Partida Rol por web

TRANSCURREN LAS HORAS.

- Los once miembros de la Compañía recorren las calles de la ciudad, pasando por una majestuosa plaza presidida por un inmenso y espectacular edificio en forma de cúpula. Sin duda se trata del Palacio del Placer, la sede de gobierno de los Selectos.

- Uro señala que todos los edificios alrededor de la plaza tienen altas y elegantes torres fortificadas. En lo alto de todas ellas podría haber arqueros.

- El grupo pasa horas visitando la ciudad y ya es pasado el mediodía.

- En un momento dado ven una bifurcación de calles: una parece llevar a un parque ajardinado en el centro del cual hay un establecimiento en el que venden bebidas. Esclavas casi desnudas sirven exóticas bebidas que llevan en bandejas.

La otra calle parece llevar a la zona baja de los muelles del Norte, al mercado de enseres y mercancías, y finalmente al sórdido mercado de esclavos.

Khadesa estaba, sencillamente, apabullada.

Miraba a un lado y a otro, descubriendo en cada esquina algo que nunca antes había visto. Pequeñas selvas metidas en vallas, encuadradas y cerradas por puertas. Cascadas que brotaban de picas de piedra, o de extraños caños de metal, sin parar. Caminos empedrados de punta a punta, y rectos, no se adaptaban al suelo, sino que todo a su alrededor se adaptaba a ellos. Chozas como casas, casas como castillos, castillos como montañas.

Y la gente. Las calles bullían de hombres, mujeres, y otros seres embozados, de aspectos tan dispares que no sabías ni si pertenecían al mismo mundo. Por eso estuvo callada y admirada, experimentando con todos sus sentidos, incluso captando las auras mágicas, si las había.

Pero poco a poco, a medida que pasaron las horas, ella fue entendiendo, aceptando. Y la maravilla dio paso a la simple curiosidad. Sobre todo a medida que lo indigno, lo sucio, lo denigrante fue apareciendo ante sus ojos deslumbrados. Cuando llegaron a la encrucijada, ya volvía a ser, casi, la Quinta de siempre.

-¿Y bien? ¿qué preferís? ¿gastaros el dinero en placeres de ciudad, o arriesgaros a perderlo en sus callejuelas? Yo prefiero los muelles. Pero no voy a ir sola. Me huele a peligro ya desde aquí...

LENGUA NEGRA:

- Antes de narrar el resultado de tus tiradas, esperaremos a ver si vas al parque o al barrio bajo (donde están los mercados).

MENTIROSO:

- No he encontrado en tu ficha la habilidad Conocimiento (Idon).

- Guardamos los resultados de tus tiradas hasta que llegues al mercado (hacia los muelles del Norte).

Necesito que me envíes la ficha a mi email porque me da que hay habilidades que no tengo subidas.

Si Sicofante, que procedía de Taglios no era capaz de calcular cuanta gente vivía allí, era inútil intentar hacer un cálculo, aunque parecía una ciudad bastante más poblada que Dadiz, quizá se debiera al alto número de esclavos que había por todas partes.
Como era de esperar muchos tenían intención de visitar la zona de los mercaderes. Esta vez no tenía especial interés por eso, aunque sí que tenía curiosidad por saber si los precios en una ciudad estarían mejor que en los de la propia Compañía.
Cuando el grupo llegó a una bifurcación en el que la calle que seguían se dividía en dos direcciones distintas Mentiroso sugirió dividirse en dos: los que quisiera visitar el mercado por un lado y los que quisieran seguir conociendo la cuidad más a fondo por otro.
Si se hubiera tratado de Dadiz la negativa de Matagatos no se habría hecho esperar, pero Idon era distinta. Parecía más tranquila y era una ciudad aliada de nuestros patrones así que se sentía seguro allí, dejaría que el grupo se separase si querían. El permanecería junto a su hermana y los que iban al mercado de los muelles.

