Partida Rol por web

Elisa espera a que haya un momento en el que ambas se queden solas para poder abordarla con tranquilidad. No ha hecho ademán de reconocerla salvo alguna que otra mirada... por eso la médico no ha querido hacer nada en público pero está segura de que es la amiga... con la que creció, aunque no parezca que quede nada de ella.

Elisa suspira varias veces, está algo nerviosa, las despedidas se le dan mal, pero los reencuentros todavía peor. Mientras Val ordena su equipaje, Elisa se cerciora de que no hay nadie alrededor y se acerca a ella.

- Val... - le dice sin saber muy bien como abordar la conversación, está nerviosa y es algo que no le gusta... porque Elisa no suele estar nerviosa, no es su zona de confort- ¿Me recuerdas? - termina por preguntar.

La puesta en común tras el escueto briefing de Varth había ido bien, siempre podía ir peor, parecía que el grupo se entendía en la teoría estaría por ver si en la práctica se mantenía ese entendimiento. Poco tardaron en desperdigarse por la nave, Val fue la primera en tomar su petate y dirigirse a su compartimento, Zex directo a la cabina con Sirona, dejando a Fror y Elisa en la sala común.

La pistolera se había esforzado por mantener las formas, evitar el contacto visual con la doctora en la medida de lo posible mientras hablaban pero no le habían pasado desapercibidas las miradas de esta cuando pensaba que no le prestaba atención, así que cuando los pasos acompañados de suspiros nerviosos le llegaron a sus espaldas por el pasillo no se sorprendió en lo más mínimo. Se mantuvo de espaldas revolviendo en su petate que descansaba sobre el camastro.

-¿sí Doc? - pregunto la pistolera haciendo de tripas corazón para lo que estaba por llegar tras esa pausa dramática de la mujer, soltando un suspiro resignado cuando llego la pregunta. Sus hombros se tensaron inclinando el cuello hacia delante mientras sus manos, ocultas en el interior del petate, apretaban con fuerza una prenda de ropa al azar - …Elisa...Quien creas ver en mi dejo de existir hace mucho, tan solo una sombra del pasado – se explico sombría y dramáticamente antes de darse la vuelta – pero sí, te recuerdo

La respuesta de Val era como un jarro de agua fría para alguien como Elisa. Habían pasado años pero ella seguía siendo la misma, tal vez algo mayor, algo más madura, un poco más desencantada con la vida en general.. pero seguía siendo la misma. Las palabras de Val le hacían pensar a Elisa que algo terrible le había sucedido y eso le angustió ligeramente. Elisa no había olvidado a su amiga durante todos estos años y verla así era en parte como recibir pequeñas punzadas de dolor  pero le médico se mantuvo hierática, no quería mostrarse vulnerable en exceso.

El dramatismo con el que profiere sus últimas palabras Val le hace enarcar una ceja. Elisa es médico, ella poco entiende de cosas trascendentales y psicológicas... ella es ciencia y si le recuerda es que es la misma persona, aunque dramatice. Pero por otro lado Elisa entendía que no podía imponer su presencia o su amistad... aunque hubira sido su única amiga.

- Qué te ha pasado? - le preguntó manteniendo la distancia aunque lo que quería hacer era darle un fuerte abrazo.

Elisa había sido siempre más idealista que Val, más asentada y calmada, pensaba más las cosas que ella que siempre había sido más impulsiva. Solo en la academia militar había aprendido algo de disciplina y autocontrol, claro que por aquel entonces sus caminos ya se habían comenzado a distanciar. La última vez que se habían visto Elisa estaba a punto de graduarse, teniendo un brillante camino salvando vidas, ella estaba a medio camino de conseguir sus galones, mundos distintos que terminaron por separarse aún más.

-¿no sabes? - preguntó con cierta inseguridad en su voz sintiendo una debilidad que no era propia en ella apoyando las manos en el camastro tras ella.

No podía estar segura de lo que habría sucedido, cuando habría trascendido o no lo sucedido tras su desaparición. Ella misma se había negado investigar sobre el asunto por miedo a saber. Sí, miedo. Un extraño sentimiento que parecía no formar parte de ella pero en el fondo la empujaba a seguir adelante en cada paso de su camino lejos de casa y de los suyos. Pero sobre todo el miedo a lo que sería capaz de hacer si volviera a encontrarse cara a cara con Jason.

Elisa escuchó con atención las dos palabras que le dedicó Val.

"No sabes?..."

