Partida Rol por web

-Si me disculpais os voy a dejar descansar. Mañana tengo algo de trabajo. Dos herraduras y algunos clavos nuevos.- Y le dijo a las visitas. -Estoy deseando poner mi habilidad a cargo de algún trabajo de forja. Si lo desean caballeros, mi casa esta algo alejada de la plaza. Podrán encontrarla antes de la puerta norte. ¡Buenas noches!- Y se fué a la puerta.

Ignorando las palabras del humano ironico, pues el bardo era de agil mente y especialista en la palabreria y el palique, se acercó a la barra. Recogió el vino que le daba el sonriente tabernero y se lo agradeció al caballero que invitaba. Bebió un sorbo con gusto y mas calentito se sentó al lado del gnomo.

-Como yo siempre digo...-

 Con una jarra en la mano y la pipa en la otra, hace un gesto de asentamiento al herrero enano.

- Descansad y buenas noches.

 Mirando a sus compañeros.

- Yo pronto también iré en busca del refugio de los sueños.

 Espero a que el herrero se haya ido para ponerme en pie.

Creo que ha llegado el momento en el que me vaya a descansar porque estoy sumamente cansado por el duro viaje además ya no estoy para estos trotes

Un mediano entró de repente en la taberna y a voz en grito, y muy serio, dijo.

-¡A las armas!. Que todo aquel que tenga valor que venga conmigo. A pasado algo terrible...- El mediano iba vestido con ropas para la montaña. Ajadas y trabajadas. Cuero endurecido, y piel. Portaba un arco corte sobretensado, en la misma mano un cuchillo, y en la otra un cuchillo largo de monte. Sin esperar contestación salió como un torvellino por la puerta.

De su rostro había desaparecio la sonrisa y la tranquilidad.

-Oh dios, no. Otra vez, no-

Los ojos del bardo estaban abiertos, muy abiertos. Atentos a lo que pudieran hacer los hombres de armas de la sala.

¡¡Pero que demonios!! -digo poniendome en pie de un salto- Bardo, os recomiendo acompañarnos, puede que tengáis otra historia que narrar ante vuestras narices -Tras esto, cojo mi escudo y mi martillo, y me dirijo a la puerta. Un segundo antes de salir me giro y digo- Tabernero, esté tranquilo, le pagaré la cerveza a la vuelta, y también el vino del bardo. Y ahora, si alguno queréis venir... -tras esto, salgo por la puerta, esperando cualquier cosa al pisar la calle

Totalmente sorprendido por la irrupción del mediano, lo miro con curiosidad hasta que habla y se vuelve a ir.

Mierda, se acabó la posibilidad de ir a dormir salgo corriendo tras el mediano y de Tim.

Estaba absorto en mis pensamientos escuchando las historias del bardo y bebiendo mi cerveza, creía que la noche pasaría en paz y el día siguiente pensaría que hacer y como seguir con mi vida, entonces sucedió, lo de siempre, siempre ocurría algo a mi alrededor, y sin saber por que siempre me metía en el embrollo, tal vez me gustara los problemas o simplemente me dejaba llevar pero ese era el caso, sin mover la mirada de la espumosa cerveza escucho la alarma de un tipo que entra a tropel y sale igual después de gritar la alarma, mis ojos se cierran de resignación... " ya estamos, nunca me podré escapar ", mientras pienso en mi maldición, escucho al tabernero, con calma recojo el bulto que portaba a mi lado, el cual dejé en el suelo, lo abro con parsimonia mientras me dirijo al tabernero con palabras serenas...

- A que se refiere con otra vez no?!! Me lo dice??

desenvuelvo el bulto, de el saco a primera vista un escudo el cual me quedo mirándolo unos segundos recordando antiguos usos
" volvemos a las andadas ", seguidamente saco una espada enfundada la cual me pongo a la espalda con su correa, la cual acabo apretando en el pecho, el escudo me lo sobrepongo encima de la espada en un gancho que está bien dispuesto, y por último mi arco, el cual es de una calidad brillante, este lo dejo a un lado mientras el carcaj me lo pongo en la cintura con un cinturón para el caso, después recojo el arco y empiezo a poner una flecha en la cuerda, miro al tabernero...

- Y bien??

El tabernero dió un paso atras...

-¿Me está amenazando?- Su voz temblaba, pero sin duda no era la primera vez que se encaraba con un arma.

