Partida Rol por web

MAÑANA SIGUIENTE: SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

DESPUÉS DEL ALBA. - CIELO GRIS.

Lengua Negra escuchó a Serpiente y rió limpia y argentinamente.

-A veces, sin proponértelo puedes llegar a ser tan divertido, incluso cuando sin velos, nos tienes por tan estúpidos -dijo sin acritud alguna, verdaderamente divertido-.  Hace tiempo que dejamos atrás la senda de la Diosa de los Engaños, convirtiéndonos en mercenarios -acarició inconscientemente la calavera de su emblema- donde decidimos ser hermanos y no primos -dos dedos se alzaron y agitaron hablando de un doble sentido-. Lo de cómo llamarme no es negociable. Puedes hacerlo como quieras pero solo responderé ante un tratamiento, el oficial, en aspectos no privados. Consecuentemente, tu oferta no es válida como contraprestación a estar presente en mis entrevistas. Y lo sabes -por supuesto que lo sabía. Si había algo que Serpiente no era, era ser tonto-. Así pues, deberás mejorar tu oferta o iniciar tu propia ronda de entrevistas con la autorización del Capitán. Como ves, estoy abierto a la negociación.

Miró entonces a Matagatos.

-Gracias, Capitán. No es algo que vaya a llevarme mucho y en cuanto tenga los nombres te los comunicaré para obtener tu visto bueno y autorización.

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AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

ANTES DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

No era capaz de entender del todo lo que hablaban entre Analista y la Serpiente. Como si una parte de la conversación pasase más rápido de lo que podía captar. Pero si había algo que saltaba a la vista era que el mago hacía justicia a su mote. Caprichoso, venenoso y retorcido, además de que parecía bastante dado a saltarse las normas de escala militar a placer, y a saber cuantas más. Un hombre peligroso al que Analista era capaz de manejar como un contorsionista a pesar de que el ofidio tratase de maniatarlo. 

Aquel pequeño combate dialéctico era la primera prueba que tenía del verdadero carácter de ambos hombres, más allá de sus recuerdos fragmentados e impresiones de las que se sienten más con las tripas que mediante lógica. El instinto estaba allí por algo.

Si tenía que hablar con su viejo líder de escuadrón ciertamente prefería que fuese sin el manipulador de la magia del mal yuyu cerca. Su reputación le precedía. Qué demonios, difícilmente encontraría en toda la Compañía alguien que escogiese su presencia si tenía opción de prescindir de ella, salvo tal vez para poder mantenerlo vigilado.

Pero mientras la conversación entre los mandos se alargase sus manos seguirían atadas. Estaba inquieto. El maldito frío era aún más insoportable cuanto más quieto intentaba permanecer y eso le hizo reparar en lo que tenía alrededor. Para tratar de contener su impaciencia, Reyezuelo se encamina a sus propias pertenencias, examinando lo que tenía y lo que no con más detenimiento. Viéndolo con otros ojos, se daba cuenta de que habían buenas razones para estar preocupados.

Si las trampas de Sabandija seguían sin dar resultado y la partida de exploración no obtenía resultados, pronto el frío no sería el peor de sus problemas.

- Si estás solo estás muerto. Si estás quieto estás muerto - Se repitió mentalmente en una letanía.

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AÑO: 202 DE KHATOVAR / 1 DE NEK (NUEVA ERA K'HLATA).

MES: DEL LEÓN / DEL RASTROJO VALIENTE (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

ANTES DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

¿Una entrevista dices, Sabandija?

Rastrojo se limpió la mano de tierra restregándola contra la capa. Luego se lamió la palma de la mano y se atusó el pelo, como haría un gato. Una entrevista con Analista era lo que necesitaba para elevar una queja. Se iba a enterar ese idiota del Capitán cuando leyese su reclamación.

No soy un leguleyo, pero creo que hay base legal para que si hay un mago presente puedas negarte a declarar. Esto se debe a que un mago puede usar tus propias palabras para maldecirte. El verdadero nombre de una persona puede darte poder sobre ella, el nombre de tus ancestros pueden servir para invocarlos contra ti... Evita decir tu nombre anterior al de Sabandija para que Serpiente no pueda usarlo. No compartas tu información privada. Cuando te pregunten, trata de responder con monosílabos o evasivas... "No me acuerdo", "no tengo constancia", ese tipo de cosas. Eso será suficiente para pararle los pies a Serpiente y que no pueda usarlo en tu contra.

