Cifras completamente acertadas, gracias, Gaelos! :)
Creo que el que mas urgentemente necesita ser curado es Tim digo mientras señalo las feas heridas que luce este.
Si Tim, deberías curarte las heridas -digo ante la respuesta de Petro- Un momento... ¡Yo soy Tim! Pues nada, al lío.
Y, cuando digo esto, empiezo a conjurar a Gond para que sane mis heridas. Acto seguido, un brillo azulado me ilumina, y la mayor parte de mis heridas cierran de forma visible.
Bueno, yo creo que ya estoy curado. ¿Alguno más, o deberíamos ir pensando en nuestro siguiente paso a dar?
Tirada: 2d8(+1)
Motivo: Curar heridas serias Tim
Resultado: 11(+1)=12
Tirada: 2d8(+1)
Motivo: Curar heridas serias Tim
Resultado: 16(+1)=17
Angor: 91/94
Ithilien: 43/43
Jadewo: 89/94
Kratos: 100/111
Petro: 47/53
Tim: 76/80
Jadewo asiente.
- Sería bueno avnzar en nuestro trayecto, pero con este tiempo mejor sería, refugiarnos. Tal vez, no muy lejos de aquí podamos encontrar un lugar donde descansar y reflexionar nuestros siguentes pasos.- Dice mesándose la empapada barba.- Tal vez esos gigantes tubieran alún refugio como un cubil o algo parecido, para poder dormir a sus anchas. Sería un buen sitio dónde descansar.
Mirando los uerpos caídos de los gigantes continúa reflexionando.
- Creo que todo y la tormenta, unas criaturas como estas deben de dejar rastros evidentes de sus andares. Creo que podría seguir el rastro de estos hasta el cubil.
Tengo la pericia rastrear.
Mirando los cuerpos de los gigantes que tantos problemas nos han dado digo sin dirigirme a nadie en concreto ¿y si vamos hasta el cubil de estos gigantes y resulta que estos no eran sus únicos habitantes?
Jadewo mira a Petro con la mirada serena.
- Pues haremos un bien a las buenas gentes de la región los despacharemos igual que hemos hecho con estos.
Sus palabra suenan firmes y seguras.
Ithilion se puso cansadamente en pie, sosteniendose en su callado con esfuerzo.
-Esas son sin duda, las palabras de un lider. Es hora de disponer de un fuego, calentarnos y comer algo. ¿Alguien sabe manejarse por estas montañas?.- Se acercó hasta el caballero. -¿Podemos marcharnos ya?, estoy aterido de frio.-
El entrecano guerrero asiente.
- Aquí ya no hacemos nada intentaré seguir el rastro de esos gigantes y allí podremos descansar.
Sin más el hombre recoje su equipo así como la mochila de Freir y empieza buscar los rastros de los gigantes que han de conducir al grupo hacia su cubil.
Tirada: 1d20
Motivo: Tirada de Rastrear
Dificultad: 17-
Resultado: 3 (Exito)
En principioes una buena tirada.
Me acerco a Jadewo para acompañarle en su búsqueda de huellas...
- Bien, pongámonos en marcha pues, te seguimos de cerca Jadewo, adelante...
Me encojo de hombros vale, sigamos el rastro de esos gigantes
- Si acaso, si tenemos un rastreador discreto, yo y él podemos adelantarnos al grupo para prevenir futuras emboscadas.
Los compañeros avanzaron a través del bosque y la lluvía. El barro era bastante engorroso y ralentizaba sobre todo, a aquellos con pesadas armaduras. Pero juntando habilidad y tesón los compañeros llegaron a la boca de una cueva de gran tamaño, que se encontraba al pie de un acantilado.
El grupo se detuvo a varios metros al lateral del la cueva.
Mira a Angor.
- Vi de tu habilidad par apasar desapercibido durante el combate, te sientes lo suficiente hombre para ir a dar un vistazo?- Comenta el entrecano guerrero.
El trayecto ha sido largo y fatigoso vistiendo la completa, se mantiene medio reclinado en un árbol, enbozado en su capa, que chorrea empapada por la tormenta. El fango mancha sus vestimentas y armadura hasta los muslos.
Susurro a mis compañeros creo que ahora ha llegado el momento en el que los profesionales usemos nuestras habilidades, el que debe de echar un vistazo es un servidor, para eso tengo el don del sigilo y del pasar desapercibido entre las sombras.
El guerrero, recuperando la respiración, reclinado en el arbol asiente.
- Pues adelante Petro, creo que no hace falta que lo diga, pero aún así, no corras riesgos innecesarios. Quizás no haya nada, pero tal vez sí.
Por fin habíamos llegado donde se encotraba la entrada de la cueva, el trayecto había sido arduo y cansino, a casusa del mal tiempo, y el barrenal que discurría por todo el trayecto, pero habíamos llegado, y ahora alguien debía hacer una avanzadilla, para comprobar con que nos podíamos encontrar, Petro era el elegido, quizá por sus habilidades, así que me eché a un lado debajo de la protección de algún árbol a esperar las nuevas por Petro...
Despacio y aprovechando las sombras comienzo a internarme por la cueva.
Angor no tiene problema en que sea Petro el explorador.
- Pues adelante. Si tienes problemas, imita el canto del buho para que vegamos a ayudarte.
Petro se acercó con sutileza y velocidad hasta el principio de la cueva. Se movía agachado, acercandose por la pared de la cueva hasta la entrada. Observó unos instantes y despues, pasó dentro.
El resto es entre Petro y yo... >:)****