Abrió los ojos y la miró con atención. Cuando Val se apoyó en el camastro Elisa decidió dar un pequeño paso para acortar la distancia entre ambas. Respiró despacio y se debatió entre establecer cierto contacto con ella tocándole el brazo o quedarse quieta. Optó por quedarse quieta aunque quería dar un abrazo a su amiga. Para Elisa el tiempo no había pasado en su amistad con ella. Habían jugado juntas, habían jugado a descifrar los juegos que Val planteaba, habían corrido, habían hablado... era su amiga, la única amiga que había tenido y si bien se separaron cuando ella fue a graduarse... nunca había considerado que había dejado de tener una amiga.

Negó con la cabeza. No sabía que era ello que le había pasado. Había algo dentro de Elisa que le decía que Val había sufrido mucho y esperaba que supiera que podía confiar en ella, pero... si ella había cambiado tanto y no sentía esa confianza tampoco era quien para forzarla.

- Ahora estamos aquí.- dijo con un tono suave de voz. Su frase quería decir muchas cosas. Aunque pudiera parecer que solo decía obviedades, lo decía de corazón.- No sé lo que habrá pasado... pero yo me alegro mucho de volver a verte.- esbozó una sonrisa sincera.

Quería decir que ella también se alegraba pero no era así, la presencia de Elisa traía con ella los recuerdos de una vida feliz para Val, una mas sencilla y sin tantas complicaciones. Y si en verdad no sabía nada de lo ocurrido ella no sabía si tenía las fuerzas necesarias para desvelarlo de golpe, hacía demasiado que no hablaba de ello. Solo con Nugirrah se había logrado abrir y contado parte de lo sucedido, compartían viaje y como todo Wookie tenía ciertas reservas para la confianza en los seres humanos.

-Elisa...yo...- la peliblanca sentía como la coraza que había creado a su alrededor para protegerse de todo y de todos se tambaleaba en presencia de su vieja amiga, quería vestir su máscara de indiferencia y autosuficiencia pero aquellos ojos que no se apartaban de ella se lo impedía. Se vio desviando la mirada y rascándose la nuca incomoda, buscando una escapatoria a tal situación – si no...escucha...no sabría por donde empezar, simplemente...deserte – soltó encogiéndose de hombros, dejando a un lado las razones, el dolor y la rabia...sobre todo la rabia – ya sabes como se las gasta el imperio y bueno, desde entonces no he mirado atrás

Quizá eso sonar a disculpa por haber cortado toda comunicación, pues aunque las separaban distancias considerables siempre habían mantenido el control en la medida de lo posible, hasta hacía cinco años que despareció sin dejar rastro alguno.

-tú veo que te las has...apañado bien, te ves bien - añadio con un amago de sonrisa que murió antes siquiera de aflorar en sus labios

Cuando la médico escuchó su nombre de boca de Val sonrió de nuevo. No podía evitarlo. Dio un paso pequeño más hacia su amiga.

- Eh, eh, tranquila.- le dijo cuando se cercioró de que sólo había provocado dolor en Val. Sabía que su amiga había elegido la carrera militar más por deber familiar que porque a ella le gustara, en ese aspecto Elisa había tenido mucha más suerte.

- No sé lo que pasó... pero no me lo tienes que contar. No es necesario. El Imperio ha hecho mucho daño de muchas formas a mucha gente. Son... son... unos malnacidos.- dijo forzando el insulto. Insultar nunca había sido su fuerte y cuando lo intentaba no conseguía que los insultos volaran con la suficiente dureza. 

- Ahora estamos aquí.- repitió.

 Elisa escuchó la no-pregunta de su compañera y asintió. 

- Cuando me gradué no tardé en encontrar trabajo en Kuat. Lo abandoné cuando el Imperio dio el golpe a la República, me persiguieron pero conseguí escapar y viajar hasta mis padres, ellos también se habían alejado del Imperio. Ellos me enviaron con Mon Mothma y luego ella... bueno, me sugirió que Organa necesitaría médicos para sus misiones y no lo dudé dos veces. Me alisté. Bueno, si es que esto es alistarse a algo... por lo menos le tocamos las narices al Imperio. 

Esbozó una sonrisa y esperaba que su amiga se hubiera distraido un poco de su dolor gracias a su historia

Veía los pequeños pasos de su vieja amiga de la infancia, sabía lo que vendría a continuación ¿estaba preparada? No. La respuesta era simple y llanamente no, pero tampoco lo estaba para contar todo lo que había sucedido, lo que la había llevado a convertirse en la mujer que tenía delante de ella. Las cicatrices externas no contaban el dolor de las que llevaba por dentro y aún así ahí estaba reblandeciéndolas y sintiendo su escozor superficial quemándola desde dentro.

