Partida Rol por web

 Los gigantes observan como aparece la barrera de cuchillas. Son lo suficientemente inteligentes como para saber que no es aconsejable pasar por ahí. Optan por lo mas sano: sus manos  agarran unas enormes piedras que cuelgan en su cinto y las lanzan con fuerza hacia vosotros.

-Aun estamos a tiempo de probarlo! Respondo a Izaoin mientras intento esquivar las rocas que caen del cielo, aunque eran demasiado grandes como para poderlas esquivar todas... -Me concentaré al máximo...

Me situo de perfil para poder controlar ambos frentes y apelo a mis energías internas para que eleven mi potencial mágico... mi mano comienza a tornarse con un aura verdosa, busca escapar de mi control pero me mantengo firme en ello y consigo sin demasiado esfuerzo retenerla lo suficiente como para que mi espíritu reúna más fuerzas y sobrecargue el sortilegio. En cuestión de segundos un brillante resplandor surge de mi para concentrarse hacia mi mano fortaleciendo el aura, ahora de tono esmeralda... -si esto no funciona correrá la sangre... la sangre de ellos, por supuesto! Vuelvo la mirada bruscamente hacia el muro de fuerza y con toda mi esperanza libero el rayo esmeralda hacia él, soltando un suspiro por el esfuerzo realizado.

 Aribeth lanza un poderoso rayo sobre el muro. El  conjuro podía haber desintegrado casi cualquier cosa, no obstante el  muro aguanta como el que más. 

Se coloca a la defensiva, observando como los magicos conjuran. Su cuerpo no podra resistir muchas pedradas como esta...

-Sugiero nos teleportes de nuevo a algun lugar conocido, como el templo en ruinas o bien el tunel de entrada. Si nos quedamos no tardaran en apedrearnos hasta la muerte... +comenta en voz baja, en tono casi casual...

-Estais todos de acuerdo? Nos retiramos para replantearnos la incursión?

 Justo en el momento en que Aribeth dice esas palabras algo ocurre: notáis como vuestros objetos pierden su poder, mientras que los conjuros que teníais echados desaparecen, entre ellos la barrera de cuchillas. Y veis la razón: tres enormes contempladores se acercan hacia vosotros. 

Mientras cierran sus ojos centrales, cada uno de ellos utilizan sus pequeños ojos y os disparan sus conjuros.

 Allí estaba, ante él, la posibilidad de librar una grandiosa batalla contra temibles enemigos.

 No cabía duda posible, Anhur, la deidad a la que servía, la deidad por la cual derramó la sangre de tantos luchadores en los pozos, por el que segó tantas almas en batallas pasadas, le ponía otra prueba ante él. PAra juzgar su valía y su valor, su destreza con las armas y su aguante.

 El camino estaba marcado...

 Con una mascara de determinación el bárbaro espritnó ante la horrenda y temible criatura que tenía ante sí, que lanzaba sus brujerías y maldades contra sus copañeros, el guerrero alzó el terrible filo de su alfanjón para segar la vida de la criatura.

 - Anhur acepto la prueba. ¡Observa y júzgame!

 Kurt, a pesar de la situación de su grupo, no se echa para atrás. Todo lo contrario, mas gloria para un guerrero luchar en una situación de inferioridad y vivir para contarlo. Se mueve con rapidez y ataca con furia al contemplador, el cual no esperaba la reacción del bárbaro y no tiene  tiempo ni de reaccionar. Recibe un contundente golpe que le hace sangrar, mas no esta del todo grave, ni  mucho menos.

 Los ogros, una vez desaparecido el campo ni  lo dudan:cargan contra sus enemigos. A pesar de vuestra situación, sois rivales difíciles de matar, y no  tenéis dificultades en esquivar sus golpes. No obstante, Aribeth no tiene tanta suert

La batalla habia comenzado, y a nosotros ya nos habia llegado castigo por parte de las rocas lanzadas por los gigantes.

