Partida Rol por web

Sería dificil calcular el grado de humillación que supone para la joven esclava. Criada para esto, para ser esclava sexual, objeto del deseo, el número de servicias de su posición se hizo, hace ya mucho, incalculable.

Pero sabe que podría ser mucho peor. Hay un punto en donde no sufrir brutales castigos, no ser torturada, que no se te sacrifique, y que no estés en un burdel donde tengan que follarte veinte o treinta veces al dia, se vuelve lo importante de la vida.

Gata estaba amaestrada, y sabía que era necesario arrastrase con una mezcla de sumisión, duda, e impudicia. Y eso hizo, gateando hasta llegar frente a Xiaoyan. Sus manos acariciaron la piel de la monje con destreza, en pequeños movimientos circulares, que iban subiendo por los tobillos, por las pantorrillas, por las rodillas. Gata ni siquiera levantaba la cabeza hacia la monje, salvo una rápida ojeada para comprobar que sus caricias eran bien recibidas. Pronto a las manos le siguió la boca, y pequeños besos empezaron a caer sobre las piernas de la monje que notaba la lengua de la esclava lamiendo su piel con una técnica experta, que se hizo aun mas evidente cuando con lentitud la lengua y los besos empezaron a ascender, hasta los muslos, y luego hasta el pubis de Xiaoyan. No introdujo directamente la lengua, si no que siguió con los besos, y caricias, asegurándose por la respiración de la monje, que la excitación de esta seguía creciendo. Los besos sobre la zona del vientre, se van alternando con lametones, ahora más largos, y que ligeramente presionan el clitoris de Xiaoyan. A esas alturas la cabeza de Gata está apoyada en la mesa, metida entre tus muslos. Y finalmente notas la lengua dentro de tu cuerpo, chupando y lamiendo, recorriendo tu clítoris.

Justo cuando el placer es mas intenso notas las manos de la esclava cuyas caricias suben hasta cubrirte los senos, y acariciar los mismos. Mientras sigue dandote placer, y placer, y placer. Más placer del que has sentido nunca

Tirame resistencia para calcular la duracion. Es una tirada de tu bono de constitución, mas cuatro de sinergia que te da ella, mas cuatro por tu dote de belleza y tus rangos en tecnicas sexuales

Xiaoyan comprende enseguida que Gata es una experta en el arte del placer, y todo lo que intenta es prolongar al máximo las sensaciones antes de llegar al que sabe será el orgasmo más potente de su vida.

Tras un rato que parece interminable, y en el que el placer aumenta hasta proporciones gigantescas, sucumbe por fin entre espasmos, mientras todo su cuerpo se pone colorado por la intensa irrigación sanguínea, y lágrimas de alegría se derraman por sus mejillas.

Una vez cesan los espasmos, Xiaoyan recupera la vertical y hace una profunda reverencia primero hacia lord Debosteli, como instigador y otra, menor, hacia Gata como artífice.

Lord Debosteli se consideraba a sí mismo un amante experto, y lo era sin duda. Pero el espectáculo, que al principio le parecía simplemente una distracción interesante, llegó a impresionarle. Ambas mujeres demostraban un aguante fuera de lo común, y el placer que estaba produciendo Gata en su invitada era, sin duda, extraordinariamente intenso.

Pero en vez de dejarse llevar, la monje se resistía hasta la extenuación, aprovechando ese placer, pero sin rendirse al mismo, retrasando el orgasmo hasta que practicamente el ambiente estaba tan cargado que se podía cortar. El placer y el deseo empezó a contagiarse al noble que solo con esfuerzo de voluntad pudo evitar interferir en la pugna erotica que parecia haberse producido entre las dos mujeres.

Finalmente cuando la resistencia de Gata parecía empezar a agotarse, Xiaoyan se dejó llevar por el orgasmo mas intenso y profundo que había sufrido en toda su vida, perdiendo casi enteramente el control de su cuerpo mientras sus gemidos se transforman en gritos

Pocas veces, si es que alguna, la monje había sentido sus piernas tan temblorosas como cuando se incorporó. De rodillas la esclava tomaba aire, y trataba de relajarse

- Estás empapada - dijo el noble con una sonrisa.- Y yo estoy excitado. Tiéndete

Sí, milord, acertó a decir Xiaoyan.

Dispuso a su lado un lienzo blanco de pura seda, cuyo uso sería imprescindible más adelante, y untó sus manos con un aceite perfumado, para extenderlo a continuación por el enhiesto miembro del noble. Cuando vio que éste estaba preparado, se tumbó en la camilla separando las piernas.

No podría decirse que el noble no se tomase su tiempo. Primero acarició todo el cuerpo sudoroso de la monje, demostrando conocer como hacer gozar a una mujer pero, de alguna manera, dando la sensación de estar probando sus reacciones y su comportamiento. En su mirada había una mezcla de codicia y lujuria que resultaría desagradable en cualquiera que no estuviera bendencido por un cuerpo tan bello y una personalidad tan magnética como la del lider de la casa del Dragón.

Sus manos masajearon los pechos, rozando simplemente los senos, para luego acariciar los labios de Xiaoyan, e introduciéndolos en la boca de esta, haciendo que esta le lamiese de los dedos su propio sudor.

Sí, se tomó su tiempo. Demostró que sabía tocar, y acariciar, y mirar. Demostró su deseo. Sus manos acariciaron el pelo y el cuello antes de cerrarse en las caderas de Xiaoyan, y acercarla a su propio cuerpo. Y entonces la penetró lenta, pero firmemente, hasta introducirse por completo en el cuerpo de la monje.

