Partida Rol por web

Rhoswen aprovecha que se ha liberado del monstruo para alejarse y dejarle el cuerpo a cuerpo al dracónido: Si tanto habla que se encargue él, ya que se cree tan hábil... y seguidamente invoca su poder, haciendo que una llamarada de luz sagrada salida de su símbolo sagrado incinere a la maltrecha estirge.

Puede que haya tardado un poco más que tú en acabar con ella, pero al menos yo he sido capaz de esquivar la mayoría de sus ataques, y por lo visto tú no... Dice refiriendose a las visibles heridas de Gryg, donde el bicho le ha mordido profundamente.

¿Que tal vais allí abajo? ¿Bajamos a echaros una mano...? Añade en voz alta cambiando de tema, para aliviar tensiones y preocupada sinceramente por sus compañeros.

Tras fallar mi última estocada escucho la voz de la jefa desde lo alto de la muralla.

Sin problemas, Sargento. Sólo queda una. Y no por mucho tiempo, ni siquiera me han rozado.

Admiro como se ha desenvuelto Nia en el combate pero esa maldita estirge le ha clavado sus garras. Cada vez que pienso en las heridas que llevara bajo su armadura, me enrabieto con los monstruos por atacarnos, comigo mismo por no haberlas matado antes y con ella por no hacerme caso y ponerse a salvo.

Cuando me mira en medio del combate me limito a sonreir. Enfadarme ahora no llevaria a nada bueno.

Me he soltado y ahora puedo maniobrar con total libertad, cosa que hago y me alejo un poco del estirge, a la vez que voy pronunciando las palabras de la explosion abrasadora, que sale desde mis dedos directamente para impactar en medio de las dos estirges danñando a ambas estirges, aunque al explotar no deja ver el resultado, esperando que sea definitivo para ambos enemigos.

Tyfid ve como la estirge que tienes más próxima apenas se aguanta, mientras que la otra está bastante más entera aunque algo rabiosa por como lo que parecía comida facil no lo es tanto.

Pecha habia logrado sacarse de encima a la estirge y estrellarala contra el piso, al parecer esta no habia reaccionado, pues las quemaduras que le habia provocado al principio realmente habian hecho daño.

Al fallar su ultimo proyectil veolacio sus ojos se inyectaron de furia y ante la mirada del soldado Collwyn, que buscaba una oportundad para ramtar a esa ultima criatura, le dispara una torrente de proyectiles con ambas manos, sin siquiera esperar de terminar de caer de su anterior salto, lanzando un grito a todo pulmon lleno de bronca y frustracion.

AAAAAHHHHHHHRRRRRRAAAAA!!!!!!

Al caer al suelo tanto el brujo y la criatura desaparecieron en una nube de polvo provocada por el continuo disparo de proyectiles.

Solo unos instantes despues se podia ver la sombra del brujpo entre la polvareda.

Nia se acerca por la espalda a la estirge que aún está atontada por la magia del semielfo y clava su daga habilmente entre las costillas hasta el corazón. La desafortunada bestia cae muerta al suelo sin tiempo de quejarse.

La única estirge que queda se la ve dubitativa entre huir o no, pero sus ansias de sangre ahora que la ha probado son fuertes así que se lanza en pos de Pecham al que hunde sus colmillos saboreando su calida sangre.

   Gryg pensó rápido, no podía tolerar como la hedionda criatura clavaba sus colmillos en su gran amigo... busco en su cinto y agarro una de sus hachas, al momento de lanzarla se le resbalo de sus grandes dedos, golpeando contra el suelo a varios metros de su objetivo inicial.

   Maldición susurro para el mismo.

   "Primer golpe errado en este momento tan crucial... resiste amigo".

Cansado de tanta tontería decido cortar por lo sano. Me cuelo entre Nia y Pecham y con un rápido gesto de muñeca, simple pero elegante, le rebano el pescuezo a la última estirge. Su cabeza sale volando entre un chorro de sangre y yo envaino mi arma antes de que toque suelo.

Continuemos escalando. Digo con gesto seco.

Tyflin, se alisa un poco el traje mientras se acerca al grupo y espera a que le toque el turno para escalar, asabe que no es bueno haciendolo, pero con ayuda no cree que sera un problema.

Estuvo a punto de agradecerle al soldado su asistencia, pero el toque seco de este le recordo con quien estaba hablando.

Tranquilo y usando parte de su capa, se dispuso a cubrir sus heridas, mientras esperaba su turno para subir. Aun fastidiado con el mismo subio el muro, todavia no podia creer las frustracones de aquel día, con ahinco le rezaria a todos los Dioses para que le den una oportunidad de resarsirse.

Rhoswen espera preocupada, aunque intente disimularlo con impaciencia por llegar al templo, a que suban sus compañeros para ver el estado en que se encuentra Tyfid, que parece haber sufrido heridas considerables durante la lucha, y apenas ha teido tiempo el mago de soltar la cuerda cuando la clériga ya está encima de él examinando su estado.

¿Estás bien? Déjame ver... Dame un momento y enseguida estarás como nuevo. Reza a su diosa y las heridas de Tyfid se cierran por completo: Esto ya está mucho mejor... temiendo que su preocupación pudiera interpretarse como lo que era, no se atreve a mirar a su compañero a la cara cuando se da media vuelta y dice: Y ahora sigamos, no tenemos tiempo que perder.

Aunque de nuevo se ha ruborizado, y esta vez se odia por ello, pues su misión es demasiado importante para tales distracciones. La seguridad de un solo hombre nunca debería ser más importante que la de toda la ciudad, pero sin embargo instantes antes para ella así había sido...

Cuando llego a lo alto de la muralla respiro aliviado. No me hubiera extrañado que me dejaran caer a media ascensión. De hecho, casi me decepciona el que no lo hagan. ¿Podria Nia tener algo de razón sobre esta gente? ¿Quizás no son los desalmados que habíamos imaginado?. Cuando me yergo en lo alto reparo en mi armadura, bañada en sangre de monstruo. Chasqueo la lengua al ver su brillo empañado hasta que saco un trapo viejo y gastado de dentro del peto y procedo a limpiar la armadura apresuradamente.

No olvido que vamos prisa pero no puedo ir por ahi con más sangre encima que dentro de mis venas. Entonces reparo en la actitud de Rhoswen y Tyfid.

Encantador. ¿Nos vamos ya?

La ciudad interior se extiende ante vosotros, parece muy silenciosa comparado con el ruido del combate que se produce en las puertas y las escaramuzas en los barrios bajos que habéis dejado atrás. Las puertas y ventanas de las casas están cerradas.

A vuestra izquierda quedan los barracones de los soldados. Al frente y a la derecha se vislumbra en la parte más elevada de la ciudad el templo de Avandra. Alrededor del templo están los edificios del gobierno, la escuela de magia y las viviendas de los nobles.

Cuando termino de subir la muralla con gran esfuerzo por mi parte, al levantar la vista de las piedras que me ha costado tanto subir, me encuentro con el rostro de Rhoswen que muestra preocupación por mi estado, parece ser que si tiene sentimientos, quizás pueda conseguir lo que tanto tiempo he soñado. así que después de que me cure, y antes de que empiece a darse la vuelta, me atrevo a coger su dulce cara entre mis manos y con una calidez y dulzura salida de lo mas profundo del corazón y mirándola a los ojos  trasportándolos a un espacio en el que solo están ellos la dice: Muchas gracias Rhoswen, estaré a tu lado siempre que me necesites, y luego la suelta la cara haciendo que vuelvan a la realidad y preparándose para lo que les espera.