Tras las indagaciones en el interior del museo los cuatro acordais acercaros a la residencia de la señora Mayers, la direccion os la facilitan sin más en el museo.
Subis en los vehículos ( cada uno en el suyo u os repartis, como veais) y os dirigis a la dirección que os han facilitado. Al llegar veis una calle bastante tranquila con casas unifamiliares a ambos lados de la calle, lo suficientemente separadas entre si como para tener intimidad, pero no lo suficiente como para sentirse solos.
El llegar al número de casa que os han facilitado veis una casa bantante antigua y no demasiado bien cuidada, de tres plantas...
Abraham ha subido al coche de uno de sus compañeros pues en pocas ocasiones conduce. Al llegar a al mansión Mayers se admira de su arquitectura, típica del lugar.
- Bien señores, parece que es aquí. Nuestro querido egiptólogo parece que tenía buen gusto.
Solomon, sale cogeando del coche de comisaría y sin decir palabra, pareciendo hacer una acción rutinaria se adelanta al resto y avanza hasta el timbre de la casa tras ajustarse la ropa para adecentarse un poco...
Este traje no tiene arreglo y tu menos Solomon...
Vienen... Dice mientras llama al tiembre.
Sale del coche, carraspea un poco y se ajusta la corbata al igual que se arregla su bigote.Avanza junto a sus compañeros,ya con una libretita lista junto con un lápiz, listo para captar nuevas pistas e ideas.
-Bonito hogar...- termina por decir mientras espera.
Solomon con paso decidido se acerca a la puerta de entrada de la casa y toca enérgicamente el timbre de la misma...
Tras breves segundos de espera la puerta del domicilio se entre abre y se oye la voz de un mujer desde el otro lado de la misma que dice..
- Buenos dias caballeros que se les ofrece.- La puerta sigue entre abierta y se puede ver un ojo de la mujer asi como una pequeña cadenita que mantiene la puerta medio cerrada....
- Nuestros respetos señora Mayers. Venimos del museo de la ciudad. Estamos interesados en cierta información respecto un conjunto de piezas que nos fueron donadas de la colección personal de su difunto marido. En paz descanse.
Mi mas sincero pesame señora Mayers, yo era compañero de su marido.
Dice con tono apesumbrado Alfred y bajando un poco la mirada.
Nunca he llevado bien este tipo de protocolo... Siempre es más facil presionar e identificarse como policía...
Señora, efectivamente estamos haciendo una investigación en nombre del museo y soy el Inspector Solomon de la policía. Necesitaríamos hacerle algunas preguntas que seguro no le llevarán más de 5 minutos.
Solomon, puedes conseguirlo vas bien...
Uff el sombrero...
Tras esto se coge el sombrero con la mano y espera la respuesta de la señora.
La señora Mayers os examina de arriba abajo despacio. Luego dice...
- Hem... bien... Tienen algún tipo de acreditación...
Ummm...
Solomon, saca su placa de policia y la muestra a la señora y se la acerca por si quiere examinarla...
Puede llamar a comisaría para preguntar por mi si se queda más tranquila... Solamente queremos hacerle unas preguntas en concreto sobre una donación de una joya al museo por parte de su marido.
La señora Mayers examina un segundo la acreditación que le muestra Solomon y enseguida vuelve a cerrar la puerta. Tras oir como se corre un cadenita al segundo se vuelve a abrir la puerta. Tras ella se encuentra la señora Mayers que os saluda y os hace pasar mientras comenta...
- Bien, pasen, pasen... desean una tacita de té. En estos momentos la señortia Smith está preparandolo. Si me hacen el faavor de acompañar a la salita estaré muy gustosa de ayudarles en todo lo que pueda...
Tras eso la señora mayers os hace un gesto con el brazo y se encamina por el pasillo hacia una haitación cercana decorada como una salita de estar muy británica....
¿La señora Mayers parece que desconfía de nosotros y sin embargo nos invita a una taza de te? ¿ Y esta decoración? Qué flaco favor le hace a los Estados Unidos vivir de la dependencia inglesa.
- Gracias por su hospitalidad señora Mayers. - Abraham se sienta en una butaca individual tras aceptar gustoso el te y deja su bastón apoyado en el reposabrazos. - Qué gran gusto muestra esta casa - intentando disimular el desagrado en su rostro - Se nota que aquí vivió alguien con pasión por los detalles, con amor hacia los objetos de valor. ¿No creen señores?
Con evidente disgusto se nota que Solomon no se encuentra cómodo en este tipo de situaciones... Avanza cogeando hasta la salida mirandolo todo.
Dificil será que esta mujer nos ayude en nuestra busqueda... pero que más podríamos hacer?
Gracias señora, lo tomaré con mucha azucar...
Es la única forma de soportar ese bebedizo.
Muy amable señora,no se si le comentó su marido alguna vez pero eramos colegas, colaboradores en el museo...
Dice mientras entra y le cedé el paso a la viuda.
La señora Mayers toma asiento y espera a que la sirvienta traia el té y las pastitas... Luego os escucha un momento y dice mirando a Alfred...
-Como dijo que se llamaba..-( alfred supongo que le comenta el nombre).- Pues no, no me suena, pero tambien es verdad que mi marido no compartia conmigo detalles de su trabajo...
luego dirigiendose a todos.- Y bien señores en que puedo ayudarles....
Solomon, coge la taza de té intentando parecer lo más educado posible y comienza a servirse el azucar... Tras 6 cucharillas de azucar decide que es suficiente para matar el sabor de ese brevaje inglés y responde a la señora Solomon...
En primer lugar señora he de pedirle el máximo secretismo posible sobre lo que voy a contarle, ya que pertenece a una investigación policial en curso...
Ha ocurrido un robo en el museo y hay una muerte de por medio... dice Solomon, intentando impresionar a la señora sin mucho tacto...
Tras esto intentando quedar bien da un sorbo al té y al dejarlo en la mesa derrama media taza... Upps, lo siento.
Bueno el caso es que han robado una joya parecida a un ambar, que su marido cedió al museo.
Necesitamos información sobre esta joya, ¿sabe usted algo sobre ella?
Tras un escueto saludo a la señora Mayers se encamina con educación junto a sus compañeros.Tras recibir el te, se sienta en uno de sus cómdos sillones con libreta en mano y piernas cruzadas, apuntando cada detalle que podría destacar en la conversación, y así contrastarlo con lo ya obtenido, mientras que empapaba su boca con ese delicioso te.
Abraham ha permanecido en silencio para no molestar a Solomon pero aprovecha un momento para sacar una pequeña libretita de notas, un pequeño lapicero cuya punta de grafito lame discretamente con la lengua y, tras pasar despistadamente algunas páginas escritas con trazos rápidos, se dispone a tomar apuntes sobre lo que diga la señora Mayers.
Cita:
-Algo sobre una pieza, no. No solia entrometerme en los asuntos de mi marido...- Luego ppensando un poco.- Aunque creo que en su despacho todavia deberian estar alguno de sus cuadernos de notas y diarios... Claro que esos docuementos son privados y no se si deberia....
Ahora si que tocaria tiraditas de elocüencia o charlataneria para convencer a la señora... esplicando un poco el royo que le soltais y dependiendo de lo convincente asi será la dificultad....