Partida Rol por web

Os toca.

Adric podría aclarar su reacción ante el velado contacto de Jasmine, darle esperanzas a su madre, no dárselas, o lo que le apetezca.

Zaius también; Jasmine le conoce, probablemente por algún retrato familiar de cuando era más joven. ¿Ha disfrutado de la comida y de la compañía?.

Malric ha contactado con el mundo criminal de La Marca, y ha sido invitado a entrar en él. Tendrá que aclarar su reacción.

Ceyron sabe ahora algunas cosas que pueden ser importantes para los compañeros, pero tampoco los conoce. ¿Qué decisión tomará? :O

Satisfecho por la forma en que su madre estaba gestionando el luto de Máximo, Adric se permitió disfrutar de lo más parecido a una comida familiar que podría disfrutar ahora que había tomado la senda de la aventura. Sin embargo, no dejaba de mirar de reojo ese plato vacío que esperaba en la mesa a por el nuevo comensal. ¿Quién sería? ¿Algún socio comercial de su padre? Desde que la situación con el Califato se había arreglado — lo que no se consiguió sin desembolsar grandes cantidades de dinero y joyas, lo que casi les lleva a la ruina — no tenían ya que esconderse y las visitas eran casi diarias. 

—Pues lo que mencionaba, padre. Conocí a mis nuevos amigos cuando escoltaba una caravana de camino aquí, imagino que habrán llegado ya a Robleda. Ahora nuestros planes… —Sin embargo, su explicación fue interrumpida por la deslumbrante llegada de la joven Jasmine. Y como piezas de dominó colocadas una detrás de otra, las pistas que había ido recogiendo desde que entrara en la Plaza fueron cogiendo sentido: la inusual alegría de su madre al verlo, el hecho de que tuvieran comida de más preparada de antemano, que estuvieran en la sala de recepciones en vez de en la familiar… y por supuesto, el plato extra.

Sin habérselo propuesto, había caído en una trampa organizada por su madre. Una trampa que ni siquiera ella sabía que estaba dispuesta. No ha cejado en su empeño en emparejarme con alguien. No podía reprochárselo: era el único hijo varón que les quedaba, así que era el único que podía heredar el apellido y los bienes familiares cuando ellos ya no estuvieran. Y de darle un nieto a su madre, por supuesto.

—Señorita Jasmine, es un placer conocerte —dijo, sonriendo con amabilidad, aunque el repentino abrazo de la muchacha le pilló completamente desprevenido y no pudo evitar ruborizarse ligeramente. Aunque su corazón estuviera dedicado enteramente a Ishtar, no dejaba de ser un hombre joven y en plenas facultades físicas. De reojo, buscó ayuda en Zaius y en Máximo — Siempre es un honor tener enviados del Califato en la casa de mi padre, y espero que las noticias que te haya contado mi madre sobre mí no hayan sido demasiado exageradas. Al fin y al cabo, sólo soy un humilde siervo de la Más Brillante Estrella y mi camino carece de destreza y elegancia. Si nuestra estancia en Robleda nos lleva más de lo esperado, prometo acudir a una de tus danzas en La Parada.

Escucho con atención lo que Trix me cuenta. No tenía ni idea cuando los vi entrar en la ciudad que pudieran ser de algún interés para alguien en la ciudad.

¿Y qué puede querer alguien de esa familia visirtaní? No recuerdo que viva nadie importante ni relevante en esa casa.

Intento conseguir alguna pieza de fruta, y consigo una pera antes de que Trix se la coma también. Estaba realmente hambrienta.

Y lof etrangero bo fé quiene fon. Ubo de ello fe quedó ed la tabenna (Y los extranjeros no sé quienes son. Uno de ellos se quedó en la taberna) - masticaba con hambre la pera mientras hablaba. Tragué el trozo de fruta y me limpié la boca.

¿Sabes tú algo de ellos?

"De los nuevos no", dice encogiéndose de hombros. "Pero creo que los moros andan ganando demasiado dinero, y algunos comerciantes de acá andan mosqueados por eso", afirma. Luego le mira sonriente; "No voy a decirte quién me contrató, ¿qué te crees?. ¡Que soy una pofesioná!".

No quiero saberlo tampoco. Es tu trabajo y no te lo pienso pisar.

Miraba la casa atentamente para ver si había algún movimiento más en la entrada. También controlaba la calle por si alguien estaba también vigilando la casa. Estábamos a resguardo, pero podríamos estar en el punto de mira de alguien.

Me quedaré contigo. Tengo curiosidad por saber qué se cuece en esa casa. Además, ¿qué pinta Jasmine aquí? ¿Acaso son familia?

Ahora ya era un tema de curiosidad sobre aquella familia. También me gustaba estar con Trix. Alguien con quien hablar y compartir ratos en aquella ciudad era difícil de encontrar.

