Partida Rol por web

Han pasado unas cuantas semanas desde el regreso de la expedición a Felucia para rescatar al almirante Gilder Varth. Las heridas han sido sanadas, y los días comienzan a ser tediosos y aburridos. No habéis dejado en ningún momento la fragata, que se pasa la mayor parte del tiempo en el espacio profundo, entre mundos y rutas hiperespaciales. 

Nughirra, Flamo y Marco abandonaron la nave con su merecida recompensa, movidos por momentos de paz, quizá sueños pendientes o motivos personales, quedando tan solo como parte del movimiento de Organa Zex y Val. 

Al mando de la Resurgimiento está el capitán Adrian Verana; que ha estado supervisando todo el proceso de interrogaciones durante las últimas semanas. Al mismo tiempo, ha dejado muy claro que ninguna de las acciones que se han tomado hasta ahora apunten hacia el senador Bail Organa en caso de que la nave sea capturada por el Imperio. Incluso el propio Varth no tiene muy claro si fue Organa quien orquestó su rescate. 

La capitana Okeefe también está recluida en la fragata, cosa que se encarga de recordar con bastante amargura cada vez que tiene la ocasión.

...

Un mañana, en vuestros datapads aparece un nuevo aviso. Sois requeridos en la sala de reuniones de la fragata...

Fror agachó la cabeza para entrar en la sala de reuniones de la fragata. Los estrechos pasillos de la nave no se hicieron pensando en un wookie de más de dos metros de altura y una serie de golpes en la frente al entrar y salir de las salas del navío habían hecho al wookie extremadamente cauteloso.

Era el primero en llegar así que optó por acomodarse sentandose en una caja de suministros y estirar las piernas. Repasó los sucesos que lo había llevado hasta ahí. Primero hacía ya ¿dos? ¿tres? años su huida de Kashyyyk. Luego los largos meses de deambular por el Borde Exterior esquivando a cazarrecompensas y esclavistas. Finalmente el mensaje de una red dedicada a auxiliar a otros wookies.

Esa misión había empezado bien pero rapidamente se había vuelto desesperada. Un grupo de cazadores de esclavos quarren los habían acorralado en una estació de mala muerte. En la refriega Fror había acabado en las manos de una joven doctora humana que había demostrado un temple inesperado para sus años.

Luego algunos de los pocos contactos que le quedaban de la epoca de las Guerras Clon lo habían puesto en contacto con un grupo que al parecer actuaba al margen de la ley Imperial. Le soprendió encontrar a la hija de un antiguo General de la Republica convertida en pistolera a sueldo ¿Que venganza del cruel Imperio la habría llevado hasta ahí?

Pero por ahora alejó de su mente esas calibraciones para estirar al máximo sus largas y peludas extremidades mientras esparaba que la llegada del resto del variopinto grupo despejase la incognita de que pedirían de él sus nuevos benefactores.

Casi instintivamente acarició el mango de la vibrohacha.

Zex terminó sus ejercicios y se fue a dar una ducha. La rutina se había apropiado de su vida desde la vuelta de Felucia. Seguía entrenando cuerpo y mente, listo para la siguiente misión. Los reflejos del piloto estaban en buen estado pero nunca era mal momento para practicar la puntería.

Val y él se habían estado hablando de planes de futuro, entre ellos debía de reconocer que estaba el tener su propia nave. No se daban puesto de acuerdo en el modelo, pero como faltaban fondos tenían tiempo para llegar a un arreglo.

La pelo blanca se había destapado como una buena compañera en este periodo de calma. Al salir de la ducha se visitó y vio el aviso en el datapad. Esperaba que no fuera algo rutinario y sí una nueva misión.

Llegó a la sala de reuniones pero no fue el primero, un enorme wookie, el cual no conocía. Se acercó y se presentó. Confiaba en que pudieran entenderse.

-Hola, soy Zex. No tengo el gusto de conocerte.

Cuando recibió el mensaje que de la citaban en la sala de reuniones Elisa se encontraba terminando una operación delicada, lo más difícil ya había pasado pero todavía le quedaba cerrar y sanar la herida. Dio acuse de recibo y procedió a terminar su trabajo. 