Al contrario que Sabandija, Rastrojo no bajaba la voz al hablar de Serpiente. El chamán había hablado del mismísimo Zon-Khuton sin pestañear, poca importancia tenía Serpiente para alguien dotado de tanto valor. Sin lugar a duda, estaban en el mes del Rastrojo Valiente. Pero sí entornó la voz para hablar de otro tema.

Lo siguiente que voy a confesarte es confidencial, Sabandija. Me he reunido con Serpiente y con el Capitán. Ambos están de acuerdo con que las sombras son peligrosas, pero a pesar de eso no nos permitirá abandonar este templo maldito. Retrasa la decisión con la excusa de esperar el resultado de la expedición, poniéndonos a todos en peligro. Mucho me temo que volveremos a pasar la noche aquí.

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AÑO: 202 DE KHATOVAR / 1 DE NEK (NUEVA ERA K'HLATA).

MES: DEL LEÓN / DEL RASTROJO VALIENTE (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

ANTES DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Resopló por el esfuerzo realizado y detuvo el movimiento de su brazo, la espada había cortado el aire durante un buen rato y él no estaba en condiciones de prolongar durante mucho más el entrenamiento. Su cuerpo ya estaba demasiado agotado y era el momento de volver con el resto del grupo. Recogió la capa negra que se había quitado para entrenar y la colgó de nuevo sobre sus hombros. Movió los brazos un par de veces para ahuecar el vuelo de la capa y que fuera algo más amplio, de esa forma disimulaba en cierta manera su cadera al caminar. Cerró la misma sobre su pechó y se reunió con el grupo.

Se mantuvo apartado y guardando silencio pues no era aquella su conversación, sin embargo escuchó atento a lo que iba sucediendo. El aburrimiento le llegó rápido y se acercó a los caballos para comprobar su estado. Si era necesario salir en busca del grupo de expedición iba a necesitar que Orgullo y Jerifalte estuvieran en perfectas condiciones. Movido por eso se dispuso a preparar la silla y los aperos de montura por si era necesario salir en breve.

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AÑO: 202 DE KHATOVAR / 1 DE NEK (NUEVA ERA K'HLATA).

MES: DEL LEÓN / DEL RASTROJO VALIENTE (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

ANTES DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Cielo bebió agua de su cantimplora, y comió algo de su carne que tenía guardada, después dio una vuelta por el interior del recinto viendo si encontraba algún objeto metálico para hervir ese agua. Aprovechando el tiempo libre que tenía cuando no tenía que hacer guardia, y daba el relevo a otro miembro de la compañía que le sustituía.

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MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Había comenzado subiendo a pulso, a puro brazo, hasta que la inclinación de la pared entró en conjunción con la verticalidad de la cuerda que colgaba de un agujero en el techo muy apropiado para acceder al tejado desde el interior de la iglesia abandonada. Así que pudo apoyar los pies en las irregularidades de la mampostería, trepó con más confianza. Accedió al boquete por el que llegaría al tejado. Desapareció en las alturas.

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DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Sabandija escuchaba a Rastrojo con tal atención que parecía un niño obnubilado por la figura de su padre. El escuchimizado KH'lata no tenía el valor suficiente como para negarse a declarar, desobedeciendo una orden directa de un superior, pero Rastrojo le daba consejos para sortear, mediante artimaña, el interrogatorio.

- Claro, claro, no diré mi verdadero nombre.- Ya casi ni se acordaba. No le gustaba recordarlo pues le traía a la mente la imagen de su vengativo hermano.-Muchas gracias, Rastrojo. Así lo haré.- Ahora se quedaba un poco más tranquilo.

La siguiente confesor de su guía espiritual le dejó inquieto. ¿Otra noche más en la iglesia? Por una parte así no tendrían que recogerlo todo y ponerse a caminar. Por la otra, si lo que decían era cierto, y Sabandja no lo ponía en duda pues él mismo se había visto acosado por una de aquellas sombras, tenían que hacer algo.

- Algo habrá que podamos hacer...no sé...

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MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

El núcleo de lo que resta de la Compañía Negra permanece atrincherado en los restos de la Iglesia abandonada. Organizados y metódicos, pronto se dividen las tareas y, mientras unos cavan letrinas, otros tratan de ayudar a los heridos, recoger leña o mantener avivado el fuego. Unos pocos incluso se posicionan para vigilar el perímetro.

