Partida Rol por web

Avanzáis con decisión hacia el templo. Pasáis al lado de una taberna de la cual salen unos borrachos con aire pendenciero, hacen intención de cortaros el paso para deciros alguna cosa, pero viendo vuestro aspecto ensangrentado, y la cara de pocos amigos que tenéis se lo piensan mejor y se echan a un lado.

Os internáis entre el barrio noble donde para vuestro escandalo aún hay algunos guardias protegiendo mansiones en vez de acudir a la puerta principal donde son necesarios. Haceis caso omiso de las peticiones de ayuda y de lo que suenan como sobornos en busca de protección y llegáis hasta la explanada del templo. Para vuestro horror veis un rastro de sangre en las escalinatas de entrada. ¡Acaso habéis llegado tarde...!

   Había puesto mi cruel mirada en los borrachos, calmando los sumos de la gran mayoría... luego continuo como si nada pero se encontraba mucho más serio.

   Al ver lo que tengo enfrente me detengo en seco, tal vez necesitemos más energía para afrontar lo que se viene, esas palabras de coraje y determinación siembra en mí y mi amigo la curación que necesitamos... ¿qué haremos Pecham?.

   "Siempre fuiste mejor que yo, para usar la cabeza".

No se vosotros, pero yo voy a ayudar a mis hermanos... esa sagre podría ser suya, y de ellos depende que la barrera no caiga... y con ella la ciudad.

La elfa no se había parado ni un momento al ver la sangre, al contrario, acelera el paso sin importarle si alguien la sigue o no. La sangre solo podía significar una cosa: allí había habido un combate. Y un combate tras las líneas defensivas de la ciudad interior quería decir que ese grupo de clérigos malignos se les habían adelantado.

Si seguían vivos debían detenerlos antes de que echasen abajo la barrera, todo lo demás no importaba. Ni Tyfid, ni los delincuentes que les acompañaban, ni la guardia, ni sus hermanos los sacerdotes de Avandra, pues si la barrera caía todos ellos dejarían de existir, o lo que es peor, pasarían a una existencia peor que la muerte: la muerte en vida.

¡Ya habeis oido a la sargento¡ ¡Todos a dentro! No es momento para andarse con remilgos

Sprinto para adelantar a Rhoswen, no voy a dejar que entre ella la primera.

El rastro de sangre acaba entre las columnatas de la entrada, apoyado en ellas veis el cuerpo de un soldado con la garganta cortada de la que aún caen las últimas gotas de sangre. Del interior ois unos murmullos rítmicos a través de las entreabiertas enormes puertas de madera robliza.

Apoyado a un lado de las puertas véis el otro soldado que hacía la pareja de guardia. Este si que llegó a desenvainar la espada, pero no está manchada de sangre como su armadura. Los dos brutales cortes en la cota de malla y el extraño angulo en el que quedó la cabeza indican que está más allá de vuestras capacidades de curación.

En el interior del templo véis por la ligera abertura de la puerta y entre penumbras, una figura encapuchada que levanta una especie de collar entre sus manos. Murmura algo ritmicamente que no alcanzáis a entender, quizás no os llegan bien las palabras. Cuando calla unas voces a sus pies le dan la replica a coro.

Rápidamente se os viene a la cabeza el plan del clerigo oscuro, murmuráis unas palabras a vuestros dioses esperando llegar a tiempo...

Salgo corriendo detrás de Rhoswen y paso delante de los guardias muertos acercandome a la puerta entornada. este es el momento peor de todo el día, si fallamos, todo lo que conocemos sera destruido y cientos de años serán tirados por la borda, todo eso esta en nuestra mano, y mirando a Rhoswen, espero que este día no sea el ultimo en el que te pueda ver, lo intentare por todos los medios mi amor.

   Mis compañeros se encuentran totalmente pasmados ante la situación, rápidamente los empujo por sus espaldas en dirección a las puertas... dejando escapar tan sólo un gruñido al realizar mi maniobra.

   "No hay tiempo para perder el tiempo".

Collwyn y Gryg empujan las entreabiertas puertas de la entrada. Veis a la luz de las antorchas que hay en las paredes, varios bancos de madera destrozados. En medio del templo unos zombies un par con capas como los acólitos y el resto con vestiduras de acolitos de Avandra. Uno de ellos, se está llevando a la boca un trozo de carne ensangrentado que no queréis saber de donde proviene.

En la parte superior, mas arriba de las escaleras de caracol, se encuentran dos clerigos oscuros, y varios acólitos. La luz aquí no llega muy bien, pues en esta zona han apagado las antorchas de las paredes. Aún así podéis ver una escena que hace unos días ni os hubierais podido imaginar.

Los acólitos montan una despreocupada guardía con sus ballestas. Uno de los clerigos sostiene a un par de niñas pequeñas mientras que el otro entona himnos a Vecna. Con la cara mirando hacia arriba sostiene una daga en su mano alzada por encima de su cabeza, mientras que con la otra sujeta por el pelo a una niña que es un torrente de lagrimas y gemidos.

Al oir los murmullos el corazón de Rhoswen se acelera, por lo visto habían comenzado con el macabro ritual para destruir la barrera. No podían perder ni un segundo en acabar con esos clérigos, la elfa prepara esta vez su arco y lo tensa dispuesta a acabar con el clérigo que estuviera llevando a cabo el ritual, sin embargo al abrir las puertas y observar la escena queda momentaneamente paralizada. Esos malditos asesinos depravados no se habían contentado con acabar con los guardia y los clérigos de Avandra, sino que los habían transformado en zombis a sus ordenes.

Juro por Avandra que tal crimen no quedará impune, vengaré vuestro cruel destino hermanos míos... se jura a sí misma con lagrimas en los ojos y los dientes apretados mientras tensa su arco y dispara.

La flecha vuela certera atravesando el templo hasta incrustarse en la mano del clerigo que deja caer la daga e interrumpe por unos instantes su cantico a causa de la sorpresa. Avandra te sonrie.

El brujo desde esa distancia no tenia mucho por hacer. Pero eso no detuvo su avanze siun dudar se empezo a mover rapido a la cobertura d elas sombras que con sus poderes arcanos hacia que se desvanciera entres ellas.

Dijo unas palabras para si con la cual maldijo al zombie mas cercano. Y miro las escaleras para identificar que no lo sorprendiera nadie y buscar alguna maner de utilizarlas a su favor.

sin mediar palabra lanzo unos proyectiles magicos al zomi 3.

El zombie cae bajo el fuego mágico del mago antes de que se de cuenta de que está pasando.

 Echo a correr como un basilisco hacia los invocadores.

¡A la mierda con las sutilezas!¡ A la cargaaaaa!

Pecham siente como la esencia oscura cosquillea en su cuerpo se ve cubierto por sombras de magia impura y se deja llevar. Las sombras se mueven rapido hacia la galeria del piso de arriba y co ellas vuelve a tangibilizarse el cuerpo del semi elfo.

Nia avanza en sigilo tratando de ocultarse tras una de las columnas. Los acólitos preparan sus ballestas y clavan un par de virotazos, uno para cada uno Gryg y Collwyn. Aunque parece que el del dracónido se ha hundido más en la armadura.

La picará aprovecha el momento para intentar acabar con un zombie, pero la estrella puntiaguda que lanza sale horriblemente desviada.

Desde mi posicion, vuelvo a disparar al zombi mas cercano con los misiones magicos, noto como una ola de energia sale de mis dedos mientras apunto al zombi lejano impactando en el pecho sin compasion.

Un nuevo zombie cae bajo los proyectiles del mago.