Trabajar en la fragata era mucho más tranquilo que operar sobre el terreno donde a veces había que tomar decisiones complicadas en pocos segundos sin poder tener una segunda opinión. Pero por el contrario generaba mucha más adrenalina. Elisa hacía varias semanas que no salía en ninguna misión, había estado tratando a los pacientes en la fragata, supervisando recuperaciones, realizando segundas operaciones... todo tipo de labores que le requerían. También había estado leyendo y ordenando sus materiales. Leyendo porque la medicina siempre estaba en constante evolución y ordenando sus materiales porque sabía perfectamente que en cualquier momento le podían requerir para alguna misión. 

Se lavó después de la operación y se quitó el kit de médico para vestirse con ropa... ligeramente normal. Su camisa blanca y su cazadora negra y naranja. Se dirigió a la sala de reuniones y vio que no era la primera en llegar. 

Allí estaba Zex, un viejo amigo de Elisa, habían coincidido en alguna que otra misión y la médico recordaba bien la más complicada de ellas donde tuvo que operar a Zex a la intemperie con poco equipamiento... todo salió bien y era una de las operaciones que más orgullo daba a Elisa, además claro, de haber salvado la vida de su amigo, que en definitiva no era otra cosa que su trabajo. 

- Zex! - le saludó con alegría. Miró al wookie, no le conocía ni le sonaba. Elisa nunca había tenido oportunidad de currar u operar a un wookie y eso le daba mucha curiosidad.- Hola! me llamo Elisa, soy médico .- dijo presentándose.

Los días iban y venían sin apenas ser capaz de apreciarlo, las horas eran interminables así como la infinidad del espacio profundo en el que constantemente cruzaban entre mundos, siempre eludiendo el radar del Imperio. La marcha de O'Shill no había asombrado en lo más absoluto a Val, quien abandono La Resurgimiento a los pocos días de su llegada, no iba a echar de menos la asperea de sus diferencias pero su pico de oro siempre venía bien. Además estaba el hecho de estar en deuda, algo que debería saldar algún día, uno muy lejano. En cambio la marcha de Marco sí había trastocado algo más a la pistolera. Ambos eran profesionales solitarios que no gustaban de depender de nadie, les gustaban los trabajos sencillos y sin presunción, sin causas que cargar sobre los hombres, respetaba eso. Si tan solo no se hubiera tomado varias semanas para tomar su decisión no habría resultado tan difícil, claro que ese merito era de la Capitana Okeefe; a la que el encierro se le hizo más cuesta arriba tras la marcha del Marco. Claro que no dudaba que sus caminos volverían a cruzarse algún día en el futuro, apostaría por ello.

La tediosidad que se apoderaba de ella fue sorprendentemente llevadera gracias a la compañía de Zex, el joven piloto con sus altas dosis de entusiasmo y simpatía había logrado engatusar a Val y Nugirrah hasta el punto de hasta planear hacerse con una nave propia, en cuanto lograr ahorrar lo suficiente. Y eso junto a su carismática charlatanería había ayudado a distraer a Val de otros pensamientos menos placenteros.

Felucia había supuesto un antes y un después para la peliblanca, el encuentro con el chaman de la había afectado a un nivel que era incapaz de comprender aún. Las largas horas en a solas en su compartimento le había dado tiempo para pensar en su abandonado hogar, sus padres, su hermano y el imperio, llegando a comprender cosas que no había tenido sentido hasta entonces. Luego estaban sus perturbadores sueños

Aquella mañana había pasado a charlar un rato con Nugirrah en los hangares de la fragata: la wookie estaba en su ambiente rodeada de trastos y naves que arreglar, se sentía útil. Con ella se encontraba cuando recibió el mensaje de la reunión, no la pudo convencer para que se uniera a ellos y era comprensible. Sus heridas habían sido más serias de lo que pensaban en un principio, su recuperación tomo más tiempo del esperado y después de eso había preferido tomarse las cosas con calma, y mientras Val siguiera con aquel pintoresco grupo de contrario al imperio y sus injusticias, ella también se quedaría.