Con dos hombres apostados en el tejado, Uro y Ballestero, el resto se permiten relajarse un poco y continuar con las tareas, incluso algunos comienzan con algunos entrenamientos ligeros para mantener los sentidos aguzados. Como medida extra, aunque totalmente voluntaria y sin orden de por medio, Cielo revisa los alrededores de la iglesia en busca de enemigos u otros peligros, pero no encuentra nada. Sólo un silencio tétrico y abrumador. El silencio sólo es roto por los ruidos provocados por los miembros de la Compañía.

El ambiente es ligeramente tenso mientras todos esperan noticias del grupo enviado en exploración.

Es entonces cuando Analista cree que va siendo hora de hacer inventario de todo lo que queda en posesión de la Compañía. Tras una llegada al lago, y al claro, un tanto caóticas, es momento de poner un poco de orden en una compañía de mercenarios y soldados. Selecciona a dos pupilos, y tras consultar con Capitán y Barril se dispone a realizar el inventario.

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POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Lengua Negra había dejado claras sus intenciones. Inventariarlo todo, como una ardilla que contara sus bellotas y avellanas para conocer sus posibilidades de sobrevivir al invierno. Cuando menos, no era algo que los cabos debieran hacer, cosa que agradecía. Miró al cielo gris. La difuminada esfera del sol podía apreciarse más allá del muro de nubes. Había pasado el mediodía y tenía la sensación de haber perdido el tiempo estúpidamente. Sin duda, el frío que se aferraba a sus entrañas era el culpable de aquella sensación y de su inactividad, algo que debía corregirse.

-¡Hostigadores! -gritó llamando a sus subordinados, algo que incluía a Rastrojo, quien si duda agradecería un descanso en su labor de zapa-. Analista nos ha comentado sus intenciones de hacer inventario de todo cuanto tenemos, además de querer saber más cosas. Estad listos para acudir en cuanto os llame, como cachorrilos a los que llama su leona. ¿Entendido? Además, quiero organizar una pequeña sesión de entrenamiento. Tal vez si sudamos como búfalos y bramamos como hipopótamos podremos deshacernos de este frío que nos agarra las tripas como una sanguijuela.

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DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Tras la breve conversación, Analista se separó del grupo de mandos y se alejó. Aprovechó para estirarse y acabar frotándose la zona lumbar. Parecía que el omnipresente frío le estaba contracturando el cuerpo. De seguir así, parecería un abuelo pese a su juventud. Miró a su alrededor y negó con la cabeza. Deberíamos partir de aquí cuanto antes. No es un buen sitio, pensó.

Beltza y Dante pastaban aparentemente tranquilos las briznas que asomaban de entre las piedras. Ya junto a ellos, les acarició la testuz y les dedicó unas pocas palabras que nadie llegó a escuchar, pero junto a sus caballos, parecía mucho más relajado y la habitual línea que cruzaba su entrecejo, desapareció. Acabó rebuscando entre sus pertenencias y sacó un tintero con su pluma y un par de pergaminos. Satisfecho, se encaminó al templo y situándose en el altar, depositó allí sus enseres.

-Por fin vas a servir para algo que no sea verter sangre -musitó al ara de piedra, antes de dirigirse a la amplia entrada. Desde allí, se dirigió a los presentes-. Miembros de la Duodécima. Tras los últimos acontecimientos, creo que todos somos conscientes de cuántas pérdidas hemos sufrido. Muchos han muerto y en nuestro extraño viaje a estas tierras, muchos de nuestros bienes han quedado atrás. Hay pérdidas irreparables, como las vidas de aquellos a quienes apreciábamos y amábamos o como las de los anales. Debemos afrontar todo ello como buenamente podamos y la necesidad de empezar desde cero se impone sobre cualquier otra cosa. No hay tiempo para la molicie y apenas para las lamentaciones. Como Analista no escapo a estas obligaciones. Por ello os llamo a mi presencia para que, de uno en uno y sin desatender por ello vuestros obligaciones principales, vayáis acudiendo e iré inventariando vuestras posesiones. Os formularé también algunas preguntas pero nada que lleve demasiado tiempo. Trataré de ser conciso y breve. Cuando vengáis, traed cuanta comida tengáis para que podamos racionarla y distribuirla entre todos. Para facilitar las cosas, empezaré con los miembros de los Campamenteros, seguiré con Hostigadores y después pasará la Infantería. Palomita, serás la última. Gracias a todos.

Concluida su arenga, regresó al templo y aguardó a que fueran pasando uno a uno.

