Partida Rol por web

Miro a un lado y a otro de nuestra mesa...

¿Alguno es conocido de la magistrado?

Ultimamente que nos acercan muchos magistrados y delegados y mucho me temo que una vorágine de evento e intrigas nos devore.

Mirando a Deno Saru a quien considero mucho mas bendecido en la oratoria que yo.

Quizás compañero puedas ser tu quien dé un poco de luz a esta nueva escena

Ammatatam dudo un instante si indagar más o ser una persona discreta, al final se decanto por lo segundo.
Entonces disculpe mi intromisión. Si todo está bien le dejaré a sus asuntos. dijo sin más.En otra ocasión quizá podamos charlas con más calma. Pase un gran día. dijo despidiendo se formalmente de acuerdo al protocolo nuevamente.

La magistrado se retira y deja a Hokelsa salir con su apresurada tarea. La mujer se dispone a volver a su mesa cuando un asistente del salón le indica que quieren agradecer su gesto en la mesa de los protectores, cuando Ammatam mira a su mesa sus colegas le asienten con una sonrisa. 

Ella sabe que es la cara de "tu te lo has buscado"

Mientras en la mesa esperan con inquietud la reacción de la magistrado.

Miró a sus dos acompañantes, sobre todo al que le había relatado algunas de las aventuras de algunos de los presentes, su cara fue la cara de "venga ya, tu también quieres, no me dejes sola". Pero al margen de la reacción de sus compañeros de mesa(pues no iba a rogar por que la acompañaran como si fuera una niña pequeña), se encaminó hacia la mesa de los protectores. Buenos días honorables protectores dijo ante las curiosas miradas de los presentes. Me llamo Ammatam. se presentó tras una reverencia cortés. Me honran con su invitación a acercarme para conversar. agregó a modo de elogio, esperando a que los protectores se presentaran con la formalidad debida a un primer encuentro. Su actitud era distendida y relajada, como dejo notar al no hacer uso de su título.

- Un honor conocerla, virtuosa Ammatam.- Le contesto mientras sonrío entre amable y admirado. Al ver que ella prescinde del uso de su título, y habiendo comentado ya nuestro oficio, decido emplear su mismo tono, para hacer este encuentro más distendido. - Deno, Deno Saru, a su servicio.- Me presento antes de devolverle su graciosa reverencia.

Sintiéndome todavía algo perturbado por lo acontecido con Hokelsa, la nueva atmósfera creada me sienta de maravilla, aliviando la tensión que se había alojado en mis hombros.

-Para mi es un placer conocerla, grácil Ammatam. Los honrados somos nosotros al haber sido invitados a tan magnífica bebida por su persona.

-Gaaru Nagata

Digo mientras apoyo el vaso de nuevo en la mesa y saludo con la cabeza.

-Sería un gusto que conversaramos un rato

Y en verdad que lo es, puesto que la intriga de la aparición de otro servidor público en nuestro dia a dia, no puede sino significar emociones nuevas.

Ammatam sonrio amable
Me temo que mi conversación os va a decepcionar, he llegado de las tierras de la nutria de donde soy oriunda hace poco y desde entonces he estado atrapada en tediosas reuniones de burócratas y mercaderes. reconoció mirando a Nagata y recompensándole con una sonrisa.
No como ustedes, uno de mis compañeros de mesa me ha relatado que sois las personas más interesantes de por aquí. recorrió con la mirada a los 3, de modo analítico. Así que si no lo habían notado, creo que me toca notificaros que sois la comidilla de por aquí: Me ha relatado por encima su reciente duelo, creo que por usted... ¿No me ha dicho su nombre, verdad? inquirió mirando a Nakida.

-¿Duelo?

Musito mirando a Ganikusi, con sorpresa. No en desagrado, sino en total curiosidad de saber como fue, con la curiosidad de un niño.

-Si que parece que tenemos historias interesantes aun por conocer

Y doy otro sorbo de mi vaso mientras miro jovial a Ganikusi expectante.

Después de evadir calles inquieto por las múltiples interrupciones llegas ante el delegado. Nadie te ha seguido, estás seguro, pero aún así tienes el corazón inquieto, te prometes a ti mismo no volver a subestimar a los espadachines, al parecer no son simples maquinas de matar.

-Enseguida llamo a mi señor esperad aquí, un sirviente os traerá agua antes. -dice el mayordomo de la residencia.

En efecto no te da tiempo a contar veinte latidos y aparece un joven con una bandeja, un cuenco de agua perfumada y un vaso de agua acitrada.

Como es de esperar tras calmar la sed te limpias la cara y cuello.

¿A qué se debe esta inesperada visita Hokelsa? -el delegado tiene aspecto de haber sido interrumpido de algo, pero no te preocupa, sabes que la información que posees solo es útil si es temprana.

Permanezco en el filo de mi asiento, expectante, supongo que se referirá a la prueba de esgrima de la jornada anterior, pero tenía curiosidad por saber si se me habían pasado posibles lecturas en base al contexto de las jornadas en que había tenido lugar.

-Disculpad mis modales, me llamo Ganikusi Nakida, de la golondrina, y si, fui yo quien se batió, pero no se trataba más que de una práctica de esgrima, cuyo único fin era mantener afilada mi habilidad.