Fue la última en llegar a la reunión, Zex se encontraba charlando con una masa de pelo gigante y ya era decir teniendo en cuenta que no mediría más que un palmo más que Nugirrah y una sonrisa de labios cerrados se dibujo en sus labios. Haciendo alarde de su actitud taciturna saludo con un gesto de la cabeza al dicharachero piloto que se encontraba en plena charla con una joven de cabellos oscuros. Tomo asiento manteniendo las distancias y espero la llegada del Capitan Verana, quien esperaba que dirigiera aquella reunión.

El inmenso wookie se levantó, con cuidado esta vez de no acabar golpeandose contra el techo, y con sorprendente suavidad  estrechó la mano del humano con su zarpa. Luego repitió la extraña operación, que tenía entendido era del gusto de los humanos de los planetas del nucleo, con la humana.

Respondió a sus presentaciones con un corto rugido a modo de presentación. Luego tomando su modulo de datos tecleó un mensaje que remitió a los modulos de los dos recien llegados.

Llamadme Fror. Entiendo el básico perfectamente. Nuestros "amigos comunes" me han enviado a unirme a vuestro grupo. Tengo entendido que habeis estado causando problemas al Imperio. Y eso me gusta.

La joven enarcó su perfilada ceja blanca ante la llegada del mensaje en su datapad, para a a continuación acabar posando el dorado iris de su ojo sobre el wookie mostrando una  divertida sonrisa.

-no puedo hablar por ella pero si has visto el bellezon peludo que acaba de incorporarse a los ingenieros de la fragata, Nugirrah -remarco por si habían coincidido, lo que no era de extrañar pues dos wookie en la misma nave despertaba la curiosidad de cualquiera, más si era otro de su misma especie- hemos sidos compañeras por largo tiempo y nunca hemos tenido problemas de comunicación - finalmente se levantó encarando al grupo con su brillante mirada bicolor - no se si causarles problemas es la palabra pero si, se puede decir que si. Val - finalizó presentándose a si misma o algo asi

De entre todos los que estaban en la Fragata no se le había pasado por la cabeza que Elisa fuera una de ellas. Al escuchar su voz llamándole no pudo impedir el gesto inconsciente de tocarse la cicatriz por encima de la camiseta.La alegría de su voz y la habilidad de sus manos lo había salvado de una muerte segura.

¡Elisa!, no me lo puedo creer. Val déjame que te presente a la mejor doctora de la galaxia, con especialidad en salvar vidas en condiciones improbables. Le debo mi vida, o cuanto menos el poder seguir pilotando. –dijo con un tono de felicidad absoluta. – Elisa, la cascarrabias esta es Val, parece muy feroz pero en el fondo es buena persona aunque un poco despistada lo que le hace recibir más disparos bláster que la media. –añadió con un tono jocoso, separándose a la vez un par de pasitos de Val.

El wookie soltó un rugido ronco ante la propuesta de Val. Tecleó con rapidez en su datapad

- Disculpe señorita Val, pero llevo casado 75 años galácticos. -

Y trato de evitar que una mueca de tristeza se viese en su fiero rostro pues al huir de Kashyyk había perdido la pista a su mujer y a sus dos hijos. Todas las investigaciones posteriores habían sido infructuosas para saber si había logrado huir o habían caido bajo el napalm imperial o los látigos transdoshanos.

Elisa contempla con paciencia y tranquilidad cómo van sucediéndose las presentaciones. Mira a Fror y le sonríe. Cuando Zex se refiere a ella en esos términos Elisa sonríe y hace un gesto con la mano quitándole importancia pero ruborizándose un poco, le costaba asimilar los halagos y muestras de reconocimiento hacia lo que para ella simplemente era su trabajo. 

- Es mi trabajo Zex, por favor... - le dice y mira a la chica que le presenta. 

Entonces Elisa mira atentamente a Val, siente que la conoce y le recuerda ligeramente a alguien que fue muy cercano a ella hace ya bastantes años... su instinto le decía que si pero sus ojos le decían que aquella mujer era una completa desconocida. 

