Partida Rol por web

Tras aquel gran capítulo matutino que había antecedido a estas obligaciones no podía más que mostrarme incrédulo de que en un mundo donde puede haber para tanto placer y paz, estas reuniones de tensiones explosivas fuesen mejor consideradas que la sotras artes de la comunicación. Al menos podía fantasear y recapitular sobre lo vivido mientras la bilis magistralmente disimulada en los discursos volaba tratando de envenenar a unos y otros.

Acepto el pago con humildad, con la firme convicción de usarlo en la protección y rescate de los sobrinos del delegado.

Delegado. Me aseguraré de que regresen. Y ya tengo en mente quien puede ayudarme en la empresa.

Llega el descanso del mediodía, el protector Gaaru se reune en la sala cuando estáis abandonándola, al cruzarse con vosotros os hace un gesto de complicidad que indica que estaría bien poder charlar, por lo que os dirigís a comer, Hokelsa os convence sin mayor esfuerzo de ir a uno de los locales donde el tiene prioridad, pues en días como hoy puede llegar a ser una espera tediosa.

Estáis sentados en un salón muy fresco, con espacio entre mesas. Os atiende un sirviente.

-Es un honor para nosotros acoger a tan distinguidos huéspedes, la casa recomienda el pulpo, lo han traído esta misma mañana y al momento aún se movía. Ha quedado realmente suave. Pero si los señores tienen otras preferencias... decidlo y se intentarán satisfacer. -sin esperar respuesta se aparta para daros intimidad.

- El pulpo y una única cuenca de vino estarán bien para mi.- Comento a mis compañeros por si alguien más tiene sugerencias u otros planes que conlleven compartir las viandas que solicitemos. - ¿y bien? ¿Alguna intriga entre nuestros invitados que se me pueda haber pasado? Más cuando a veces reconozco que me puedo perder entre sus sutiles batallas dialécticas cargadas de buenos modos y envenenadas con los más mortíferos venenos?

-El pulpo estará perfecto, y yo también tomaré un poco de vino.

Una vez se marcha, añado.

-En verdad no he encontrado nada más que aburrimiento ahí dentro. Hace rato que desistí de intentar seguir sus palabrerías.

Sontio antes la imagen de un poco de vino para regar el encuentro con mis compañeros de fatiga.

-El pulpo suena maravilloso para un día como hoy.

Hokelsa, tiene usted muy buen ojo para los buenos locales. Le felicito

Miro sutilmente hacia los demás comensales, para asegurarme de que no hay oidos curiosos, ni tampoco miradas ociosas en nuestra dirección.

-De hecho compañero Deno, posiblemente la cantidad de intrigas de ese lugar nos sobrepase como una ola de gran tamaño. Pero también es cierto, que personas como nosotros, somos los designados para desentrañarlas.

Bajo un poco el tono de voz.

Es más puede ser que una de esas intrigas, ya sea parte de mi destino. Y me gustaría contar con todo el apoyo posible.

Mi mirada es ahora mas serie y mi porte señala que hablo muy en serio.

Hokelsa toma asiento cara a la puerta... como siempre. Le gusta ver quien entra y quien sale. Escucha la sugestion de la sirviente, la eleccion de todos los protectores y responde -Yo tomare el pulpo, con una sopa de verduras aparte por favor y para mi solo agua. Muchas gracias- Y le regala a la sirviente una esplendida sonrisa antes de que se valla.

Con una sonrisa y una pequena reverencia de cabeza responde al protector Nagata-Muchas gracias protector Nagata, es siempre un placer complacer a la gente que me rodea- Espera a que baje un poco la atencion sobre la mesa antes de tomar la palabra.

-Si me permiten porotectores, se que hasta ahora, debo ser el que mas destaca en este grupo, puesto que no tengo cargo alguno e imagino que tendran preguntas que hacerme, pero, debo admitir que hay intrigas por doquier. Desde un delegado que es un espia doble, pasando por historias de cama, hasta familias enteras que son extorsionadas por grupos comerciales... Esta ciudad es un hervidero y les puedo asegurar que en todas las casas se cuecen habas- Dicho esto, toma un poco de agua para aclararse la voz.

Os sirven a todos lo pedido, ponen un vino blanco exquisito, suave pero con identidad, seguramente de las tierras de la nutria, no en vano el salón es de un miembro de ese clan. A Hokelsa le traen su agua, que tiene un agradable gusto a azahar. 

El pulpo está aderezado al estilo del Imperio Driamo, una forma de prepararlo que quedó en las tierras de la nutria cuando fueron recuperadas. Así está horneado con aceite de oliva y pimentón dulce, pero os explican que antes de eso de hierve en agua de mar con pimienta durante horas, luego se trocea y después se hornea.

Llevas dos días en Felu Keresui, la ciudad más hermosa del clan de Loto, has llegado con la comitiva de la nutria en calidad de testigo y para dotar de seguridad jurídica a los viajeros, pues os tomó más de dos semanas llegar, el avance era lento y con muchas y prolongadas pausas.

