Partida Rol por web

El potente mazazo del clérigo aplasta la cabeza del trasgo como si fuese un pastel, terminando así en un momento con el último de los tres guardias. 

El claro se queda en silencio. Tenéis hasta tres caminos posibles, y una pregunta flota en el aire: ¿Habrá escuchado alguien el ruido de vuestra breve, pero intensa pelea?

Como era de esperar, aquel enemigo no pudo hacerles frente y en un abrir y cerrar de ojos habían terminado con aquella amenaza (si es que podían considerarlo así). Limpió su arma de los restos del trasgo muerto, y la guardó de nuevo en su funda. 

Tras esto, miró a su alrededor, buscando mas amenazas ocultas por el lugar, más no vio nada sospechoso. Bajó entonces su cabeza hacia el enano.

Creo que aquí hemos acabado. 

- Buen trabajo, muchachos. ¡Jajaja! -comenta alegre Rufus chocando sus palmas mientras sale al claro junto con Gringan y Luycen-. Vamos, Alden, esto no acaba aquí.

Krangus, el huargo, telepáticamente es llamado también a salir a la luz y en unas cuantas zancadas se coloca junto a "su otra mitad". El mago le acaricia detrás de la oreja y este, sentándose en sus cuartos traseros, saca la lengua y se deja masajear.

- Esta chusma no puede ser nuestro auténtico enemigo real. En mi opinión, deberíamos aventurarnos por la pendiente sembrada de árboles arrancados. O tal vez nuestro amigo Lucyen sea capaz de atrapar momentaneamente el espíritu de estos seres en su cuerpo para hacerles un par de preguntas. ¡Jejeje! ¿Podría ser? -pregunta. Inmediatamente baja el tono a un murmullo personal- Aunque no haría falta si pensaráis antes de machacar...

Sería una opción que no tengo preparada, al menos hoy- responde al mago- respecto a lo que propones me parece lo mas acertado. Pero debemos actuar como hemos hecho hasta ahora- se gira hacia Alden- ¿puedes ir a investigar algo la zona?

Una mueca de satisfacción se pudo observar en su rostro al contemplar la efectividad de quienes le acompañaban.

- Puedo y lo haré. Mantened los ojos abiertos, esto es demasiado fácil.- Manteniendo el arco tensado con una flecha a media altura, el calishita se adentró en la pendiente de árboles arrancados con gran cautela y observando a su alrededor.

El ladrón se acerca cautelosamente a la zona del claro donde los árboles están destrozados...

Por lo que Alden puede ver, esto no es un camino. El terreno desciende en una pendiente cada vez más abrupta que finalmente se convierte en un pequeño acantilado sobre el mar. Hay muchos árboles, pero entre el claro y el mar hay una gran sección de bosque que está prácticamente triturada. Como habéis visto, hay árboles arrancados de cuajo; otros han sido partidos por la mitad, o aplastados y astillados como si fuesen palillos. 

No tiene aspecto de ser un trabajo organizado. Parece obvio que una criatura de gran tamaño y fuerza se abrió camino por esta sección de bosque, en algún momento, por alguna razón. Es difícil decir si el ser que hizo esto provenía del mar y fue hacia el bosque... o al contrario.

"Pequeñajo. Fíjate hacia que lado están partidos o tumbados los árboles. Si alguna criatura hizo esto, debemos saber para que lado marchó...¡E ir trás ella!"

Acota Gringam mientras limpia la sangre del filo de su hacha.

"Si este bicho fuera oriundo de este bosque, no tendría que haber ningún árbol en pie. Algo o alguien introdujo esta bestia aquí. O llegó por sus propios medios"

Observa a Rufus y Lucyen...

"¿No se supone que los de su clase tienen una mente brillante? ¿Habían pensado en esto?"

Comenta mientras mastica unas hojarascas secas que sacó de una bolsa en su cinturón.

Podemos seguir por el camino abierto- señala al mismo- si hay mas enemigos, puede que hayan ido por allí. 

"Solo iré por ese camino por el hecho de que puede haber enemigos, no porque tu lo digas chispas"

Responde de mala gana Gringam, al tiempo que enfila hacia el camino.

Los árboles partido y tumbados de esa manera prometían un digno oponente. O un gran fraude. Pero esto último era algo en lo que el enano no pensaba. Solo sentía deseos de seguir blandiendo su hacha y poder masacrar más enemigos.

- También cabe la posibilidad de que el resto del grupo fuera a buscar agua -sopesa Rufus-. Sea como fuera, esta cuestión no es teórica: tomar una decisión es lo que nos dirá si hemos acertado o no. 

El mago deja de acariciar a su huargo y mentalmente le comunica su propósito de montar en él, por lo que el animal se coloca en una posición que le ayude a subir.

- Buen chico, Krangus. ¿Quieres mordisquear trasgos, verdad? Jejejeje -le dice antes de volverse a sus companeros-. ¿En marcha?

Lucyen observó como avanzaba el enano- con suerte un gnoll le aplastará la cabeza- piensa al tiempo que comienza a caminar por el mismo- Rufus, deberías mandar a tu huargo por delante mientras Alden cierra nuestra retaguardia- si había mas trasgos, esperaba que el olfato del animal los detectase. 

Os dirigís hacia el pequeño camino... pero antes de llegar a donde comienza, un nuevo grupo de criaturas aparece por él.

Es evidente que son los compañeros de los que acabáis de matar. Un grupo de no menos de nueve gnolls bloquea el acceso al camino. Algunos de ellos portan hachas; otros, arcos y flechas. Al veros empiezan a gritaros en su dialecto: no entendéis nada, pero por el tono y por sus expresiones no os cuesta mucho deducir que os están amenazando. Amagan con cargar, avanzando y retrocediendo... y de pronto por el camino, justo tras ellos, se escucha un "pom-pom" rítmico, como de pisadas. Segundos después una enorme y grotesca criatura aparece junto a los gnolls.

Es un ettin, como podéis ver, y, sobre todo, como podéis oler. El descomunal monstruo contempla el claro con expresión estúpida hasta que finalmente parece detectaros. Sonríe -al menos con una de sus bocas- y lanza un bajo rugido, como anticipándose a la matanza. Es evidente que la perspectiva de aplastaros (en realidad, de aplastar cualquier cosa) le causa gran placer. 

Los gnolls ríen de forma desagradable, como hienas...

Enano, ¿no querías enemigos? Pues ya tienes ahí un grupo para cortar cabezas- dice el clérigo mientras se prepara para el combate- mago, un buen hechizo aquí de área nos vendría de maravilla- con suerte, una buena bola de fuego lanzada a tiempo podría achicharrar buena parte del grupo mientras el enano remataba al resto. En cualquier caso, tendría que tener cuidado de no acercarse mucho al ettin, eran unos seres bastante idiotas pero fuertes. 

"Ahhh...Además de oportunos, estúpidos. Cuantos son...Y que objetivo tan tentador es ese cabezotas ¿verdad? Te partiré las dos cabezas, no desesperes...Que primero hay que limpiar la mierda del camino"

Gringam observa uno por uno a todos los enemigos, pero muy especialmente al Ettin. Deseaba matar a todos y dejar ese tentador bocadillo bicéfalo para el final.

"¿También quieren planear una estrategia esta vez? ¿O ya podemos comenzar?"

Añade el enano frunciendo el ceño pero con una sonrisa de satisfacción dibujándose en su rostro.