Amanece. Como de costumbre los primeros rayos del Sol bastan para eliminar de ti cualquier signo de cansancio del día anterior. Tu esclava Veintitres, que ha descansado a tus pies como suele ser la costumbre, se despierta casi al mismo tiempo y te pregunta si precisas algo.
Le haces un gesto para que revise el equipaje y te aseas, dejando luego que ella lo haga. Afuera hace un día nuevamente frío y desde la ventana observas como un manto de nieve cae sobre la Ciudad de las Cadenas. A esta hora tan temprana no hay practicamente nadie por las calles.
Aunque la gente que está por las calles mira con evidente y justificado asombro un carruaje cubierto que se acerca hasta la puerta del prostíbulo en el que te alojas.
El carruaje ya de por sí sería todo un símbolo de poder y riqueza. Incluso desde donde te encuentras resulta evidente que está realizado en maderas nobles, fundamentalmente con madera de ébano cuidadosamente pulida y trabajada, con algunos detalles adornados con piedras semipreciosas. En su lateral se muestra con toda claridad el dragón que es emblema de la Casa del Dragón.
Es sin duda las seis esclavas que tiran del carruaje ataviadas con brida y mordaza y sus muñecas atadas a las varas del carruaje las que más llaman la atención. Cada una de ellas es una auténtica hermosura, no deben tener más de veinte años ninguna y están completamente desnudas a excepción de unas sandalias largas y su collar de esclavas. En el pescante hay un hombre vestido con ropas elegantes de la casa del dragón que por supuesto no es tu anfitrión.
Aunque no dudas ni por un instante que el carruaje es para ti
Me preparo, me visto, me coloco las joyas, utilizo el primer pergamino de negar la semilla (los demás, supón que según necesidad al irse acabando el efecto), y me examino ante el espejo antes de indicar a la esclava que cierre el equipaje, y espero la llamada, decorosamente sentada.
No haría de una dama de mi posición bajar a abrir la puerta.
El pergamino debe lanzarlo alguien con la capacidad para ello (lanzador de conjuros arcanos del nivel adecuado) Tenlo en cuenta
Entonces no sirve.
Veo en el Book of Erotic Fantasy que hay lo mismo, pero en poción (tabla 5.3, pág. 128).
¿Qué te parece?
El conductor del carruaje se detiene y entra en el prostíbulo. Unos minutos después alguien da dos golpes en la puerta de tu habitación
- ¿Señora Xiaoyan? Su carruaje le espera. ¿Necesita ayuda con el equipaje?
Correcto para las pocimas
Sí, por favor, eche una mano a la esclava, dice, mientras abre la puerta y atraviesa el umbral.
El conductor entra en la habitación. Es un mestizo libre, de buen aspecto, y ojos inteligentes, que viste con nigerthiana corrección y que no lleva marca alguna de esclavo. Al cinto lleva una fusta y una daga enjoyada en cuyo mango se ve el emblema de la casa del dragón
- Como ordeneis señora - te dice con una reverencia. Luego mira a Veintitres
Mientras tu llegas hasta el carruaje. Justo en la pescante hay un cuervo que te observa con ojos inteligentes, antes de empezar a hablarte.
- Bienvenida - te dice con voz dura y correosa- Te doy la bienvenida en nombre de mi maestro, espero que tu estancia sea agradable, y siéntete autorizada para preguntarme cualquier cosa que estimes conveniente
Si a Xiaoyan le extraña mucho o poco que un cuervo le hable, no se le nota en lo más mínimo.
Mientras espera que le pongan el escabel para subir al carro, saluda con deferencia al cuervo y le responde: Me siento profundamente honrada por la deferencia que tiene para conmigo lord Debosteli, al dignarse enviaros a buscarme, maese Cuervo. ¿Me permitís que os pregunte vuestro nombre, a fin de dirigrme a vos como corresponde?