En la comitiva van tres delegados del clan, cinco representantes de empresas con sede en las tierras de la nutria, dos de ellos navieros, un comerciante de alimentos, una productora de tejidos y una astillera. Junto a ti viajaban dos protectores de la nutria, pero uno va en calidad de escolta directa del delegado principal y su séquito familiar, y el otro resultó herido hace seis días en un asalto, por lo que se quedó en un pueblo hasta recuperarse.

Hasta ahora no has hecho mucho, pues te tomas en serio tu labor y has permanecido en todas las reuniones, aunque ninguna ha sido relevante.

Es el mediodía y se ha hecho una pausa, deciden ir a visitar un local que es de un miembro del clan, que cocina platos típicos de las costas de la nutria. Estás comiendo cuando entra un grupo que habías visto en las reuniones, se trata de tres protectores y un hombre finamente vestido. Distingues a los protectores entre otras cosas por sus armas.

Mientras paladeo el delicioso pulpo y disfruto del vino, aún sabiendo por propia experiencia que el blanco ha de ser vigilado más de cerca que el tinto por su facilidad para subir y empañar los sentidos cuando se está en buena compañía, miro interesado al comerciante y a Gaaru, pues ambos parecen salpicados por unas jornadas en las que Ganikusi y servidor simplemente somos velados por un manto de confusión. Como del vomerciante me espero.ese dominio de la lectura humana, centro más mi atención en Gaaru, quien parece necesitar ayuda. A ver si en tal caso Hokelsa puede ser de ayuda clarificando el posible,problema de nuestro amigo, ya que parece ver todas las corrientes subterráneas que nosotros ni olemos.

- ¿Cuál es el prpblema que te inquieta, compadre Gaaru?- Le asalto tratando de demostrar interés y compresión con la mirada.

Bajando la voz a nivel de susurro.

Se me ha encomendado la escolta de unas personas muy importantes. Se encuentran en otras tierras, posiblemente hostiles, en donde estan retenidos en contra de sus deseos.

Estaré sirviendo a la ciudad, pero no creo que pueda hacerlo sólo.

Ammat comía y charlaba tratando de dejar atrás la última reuninón, había sido especialmente frustrante y especialmente inproductiva, solo nuas cuantas horas dando vueltas sobre el mismo tema sin llegar a ningun lado, amenazando con tener que repetirse.
¿Por que será que siempre que viajamos lejos caemos en la misma trampa? preguntó a sus compañeros comensales Vamos a sitios donde prometen darnos platos tipicos de nuestra tierra, pero nunca están tan buenos como allí ¿No os parece? Es una rutina que repetimos y repetimos y repetimos. Aunque esto no esta nada mal ¿No deberíamos estar probando las cosas típicas de aquí?
Cuando los protectores entraron con aquel hombre al que parecían escoltar se inclinó hacia adelante para preguntar un poco más bajo.
¿Sabéis quien es? Si son sus guardaespaldas debe de ser importante

-El sujeto de rojo no, pero hemos oído que ese que viste de forma tan extravagante, el que enseña prácticamente el ombligo, se batió ayer en un duelo amistoso contra un parroquiano habilidoso y lo derrotó en un abrir y cerrar de ojos, es de la golondrina. También hemos oído que el de la cara serena, el que parece que se está aburriendo siempre, también es un sujeto ejemplar, al parecer tiene una moral inquebrantable. La verdad es que no se nada del tercero pero creo que también es loto. -comenta el delegado.

-Deno Saru, en efecto del loto hermano, al igual que Gaaru Nagata. Ambos son recientes en el cargo, de la penúltima promoción. Tienen fama de ser paladines de la virtud, espero que el tiempo no los corrompa, siempre da gusto ver a los jóvenes idealistas intentar mejorar el mundo -te mira y cae en el detalle de que también es un poco tu caso -Es natural, de no ser por esa naturaleza el mundo nunca cambiaría a mejor, todos hemos pasado por esa etapa, y algunos de los mejores tardaron mucho en abandonarla.

-De todas formas -interrumpe el delegado a su hermano -Ammatam tiene razón en algo, deberíamos probar lo típico de aquí, solo que tengo entendido que es básicamente bollos, carne y cerveza.

