Partida Rol por web

Angor se avalanzó sobre el gigante con su arma, pero el desfilardero era traicionero, y una piedra suelta le hizo desequilibrar. Tropezó e hincando la rodilla, no fue capaz de ver la clava que lo lanzo a tres metros del impacto. Atontando se volvió a levantar, sangrando por muchos sitios.

Petro y Kratos seguian lanzando sus andanadas por encima del paso, intentando acabar con los enemigos al otro lado del cortado. Pero no consiguieron matar al gigante que malherido batallaba contra Jadewo, Tim y el elemental.

Este estaba tan malherido que la sangre no lo dejaba ver bien, Jadewo era una mancha borrosa y era incapaz de darle con su gran maza. No como el habil guerrero, que le desgarró el muslo con su mallal lleno de puntas. La sangre salía a borbotones, y el gnomo aprovecho para encajarle otro golpe.

Desde mi posición lo único que podía hacer para ayudar a mis compañeros y sobre todo al malherido Angor era seguir lanzando flechas a los malditos gigantes que estaban haciendo estragos en el pequeño grupo, arrodillado enseguida dispongo de los dos proyectiles que son lanzados  agran velocidad y con precisión hacia su objetivo, una flecha silbó directamente al gigante que estaba maltrecho y la otra se desvió hacia el gigante que parecía ser aguantaba sin haber sido atacado...

 El canoso guerrero, que se había enfrentado en un pasado contra gigantes, conocía los puntos flacos de su ataque, pudiendo eludir el ataque antes de recibirlos. Dispuesto a eliminar la amenza que representa el gigante, continúa enseñándose.

 Fintando y desarmando la guardia del gigante, el mangual golpea y arranca cahcos de carne y pieles con cada golpe, haciendo sangrar al colosal enemigo.

 - Tim, puedes atender a Angor, te cubro.

Me acerco a Angor, intentando que el gigante no me vea, para sanar sus heridas. Una vez estoy junto a él, imploro a Gond para que me ayude a curarlo, gritando- ¡Gond! ¡Ayúdame a curar las heridas de uno de mis aliados!. -Acto seguido, un brillo azulado surge de mis manos, sanando parte de las heridas de Angor.

Angor sangra de sus heridas, y riega con ella la tierra yerma.

- Gracias- dice rápidamente a Tom.

Decide retirarse de primera linea para intentar rodear al enemigo con sus habilidades de ladrón.

Otra flecha surge hacia el enemigo, pero esta pasa lejos de este.

Tiro esconderme. Tengo 80 así que es éxito.

Sibilinamente, cual pérfido réptil, Angor Wrak se desliza para que la sangre de algun gigante alimente a su hambrienta espada...

Kratos continuaba torturando a los gigantes con sus andanadas de flechas. Uno de ellos, terriblemente herido por los golpes, las flechas y la magia, ya se tambaleaba. Petro también disparaba desde su posición, pero con peor suerte.

El mago ithilion continuaba obrando su magia.

Al otro lado de la loma, Tim obró su magia de sanación y Angor pudo sentir el flujo de la vida volver a su cuerpo. Este ultimo dejó a sus compañeros para escabullirse entre el follaje. Gracias a las altas hiervas y helechos y los propios arboles, pudo despistar a la vista de sus enemigos, centrados en los combatientes que tenian mas a manos.

Jadewo continuaba imparable, su mallal estaba teñido de sangre, con restos entre las puntas de carne y hueso de gigante. Tenia la armadura salpicada de sangre, asi como su capa. La tierra estaba batida y machacada por el continuo combate. Pero Jadewo no cejaba en el empeño.

El arma se balanceó y golpe con saña. La carne se abrió y el hueso se partió. El gigante incó las rodillas a las puertas de la muerte, sangrando por mil heridas. Y su cabeza estallo en explosiones de energia. La magia de Ithilion terminó con la poca vida que le quedaba a la criatura. Desplomandose en el escarpado, se deslizó tierra abajo, hasta caer por el borde, muerto.

El último gigante gritó furioso. Tres hermanos habían muerto, por lo menos se llevaría a una de esas estupidas criaturas. Viendo al llameante elemental mas cerca, golpeo con su porra el cuerpo de fuego, haciendolo desaparecer...

Por fin había caído otro de los gigantes, la victoria estaba cerca y se podrían valorar los daños producidos en la compañia, no obstante aún quedaba uno de pié con intención de acabar con la vida de alguno de los presentes en la batalla, así que sin dejar de mirar al objetivo Kratos lanzo dos flechas una tras otra casi seguidas al enorme gigante, las flechas salieron silbando no con mucha fuerza pero bastante precisas para lograr dañar al ser y así entretenerle lo suficiente para que sus compañeros acabasen la tarea de rematar al ser...

" Un poquito mas, y podremos descansar... "

Levanto mi martillo, para rematar de un mazazo al gigante que aún queda en pie, pero el gigante es más rápido, y esquiva mi martillo con relativa facilidad.

¡Vamos! -grito a los demás- ¡Ya casi han caido! ¡Solo un poco más!

 El veterano guerrero, empapado con la llubia y la sangre de las heridas de sus rivales, se dirige raudo a por el último de los gigante, lanzando bocanadas de condensación al aire.

 Una vez llegado junto al rival haceun amago y le propina un poderoso impacto con el mayal, eludiando los torpes ataques del gigante, intentando de acabar con el humano. Tras eludir el impacto ataca de nuevo. Plantando cara al gigante el guerrero le supone un enemigo a tener en cuenta.

El brazo de Kratos estaba realmente cansado tras estar tensando constantemente el arco, flecha tras flecha, pero no cejando en su lucha contra el peligroso gigante, continuo disparando, hiriendo una vez mas al gigante. Petro apuntó y disparo, soltando una esclamacion alegre al ver como impactaba de nuevo.

Ithillion estaba exhausto, se apolló contra la pared y se dejó resbalar hasta el suelo resollando cansado.

Angor se movió entre las sombras, para colocarse a la espalda del gigante, mientras Tim y Jadewo luchaban como valientes contra la porra de dos metros del gigante. Este luchaba con los ojos injectados en sangre, buscando la muerte de Tim, pero falló por los pelos...

El gigante aún se mantenía en pié mientras le atacábamos, estaba furioso y se notaba en sus movimienntos, los brazos de Kratos estaban casi exaustos por el lanzamiento de tantas flechas seguidas, pero ahora no podía abandonar, sabía que al grandullón le quedaba poco por sucumbir ante los atauques...