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POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS

Indómito seguía junto al fuego sentado recuperándose, allí pensaba y se distraía mirando a unos y otros tanto cerca como en la distancia, entre vistazos a quiénes subían y bajaban las escaleras.

Pasado un tiempo escuchó las palabras de Analista, así que pensó que al no estar haciendo nada podría ser de los primeros de aquellos últimos, pues pertenecía a la infantería.

Estuvo por tanto pendiente de ello ya que le serviría además de entretenimiento en su recuperación, de las idas y venidas de los diferentes integrantes de los grupos, cuando por fin pasado el tiempo tocaba empezar con infantería por lo que atento acudió a su mochila sacando la comida y luego rumbo hacia Analista.

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POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Palomita había pasado la mayoría del tiempo deambulando por la vieja iglesia, sin apenas detenerse mucho tiempo y evitando, casi de forma enfermiza, acabar dentro de la misma durante mucho tiempo. 

Su paseo lo hizo con las manos abrazando sus propios brazos, tratando de evitar que el poco calor que tenía dentro del cuerpo saliera de él, así como intentando que el continuo movimiento generara calor interno. Pero ni aún asi....

Cuando el frío y los temblores alcanzaban unas cotas elevadas de dolor, Palomita se dejaba caer cerca de la hoguera más cercana, derrotada, y pasaban largos minutos antes que los temblores remitieran lo suficiente.

No hablaba con nadie, tan solo miraba alrededor, casi sin ver, con los labios apretados, como si no diera crédito a lo que quedaba de la compañia, buscando un milagro que la dijera que eso era tan solo una de las pesadillas que había sufrido al caer a través de los planos, pero no era así, en su interior sabía que esto que vivía ahora, era su realidad.

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MES: DEL LEÓN / DEL RASTROJO VALIENTE (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Ante las palabras de Sabandija, Rastrojo se encogió de hombros.

Nuestro destino fue decidido en el momento en el que la lanza abrió la Fisura de la Fosa. Solo falta saber el orden en el que todos moriremos.

Se refería, por supuesto, al liderazgo de Matagatos. Con ese Capitán no iban a ningún lado. Tampoco habrían tenido muchas más posibilidades con él si se hubieran quedado en un lugar conocido y familiar sin sombras tétricas y amenazadoras. Sabandija era una versión asustadiza y feucha de Preocupado, y tenía la misma tendencia al pesimismo. Por contra, Rastrojo era realista. Esa muerte inminente era una certeza que estaba por llegar.

Rastrojo se asomó por uno de los agujeros del templo para ver el interior según Ponzoña daba gritos. Era indignante. Poner a los Hostigadores en movimiento era lo mismo que el chamán había propuesto para unos afines de Infantería, considerando "afín" a todo aquel que no estaba (aún) en su lista negra. Y a él le habían montado un pollo. En esos momentos de rabia tenía ganas de golpear a alguien, aunque fuera en un entrenamiento.

La madre que los hizo a todos, hijos de puta...-farfulló en el idioma de los Oscuros.

Sin duda eran los demonios de aquel templo, apoderándose de él y hablando a través de su sagrada boca con palabras malditas.

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MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

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POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Salía del sótano lanza en mano, armadura puesta bajo la capa y manta con las que alejaba al frío y considerablemente más tranquilo tras la conversación en privado con Piojillo. Las cosas podían no ser perfectas, pero bien sabía Reyezuelo que habían muchos estilos de mando perfectamente válidos.

Lo único que él necesitaba era comprender al menos una parte para poder respetarlo, y un mando que se siente respetado es por naturaleza un mando más razonable. 

Estaba dispuesto a continuar lo que había dejado antes a medias, cuando otra conversación lo desvió unos minutos. Sonríe. A pesar del frío del exterior, agradecía poder tener los pies en movimiento.

Al acabar, decidió proseguir con el bendito y esquivo propósito de entrenar al que más y más soldados se sumaban. Le hubiese comentado algo a Ballestero, pero no estaba a la vista. Anticipaba que el resto de la tarde la tendría más bien ocupara, por lo que nuevamente retoma los ejercicios por un rato. Apenas un calentamiento y unas pocas pruebas de fuerza con las que intentaba obligar a la sangre a regresar a las articulaciones y a su corazón a bombear con más fuerza, hasta que fue su turno para ir a por lo que tenía de provisiones y responder a la solicitud de Analista.

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MES: DEL LEÓN / DEL RASTROJO VALIENTE (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Estaba en la tienda, descansando y comiendo un poco, cuando los ecos de la voz de Analista me llegan.

