Partida Rol por web

Algo se desliza entre los edificios lejos de tu mirada, te das cuenta que no estáis solos, algo os observa desde las sombras.

Algo se desliza entre los edificios lejos de tu mirada, te das cuenta que no estáis solos, algo os observa desde las sombras.

Ab llegó a la primera límea de edificios esperando cualquier cosa que pudiera suceder. A pesar de que el camello había entrado sin dificualtad alguna y no le había pasado nada no se fiaban de lo que puidera pasarles a ellos que llevaban los tatuajes.

Nada ocurrió y con un gesto de la mano les indicó a los demás que podían acercarse. Todos entraron en la ciudad y pudieron ver que estaba como si esa misma mañana la hubieran aboandonado...pero antes de dejarla limpia y ordenada.

Entonces algo se movió entre las sombras de los edificios. Algo que Ab no logró ver pero que era muy real. El soldado, acostumbrado a las lides de la guerra reaccionó de inmediato. Levantando el puño en alto para que sus compañeros se detuvieran, el cabo se agachó poniendo rodilla en tierra y agarrando su fusil apuntó en la dirección que había visto aquella sombra.

Estuvo un tiempo escrutando en la dirección en la que creía haber visto moverse algo, a la espera de que salilera.

-En las sombras de ahí delante, algo se ha movido. Algo nos observa. Algo o alguien que nos está esperando -dijo el cabo eb un susurro, sin saber lo que les estaba escrutando.

–Yo también lo he visto...Entre los edificios...– respondió Matt sacando el arma. Añoraba el lanzallamas que había fabricado para aquella ciudad plagada de insectos, pero habría sido una locura caminar con ello por el desierto. El hombre entrecerró los ojos.– Si vuelven a moverse, disparemos...

–Ni hablar. Si disparamos, es posible que salga toda la ciudad. Estén donde estén escondidos...Pero si que debemos ir preparados. Y vigilar los edificios. Quizás haya francotiradores o algo peor

Daphne temblaba a pesar del calor. Era una mujer dura pero aquello era demasiado incluso para ella. Solo la certeza de que pronto encontrarían a los niños la mantenía en pie y cuerda. SOlo quería que todo aquello terminase y pasarse el resto de su vida tratando de olvidar...aunque sabía que aquello era imposible.

Se adentraron en la extraña ciudad y casi todos pudieron ver que estaban siendo vigilados. La idea de que pudiera haber francotiradores se le antojaba extraña, después de haberse enfrentado a aquellos monstruosos perros, pero no se podía descartar. No en una ciudad como aquella, en medio de la nada.

- ¿Y hacia dónde vamos? Esto parece inmenso.- Algo le decía que debían penetrar en el mismo corazón de la impoluta ciudad.

Tu corazón te lo dice, el final del camino se encuentra en el mismo centro de la ciudad y es allí donde debes llegar para recuperar a tu hijo, lo sabes, lo sientes.

Hay algo allí fuera, lo notas, sientes como te observa, pero por más que lo intentas no consigues localizarlo entre los edificios aunque sabes perfectamente que está allí.

-Sí, hay algo o alguien que nos esá observando. Tenemos que movernos rápido de edificio en edificio -sugirió el cabo-. Lo malo es que no sabemos a dónde tenemos que ir dentro de esta urbe.

Ab miró desolado todos los edificios y no veía la manera de saber dónde se encontraban sus hijos.

-Quizás los niños estén en algún edificio singular, en el medio de esta ciudad...no lo sé. De todas formas no hacemos nada aquí quietos, sigamos moviéndonos. Si aparece lo que nos mira ya veremos lo que hacemos.

Ab se empezó a mover mirando a todos los sitios a cada paso que daba. No sabía a lo que se enfretaba pero esperaba no tener que encontrárselo.

Como si no esperase respuesta de su compañeros Sonny comenzó a moverse inquieto.

- Teneos que llegar hasta el corazón de esta misma ciudad. En el centro . Allí es donde tenemos que ir. No sé cómo...pero lo sé ¿No lo sentís?

Matt miraba a Daphne, que parecía concentrada. El hombre agarró del hombro a su mujer para tranquilizarla mientras vigilaba a su alrededor.

–Algo me dice que da igual hacia donde vayamos. Lo acabaremos encontrando... Al fin y al cabo esto no es Nueva York. No es tan grande como para que no podamos peinarlo.

Daphne asintió ante las palabras de Abe.

–Sí, sera lo mejor...pero no dejo de pensar que a lo mejor hay algo que nos hemos saltado. Que entre todos los sueños, visiones y demás, hay un camino.

Sí, ahora que lo ha dicho Sonny tú también lo sientes. El final del camino se encuentra en el mismo centro de la ciudad y es allí donde debes llegar para recuperar a tu hijo, lo sabes, lo sientes.

-Tienes razón, Sonny. Ahora que lo dices sí que lo siento -lo reconoció el cabo-. Tenemos que llegar al centro de la ciudad. Allí están nuestros hijos. Allí está el final de nuestro camino. 

-Pero no será fácil, algo nos acecha en las sombras...algo  que no consigo ver -dijo escrutando los alrededores por si daba con aquello que sentía pero que no veía-. Pero no nos detendrá. No después de lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Se lo debemos a nuestros hijos, a nuestros compañeros...a nosotros mismos.

- Sigamos, pero estad atentos -pidió Ab a sus compañeros avanzando por la calle.

Finalmente todos se habían puesto en movimiento al mismo tiempo, en el fondo lo agradeció porque de todos era sabido que el capellán era un cobarde, no obstante ahí estaba y dispuesto a seguir hasta el final ahora que estaba todo tan cerca... al igual que sus compañeros Roderick sabía que debían avanzar y que lo que buscaban estaba en el centro de la ciudad por lo que sin llegar a decir nada siguió a los demás, casi con impaciencia por conocer el desenlace de aquella aventura que tan lejos los había traído.

- El camino está ante nosotros... creo que nuestros pasos nos han conducido aquí, porque es aquí donde están las respuestas...- comentó poniéndose nervioso- pero parece una trampa... no estamos solos... las sombras, sí... yo también me he dado cuenta

Continuasteis avanzando por la ciudad vacía, en dirección al centro donde sentíais que se encontraba el final del camino, sin quitar ojo de las sombras desde donde estábais seguros algo os observaba, pero por más que intentasteis nada se dejó ver, ni una sola pista sobre quién espiaba vuestro lento caminar.

Minutos después divisasteis un enorme tempo de piedra perfectamente blanca con formas barrocas extrañas y extravagantes. Las puertas del tempo están abiertas de par en par, invitándoos a entrar en su interior.

Hay algo raro en ese templo, aunque no sabrías decir qué puede ser.

Hay algo raro en ese templo, aunque no sabrías decir qué puede ser. Te fijas con más detenimiento, pero no consigues encontrarlo aunque sabes que está ahí. Segundos después te das cuenta de un pequeño detalle y desde ese momento ya no puedes dejar de percibirlo.

El templo cambia continuamente su forma, sin patrón ni motivo lógico ni aparente aunque sin perder en ningún momento sus formas extravagantes y barrocas.