- Elisa.. - dice presentándose sin perder la sonrisa. Si Zex habla en esos términos con ella es que tienen mucha confianza.- Bueno.. si recibes más disparos blaster que la media entonces es bueno que nos conozcamos.. yo me encargaré de curarlos .- dice con cierto orgullo de profesión mientras intenta dilucidar quién es su interlocutora.

Las puertas de la sala se abrieron de par en par, y a través de ellas cruzó las puertas un conocido de Zex y Val; y por rumores y quizá incluso de verlo por la nave también de Elisa y Fror. Se trataba del conocido como Almirante Varth, al que ahora todos llamaban Gilder Varth. Vestía con un uniforme  de oficial de Alderaan; y a su lado se encontraba un pequeño droide astromecánico amarillo plateado que comienza a interactuar con el sistema informático de la sala.

La sala de conferencias de la Resurgimiento es limpia y blanca, con varios bancos de un blanco más apagado y una serie de cajas colocadas de forma estratégica alrededor del proyector holográfico situado en el centro de la sala. Cuando el proyector se pone en marcha, aparece un hutt proyectado en tenues colores de azul a varios centímetros por encima del proyector. Con un carraspeo de garganta, el ex Almirante Varth empieza a hablar sin perder el tiempo.

- Antes de que el imperio decidiera que podría ser una amenaza para él, estaba involucrado paralelamente en un proyecto de alto secreto llamado Proyecto Sarlacc. Mientras los detalles del proyecto seguían siendo un misterio para mi, recibí grandes transferencias de créditos y recursos para el proyecto. Fuera lo que fuera, quedaba muy claro que el Imperio invirtió mucho tiempo y esfuerzo. Por otro lado, tengo el conocimiento de que el Proyecto Sarlacc está matando a miles de seres vivos, ya que en una ocasión cuando estaba en una base remota tuve en mis manos un informe de víctimas. - 

Gilder Varth carraspeó aclarándose un poco la gargante antes de continuar.

- Desafortunadamente, no se mucho más sobre el tema. Sin embargo, cuando realicé mis primeros informes del proyecto, descubrí que la Armada Imperial estaba ocultando al senado la existencia del proyecto transfiriendo recursos a través de fuentes secundarias. Los recursos se iniciaban en el sector empresarial, contratando a contrabandistas con identidades falsas y enviados a través del mundo del hampa para que de esta manera fuera mucho más fácil mantener un camino de partida hacia el proyecto. Una de esas fuentes secundarias era un señor del crimen hutt llamado Darga. Como todos los hutts, Darga es un gánster de poca monta que siente más amor por el poder que por los créditos que pueda conseguir. Parte de mi trabajo consistía en transferir recursos a Darga y a su vez disponer agentes imperiales para tomar el control de otros recursos de la organización hutt. Estas no eran meramente transferencias de créditos. Los artículos transferidos no tenían registro, pero los recursos físicos si que fueron cambiados. Sé que no es mucho, pero es lo único que tenemos por ahora.

Conforme habla se podía apreciar a su alrededor ese aura característica de los oficiales imperiales. Mantenía una pose ergida y dedicó unos segundos a mirar a todos antes de finalizar su exposición.

- El capitán Verdana me ha asignado la misión de descubrir más sobre el Proyecto Sarlacc y me ha autorizado a usarlos como mis agentes. Necesitamos que viajen al planeta Cato Neimoidia y encuentren a Darga. Vean o descubran que es lo que les entrega como pago y de qué manera está relacionado con el Proyecto Sarlacc. - 

Sus dotes sociales no eran las más refinadas o las más acertadas como en aquella ocasión.

