Partida Rol por web

— La próxima vez apunta a... Bueno, da igual donde apuntes. Joder. Parece que me hayan implantado un imán o algo.— Matt caminó a duras penas, agarrándose el hombro y jadeando por el dolor. Algo le decía que iba a tener problemas para usar aquel brazo durante algún tiempo. Esperaba que Roderick pudiese echarle un vistazo, pues él a duras penas podía moverlo. Y mucho menos sacar la bala. Cuando Sonny hizo aquella observación sobre el monstruo, el piloto agitó la cabeza. Si normalmente no tenía la mente muy despierta, en aquel momento mucho menos.

—Será británico...

Roderick tras aplicar los primeros auxilios a Matt cogió su petaca y de dio un buen sorbo, no sabía si aquella sería la última vez que lo hiciera, por tanto lo saboreó, tras aquello tuvo como un escalofrío de lo bien que le sentó y finalmente me ofreció la petaca al americano.

- Alivia el dolor- le dijo, para añadir- esta vez no he sido yo... Creo que voy progesando, nonle he disparado y le hecho un apaño con la bala- comentó tirando la bala extraída al suelo y recuperando su preciado licor y dándole un último trago antes de guardarla, fue entonces cuando se incorporó para ayudar a levantarse al americano y ofrecerse como apoyo

Una vez Matt ha recibido los primeros auxilios y con el ok de Craven, continuáis vuestro lento descenso al fondo de la tierra, con cuidado, para no perder un paso y caer al pozo infinito.

Una hora después de haber abandonado el primer rellano circular empezáis a ver al fondo el siguiente, aún queda más de media hora de descenso pero desde vuestra posición ya podéis ver que se trata de algo parecido a un laberinto circular.

Ab siguió bajando las interminables escaleras junto a sus compañeros. de vez en cuando miraba en rifle para ver si podía arreglarlo o si no lo dejaría como pista para poder recordar el camino por el que habían transitado.

En eso estaba cuando al asomarse vio el laberinto al que se abocaban en el descenso. 

-Chicos, tenemos que hacer de Dédalo...y espero que no aya ningún minotauro ahí dentro -dijo mirando fíjamente el laberinto.

-Por cierto, ¿alguno de vosotros tiene algo con lo que dibujarlo? Es para guiarnos cuando estemos allí abajo. Así nos será más fácil movernos cuando lleguemos -sugirió el cabo mirando esta vez a sus compañeros.

- Me cago en la...-No llegaban nunca. Parecía una macabra broma del Destino. Sólo quería recuperar a sus hijos.- Todo esto es una locura. Podemos hacer marcas con una navaja si no tenemos nada con lo que pintar.

La idea de Abraham es buena, la de Sonny también, así que entre todos improvisáis un pequeño mapa dibujando con la navaja en el cuero que cubre una de las cantimploras. Os lleva un rato obtener todos los detalles, pero Matt y Craven son capaces de encontrar la solución al laberinto al tiempo que realizan un buen dibujo. Con la tarea terminada continuáis vuestra lenta marcha.

Media hora más tarde, llegáis a la entrada del laberinto, enormes paredes de piedra de quince metros de altura a cada lado y un pasillo estrecho en medio donde solo podéis caminar de uno en uno.

- ¿Qué más vamos a tener que hacer o pasar?- Empezaba a desesperarse pues había creído estar cerca de su hijo.

—De momento, continuar.  Al menos esta es una prueba fácil... Tenemos un mapa y el laberinto era sencillo. — Matt se arremangó y sacó una cuerda—. No me fío un pelo de esta sala. Agarraos todos a la cuerda, no vaya a haber algo que nos separe.

Matt parecía confiado, y no era para menos. Estaba acostumbrado a ver paisajes desde el cielo y tenía muy buena orientación. Al fin y al cabo, había dedicado todo su potencial a ser piloto y, aunque era un auténtico desastre en todo lo demás, en aquello era realmente bueno. 

Tras ver como grababan el laberinto en el cuero de una de las cantimploras siguieron el descenso hasta llegar al mismo laberinto. Los altos y gruesos muros eran imponentes y dejaban alas claras que debían recorrerlo por dentro y no por la parte de arriba.

-Yo tampoco me fío de lo que nos podamos encontrar dentro del laberinto -coincidió Ab con Matt, mientras miraba la entrada-. Puede que haya algo ahí dentro, al girar la primera esquina, como en la laguna que cruzamos, donde apareció ese... ese ser hecho del mismo cieno que la formaba.

-No es mala idea que sigamos con la cuerda que nos hemos puesto par el descenso. Así, si el suelo se viene abajo quizás logremos salvar al que se caiga, o si alguien se queda sin visión seguirá al grupo, o si algo afecta la mente de alguno de nosotros, podremos seguir todos juntos.

Al cabo no le entusiasmaba la idea de entrar en el laberinto, pero no tenían otra. Respirando profundamente Ab miró hacia adelante y, previa petición de permiso, entró el primero.

