Partida Rol por web

Xiaoyan asiente y sonríe. Veo que domináis el tema. Sea, pues.

Sin decir nada más se levanta y desliza sus ropajes hacia atrás, quedando desnuda ante la madame, sin hacer esfuerzo alguno por cubrirse las partes íntimas. En definitiva, se trata de ser evaluada, ¿no?

La mujer te observa con paciencia y luego asiente esperando a que te cubras y vuelve a beber un sorbo de te

- Es evidente que vuestra amiga tiene un cuerpo sano y atlético, y que goza aun de la lozanía de la juventud. Pero debeis disculparme si os digo que no es una mujer guapa. Eso sin duda reducirá el valor que podrán ofertar por su don. ¿Habíais comentado que estaba versada en las artes amatorias?

Cita:

Xiaoyan asiente con la cabeza ante lo que va diciendo la madame y, a modo de respuesta, tan solo dice: haced venir a la joven indigna, y que traiga aceite perfumado.

Hecho y modificado en la hoja.

Cuando me traigan la indigna y el aceite, te roleo la escena y luego me dices lo que he de tirar.

Madame Limaia toma una campana de oro, y la agita ligeramente. Al poco un esclavo escasamente vestido entra y se arrodilla ante la madame.

- Que venga veintitres. Y que venga perfumada, desnuda, y con un frasco de aceites y perfumes

Al poco una joven casi adolescente, completamente desnuda, aparece en la sala, llevando un pequeño cojín con un frasco de aceites y varios pequeños perfumes. La joven se mueve con suavidad y dulzura, y se arrodilla entre ambas.

- Sigue sus instrucciones y haz todo lo que ella te diga - ordena Madame Limaia a la esclava, mientras toma otro sorbo de te y te observa con desapasionada curiosidad

Tras indicar a la esclava que se tumbe boca abajo, Xiaoyan vierte aceite sobre sus firmes manos, frota para calentarlo, y las coloca sobre los hombros de la esclava, empezando a impartir un masaje relajante por los hombros, la espalda, la cintura y las nalgas, momento que aprovecha para hacer pequeñas incursiones en el trasero de la joven. Después le toca el turno a las piernas, siempre hacia abajo, hasta llegar a los pies, donde se entretiene masajeando los puntos de presión, hasta escuchar un pequeño jadeo que le indica que la muchacha ha empezado a excitarse.

Después le indica que se dé la vuelta y, tras masajearle los hombros por delante, va descendiendo lentamente hacia la cintura, lanzando pequeños toques de la yema de los dedos a los pezones, que a estas alturas ya están duros como botones, acompañados de minúsculos lametones y mordisquillos. Para ese entonces, la esclava ya está bastante excitada, y por poco salta como un muelle cuando las fuertes manos de Xiaoyan acarician su monte de Venus, con los dedos índice y medio en forma de "V" a uno y otro lado de la vulva.

Abandonando momentáneamente su objetivo, Xiaoyan masajea los muslos de la chica provocando una afluencia de sangre mayor a la zona ventral, y acaba su masaje de nuevo en los pies, volviendo a estimular los puntos de presión para intesificar las sensaciones.

Luego, echa el aliento directamente sobre la vulva de la muchacha, insistiendo en la presión sobre los lados de la misma, que se abren, invitadores, mostrando los labios menores perlados de líquido lubricante propio. Es la señal que esperaba Xiaoyan para atacar con la lengua el clítoris de la esclava, que por un momento parece como traspasada por una espada, pero que no puede sino dejarse llevar por el torrente de sensaciones que la embarga. Xiaoyan continúa su ataque sobre el sensible botón de la joven a la vez que introduce el dedo anular en su vagina, curvado hacia adentro en busca del sensible punto de goce. La esclava se agita convulsivamente, siguiendo el ritmo que marcan los labios y los dedos, de Xiaoyan, que ahora son dos y más tarde tres, hasta que al final un orgasmo torrencial la embarga, y se agita de un lado para otro, víctima del placer.

Xiaoyan cesa en su feroz ataque a las partes íntimas de la esclava, pero sigue acariciendo suavemente sus zonas erógenas hasta que cesa la agitación postorgásmica. Por último, se inclina ante Madame Limaia y vuelve a su posición reclinada.