Al ver la expectación causada por el duelo, me decido a ampliar la historia.

-Hace unos días me encontré a un viajero polvoriento que estaba siendo timado por un tabernero codicioso, el cual aprovechó un tecnicismo para no servirle lo que había pagado. Sin poder ayudar al hombre, me ofrecí a invitarle yo a comer en otro sitio, y bueno, a raíz de eso quedamos para medir nuestra habilidad la próxima vez que nos encontrásemos. El hombre, agradecido por mi gesto, me regalo estas preciosas espadas de madera con las que nos batimos.

Ammatam escuchó espectante lo que Ganikus tenía que decir.
Que historia mas pintoresca. dijo satisfecha Ammatam con la presentación y la historia. ¿Y el viajero polvoriento y su habilidad con la espada fue digno rival? Imagino que fuera diestro, pues si llevaba esas espadas de madera y se mostró dispuesto a practicar con vos(que tenéis toda la pinta de ser un experto), sería alguien a quien le apasiona dicho arte. Siguió interrogando de modo amable a su interlocutor.

Me mostré tan intrigado y expectante como Ammatam en el relato de Ganikusi, cuanto más hablaba más dudas surgían pero nuestra nueva amiga ya se encargaba de sonsacarle la información que mi ansiosa cabeza reclamaba. Tome de nuevo el vaso de la invitación y bebí ansioso, casi como si con ello esperase acelerar la lengua de mi compañero.

Sintiéndome muy a gusto siendo  el centro de atención, continúo contándoles la historia.

-Lo cierto es que cuando le conocí solo llevaba sus sables normales, bien envueltos en una tela como es de rigor. No se a que se dedica, pero si recuerdo que el hombre afirmo provenir de una familia carpintera, así que me hizo unas espadas de madera en agradecimiento. Fue un honor estrenarlas contra él. 

Dejando un par de segundos de silencio, continuo hablando:

-No tengo muy claro a que se dedica, pero que la rapidez con la que acabó todo no os engañe, era un digno rival, simplemente pocos hombres pueden rivalizar con mi destreza.

Seguro que el también se llevo una gran impresión de vos concedió Ammatam a Ganikus. Si supieramos su nombre podríamos atosigarle también a el con nuestras preguntas. Que suerte para él. dijo de una forma juguetona.
Las grandes destrezas se vuelven a encontrar, ese es el sino de los maestros, medirse con maestros; Así que probablemente lo volváis a ver. declaró solemne.
Carraspeó un poco antes de decir lo siguiente
En virtud de la sinceridad, sabed que me he ofrecido al caballero que acaba de abandonar la mesa a interceder entre ustedes dos si había algún tipo de desacuerdo con el que cualquiera de los dos se sintiera en desventaja, como arbitro imparcial, nada más. le informó, pues era más que probable que se enterara y además que tampoco consideraba que hubiera hecho nada impropio de su deber y su cargo. La misma oferta os la extiendo a vos. dijo ceremoniosa, pero esa actitud no duró más allá de la duración de la frase, a continuación cambio de tema.
Ahora que ya nos conocemos todos, decidme: ¿Alguno es foráneo de por aquí, para aconsejarme en que puedo ocupar mi escaso tiempo libre que no pueda apreciar en ningún otro rincón del mundo? se interesó

Resulta evidente que la magistrado es una persona pasional, ese tipo de mujeres con un magnetismo agresivo. La conversación es divertida, incluso cuando os está preguntando por asuntos que puedan ser delicados.

Deno y Saaru intercambian una mirada fugaz para decidir quien le indica a la dama a donde ir, pues son conscientes de que se les ha lanzado una petición y sería de mal gusto no responderla.

Sin embargo antes de que puedan reaccionar un grito procedente de una de las mesas próximas desgarra el ambiente. Varios de vosotros os tensáis, pues aunque la serenidad es un rasgo en vuestra profesión los días previos han sido turbantes. Casi os apetece matar al hombre al daros cuenta de que era el inicio de una sonora, exagerada y ebria carcajada.

A Ammatam le dijo más la reacción de los magistrados que el grito. Miró el vaso vacío con el que jugaba en ese momento.

- La conversación tensa con vuestro amigo, vuestra reacción ante ese grito... ¿Qué ocurre? Seré discreta siempre que no comprometa mi deber, en ese caso no me lo digáis. - Dijo sonriente y confiada de que algo contaríais aunque fueran patrañas, mentiras o medias verdades.

Tras lanzar una mirada fulminante al que así había reído, volví a girarme hacia mis compañeros de mesa, encarando una vez más a Ammatam. 

- Bueno, supongo que la parte de nerviosismo que nos atañe no es un secreto en si mismo. Hace dos jornadas un extrangero fue asesinado en una de nuestras casas de las flores y somos parte del grupo de protectores que investigan lo acontecido. Nuestra labor todavía está comenzando y uno de nuestros superiores ya ha terminado en una casa de cuidados, así que, hasta que no avancemos en nuestras pesquisas, tememos ser los próximos en swr sorprendidos por la traca que acompaña a este curioso suceso.- Comenté rellenando mi vaso una última vez.