Suspiro, debo ser el primero, el líder de los Campamenteros. Así pues, reviso mis cosas, me envuelvo la manta casi como si de una túnica se tratara y subo las escaleras, intentando mantenerme erguido y con la cabeza alta.

Entonces yo iré primero, Analista. Los siguientes deberían ser Ballestero, aunque no le veo, y Chamán Rojo. Te recomiendo que, para entrevistarte con Plumilla, bajes, aunque si no te parece la digo que suba.

Mientras hablo, llego ante el altar y miro al oscuro a los ojos. El entrenamiento deberá esperar aún un poco.

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La voz del aludido Ballestero llegó del cielo: ──¡Capitán! ¡Nada! ¡Bosque! ¡Un camino al oeste! ¡El lago! ¡No animales!

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Ante las últimas órdenes, Romo no tiene más que asentir. Esperaría su turno pacientemente antes de comentar sus posesiones y responder las preguntas de Analista. Además, visto que iba mejorando en salud, aprovecharía la tarde para entrenar un poco, sin esforzarse en exceso. 

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POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

Había estado bastante tiempo arriba hasta que resolvió decir aquello. Pero luego de decirlo guardó silencio y volvió a gritar: ──¡Caminantes! ¡Caminantes de Galdan!

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Agarró los befos de Orgullo en un gesto cariñoso para acto seguido acariciarle la cabeza con un par de manotazos amables. El animal respondió zarandeando sus orejas alegre. El ánimo de ambos caballos había mejorado respecto a la noche anterior, pese a ello seguían algo tensos, todos lo estaban. Aunque ninguno de los presentes era novatos la situación era realmente complicada, no habían hablado de ello en público, el silencio había sido la tónica general y autoimpuesta por los presentes. Debían centrarse en sobrevivir, esa era la prioridad.

Al ver que Ponzoña reclamaba la atención del pelotón se acercó con su paso tambaleante y se quedó de pie, apoyado en la pared y sin pronunciar palabra alguna. No se encontraba bien, estaba febril y débil, sus movimientos eran más lentos que de costumbre lo había comprobado con su entrenamiento en solitario. No estaba en condiciones de medirse a nadie y socavar todavía más su reputación.

Entonces escuchó a Ballestero gritar y levantó la mirada con lentitud hacia la posición del oteador y parpadeó un par de veces sin poder dar crédito a lo que había escuchado. Quiso preguntar si se había vuelto loco o había bebido, pero no lo hizo. Buscó con la mirada a Serpiente, el hechicero era el que más relación tenía con aquellos caminantes. ¿Era cosa suya? 

Mientras esperaba a que la situación fuera por su propia tendencia respondiendo a las preguntas que le iban surgiendo se encaminó hacia sus caballos de nuevo pues en sus sillas guardaba su equipo y por pura seguridad personal quería recuperar su escudo. Ya había librado una batalla entera contra aquellos insepúlvedos sin su escudo, si se presentaba una segunda oportunidad lo haría bien cubierto.

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POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA. - CIELO GRIS.

La pregunta de Analista había arrancado una sonrisa invisible a Barril, que se le quedó mirando por un momento, planteando si en el joven Oscuro había una actitud socarrona. La pregunta posterior pareció aclarar la mente del orondo Cabo de Infantería, que sacudió su yelmo por un momento antes de contestar

— No, por escrito no lo tengo. Pero te lo puedo dictar en un momento, o si me prestas enseres hacer yo mismo lo que pides, Analista. — Esa afirmación debió levantar algunas orejas, ya que nadie creía que Barril supiera sujetar una pluma y menos usarla para algo que no fuera atravesar a alguien. — Como decidas bien estará, ya que ahorraremos tiempo. —

Cuando Analista propuso el orden de las entrevistas, Barril se disponía a ponerse a su disposición a su criterio con respecto al inventario de la infantería, momento en que aprovechó para cambiar unas palabras con el hijo del Viejo durante unos segundos. Poco después de eso, la voz de Ballestero devolvió a Barril a una actitud combativa, mientras sacaba sus armas y llamaba a su Escuadra.

— ¡Por dónde, Ballestero! ¡Infantes, a formar! — Dirigió su enorme mole en dirección a las escaleras. Sin duda era el único punto de  acceso con garantías a la explanada del antiguo templo, y si lograban contener allí al enemigo lo harían desde un terreno elevado, más fácil de defender.