La esclava indigna no esperaba ser llamada para recibir placer y no estaba preparada en absoluto para tus atenciones. Su sorpresa inicial se torna, tal como esperabas, en un jadeo de placer, y pronto su obligación a obedecer, sumada a la habilidad de tus manos y tu lengua, hacen que el débil intento de la esclava en mantener cierta mesura de comportamiento, caiga.
Tras media hora de atenciones, veintitres termina su último orgasmo, con la piel brillante de sudor, arqueada y jadeante, con las manos crispadas y lanzando un sonoro grito. Luego se queda quieta, recibiendo tus caricias, con la boca entreabierta y los ojos brillantes

Madame Limaia observa la escena sin decir palabra pero cuando terminas asiente con delicadeza

- Vuestra amiga, ciertamente, tiene don para estas cosas. Creo que podremos conseguir un precio más que aceptable para lo que se propone. Volved a verme en un mes, y os diré algo

Xiaoyan asiente sin decir palabra, y se retira con una cortés reverencia.

Una esclava llama a tu puerta dos semanas después de tu encuentro con Madame Limaia

Xiaoyan abre la puerta e indica a la esclava que pase.

Después de cerrar la puerta, se cruza de brazos y espera el mensaje.

La esclava entra en tu casa y finalmente se decide a hablar manteniendo siempre la cabeza baja

- Mi ama me ha pedido que venga a informarle que el negocio que involucraba a su amiga va de forma adecuada para los intereses de todos los implicados. También quiere saber en qué tipo de otra gratificación estaría interesada su amiga además de la puramente monetaria, y cual sería en ese supuesto la ganancia de mi ama. Como muestra de buena voluntad me ha ordenado que me ponga a su servicio para todo el día, si precisa algo de mi

Cita:

Xiaoyan asiente con la cabeza y responde: Informa a tu ama de que, además de un valor monetario, podríamos considerar un favor, de un grado equivalente a la posición social de la persona interesada; es evidente que dicho favor no implicaría poner en riesgo vida o hacienda, pero sí intervenir decisivamente en favor de quien lo pidiere en caso de ser requerido. Lo mismo serviría para tu ama como ganancia.

¿Deseais que le informe a mi ama y luego regrese? -te pregunta la esclava cuando terminas tras haberte escuchado con atención- ¿O hay alguna otra cosa que me ordenais?

Cita:

Vuelve a casa de tu ama; tu misión ya está cumplida, dice Xiaoyan.

La esclava hace una reverencia y se marcha

Recibes un correo en tu domicilio, de Madame Limaia

Sin duda sería bueno que su amiga asistiera a la próxima ceremonia de Hextor, y que se arreglase y vistiese como merece todo aquello en lo que pone su fe y su interés. Si así lo hace será un placer acompañarla el próximo día sexto de este mes y pasaré a recogerla a primera hora

Xiaoyan notó algo parecido a la excitación recorrerle el cuerpo. Por fin llegaba el momento. Tras devolver un escueto mensaje de confirmación, salió a comprar un vestido adecuado para la ocasión, así como ropa interior a juego. Algo sobrio y de buen gusto, sin caer en lujos innecsarios, pero de calidad.

El día llegó, y siguiendo lo que había leído al efecto, antes de la hora prevista cuidó al máximo su aseo personal, bañandose con detenimiento y aplicándose aceites exóticos que dieron un aspecto inmejorable a su piel, extremando dichas medidas en las partes que más iban a verse en las siguientes horas. Asimismo, y conforme a la costumbre de las mujeres nobles en un clima tan cálido (rasurarse el pubis), hizo de nuevo lo propio para eliminar cualquier rastro de vello, y ofrecer una superficie suave y sedosa.

Después preparó un irrigador vaginal con una dilución que previniera posibles complicaciones indeseadas de los acontecimientos que iban a suceder, se aplicó una dosis liberal como medida preventiva, y guardó el resto para después.

Ya preparada para todo evento, realizó unos cuantos estiramientos a fin de estar preparada para cualquier postura exótica, se vistió con las ropas nuevas, y esperó la llegada de madame Limaia.