aquí tiene. ¿Sabe, me siento como James Stewart en Bola de Fuego? Guiando a los enanitos por el buen camino, lo malo es que no tenemos a Hepburn que nos alegre el camino? Sólo nazis por todos lados (*). En fin.

Walter se mueve ligeramente como para tener en su campo de visión a todos los recién llegados (**).

-Lamentablemente no podemos dar esa información, como usted adivinará el porqué. Solo estamos de paso, cumpliendo nuestras órdenes, aunque le recuerdo que ustedes estarán en mi informe. Si en cambio deciden regresar podría aconsejarles senderos sin peligros– advierte al doctor y trata de ser categórico en sus palabras.

-Si puede trazarnos un mapa, le estaríamos muy agradecidos. 

-De hecho, justamente estaba hablando con nuestro explorador cuando han llegado, me comentaba que sospechaba que había zonas minadas hacia la fábrica. Les iba a decir a los muchachos que nos olvidáramos del jeep... Nada de ataques suicidas, sólo buscábamos un medio de transporte. Llevamos horas caminando y estamos agotados. Pero por hoy ya hemos visto acción suficiente.

Walter esboza su sonrisa de médico profesional que usa para tranquilizar a las embarazadas primerizas y espera a que el otro les indique las rutas.

Mike comprendió las intenciones del cabo y le lanzó una mirada de disculpa, él solo pretendía descubrir si aquellos soldados sabían algo de lo sucedido.

Después de lo que había dicho el soldado Charles la propuesta de Boris a Mike le parecía bastante apropiada. Hacer creer a ese grupo que regresaban era buena idea pero si les pillaban el remedio sería peor que la enfermedad.

-A lo mejor no es necesario hacer que regresamos y basta con dejarles marchar.- Propuso con cierta timidez, siempre hablando lejos de oídos extraños.

No podían permitirse temer un consejo de guerra, si estaban ante una misión divina su deber era cumplirla aún contraviniendo órdenes mundana.

Pues si tiene que informar... joder, que lo haga. Ya tenemos bastante mierda encima como para preocuparnos de eso. Si todo lo que hemos visto es cierto... y tiene toda la pinta. Un consejo de guerra será una gilipollez comparado con el puto apocalipsis.

-Ya ves.- Respondí en voz baja un tanto bromista, algo corto antes de ver como se desenvuelve todo el asunto, además de ver a Owen tan preocupado y por muchas razones. -Disculpen.- Dije para llamar la atención de Charles y los suyos. -Que quede claro que cuando dije "misión suicida" era una broma, por eso hice las comillas... Vinimos a lo que vinimos, al Jeep y pirarnos.- Comenté algo rápido, incluso me medio levanté de mi puesto para llamar la atención, pero después de eso me volví a sentar para escuchar atento a Walter, encontrándome algo sorprendido por escuchar de su propia boca como decía "Nazis" en voz alta, pero logré ocultar mi sorpresa lo suficientemente bien para que no se notara con algún gesto en mi cara o algo.

Con el asunto zanjado y con Walter diciendo que "íbamos al campamento", solté un leve suspiro y me encogí de hombros. -Pues nada, a caminar.- Antes de tomar con la cuchara parte del guiso y dejar que el contenido de esta cayera en el plato, antes de dar otro bocado. Él ya sabría como darles el esquinazo o marearles para que nos dejaran en paz, así que lo mejor sería que hablara en lugar de tratar de dirigir las cosas nuevamente.