-no pretendía...-comenzó tras alzar la mirada de su datapad – mi intención no era otra que traer la atención sobre el hecho que entiendo shyriiwook, soy algo dura de oído con el xaczik y mi dominio del thykarann es completamente nulo – Nugirrah había sido quien le había dado a conocer la existencia de los otros dos lenguajes más usados en su planeta natal – así que, bueno no han necesidad – dijo refiriéndose al datapad

Para ella todo lo que podía salir de un wookie eran rugidos y gruñidos sin sentidos, había sido su padre quien la había incitado a escuchar con más atención; escuchar con más atención, sí, debería hacerlo más a menudo. La voz de Zex llamandola rompió el momento entre el gigante negro y ella, atendiendo de manera claramente reticente a la presentación, no era una mujer de cálidas bienvenidas como él y aquella no era una excepción. Pero fue cuando se fijo en la chica con algo más de atención que había algo extrañamente familiar. Elisa. Doctora. Esas dos palabras unidas tenían un significado que traía a su recuerdo imágenes lejanas de tiempos felices y despreocupados. ¿Podría ser? No quiso precipitarse, el tiempo cambia mucho a la gente y ella era cautelosa en mostrar nada más allá de quien era ahora, jamás quien había sido.

-Elisa – saludo con un gesto de la cabeza, dibujando una afilada sonrisa de medio lado que hizo arrugarse la cicatriz que cruzaba sobre su ojo izquierdo al apoyarse sobre el hombro del piloto, golpeando su pecho con la mano abierta en un gesto de camaradería – ya veo, así es como consigues desnudarte para una chica...permite que te diga que no es muy bueno para tu salud – se burlo antes de posar sus ojos de nuevo en la médico – gracias por las buenas intenciones, debería preocuparte más porque no termine partiéndole el trasero a este de un puntapié – volvió a reír apartándose de Zex y viendo en conjunto a los que parecía serían sus nuevos compañeros, si decidían aceptar lo que fueran a proponerles

Las puertas de la sala se abrieron de par en par, y a través de ellas cruzó las puertas un conocido de Zex y Val; y por rumores, y quizá incluso de verlo por la nave también de Elisa y Fror. Se trataba del es almirante Varth, al que ahora todos llamaban Gilder Varth. Vestía con un uniforme  de oficial de Alderaan; y a su lado se encontraba un pequeño droide astromecánico amarillo plateado que comienza a interactuar con el sistema informático de la sala.

La sala de conferencias de la Resurgimiento es limpia y blanca, con varios bancos de un blanco más apagado y una serie de cajas colocadas de forma estratégica alrededor del proyector holográfico situado en el centro de la sala. Cuando el proyector se pone en marcha, aparece un hutt proyectado en tenues colores de azul a varios centímetros por encima del proyector. Con un carraspeo de garganta, el ex Almirante Varth empieza a hablar sin perder el tiempo ni entrar en presentaciones o saludos.

- Antes de que el imperio decidiera que podría ser una amenaza para él, estaba involucrado paralelamente en un proyecto de alto secreto llamado Proyecto Sarlacc. Mientras los detalles del proyecto seguían siendo un misterio para mi, recibí grandes transferencias de créditos y recursos para el proyecto. Fuera lo que fuera, quedaba muy claro que el Imperio invirtió mucho tiempo y esfuerzo. Por otro lado, tengo el conocimiento de que el Proyecto Sarlacc está matando a miles de seres vivos, ya que en una ocasión cuando estaba en una base remota tuve en mis manos un informe de víctimas. - 

Gilder Varth carraspeó aclarándose un poco la garganta antes de continuar.

- Desafortunadamente, no se mucho más sobre el tema. Sin embargo, cuando realicé mis primeros informes del proyecto, descubrí que la Armada Imperial estaba ocultando al senado la existencia del proyecto transfiriendo recursos a través de fuentes secundarias. Los recursos se iniciaban en el sector empresarial, contratando a contrabandistas con identidades falsas y enviados a través del mundo del hampa para que de esta manera fuera mucho más fácil mantener un camino de partida hacia el proyecto. Una de esas fuentes secundarias era un señor del crimen hutt llamado Darga. Como todos los hutts, Darga es un gánster de poca monta que siente más amor por el poder que por los créditos que pueda conseguir. Parte de mi trabajo consistía en transferir recursos a Darga y a su vez disponer agentes imperiales para tomar el control de otros recursos de la organización hutt. Estas no eran meramente transferencias de créditos. Los artículos transferidos no tenían registro, pero los recursos físicos si que fueron cambiados. Sé que no es mucho, pero es lo único que tenemos por ahora.