Cuando había pensado que nos trenzaríamos a golpes de puño el tipo se relajó o eso aparentó, la joven pudo irse y quedó todo ahí sin mucho más. Suelto de lengua me soltó un montón de cosas de las cuales trato de no mostrar muchas expresiones porque por más que necesite el dinero, no es lo que esperaba como vida de aventurero el asaltar carretas y violar mujeres. maldigo una vez más a mis compañeros de viaje por haberse ido por otros rumbos. - Dime más. - Le respondí acercándome un poco hacia él demostrando interés a lo que estaba ofreciendo.

Por mi mente vagaron muchos pensamientos de cercenarle la cabeza ahí mismo y otros que buscaron claridad pero eso me obligaba a buscar hablar con unos charlatanes. Algo que me causó dolores de cabeza por anticipado.

Estaba disfrutando del delicioso té y de la agradable compañía de los padres de Adric, cuando ante nosotros apareció una diosa en carne y hueso. Era la mujer más bella que había visto hasta ahora y eso que había visto mujeres guapas. No sabría decir si era el toque exótico, con su vestido de sedas casi trasparentes que parecían flotar a su paso y que se ceñían a su cuerpo perfecto, pero la vista de todos los presentes se quedó fija en ella. Una fragancia afrutada, que me recordaba a los campos en flor, me inundó las fosas nasales; un olor a miel y cítricos. El silencio se hizo en la sala, las miradas puestas en Jasmine, que así se llamaba. Al presentarse a Adric, le rozó adrede con un pecho, o eso me pareció, haciéndole ruborizarse. Con su mirada buscó ayuda en Máximo y en mi, aunque sólo encontró en mi rostro una sonrisa socarrona, indicándole que me hacia gracia su turbación con esa joven muchacha.

Al girarse y presentarse, me quedé observando atento una cosa que me había pasado desapercibida hasta que la tuve justo enfrente: el color de sus ojos, de un violeta puro. Ahora era mi turno de quedarme sin habla, ante las palabras de Jasmine.

-"Sí, en efecto, soy Zaius Atreides." La respondí, mirándola inquisitivamente.

Pero lo más sorprendente era que sabía la leyenda de mi familia y de la existencia de la reliquia sagrada. Eso ya me dejó perplejo del todo.

-"Claro, para mi sería todo un honor que me acompañara en mi búsqueda. Siempre es grato tener buena compañía al lado para charlar de heráldica y leyendas, y más si tiene tanta belleza como usted, si me permite el atrevimiento. Aunque debe saber que esa búsqueda es peligrosa y puede que me lleve a lugares de los cuáles, tal vez, no salga bien parado. Y dígame, por curiosidad, ¿por qué le atrae la historia de mi familia y, en particular, la leyenda de la reliquia sagrada? ¿Por qué la busca usted?"

Intenté no sonar sorprendido y ser educado, a la par que la dirigía alguna pregunta para sacar información sobre ella y sus intenciones de localizar la reliquia. Me había dejado pensativo. Ella se sentó y se presentó a Máximo, mientras que el servicio iba trayendo la comida. Comí poco y dialogué con fluidez con los demás comensales, contestando a todas y cada una de sus preguntas acerca de nuestra aventura en Caudal. Al terminar la comida, Celmira nos comenta que Jasmine es diplomática de Visirtán, además de una gran bailarina. Al decir Adric que tal vez vayamos a ver a esta extraña mujer bailar a una posada llamada La Parada, asiento con la cabeza.

-"Como dice Adric, si tenemos algo más de tiempo antes de nuestra partida, prometo ir a verla a esa posada y disfrutar de su actuación. Estoy seguro de que disfrutaré mucho de su pericia con la danza."

Más que ir a verla bailar, me interesaba saber más de ella y de sus razones para intentar localizar la reliquia perdida de mi familia. Me puse en pie para dar las gracias a los anfitriones.

-"Señor y señora Fell, muchas gracias por su hospitalidad y por invitarnos a degustar los sabrosos platos de su tierra, eran deliciosos, sin duda."

Vuelvo a sentarme, esperando a que Adric nos comente qué hacer a continuación.

Turno 4. ¡Multiturno!. El grupo está separado.

Adric, Zaius y Máximo se encuentran en la casa familiar del primero. Acaban de terminar una deliciosa comida junto a los padres de Adric, Yusuf y Celmira, y una bailarina visirtaní de gran fama en la ciudad, Jasmine. Aynab duerme el sueño de los justos repantingado en el jardín.

Ceyron observa la hacienda Fell desde fuera, y descubre información acerca de una posible amenaza. Decide quedarse junto a Trix e intentar averiguar más de lo que se está cociendo.