-No te preocupes Khadesa, irás bien protegida, te dije que te acompañaría en todo momento. Y en cuanto a lo de separarse... preferiría seguir todos juntos pero ya sois mayorcitos, si alguien no quiere ir a los muelles puede tomar otro camino, solo espero que seáis prudentes.

Dedos y Lengua Negra también tenían intención de visitar el mercado de los muelles, habían estado discutiendo sobre ello. Lengua Negra se había ofrecido a asesorar a la exploradora como intermediario para conseguirle buenos precios, incluso le había dicho algo al oído que a Dedos parecía haberla convencido para dejarse ayudar por mi primo. Lengua Negra siempre ofrecía su ayuda desinteresada a los demás, era una de sus muchas virtudes.
Serpiente también había aclarado un poco el tema de su experimento. Tendríamos que mirar las espinas de un puercoespín, aunque el añadido posterior de las espinas que se clavaban no me había gustado.

Seguramente me quiere para que le consiga un puercoespín, por eso necesita que le ayude.

Aquello tenía algo de sentido, porque de donde iba a sacar Serpiente un puercoespín, no me lo imaginaba buscando uno por el campo. Aún así la idea de mirar un puercoespín no me parecía atractiva, eso solo podía ocurrírsele a mi primo.

-¿Y de donde vas a sacar el puercoespín? Necesitaremos uno para mirarlo.

Mientras el resto se decide si van al muelle o siguen por la otra calle, miro en la dirección que marca esta. Parece llevar a una zona de recreo ajardinada donde la gente toma tranquilamente refrigerios servidos por esclavas.

-Por mi parte, iré a los muelles. Del comercio de una ciudad se obtiene mucha información, así como de las gentes que lo pueblan. Y siempre hay alguien dispuesto a hablar -señaló Lengua Negra. 

-¿Sigues intentando averiguar más de nuestros patrones primo? Aquí deberían conocerlos, son ciudades aliadas, aunque debemos ser cautos, no sabemos con quien estamos hablando.

Todo lo concerniente a nuestros empleadores seguía siendo un verdadero misterio para gran parte de la Compañía. El único que los había tratado más, a parte de los altos mandos, había sido Serpiente, pero tampoco había hablado mucho del tema.

Miré con curiosidad la bifurcación. Ninguna de las dos opciones me sugería nada en especial, pero es que tampoco buscaba nada. Parecía que la mayoría apuntaba a ir a los puertos, especialmente mis primos, por lo que si algo interesante pasaba, sería allí.

- Yo iré al puerto también. - dije simplemente.

Yo os acompañaré también a los muelles- dijo Sicofante, sin un rumbo determinado. Había querido entrar en la ciudad sin ninguna razón en particular. Es por ello que no le interesaba especialmente ningún lugar en concreto. Sin embargo, la conversación entre Lengua Negra y Matagatos le llamó la atención. 

Quizás pueda ayudarte respecto a los patrones, Lengua Negra- le dijo- quizás en los muelles pueda también recabar algo de información sobre ellos. ¿Que quieres saber exactamente?

MATAGATOS:

- El sonido de la brisa entre los árboles te impide escuchar las palabras de Dedos y Lengua Negra.

MERCADO Y ZONA BAJA:

- Dedos, Khadesa, Lengua Negra, Matagatos, Mentiroso, Pelagatos, Sicofante.

PARQUE AJARDINADO (O QUEDARSE DE PIE EN MEDIO DE LA CALLE):

- Caracabra, Peregrino, Serpiente, Uro.

- Dedos, Khadesa, Lengua Negra, Matagatos, Mentiroso, Pelagatos, Sicofante se alejan calle abajo, en dirección Norte, hacia los mercados y el barrio bajo.

- El resto se quedan atrás.