Conforme habla se podía apreciar a su alrededor ese aura característica de los oficiales imperiales. Mantenía una pose erguida y dedicó unos segundos a mirar a todos antes de finalizar su exposición.

- El capitán Verdana me ha asignado la misión de descubrir más sobre el Proyecto Sarlacc y me ha autorizado a usarlos como mis agentes. Necesitamos que viajen al planeta Cato Neimoidia y encuentren a Darga. Vean o descubran que es lo que les entrega como pago y de qué manera está relacionado con el Proyecto Sarlacc. - 

Iba a formular una pregunta a Val.. le resultaba familiar pero no estaba segura, quería salir de dudas y justo cuando iba a intervenir entró Gilder Varth para ponerles al corriente de su misión.

Elisa sintió un ligero escalofrío cuando el almirante Varth empezó a hablar. Mentalmente recopiló todos los datos y los fue almacenando en su memoria. Al parecer había hutts, contrabandistas, mercado negro y un gran proyecto secreto imperial que mataba mucha gente y del que el senado imperial no tenía conocimiento. 

Para ser la primera misión que le asignaban junto a ese grupo no parecía que fueran a aburrirse.

Elisa sabía que su rol no iba a ser llevar la voz cantante y se mantuvo callada a la espera de que sus compañeros formularan alguna pregunta que arrojara algo de luz a la misión. 

Si hay Hutts de por medio más me vale llevar un buen equipo médico... 

Sabía que no estaba allí para juzgar las decisiones de Organa, ni en quien depositaba este su confianza. El senador no había dudado de la sangre que corría por las venas de Val ni por un solo momento, ella sí. Del mismo modo lo hacía con Varth. No le caía bien, desconfiaba de su persona, algo que había compartido con Zex en más de una ocasión. El espía no había alzado su arma contra los felucianos modificados o los imperiales, pero sin embargo había llegado a Almirante y para eso necesitabas algo más que labia.

No, definitivamente no le gustaba y no lo oculto, su expresión se ensombreció en cuanto cruzo el umbral y comenzó a hablar. Val se mantuvo de brazos cruzados en sumo silencio escuchando cada palabras, reteniendo cada detalle. Aunque poco le importaba en ese momento el Proyecto Sarlacc por más malo que sonara, los Hutt o el desolado Cato Neimoidia.

-sigue el dinero y darás con lo que buscas...bien de acuerdo – se pronunció por fin cuando este termino su discurso – una pregunta...¿que le hizo cambiar de bando, “Almirante”? - pregunto con impertinencia

Gilder Varth, apestaba a disciplina imperial. Uno de los primeros que se pudieron percibir en cuando la academia cambio de mando pasando a ser la Academia Imperial. La férrea disciplina instaurada estaba lejos de la que era participe la Republica, algo más laxos; al imperio les había faltado ponerles alfileres en el cuello a los uniformes para mantener la cabeza alta y la espalda erguida. No, Varth era carne imperial. Así que no pudo contener su lengua. Si iba a embarcarse en una misión organizada por ese bastardo debía estar medianamente segura que no iba a caer en una trampa para mermas los aliados de Organa y su causa.

Fror escuchó con atención. A pesar de todo tenía que darle la razón a la deslenguada muchacha de pelo blanco. Los espías, y los espías imperiales son los peores, siempre juegan con las cartas pegadas al pecho.

Mejor sería que no se la jugaran o se encontrarían en manos de las más viles criaturas de la galaxia: los hutt.

Solo pensar en esas criaturas hizo que a Fror le ardiese la cicatriz que le cruzaba la cara, recuerdo de una temporada como esclavo en el pozo de gladiadores de una de esas babosas. Si había ocasión de desbaratar alguno de sus planes a la vez que se ponían trabas al Imperio sería una doble recompensa.

El rostro de Varth ni siquiera se inmutó ante la pregunta de Val. 

- No entiendo que relación puede tener esa información con la misión que nos atañe señorita Undómiel - Dijo clavando su mirada en la de Val. 