- Llamadme Iletso - grazna el cuervo unos instantes después tras escuchar tu pregunta con aparente hilaridad. Luego mira a una de las esclavas, una bonita pelirroja de media melena con el cuerpo lleno de múltiples pecas y a la que además de la marca del dragón en nalga derecha le han tatuado las manos con motivos de espinas- Rosa, sirve a tu señora
A su orden la susodicha se retira el arnés y la brida y se acerca a donde estás, recostándose sobre el suelo para servirte de vivo escabel
Xiaoyan sube al carruaje a través del escabel humano, después de comprobar que su equipaje haya sido cargado convenientemente, y se acomoda en el interior.
Iletso, dice dirigiéndose al cuervo, habladme del señor. Qué le gusta más en una mujer, qué le desagrada, ¿hay alguna cosa que él considere inconveniente y de la que yo debería de abstenerme al tratar con él?
Consumida la poción correspondiente a ese día, anota lo mismo para cada día sucesivo.
Iletso se arregla una pluma mientras parece meditar tu pregunta
- Se que le gusta coleccionar hembras hermosas. Pero creo que eso es porque son animales. Supongo que con una nigerthiana actuará de forma distinta. Lo cierto es que por ahora sus relaciones siempre se habían centrado en esclavas. Las doma y abusa de ellas. Se podría decir que son su entretenimiento: convertirlas en instrumentos perfectos para su placer. ¿Quieres saber algo especifico?
Mientras el cuervo habla el cochero baja con Veintitres a la que, tras despojar de su carga que acomoda en el interior del carruaje, ata del cuello a la parte trasera de este
- ¿Estais bien aqui, mi señora? - te pregunta- ¿Os parece correcto que salgamos ya, Iletso?
Cita:
Xiaoyan asiente con la cabeza.
Cita:
Posturas favoritas, técnicas especiales, sexo oral sí o no, ... Cualquier cosa que mejore la experiencia amatoria.
- Sexo oral sí; preliminares normalmente sí. Le gusta ser obedecido. Le gustan los masajes, y le excita controlar y humillar. Aunque supongo que esto último no será en tu caso. Le gusta la belleza, y en ocasiones le gustan encuentros sexuales más elegantes, o estéticos. Aunque le gusta golpear a sus esclavas estoy convencido que ese no será tu caso. De cualquier modo no llega a ser sádico: lo que le excita no es el dolor de otro, sino el control.
Perfecto, gracias, dice la monje.
Y después hace una reverencia formal al cuervo, diciendo: te agradezco profundamente que hayas tenido a bien informarme de las preferencias de lord Debosteli.
Iletso se picotea en las plumas antes de mirarte con ojos en donde brilla una inteligencia que niega su especie
- Que se encuentre bien me conviene. Además, para ser humano es bastante majo. ¿Qué mas quieres saber?
Al margen de lo que ya hemos comentado, ¿hay algo que te parezca que debería saber?
Iletso te observa con sus ojos animales llenos de una perversa inteligencia y grazna salvajemente durante unos instantes
- Siempre hay algo más que se debería saber que aquello que se sabe. En averiguarlo está la gracia. ¿Hay algo que yo debiera saber sobre ti, Xiaoyan?
Antes que puedas contestar baja del burdel Veintitres cargada con tus artículos personales, conducida (ayudada, sin duda, sería decir demasiado) por tu cochero, que tras colocar tu equipaje, ata con una cuerda a Veintitres de la parte trasera del carruaje. Luego sube a su lugar en el pescante y te hace una cortés reverencia
- ¿Todo bien?, ¿podemos partir ya?
Cita:
Seguro que has averiguado todo lo necesario antes de que se iniciara esta... experiencia, pero no está de más dejar claro que siempre cumplo lo que prometo, y que valoro en mucho la palabra dada o comprometida.
Iletso te mira y vuelve a graznar, divertido
- Yo no hago tal cosa. Pero claro, yo no soy más que la mascota de un poderoso hechicero y noble. Sería hasta de mal gusto que fingiera tener palabra u honor, ¿no te parece? - luego mira al cochero- Adelante
Este hace chasquear su fusta sobre la espalda de una de las jóvenes esclavas, que se remueve y gime bajo su mordaza. El carruaje se pone en marcha.
Ves como hay mucha gente que, desde los balcones y ventanas cercanas, mira con sorpresa, admiración y envidia la comitiva
Xiaoyan, por toda respuesta, enarca una ceja.