Retrocedo un paso para sacarme al ogro de encima, y esquivando los movimientos del ogro que golpeo a Aribeth, intento lanzar un conjuro para protegernos y apoyarnos en el combate. Mi concentración apenas se mantiene lo suficiente para que haga la recitación de los textos sagrados:

 - "Silvanus creó el agua, y con él llamo a la vida de todo lo que con ella crece. Las plantas obtuvieron su vida de los rios de claro caudal que recorrian el mundo, y de las plantas, las criaturas obtuvieron la energia que les permitió moverse y caminar sobre la tierra. La vida y la magia llenaron el mundo bajo la poderosa mano de Silvanus, quien con su poderoso ojo creó el equilibrio de la vida y..."

Continuo con la recitación del texto sagrado, que infunde de sabiduria y conocimiento, reforzando la moral de mis compañeros.

- Pero que carajo..  el enano entoma los rayos poniendo a la vez cara de circunstancias y quizás por primera vez en mucho tiempo algo asustado..
 

Ostias! - el enano nota la energia negativa recorriendo su cuerpo, a la que consigue sobreponerse, aunque un escalofrío recorre su cuerpo dañandolo levemente, además sus objetos no funcionan, ni sus conjuros.. - estos ya van en serio! - Izaoin maldice por lo dentro; solo tienen un segundo para poder largarse antes que la zona quede completamente impedida magia, pero Kurt...

Tras mirar su hacha un segundo y lleno de rabia frustrada..  - Aribeth, por favor, ve atràs, coge al resto y colocaos en mejor posición o largaos si no lo veis..  yo ayudaré a ese maldito insensato! si podemos acabar con ese ser quizás podamos salir de aquí, sinó acabaremos muertos.

- además, donde se ha visto un siervo de Clangeddín huir dejando alguien atras y en un COMBATE?? Nunca! - Por Clangeddiiinnn !!! el enano se lanza a por el contemplador con el que lucha Kurt ignorando sus otros enemigos. Golpea con gran fe..

 Izaoin se mueve con celeridad y logra dar un duro golpe al contemplador, pero este aún tiene muchas energias para seguir luchando.

 Los gigantes se mueven con celeridad y cada uno se abalanzan a lo que consideran una presa fácil. Cada uno va a su objetivo, cargando con una potencia brutal contra cada uno de los miembros. El combate se recrudece por momentos: Kurt sufre dos poderosos golpes que para un humano ordinario le hubiesen cortado en dos, mas el bárbaro lo aguanta con estoicismo, pero sabe que varios golpes de esos y acabaría su lucha.

El enano también recibe lo suyo, a pesar de que el campo antimagia del contemplador no le afecta, lo cierto es que su posición le ha dejado vulnerable al ataque de otro de los gigantes, que no duda en aprovechar la ocasión, con un fuerte golpe de su espada al clérigo.

Jaan, a pesar de sus movimientos rápidos no logra tampoco esquivar el golpe que le propina su enemigo: esta mas atento a como salir de esta situación que del combate mismo.

Pero sin lugar a duda, Aribeth se encuentra  en peores circunstancias:con su magia inutilizada, se encuentra encima con un gigante y un  ogro, los cuales no tienen intención de dejarla marchar. El golpe que recibe del gigante de  fuego le deja en  muy mal estado...

 Jaan mueve la cabeza, negativamente... Este grupo esta perdido y probablemente, morira pronto. No podria resistir otro golpe.. Si Aribeth pudiera teleportarlos... pero los contempladores han acabado con esa posibilidad. El destino es asi

Hace lo unico que puede, tratar de ganar algo de tiempo. Desde luego pelear de frente seria totalmente inutil, asi que intenta distraer a los gigantes. Rapidamente, se desliza entre las piernas del que esta frente a el, reapareciendo detras... junto a un ogro. Pero no ataca.

En lugar de eso, se pon en guardia, concentrandose... y desaparece de la vista, utilizando algo de la poca magia que posee...

Aprovecho el despiste que el gigante tiene al intentar localizar al escurridizo Jaan para apartarme hacia atras buscando de nuevo mi oportunidad. Aguanto hasta el ultimo instante y en cuanto veo mis fuerzas recuperadas toco a Ilesor y nos esfumamos... repleguemonos amigo Ilesor!