Entonces miró al resto y carraspeó, de nuevo con la misma pose erguida y las manos a la espalda.

- Si alguien tiene alguna pregunta relacionada con la misión gustoso la responderé lo mejor que mis conocimientos me lo permitan -

La socarrona sonrisa de medio lado de Val se afilo aún más tras la respuesta de Varth y en sus ojos vibraba una luz entre la advertencia y la diversión.

-¡bravo!- vitoreo con acidez dando un desganado aplauso de un par de palmadas, inclinándose hacía delante en el lugar que había escogido como asiento, apoyando os brazos relajados en una posición descaradamente desafiante – ha hecho sus deberes, Almirante...- no iba a dejar que se notara que le molestaba, y mucho, que supiera quien era ella y cuál era su origen, eso solo haría más delicioso el momento de rebanarle el cuello si le ocurría traicionar a Organa y su causa.

Algo que en ese preciso momento parecía desear que confesara ante ella para ahorrarle el viaje a Cato Neimoidia y tratar con los hutt. Había tenido sus encuentros y desencuentros con el cartel pero ir a buscarlo directamente era ir a meterse en la boca del lobo. Debía estar perdiendo el juicio si de verdad estaba pensando en embarcarse en otra aventura como la de Felucia; al menos le quedaba el consuelo que en esa ocasión no habría que sacar al paquete vivo.

-bien...- ser irguió tomando una pose más relajada mientras enumeraba con con los dedos de una mano – tenemos un proyecto...Sarlacc mmm...- apretó los labios mientras asentía con el ceño ligeramente fruncido – muy prometedor sin duda...del que no sabemos absolutamente nada, una cantidad ingente de créditos transferidos al seboso culo de un señor del crimen, intercambio de recursos imperio- hutt- hutt – imperio – hizo una pausa mirando enrededor como si estudiara la sala para luego posar su mirada en cada uno de sus compañeros – y un maravilloso paraíso natural de puentes colgantes que es Cato Neimoidia...tendrá al menos una idea de donde se encuentra ese tal Darga ¿no?...¿o acaso piensa hacernos peinar el planeta el completo? ¿asociados conocidos en el planeta con los que podamos tantear el terreno o algo interesante? Porque básicamente no nos estan dando mucho con lo que trabajar...esto no es el imperio no podemos irrumpir alli por nuestra cara bonita y  esperar respuestas

Elisa había sido parte de misiones complicadas, pero aquella, sobre el papel, le parecía la más complicada de todas. No le gustaban los Hutt y le encajaba perfectamente esa conexión de contrabando o de blanqueo de capitales para llevar acabo un proyecto secreto. Entre miserables está el asunto... 

Había cosas que le preocupaban.

- ¿Sabemos qué tipo de guardia, o tropas tiene Darga? ¿Qué guarida tiene? ¿Tendremos a algún contacto sobre el terreno? - preguntó Elisa a Varth. 

Cuando Varth llamó a Val por su apellido Elisa salió de dudas, era ella. Su amiga de la infancia... pero estaba tan cambiada y parecía tan poco ella que no terminaba de creerse que la casualidad las hubiera vuelto a unir en aquellas circunstancias.. Sabía que no era el momento de abordar sus dudas o de entablar conversación, lo dejaría para más adelante.

Tan pronto escuchó la palabra hutt, la mente de Zex viajó al pasado. Recordaba perfectamente sus primeras incursiones en el mundo hampa de los hutt y en especial un nombre: Sasallo. Sus primeros vuelos fueron bajo el amparo del rey del crimen de Ord Vaxal, y su huida.

Cuando volvió a prestar atención Val estaba haciendo gala de su amabilidad innata, aunque esta vez Zex compartía completamente las sospechas de la pistolera. Había sido un tema de conversación bastante habitual entre ellos. Ojala estuvieran siendo solamente un par de paranoicos alimentados por la inactividad entre misiones.

-A que clan pertenece el hutt. Es importante saberlo, cada clan tienen preferencias, protocolos y diferentes formas de negociar. Creo que es un detalle a tener en cuenta. -añadio a las preguntas de sus compañeros.