Partida Rol por web

A la hora indicada, os presentáis en la taberna por separado. Por un lado Águeda e Ignacio primero y Albar y Sebastián después. Tanto Albar como Águeda recibisteis de mano de un conocido de la corte un mensaje en el que se os citaba a las 22 en esta taberna. Intrigados acudisteis junto a vuestros hombres de confianza. Ignacio , cazador y experto arquero siempre a las órdenes de Águeda, Sebastián paladín y protector de Don Albar.

En cuanto asomasteis por la taberna fuisteis conducidos( en dos grupos) por el tabernero que en seguida os reconoció hasta la planta superior del edificio, unas estrechas escaleras de madera casi carcomida ya, que crujían a cada paso que dábais. En la planta superior varias mesas vacías y en otra un individuo ccon una larga túnica marrón y un antifaz negro que le cubre las facciones.

Todos os extrañáis ante la presencia de aquel hombre, que os hace un gesto con la mano para que os sentéis junto a él.

- Bienvenidos. Os estaba esperando

 El papel decía que vinieramos a la Serpiente de Mar y aquí estamos Sebastián, pero no veo a nadie conocido. Mis palabras se ven interrumpidas por el tabernero que nos hace subir a la parte de arriba. Junto con nosotros suben un antiguo conocido de mi padre, un tal Águeda y su compañero de armas. Me giro hacia Sebastián y le susurro: A estos dos si que les conozco, uno de ellos creo que es un alquimista o algo así...La taberna no parece de lujo ya que nuestros pasos suenan de tal manera que parece que con un salto acabaríamos de nuevo en el piso de abajo.

 Somos conducidos a una habitación en la que hay un personaje esperándonos. 

 Albar había recibido un mensaje en la corte. En el le citaban en la taberna La Serpiente de Mar, a eso de las 10 de la noche. Todo esto me lo comunico Albar dando un paseo por el ajetreado puerto de Valencia, nos vemos con regularidad y comentamos nuestros asuntos casi siempre al lado de una copa de vino. Recibí la noticia con alegría, podía ser una buena oportunidad para ganar algo de dinero, que ya estaba empezando a escasear.
 Entramos en la taberna y lo primero que hice fue buscar una buena mesa con la mirada. -Tengo mas hambre que un fraile.- le dije a Albar. -Nos sentamos?- vi. una mesa perfecta a la vez que mis tripas sonaban como sabiendo donde estaban. Pero según pensaba esto, el posadero nos asalta y nos dice que le sigamos. Nos conduce por una escalera estrecha de madera , esto no me gusta nada ante una posible trampa estas escaleras son una mala vía de escape, le doy una palmada en la espalda a Albar.-Será mejor estar cerca de estas escaleras si sucede algo.- Con nosotros suben dos personas mas, uno de ellos parece de buena posición, el otro porta un arco en la espalda, un cazador quitad?. Albar se gira y me susurra que conoce a los dos y que uno de ellos es alquimista en la corte, que diablos será eso de alquimista? me pregunto yo.
 Una vez arriba veo que hay varias mesas vacías y un hombre solo sentado en una de ellas,!!!lleva una mascara¡¡¡ este hombre levanta la mano y nos invita a sentarnos con el, no me gusta nada la gente que oculta su cara, nos sentamos en su mesa y el extraño personaje nos dice. Bienvenidos. Os estaba esperando

Oye master la narración vale asi?? es complicado cuando juegas en persona el player no narra nada lo hace el master solo y los acontecimientos marcan no?? es decir si yo pongo que hago tal el próximo que escribe tiene que ponerlo ya que se ha realizado, me entiendes??

Camino a escasos centímetros de Ignacio, temerosa por encontrarme en un lugar extraño para mí. ¿Qué fue de la niña que corría entre las piernas de los aldeanos? La Corte me ha cambiado demasiado. Me ha enseñado que el peligro no se muestra de la forma que esperamos… Ese pensamiento me relaja, pues significa que la seguridad quizás pueda encontrarse en lo inesperado y esta noche están apunto de ocurrir cosas de lo más inesperadas. ¡Lo noto en cada centímetro de mi blanda piel!

Le doy un pequeño golpecito en la espalda a mi guardaespaldas particular, para indicarle que avance hacia la mesa donde nos aguarda el individuo con la túnica marrón y el antifaz negro que nos ha saludado.

Buenas noches caballero -digo, saliendo de la cobertura que me proporcionan las fuertes espaldas del cazador.