Cita:

Ammat sonrió como un gato sonreiría a un ratón. Estaba aburrida y se le antojo jugar un poco con las palabras del hermano secretario.
¿Tu también tuviste una época de cruzado? se interesó la mujer mirando lo fijamente Puede que algún día quieras contarme tus peripecias... dejo las palabras en el aire. Dejando que el hombre fantaseara un instante en todos los significados que podían tener y en cuales no. Pero no estoy de acuerdo, no es una etapa. sentenció la mujer, parando a beber y dejando que la interrupción subrayara sus ultimas palabras. Es voluntad amigo mío, pura y dura. Tan valiosa como agua dulce en mitad del mar. Y al igual que el agua dulce, se consume, por que hasta al mas santo le cuesta hacer algo que va en contra de sus deseos, de su beneficio y al final esa cantidad de agua potable se agota. Por eso es cuestión de jóvenes, por eso y por que las familias beben de ese agua con avidez, sobre todo en cuanto vienen los hijos. Los hijos también requieren de voluntad. Por nuestros futuros hijos, que les quede poco de lo que beber y nos colmen de disgustos y nietos. acabó con aquella broma alzando la copa.
Así que bollos, carne y cerveza. El menú descrito no pareció entusiasmarla tampoco. Supongo que son famosos por algo como su caballería por la falta de opciones en otros aspectos.... Seguía bromeando en voz baja El problema de ser un pueblo de mercaderes es que hemos visto demasiado mundo, señores, nos quedan pocas sorpresas por ver, en lo que a las culturas extrañas me refiero, claro.

Antes de que traigan la comida 

Mientras mis compañeros comienzan a hablar sobre sus experiencias en este evento, mi atención comienza a decaer. No es que no me interesen sus comentarios, que no dejo de escuchar, pero este tipo de reuniones nunca me han gustado y hablar acerca de ello después de haber tenido que sufrirlo me parece como si después de haberme dado un golpe letal no me rematasen. Dejo que mi mirada vague por la sala buscando algo interesante, alguna damisela digna de ser admirada, por ejemplo.

Después de haber fichado a varias mujeres de mi interés, busco a una de ellas con la mirada y, tras notar que tengo su atención, me levanto y digo:

-Se que no es buen momento, pero necesito unos momentos, por favor. Disculpadme. 

Dicho esto me levanto recolocando bien mis ropas con un simple gesto de hombros y me marcho al excusado, mientras lo hago, dirijo una sonrisa a la dama en cuestión y me marcho con un andar que denota la tremenda seguridad en mi mismo que siento.

Tras unos minutos regreso a la mesa y compruebo que la comida ha llegado antes que yo. Me vuelvo a sentar y le doy un sorbo al vino,dejando que su excelente sabor me embriague.

Trato de reengancharme a la conversación mientras me fijo disimuladamente en la dama, tratando de discernir si ha visto algo que le guste.

Pero las palabras de Gaaru logran captar mi atención y, mientras pruebo el delicioso pulpo le miro expectante, esperando a que continúe hablando.

Mientras charlaba con sus compañeros de viaje y comensales no pudo pasar desapercibida la actitud furtiva de aquel hombre y una sonrisa irrefrenable se escapo entre sus labios, le costo no volver a mirar en la dirección del protector.

- Sabes que te socorreremos en lo que sea, protector.- Comento seriamente a Gaaru. - Tal vez debamos avisar al magistrado Nara o nuestros superiores por si debemos abandonar los eventos de mañana para ayudarte en tu misión, pero estoy más que dispuesto a ello. ¿Nos puedes informar más osbre el asunto?

-Lo cierto es que no sé hasta que punto es prudente hablar, no me malinterpretéis, no deseo participar de intriga alguna, o parecer misterioso. -me siento incómodo de repente, al ser consciente de que a pesar de confiar en mis compañeros estoy a punto de revelar información que me ha sido confiada a mi. Todos pueden apreciar como dejo de comer y me quedo con la mirada fija durante un momento -Hoy, quizás mañana se va a dar una situación inusual en la corte, van a pedir que un grupo se desplace, yo voy a  formar parte de ese grupo, pero aún no es oficial, debo presentarme voluntario para evitar quedarme fuera, y me sentiría más respaldado si contará con vuestra compañía. La empresa en particular es rescatar a unos rehenes.

Observando al protector de aspecto provocador caes en la cuenta de que en esa mesa se están discutiendo temas de gran relevancia, por la cara de seriedad que ponen los comensales, uno de los cuales casi se le cae la comida de la boca.

-Bueno, eso lo dices por que aún eres jovén y has vivido poco, si alguna vez viajas a la tierra de tu abuela, verás que se puede llegar a cocinar solo con verduras y que estas estén sabrosas. O si viajas a oriente, en las provincias fundacionales del imperio tienen unos vinos tan deliciosos que nuestro blanco parece ceniza. -casi no te enteras de a que se refiere, la distracción del guapo golondrina y caer en el detalle de la mesa te baja la atención a la conversación. Ah, claro, se refieren a tu afirmación de que por ser mercantes no hay nada nuevo.

Tu respuesta, que de por sí sería un poco torpe dada la distracción, se ve afectada además al notar que el golondrina es el único que en lugar de consternado parece alegrarse por lo que se está diciendo.

Las noticias no me eran nuevas y yo ya pensaba ir de antemano, pero estaba bien saber que iría acompañado de gente conocida en la que se puede confiar.

-Graves nuevas, yo iré a tú lado. Si te soy sincero, me siento más cómodo trabajando al aire libre que no en las circunstancias actuales.