- Dame todo el placer que puedas - exigió mas que pidió mientras empezaba a moverse dentro de Xiaoyan, con movimientos lentos pero muy profundos.

Pese a que el miembro de Debosteli penetraba todo lo que podía, la resistente membrana del himen seguía cerrándole el paso. Xiaoyan, viendo que el asunto no avanzaba, plantó resueltamente los pies en los muslos del noble y, asiéndole firmemente las manos con las suyas empujó a fondo... notando una punzada de dolor que le indicó que por fin la membrana había cedido.

Rápidamente, y como mandaba la tradición, extrajo el miembro de su interior y metió en su vagina el lienzo, restañando con él las gotas de sangre provocadas por la rotura. A continuación, y siguiendo el ritual, ofreció el lienzo manchado como prueba de su ya perdida virginidad.

Una vez hecho esto, volvió a untar el pene de Debosteli con el ungüento perfumado lubricante (que tenía además propiedades hemostáticas y suavizantes) y, colocando al noble tumbado sobre la camilla, se sentó a horcajadas sobre él para controlar la penetración en lo posible y minimizar el desgarro.

Una vez allí, empezó a hacer movimientos de subida y bajada, lentos pero intensos, aumentando la velocidad de vez en cuando, y ralentizándola cuando empezaba a notar señales de que Debosteli perdía el control.

A pesar de haberte demostrado con sus caricias conocer perfectamente como acariciar una mujer, el noble no se centra en absoluto en tu placer, sino en el suyo. Mientras te mueves encima de él, te mueve únicamente para ordenarte una forma concreta de moverte, o de besarle, o de hacerle una felación.

Su trato no es amable, sino despótico, aunque no te trata con rudeza, sino de forma ofensiva.

Notas como evita correrse dentro de ti demasiado pronto, obligándote a esforzarte en complacerlo, aunque tu extraordinaria forma física evita que muestres signos de cansancio o agotamiento. Finalmente, tras una hora de ejercicios amatorios, notas como el noble se descarga en tu interior.

El placer que has recibido de Gata, que sigue en la habitación, arrodillada, mientras copulais, aun dura en tu interior.

Al terminar Debosteli te mira con una expresión cuyo sentido no aciertas a comprender

- Bien - dice tras esperar un rato con un tono de cierta condescendencia- Es evidente que no sois una profesional. Pero no habeis estado mal. He encargado que os preparen a vos y a vuestra esclava una habitación a poca distancia de esta, por si os hago llamar o quiero visitaros. Mañana mi familiar os indicará vuestras obligaciones durante el próximo día. Podeis retiraros. Gata, limpiame 

Xiaoyan saluda con una semirreverencia, y se retira sin decir palabra.

Una vez en la habitación (se supone que con su esclava), Xiaoyan se baña, se limpia cuidadosamente la zona íntima, aplica una generosa dosis de un ungüento para suavizar las abrasiones debidas al acto amatorio, y se retira a descansar.

28 del mes de la sangre.

    Estación del verano en Nigerthia.

    Invierno cerrado en la ciudad de las cadenas.

    Un manto de nieve cubre las calles de la ciudad, y rachas de frío viento hacen que la mayoria permanezca en sus hogares

    Amanecer. Primera hora de la mañana.

¡Qué cabeza!

Está visto que lo mío es el sexo más que el seso.

Del tiempo que pasas en la compañía de Lord Debosteli poco sacas que sea de interés para los planes del templo, o para tus propios contactos y posición social. Después de aquella primera cena, el señor de la casa del dragón no te vuelve a citar para sus cenas y encuentros con consejeros, y durante algunas noches, y sus días, tus horas pasan en un aburrimiento que solo tu disciplina monacal y tu concentración evitan sea deprimente.

Sin embargo todo eso cambia la tercera noche. Estabas en tu dormitorio. Sabías que lord Debosteli había estado reunido durante toda la tarde y, al acabar la reunión, se había ido a usar a alguna esclava. Sin embargo algo salió mal. Escuchaste desde tu habitación gritos femeninos y un sonido de chispazos, seguidos de implecaciones hechas en lengua nigerthiana.

Pocos minutos después el propio noble entró en tu habitación. Su rostro era de enorme enfado. Era evidente que no te buscaba para hablar, pero reconduciste su furia y rabia y fue mucho más gratificante que la primera ocasión. También a él se lo pareció y durante la semana que duró tu estancia allí recibiste muchas veces al noble.. al igual que muchas veces recibiste las atenciones de Gata o de algunas de sus restantes y expertas esclavas, que te acicalaban, vestían o daban placer hasta el límite de tu deseo.

Fue, en definitiva, una semana llena de placer del que, finalmente, tu sacaste tanto placer como el que sabías estaba obteniendo Debosteli de ti.

Al terminar la semana Gata estaba en la puerta de tu cuarto, para despedirte. Llevaba entre sus manos un cofre que te ofreció. Al abrirlo viste las 5000 monedas de oro que esperabas... pero también algo mas. Un anillo y una llave

- Mi amo os ha regalado una casa, mi señora - explica Gata- Y también ese anillo que cree os protegerá en la vida que habeis elegido. También me ha ordenado que os diga - la esclava traga saliva- que os ofrece como último regalo a esta servidora. Aunque se reserva el derecho de usar a su esclava, y de visitaros para ello

Sorry, voy un poco de culo.