No reconozco al sujeto encapuchado, pero su altura y su porte me resultan familiares.

A mis espaldas siento una presencia y, al girarme, compruevo que se trata de don Albar de Comesaña y otro caballero que debe ser guerrero, por la espalda de su cinto y sus andares seguros.

Buenas noches a usted también, señor de Comesaña -saludo, haciendo una leve reberencia.

Noto el gesto de Águeda y me acerco hacia donde está el individuo, pero en vez de sentarme, me alejo hacia un rincon, lo suficientemente alejado para poder dispararle con mi arco en caso necesario... Mi señora, sentaos vos que estareis cansada, yo puedo permanecer de pie, que ya sabeis "que es mejor para mi por mi tamaño"

 Buenas noches Águeda, espero que luego podamos intercambiar algunas palabras en una atmósfera más apropiada. Ya estamos todos en la sala y el encapuchado no ha dicho nada más que un Os estaba esperando. No se quién es y su figura no me trae recuerdos de nadie de la corte a priori.

Cojo dos sillas y me siento a la mesa con él a la vez que le ofrezco una a Águeda. Dejo otra silla un poco más retrasada y a mi derecha para que Sebastián pueda sentarse cerca nuestro escuchando la conversación completa y además tenga una mejor posibilidad de levantarse en caso de problemas.

Comprendo el nerviosismo de Ignacio y lo comparto. La alusión a su corta estatura me hace saber que permanecerá alerta en todo momento.

Yo también lo espero -respondo a don Albar, mientras tomo asiento en la silla que me ofrece-. Gracias -estiro mi espalda bien recta y alzo la cabeza, altanera, como la dama que soy. Mis ojos escrutan al individuo, pero sigo sin saber quién es.

Me siento en la silla que me ofrece Albar y me fijo en la mujer que se sienta a su lado y que le a saludado, que diantres habra hecho venir a una mujer de aparente bueena posicion a una taberna y ademas hacer negocios con un personaje tan misterioso?. Bueno sera mejor que atienda a la conversacion, me rasco la cabeza y pienso que Albar me dijo que era alquimista...tengo que preguntarle que es eso

En la recia mesa de madera hay cinco copas y una jarra metálica. El hombre sirve vino en todas y cada una de las jarras y os ofrece una a cada uno, reservando la última de las copas para él. Tomando la copa entre sus manos, el hombre da un largo trago a la copa.

- Este vino es excelente - comenta

- Veréis, os he hecho llamar porque necesito a un grupo de personas con recursos y discretos, muy discretos para llevar a cabo una investigación. He pensado desde un principio en vosotros, Albar y Águeda. Antes de seguir hablando necesito saber si estáis interesados en participar.- El hombre vuelve a dar otro largo trago de vino mientras espera vuestra respuesta.

Veo como el extraño hombre sirve vino en unas copas. Venga esto ya me gusta mas, si ahora me vienen con un buen conejo ya seria una noche redonda. Cojo la copa intentando no molestar demasiado a Albar, que esta delante de mi, apoyo mi mano izquierda sobre su hombro y con la derecha cojo el vino.

Una cosa, si me dices que tire me estas diciendo que el vino tiene algo no? lo suyo seria no beber de la copa pero prefiero arriesgarme. Si no dices nada de la tirada la gente bebe o no bebe yo digo esto desde la ignorancia que soy novato en esto del rol por Web. Y no lo digo por nada solo es un comentario.

Jejejeje ya ya un riojita jejejej. Oye te ha llegado mi mensaje privado?

 El extraño sirve vino en todas nuestras copas y por último se sirve a él mismo. Sebastián se apoya en mi hombro para coger su copa. Tranquilo hombre, te la podía haber pasado yo, sólo tenías que pedirla o hacerme un gesto. Miro para él con gesto de complicidad, quiere dejar claro a todo el mundo que en este momento no eramos un hombre al servicio del otro si no que esto lo hacíamos por propia voluntad.

Cojo mi copa con una mano y agito un poco el vino antes de darle un pequeño sorbo.Miro hacía la copa como sopesando el color del vino y la forma en que refleja la luz, el sabor del vino me desconcierta un poco pero no sabría decir todavía por que.LPaladeo un poco el vino y miro a la cara a nuestro extraño acompañante. Mi señor, no podré decir si estoy interesado antes de conocer las condiciones del trato, pero mi presencia en esta taberna y en esta situación creo que ya dice bastante de mi disposición ante los acontecimientos.