- Hay más formas de afectar a alguien que haciéndole cosas directamente a él- informé a Mentiroso.- Y son precisamente esas con las que se pueden conseguir mejores resultados, porque son inesperadas o porque son demasiadas para prever.- Hice como que pensaba en algo y sonreí.- También son las más divertidas y originales. Hay más que pensar e imaginar que el simple garrotazo en la cabeza.

En aquel momento en oportuna respuesta a la pregunta de Dedos sobre un lugar en el que comprar, llegamos a una bifurcación desde la que se veía un mercado. El otro camino llevaba a una zona de recreo llena de putitas y puteros.

- Se podría decir que el puercoespín lo tengo desde hace tiempo. Y uno de reserva si por alguna razón me falla el primero- respondí a Matagatos.- Nada con lo que atribular tu enamoriscada cabecita. Ver y callar hasta que te diga que hables. Sencillo.

Todavía no sabía por qué camino decidirme y había varios en mi misma situación. Por un caminito a los puestos a los que la mayoría de viajeros acudían para comprar o vender todo tipo de mercancías. Por el otro los hermosos jardines donde los hombres se divertían con refrigerios en sus manos y bebiéndose con los ojos a las cantoneras. Una difícil decisión: el lugar al que iba la mayoría o el otro.

- El otro- terminé por elegir, pero antes necesitaba algo más.

Los que habían elegido el muelle ya se dirigían a él dejando a los indecisos atrás.

- Caracabra, Khadesa ya tiene a su hermano para que la proteja- dije señalando el grupo que se alejaba. Aproveché además para fingir algo de tristeza con la que dar mayor fuerza a mis siguientes palabras- Ella no te necesita. No te necesita…- Meneé la cabeza.-Pero eso no tiene por qué ser malo. Lo cierto es que es bueno.- añadí con una sonrisa.- Eres libre para elegir qué camino tomar. Tu propio camino. ¿Quieres seguirla a todas partes tal y como todo el mundo espera que hagas o demostrarás iniciativa eligiendo lo inesperado? Elige, iré adonde tú vayas.

JARDINES DEL PLACER:

- Varios ciudadanos acomodados se deleitan sentados ante sus mesas bajo el sol de primavera.

- Las esclavas sirven cócteles de frutas de aspecto maravilloso.

El pequeño jorobado se había quedado embobado mirando los edificios, las extrañas construcciones y la gente de la ciudad. Nunca había visto tanta riqueza y esplendor, era muy distinta a la anterior ciudad donde todo parecía más primitivo y rudo, en Idon flotaba un extraño perfume de sensualidad y sutileza, algo que nunca había sentido.

Caracabara se comporto como un perro faldero, siguiendo el grupo sin entrar en la conversación, sin tratar de entender de que se hablaba, solo observando el entorno. En la esquina se quedo mirando a las esclavas que servían bebida, una situación llamativa, que le llamaba poderosamente la atención.

Las palabras de Serpiente pronunciando su mote, le llamaron poderosamente la atención. Sepiente llamándome algo tiene que pasar. Contra su instinto, Caracabra aparto la mirada de las esclavas, y presto atención a las palabras del oscuro. No, soy el escolta de Khadesa, y tengo que protegerla. Ella me necesita. Puede que Khadesa no necesitara la protección del guerrero, incluso que su presencia le resultara incomoda. Pero él la necesitaba, Caracabra tenían que estar ocupado en algo para ser felicidad, necesitaba servir a otras personas y tener su aprobación.  La libertad que le ofrecía Serpiente seria una tortura, una vida donde él tomara las decisiones, no quería tomar decisiones, es mucho más fácil dejarse guiar. Pero el pequeño jorobado no sabía expresar estos pensamiento en palabras, Serpiente, aunque hablas de libertad, tú tampoco eres libres, al igual que yo sirves a la compañía, y tu libertad está limitada a las órdenes de esta. Deberíamos de seguir al grupo, dijo finalmente con cierta tristeza al comprobar que el resto del grupo ya se había alejado de ello.