Malrick se encuentra en la posada de Los Gamos, haciendo buenas migas, (aparentemente), con un evidente elemento criminal, e intentando sonsacarle más información.

Y vamos allá.

Turno 4.1. (Adric y Zaius)

Hace semanas que ni Adric, ni Zaius ni Máximo, (ni Aynab), se alimentan tanto, tan bien y tan cómodamente. Entre la comida y la conversación ha transcurrido la mitad de la tarde casi sin que se den cuenta. Las modestas palabras de Adric acerca de sus actividades son correspondidas por una mirada sonriente y enigmática de la joven, que permite al paladín guardar las apariencias.

(Sigue...)

"La humildad es una virtud valorada por Ishtar, espero que la escolta a la caravana haya sido tranquila", asiente ella con su cuello de cisne. Después, tras picar una aceituna del cuenco, cambia de tema de conversación de forma casual. "Por cierto, ¿os habéis enterado del desastre de Caudal, cerca de aquí?. La aldea ha desaparecido, engullida por la crecida de un afluente del Arroyosauce. Una tragedia, de verdad lo siento mucho por los vecinos", afirma con honestidad mirando, también casualmente, a Máximo, que se atraganta con otra aceituna pero no dice nada.

(Sigue...) 

Todos alrededor de la mesa están de acuerdo en lamentar el suceso. Durante la comida Jasmine también charla con Zaius, que está a su lado. Él le pregunta acerca de su interés por la historia de su familia y por la reliquia familiar, y se preocupa por su seguridad si le acompañara en su búsqueda. (Las tiradas que has hecho son éxitos, ambas).

(Sigue...)

"Mi labor en Robleda tiene que ver con la diplomacia y con la información", responde ella con una amable sonrisa. "Me gusta hacer amigos, y muchos de ellos están bien informados. Es difícil no fijarse en historias y leyendas tan llamativas como la de una poderosa reliquia familiar, y siempre es bueno hacer nuevos amigos. Si te sientes más tranquilo, puedo asegurarte que no es la única historia que me interesa personalmente".

Cuando Zaius le dedica el cumplido a su belleza, ella baja modestamente la cabeza y las pestañas en signo de agradecida modestia. "Puedo parecer delicada, pero estoy entrenada como bardo y puedo cuidarme si es necesario hacerlo", le sonríe.

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Los ojos de color violeta no son naturales. Son muy raros, y tienen que ver con mutaciones mágicas. Probablemente Jasmine tenga algún tipo de poder mágico innato relacionado con sus habilidades bárdicas.

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Sobre las seis de la tarde, después de la sobremesa, os encontráis en el patio de la hacienda, un lugar tranquilo, relajante y floral con una acústica espectacular. Jasmine se despide de vosotros fluyendo con una elaborada reverencia en la que la palma de su mano va desde el corazón hasta la boca, y termina en su frente. Después se retira caminando sinuosamente a través de la vía y haciendo que todos los hombres se giren al verla pasar.

Yusuf y Celmira terminan la jornada hablando acerca del jardín;

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"Lo construimos los dos, y también lo cuidamos los dos. Al fin y al cabo el matrimonio es como un jardín", sentencia la madre de Adric.

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El hombretón se pasea entre las flores, mostrándolas con las palmas de las manos. "Un jardín visirtaní debe dirigirse a los cinco sentidos", os dice. "Vista", afirma mirando a su alrededor, "Olfato", enuncia llevándose una de las flores a la nariz, "Tacto", sigue rozando con las manos varias espigas verdes en una jardinera, "Oído", a continuación, parándose junto a la cantarina fuente, "Y gusto", termina cogiendo varias mandarinas dulces de un árbol y entregándooslas. 

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"Adric, tanto para ti como para tus amigos, nuestra casa es vuestra casa", dice Celmira. "¿Os quedaréis a dormir, o tenéis pensado seguir viendo la ciudad?".

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Turno 4.2 (Malrick)

El barbudo se levanta con el plato vacío y niega con la cabeza; "Poco más hay que contar, compañero. Yo me marcho  justo antes de que caiga la noche. Si estás interesado puedes encontrarme en esta misma plaza una hora antes de que cierren los portones de la ciudad", termina con un vistazo penetrante a la camarera. "Y si quieres diversión, nos la llevamos".

Acto seguido, si no lo impides, se marcha del lugar. Cuando lo hace se cruza con Delia, que trae tu comida en la bandeja y se aparta mucho de él temiéndose otro pellizco o tocamiento.

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Con una rapidez asombrosa la joven deja delante de ti un plato de madera cubierto de carne tierna y humeante, sazonada profusamente con sal y pimienta, y te mira de nuevo un poco temerosa. "Gracias por lo de antes", te sonríe tímidamente antes de volver a maniobrar entre las mesas en busca de otro encargo.

(Sigue...)