-Si me lo permites, Mat, entraré primero. Que tú eres buen piloto, pero yo un buen cabo en tierra -dijo sonriendo y dando una palmada en el hombro a su amigo. Sacando su pistola y sin mirarles les urgió:- Seguidme, pero no hagáis ruido, por lo que pueda estar dormido.

Roderick dio un pasito para adelante y otro para atrás, avanzar... Como que no le terminaba de apetecer pero hacia atrás tampoco podía ir así pues terminó por aferrarse al fornido brazo fabricado con acero de barcos yankies, que era el señor Windwood para ir justo a su verá, atándose bien a la cuerda.

- Totalmente de acuerdo... Mejor no hacer ruido y... Que sea lo que el Señor quiera...- hizo varias presignaciones dio un nuevo trago a su petaca para sacar valor de donde fuera y tiro para adelante.

-Eso, no hagáis ruido.- Dijo a la vez que agudizaba el oído.

Cuando lleváis recorrido más de medio laberinto Sonny escucha algo a su espalda. Se gira para comprobar con horror que un ser de de ojos amarillos y más de dos metros y medio de alto con rasgos vagamente humanoides os sigue.

El ser gruñe antes de mostrar sus afilados dientes, parece dispuesto a lanzarse a la carrera contra vosotros, pero de momento permanece inmóvil.

- ¡Joder! ¡Cuidado, nos siguen!- Otra aberración se abría paso por el laberinto tras ellos. Después de la experiencia con el limo estaba curado de espanto y eso le sirvió para aguantar el tipo. Ahora bien, ¿sería mejor echar a correr o enfrentarse a esa cosa y acabar con su miserable existencia?

Ab se giró y lo que vio lo dejó en el sitio, frío y temeroso. No había visto nada igual en su vida, pero donde se encontraban era un bicho más. Apretando los dientes, levantó su arma y apuntó a aquella cosa que les seguía. Era extraño pues no parecía querer hacerles daño, de memento. Aun así su apariencia monstruosa no ayudaba a serenar los ánimos. 

Si no nos ataca será porque quiere confundirnos y habrá otros por los alrededores que nos atacarán por los flancos... no lo sé, pero no descuidéis vuestras espaldas.

Al decir esto el cabo miró de reojo en su derredor por si era así y se abalanzaban más monstruos de esos.

Sin mover ninguna pezuña el ser vuelve a gruñiros, mueve la cabeza a un lado y a otro mientras olfatea el aire. Con las patas que tiene, si decide lanzarse a por vosotros alcanzará a Sonny en menos de tres segundos, pero de momento parece indeciso.

Matt se llevó la mano al tasser que había hecho pero logró controlarse antes de avanzar. EL hombre empezó a respirar pesadamente, como si le faltase el aire... y es que en cierto modo le faltaba. Que aquel monstruo no los atacase  tampoco le tranquilizaba, y sin embargo no coincidía con los temores de su amigo Abe.

—No lo creo...  No creo que nos hagan una emboscada, más bien creo que es... como un carroñero—respondió con tono lúgubre.—O como la muerte. Siempre cerca. Siempre alcanza, pero no nos ataca. Deja que nos matemos

AL cabo de unos segundos sacudió la cabeza. No sabía por qué había tenido pensamientos tan lúgubres

—Perdón... NO sé ni lo que digo. SIgamos...

Roderick estaba histérico, tener a aquel ser siguiéndoles le había puesto los pelos de punta y es que una cosa era saber que iban a tener un final funesto y otra verlo hecho realidad... ¡Nunca se estaba preparado! 

- No será...- dijo castañeándole los dientes de puro miedo- ¿que nos sigue para asegurarse de que seguimos adelante?- sacó la petaca y le dió un sorbo nervioso, sus pies querían sacarlo de allí corriendo pero su sentido común le pedía que siguiera con sus compañeros a saber que más horrores les aguardaban, de manera que se aferró aún más a la camisa de Greywood encogiéndose sobre si mismo.

Grrrrrr.- El ser vuelve una vez más a gruñiros y olfatear el aire moviendo la cabeza de un lado a otro.

Tal vez sea el miedo, tal vez la ansiedad o el puro y definitivo terror que te provoca el ser de más de dos metros que tienes delante, pero estás convencido de que hay verdad en tus palabras.

Ab siguió apuntando al bicho mientras caminaba y miraba a su espalda para seguir el camino y por si aparecía otro de los compañeros de éste para ayudarle en la cacería. No se fiaba, pero tampoco quería malgastar la munición innecesariemente. Este mundo era muy peculiar y tampoco sabía lo que se podían encontrar y si era bueno o malo, tuviera la pinta que tuviera.

-Sí, sigamos andando, pero sin apartar la vista del monstruo -coincidió con Matt-. Nunca sabemos como puede reaccionar.