Petro no podía ver nada en el interior de la cueva. El resplandor del exterior le dejaba practicamente ciego a la oscuridad profunda del interior. Con valor se adentró por la arcada natural de roca y paso a paso todo se volvió negro.
Poco a poco continuó aun mas despacio, pues no podía ver nada, y tuvo que tantear el camino. La cueva pareció torcer y tras varios minutos, logró discernir un resplandor tras otro recodo. No se escuchaba absolutamente nada.
Se asomó a la luz y pudo ver lo que era una amplia caverna, como para alvergar comodamente a cuatro o cinco gigantes. Había nichos fabricados con pieles de animales muertos, restos de tela, jarrones y algún puchero. Había alguna herramienta basta y usos cotidianos de tamaño gigante. Además había un baul cerrado en una esquina. En un lateral de la cueva había un montón de restos de animales grandes del bosque, y quizá algún brillo metalico entre los huesos.
La cueva estaba vacia de gente.
¡Que emoticono más raro!
Es mi emoticono especial, babeo de master sanguinolento y asesino. Esperando el momento propicio para matar PJs.
Por cierto, Petro tiene ya mi post con la cueva. Estoy, un poquito a la espera. <:)
¿Podríamos avanzar, por favor?
Me voy a repetir un poco...
..."propicio para matar PJs.
Por cierto, Petro tiene ya mi post con la cueva. Estoy, un poquito a la espera. <:)..."
Pues charlemos un poco entre los personajes. En voz baja y discretamente:
- No os parece que el Petro ese tarda un poco?
El guerrero sacerdote, inlinado en el árbol a está más recuperado de la marcha, mira al joven e inquieto Angor.
- Eso se debe a que somos nosotros quienes esperamos. La espera es una doncella cruel, simpre ha sido así. Toma paciencia, compañero.- Dice en tono amistoso.- La paciencia es la mejor arma que un guerrero puede tener... cuantas batallas se han perdido por no haber sabido esperar cuanto tocaba.- Luego cambia un posado, para adoptar una expresión más seria.- Seguro que Petro sabe lo que se hace.
TRas unos intantes comenta con una sonrisa en los labios:
- A parte, has oido el canto de la lechza?
Lo cierto, y no quiero con esto faltar a nadie, es que los humanos siempre andáis con prisas. En parte lo entiendo, pues para vosotros la vida es mucho más corta que para otras razas. He conocido muchos humanos, y muchos han muerto por no saber esperar. Debemos permanecer a la espera. Somos demasiado ruidosos para entrar ahí sin saber lo que hay, así que dejemos al pícaro hacer su trabajo. -Y, diciendo esto, miro la entrada. Lo cierto es que tarda más de lo previsto, pero de momento, será mejor esperar...
Petro se asomó a la entrada de la cueva haciendo señas para que os acercarais.
PNJOTING, hasta nueva orden...
Mientras algunos de mis compañeros discutía o no de si hacía bastante tiempo que se había ido Petro a inspeccionar, veo como la silueta de este aparece en la base de la cueva haciendo señas para que nos acercáramos.
- Chicos ya está ahí, debemos apresurarnos antes de que se vuelva a perder. - Una pequeña sonrisa recorrió el rostro mientras se encaminaba hacia la posición de Petro...
Buen trabajo joven.
El guerrero sacerdote se encamina junto a sus compañeros hacia el cubil que había sido de los gigantes.
Los compañeros no podian ver nada en el interior de la cueva. El resplandor del exterior los dejaba practicamente ciegos a la oscuridad profunda del interior. Con valor se adentraron por la arcada natural de roca y paso a paso todo se volvió negro.
Poco a poco continuaron aun mas despacio, pues no podían ver nada, y tuvieron que tantear el camino. La cueva pareció torcer y tras varios minutos, lograron discernir un resplandor tras otro recodo. No se escuchaba absolutamente nada.
Se asomaron a la luz y pudieron ver lo que era una amplia caverna, como para alvergar comodamente a cuatro o cinco gigantes. Había nichos fabricados con pieles de animales muertos, restos de tela, jarrones y algún puchero. Había alguna herramienta basta y usos cotidianos de tamaño gigante. Además había un baul cerrado en una esquina. En un lateral de la cueva había un montón de restos de animales grandes del bosque, y quizá algún brillo metalico entre los huesos.
La cueva estaba vacia de gente.
El resplandor de esta cueva de dónde proviene?
De una pequeña oquedad a la altura del techo, donde se cuela la luz del exterior...
- Bien, ya tenemos un lugar en el que descansar.
Luego mira al gran cofre.
- Y por lo visto una sorpresa, que creís que puede haber dentro? Creo que la mejor forma de saberlo es abriendolo, que me decís?- Dice con una sonrisa en sus labios.
Miro la estancia con recelo he incluso ese baúl.
- Como quieras, pero no creo que tenga gran cosa, será de alguna caravana que estos gigantes habrán asaltado, debemos estar alertas, cierto es, que podemos descansar aquí, pero quizá se acerque algún otro gigante, no sabemos con certeza si los que matamos son todos los que habitaban aquí. Inspeccionaré un poco mas este lugar, para que no hayan sorpresas...
Con paso firme y con cuidado investigo toda la estancia.
Jadewo asiente ante el comentario de su camarada.
- Es bueno siempre esperar lo peor. Pero en este caso creo que la cantidad de jergones corresponde con la de gigantes a los que nos enfrentamos.- Hace una pausa.- Y si viene alguno, deseará no haber nacido.
Un dato importante -digo a los demás, mientras hablan de abrir o no el cofre- Independientemente de si son los mismos gigantes a los que nos enfrentamos, aquí parece que hay más sitio del que esos gigantes necesitaban. Es decir, que seguramente que haya más, y no les gustará encontrarnos en su cubil. Mejor registrar lo que haya que registrar, y salir de aquí cuanto antes... No me gustaría enfrentarme a uno de esos gigantes en cuerpo a cuerpo aquí. Podría ser catrastófico.
Jadewo escucha las palabras de Tim.
- Si en verdad quedan más gigantes, este sería el mejor punto donde dar cuenta e ellos. Pues tarde o temprano aparecerán, si es que hay.- Hace una breve pausa.- Esas criauras mostraron su maldad al atacarnos por capricho y sin cuartel. Haríamos un bien a las gentes de estas montañas y alrededores dando cuenta de ellos.- Hace una pausa valorando las expresiones de sus compañeros.
- Además en el anterior encuentro ellos nos atacaronpor sorpresa, ahora somos nosotros quienes tendremo este factor a favor, a parte de la superioridad numérica. Y en cuanto si este es el lugar de otro grupo de gigantes lo dudo, pues fueron los rastros de los gigantes que nos atacaron lo que nos condujo hsta aquí. Que opinaís los demás?
-Que aqui solo hay espacio para cuatro o cinco gigantes. Y estos cazan en grupo. Asi que, hablamos en un rato...- Se arrellanó en una esquina, lejos del mal oliente monton de restos en algun jergón de paja para descansar.