Una pequeña sonrisa de sorpresa recorre mi rostro, " Oh, demonios, no creo que me a mal interpretado ", con una mano aguanto el arco y flechas preparados y con la otra me rasco la cabeza inocentemente...

- Disculpa si se a sentido amenazado no era esa mi intención, solo quería saber a que se refería con su frase, esa que dijo... La de... Oh, dios, otra vez no!!, sabe.... No quería que se sintiese amenazado, por dios...

-Bien...bien... entiendo. Salga con los demás. No se lo que es pero hacia bastante que no pasaba algún altercado. Mejor vaya con el resto, yo atrancaré la puerta de la taberna-

Reniego con la cabeza pues no me a contestado a lo que le preguntaba, pero tampoco le veo con intención de hacerlo, así que con el arco preparado salgo por la puerta de la taberna para enfrentarme a lo que tenga que venir...

Raistlin, el cual habia permanecido tranquilo tomandose su brebaje, al acabarlo guardó la botellita en uno de sus bolsillos. Tras esto, se puso en pie y se armó con su bastón. Se dirigió al posadero.

Bien, si me disculpa, creo que se requiere de mis servicios, luego le pagaré, no se preocupe.-decia mientras salia por la puerta con su bastón preparado.

 Con la seguridad de movimientos que dotan los años a los veteranos que sobreviven, Jadewo parece un torbellno de acciones, se levanta abrochandose con certeza su escudo mientras se dirige a fuera de la posada a grandes pasos firmes, dejando su equipo sobrante junto a las alforjas y su mayal sujeto en el hombro mientras termina de acomodarse el escudo saliendo por la puerta de la posada.

- No tan deprisa, jefe- Angor Wrak, nada impulsivo, coge su equipo de guerra y echa un vistazo por la puerta a ver que está pasando. No deja que cierre el posadero hasta haber dado una ojeada al exterior.-¿Conocéis al mediano que ha entrado? Los demás menos prisas! Podría ser una trampa.

Todo el mundo salió en tropel por la puerta a la calle del pueblo. La gente se estaba reuniendo en la plaza del mercado y había un gran alboroto. Las mujeres se llevaban a sus hijos a sus casas. Y había un sentimiento general de histeria.

Astren intentaba mantener la calma y cinco de sus hombres sostenían antorchas iluminando los rostros preocupados de la gente, reconocibles por el tabardo que cruzaba su cota de mallas, de color azul. Había unos quince hombres, probablemente granjeros con hazadas y aperos de labranza. Además del herrero del pueblo, el enano Jorten, que sostenía un mazo de hierro muy pesado con una mano. El mediano explorador que acababan de ver los compañeros. También había otra mediana, enfundada en una cota de escamas reluciente con el simbolo de Yondala labrado en el pecho. Hannoeve se metió entre la gente para poder escuchar. Cuando vió lo que había en medio de la gente. Todos los compañeros pudieron verlo, pues se abrieron cuando llegaron los visitantes. Y se hizo el silencio.

Una mujer de mediana edad llacía muerta sobre unas pariuellas montadas con unas ramas y unas telas. Su piel estaba azulada en el cuello, como si la hubieran estrangulado. Debia de estar cogiendo frutos en el bosque. Nadie miraba a los extranjeros ocn sospecha. Todos imaginaban quien podía haber sido el asesino.

A cierta distancia, desde las sombras de una casa. La vieja loca que oisteis hablar observaba la escena en silencio.

-Formaremos un grupo de caza. Jorten te quedaras con la gente del pueblo organizando patrullas de 4 hombres. Vosotros cinco guardias, conmigo. Erla, te necesitamos.- Dijo mirando a la mediana enfundada en armadura. -Freir, llevanos al lugar.- Dijo, mirando al mediano explorador.

-Ya lo sabeis, se trata de no-muertos. No son personas, y si alguna vez lo fueron, ahora son trozos de carne y huesos.-

El tabernero se quedó asombrado de las palabras de Angor.

-¿¡Una trampa!?... ¡fuera de aqui!. Esta es mi taberna, ¡y no quiero indeseables!... ¡fuera!- Realmente estaba hecho un basilisco. De algun lugar de la barra había conseguido un palo y amenazando a Angor le siguió gritando.

-¡¡Fuera!!-