-amén a eso – agrego tras la retahíla de piropos al imperio con los que coincidía e incluso iba más lejos que aquello – el imperio corrompe todo lo que toca – añadió a continuación con un tono más sombrío que se instauro también en su rostro, apretando los dedos sobre el camastro hasta que sus nudillos se volvieron blanco – y ahora estamos aquí – trato de regresar donde estaba y no asustar a la chica – me alegra saber que lograste tú sueño y que al menos tu familia sigue unida – dijo con un amago de sonrisa

En los pequeños destalles estaban las auténticas verdades que no atrevemos a desvelar y en esa última declaración Val había revelado más de lo que pretendía.

-los médicos siempre son de gran valor en la guerra, y esta no es más que el proyecto de una...este grupo que Organa a reunido esta...resistencia contra el imperio va a batallar contra un titan poderoso, me alegro que te tengan de su lado – declaro son sinceridad – pero ¿estas segura que es lo que quieres? ¿una vida huyendo? - trago con dificultad al formular en voz alta preguntas que se hacía ella misma desde que habían dejado Felucia – podrías perder algo más que la vida de apoyar esta causa, si te relacionan con tus padres puede que ni Mon Mothma pueda protegerlos, al imperio poco le importan los nombres hoy en día y menos las familias - apretó de nuevo los puños - solo ven traidores y amenazas a su gran imperio galactico - añadió con desprecio y burla

Sonríe a Val y cuando ve que se aprieta con fuerza contra el camastro extiende su brazo para acariciar su hombro en un leve contacto físico. Lo que realmente quiere es darle un abrazo pero en el fondo tiene miedo de que le suelte un puñetazo... y al mismo tiempo no puede evitarlo, necesita establecer el contacto físico aunque sea de una forma muy leve. Que sepa que no está sola.

- Sí. Aquí estamos. Las dos - dijo remarcando eso último para que sea consciente de que eso ya es una realidad - Junto a más gente, a punto de embarcarnos en una misión.. peculiar con pocas garantías - sonríe la médico.

Cuando menciona la suerte que tiene con su familia sonríe al recordarles pero enseguida cambia el gesto. Entiende lo que le ha querido decir entre líneas pero como no ha ahondado en el asunto tampoco quiere forzarla. Pero hay una cosa que es real, para Elisa, Val es como de su familia o al menos ella la considera así.

- Aquí nadie sabe de dónde vengo ni cual es mi apellido - comentó - Aunque.. en el caso de que eso saliera a la luz, mis padres forman parte también de esas redes que se oponen al imperio, saben los riesgos que existen cuando te posicionas contra el Emperador - le explicó a su amiga.

Era extraño, se había acostumbrado a la camaradería y complicidad con Nugirrha y Zex, incluso a la compañía de Marco hasta su marcha pero aquello era distinto. Elisa era distinta. La cercanía y la intimidad de esta era tan familiar como lejana al mismo tiempo, no podía evitar sentir la incomodidad por todo aquello que no quería decir.

-menuda novedad – rió con ironía ante la descripción de la misión – temo que con la clandestinidad de estas operaciones no vamos a tener nunca una misión clara y segura...¿estas segura que...?..vale...me repito...solo quiero que estés a salvo...a mi lado nunca suceden cosas buena Elisa, lo sabes bien – añadió algo cabizbaja. Entonces llego la explicación más inesperada sobre su familia - ¿tu padres? ¿donde se encuentran ahora mismo? Quiero decir ¿siguen en casa?...¿sabes como va todo por ahí? - inquirió con cierta luz curiosa en su mirada bicolor al tiempo que posaba su manos sobre la de Elisa en su hombro – Eli... - dudo ¿estaba dispuesta a decirle lo que había pasado? El porque había abandonado todo y a todos – mi padre...- se retuvo de nuevo, apartando la mano y casi a punto de hacerlo ella misma buscando distancia pero se quedo donde estaba mirando a un punto en el suelo – mi padre servía a Organa o al menos a su causa, estuvo ayudando a liberar esclavos Wookies en Kashyyyk y otros lugares...además de recopilar información – eludió con todas sus fuerzas usar la palabra espía porque nunca había considerado a su padre parte del imperios, ni ella ni su hermano se habían alistado para servir al Imperio, lo habían hecho para servir a la Republica, a la paz y no a lo que se había convertido. Trago con dificultad inclinándose hacía delante apoyando los codos en las rodillas – Ja...Jason lo descubrió ante sus superiores y...lo ejecutaron – soltó finalmente apretando la mandíbula por la rabia que le suponía pensar en su hermano, en su traición a su padre y ahora a ella

- Lo sé bien Val.. ¿por qué te crees que me hice médico? Para poder seguirte el ritmo y minimizar los daños - Elisa se rió un poco ante su pregunta. No era mentira, si había querido estudiar medicina desde pequeña era porque las misiones y juegos que hacía con Val siempre acababan con alguien sangrando. Luego resultó que era su vocación, pero los orígenes son los orígenes. 

- Mis padres siguen en Chandrilla con Mon Mothma, por allí no ha cambiado mucho salvo que todo el mundo tiene miedo y casi nadie se fía de nadie. Pero por lo demás... - se encogió de hombros. 

Cuando Val posó su mano sobre la de ella la apretó con cariño y miró a su amiga. Cuando retiró la mano no hizo resistencia de ningún tipo y la miró. A medida que su amiga le contaba la historia su sonrisa fue desapareciendo. Al escuchar que su hermano había traicionado a su padre y a ella también abrió los ojos mucho y se llevó las manos a la cara tapando su boca. Ella lo conocía... habían jugado mucho de pequeños, se habían abierto la cabeza varias veces juntos. Nunca hubiera imaginado la traición. Trató de tranquilizarse y mantener la templanza. Su entrenamiento como médico le había proporcionado frialdad y templanza.

Elisa se acercó a su amiga y la abrazó, primero con suavidad y luego con algo más de fuerza. Sabía que era arriesgado pero trataría de reconfortar a su amiga y un abrazo sincero, totalmente sincero era un buen remedio. A Elisa le daba mucha rabia no poder curar las heridas del alma en ese momento. 

- Val.. - dijo pero dejó pasar unos segundos sin decir nada todavía - Lo siento mucho - añadió sin poder encontrar las palabras acertadas para la situación. 

Elisa respiró varias veces. 

- Vengaremos a tu padre. Destruiremos el Imperio. Te lo prometo - le dijo con sinceridad sin soltar el abrazo siempre y cuando su amiga no hubiera hecho ademán de apartarla, respetaría su espacio.

No pudo evitarlo, una risa escapo de entre sus labios mirando a su amiga de la infancia rememorando esos momentos de inocencia, moretones y chichones, además de otros remiendos necesarios para que sus padres no le gritaran al regresar a casa. Nostalgia y alegría, eran cosas con las que no estaba acostumbrada a convivir en esos tiempos.

-Me alegro que tus viejos sigan en pie y dando guerra – declaró sincera tras humedecerse los labios aun con una sonrisa

Recibió el abrazo con sorpresa pero no con rechazo, al principio no reacciono solo sintió el cuerpo de su amiga junto al suyo y sus brazos apretándose alrededor, finalmente como un animal herido receloso fue cediendo terreno hasta que se encontró devolviendo el abrazo con ternura tiempo olvidada.

-gracias...pero es algo que deberé enfrentar sola en su momento – en clara referencia a su hermano, no a la venganza contra el imperio – mientras tanto aunque sea devolver una milésima parte del golpe al imperio me sera suficiente...- estrujo una vez más a Elisa entre sus brazos y luego tomo distancia – y basta ya...que tengo una reputación que mantener ante esos de ahí fuera...ahora – rió de nuevo pasando a su lado sacando su equipo del interior de su petate y volteando a verla de medio lado - deberías descansar en unas horas veras lo que es el mundo en el que me he movido este tiempo...y créeme...aveces es mejor un campo de guerra...

Cuando sintió que su amiga le devolvía el abrazo Elisa sonrió y fue muy feliz. Sabía que su amiga estaba ahí, en algún lado detrás de tanto dolor y sufrimiento. Y la había recuperado, al menos durante unos instantes.

- Golpearemos al Imperio - le dijo como si fuera una promesa de esas que se hacían cuando eran jóvenes.

Se separó de ella un poco y asintió.

- Iré a descansar, tenemos que estar preparadas para lo que venga de la misión - dijo dándole la razón y se dio la vuelta para irse a su espacio en la nave. Elisa quería revisar su equipaje, siempre tenía la sensación de que se le olvidaba algo.

Antes de marcharse se dio media vuelta.

- Tranquila, no le contaré a nuestros compañeros que tienes.. sentimientos, quedará entre tu y yo - el dijo bromeando y vacilándola un poco para destensionar el momento anterior.

- Me alegro mucho de habernos encontrado Val, he recuperado a una amiga y un ser querido - le dijo y se llevó la mano al corazón con mucho sentimiento.

Val no dijo nada, solo miró a su amiga con el descaro por en los labios y un brillo de simpatía en los ojos, negó con la cabeza emitiendo un bufido que trataba de ocultar una carcajada y regreso a lo suyo. No fue hasta que la compuerta se cerro tras Elisa que volvió a mirar hacía el lugar que antes ocupaba su amiga.

-también me alegro Doc, también me alegro – susurró sonriente al vació de su compartimento mientras se disponía a limpiar su vibroespada