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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Tierras de Cho n Delor: Fuerte Chuda.

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29/05/2013, 18:13
Lengua Negra.

Lengua Negra no estaba tan de acuerdo con la decisión del Teniente, pero se limitó a acatar las órdenes y desdecirse de su última orden.

-León Anciano, regresa y enciende el brasero. Prepárate para tus ataques.

Tras ello y viendo que Matagatos clavaba talones en Hechizado, hizo lo propio con su montura, Beltza, que como una sombra negra cortó el espacio que lo separaba de la puerta que era su objetivo, en un intento de distraer la atención de los vigías. Protegido por su armadura y con el escudo, concentrado en las maniobras de evasión, apenas alcanzó a ver por el rabillo del ojo cómo su primo fallaba en su cometido. Chasqueó para sí, defraudado. Nada estaba saliendo según lo planeado.

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29/05/2013, 18:22
Loor.

Nuevamente las órdenes de Ponzoña no eran claras. Y nuevamente Loor usó lo único que podía usar para corregir las órdenes sin insultar a su superior: su fuerza. La guerrera puso todos sus músculos en función y tiró del ariete con todas sus fuerzas, haciendo que con su ejemplo el trabajo común fuera suficiente para que el ariete, nuevamente, fuera a su velocidad óptima. Pronto estarían junto a las puertas.

- Loor a la diosa. Que ella nos proteja - musitó Loor sabiendo que pronto estarían bajo ataque de los enemigos

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29/05/2013, 18:31
Piojillo.

No hizo falta animar a Dante, el caballo se lanzó hacia delante haciendo retumbar el suelo con los cascos herrados. Piojillo se agazapó tras el cuello del animal y levantó el escudo, rogando por que la velocidad de la montura, la buena fortuna y su escudo evitaran las lanzas contra él y el caballo, que valientemente avanzaba ignorando las lanzas que surcban el cielo.

Miró hacia el lado bajo el perfil de su escudo y observó a Matagatos corriendo hacia la puerta. Deseó suerte a todos y de pronto la maniobra se le antojó una locura.

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29/05/2013, 21:20
Sicofante.

Al ver como sus compañeros jinetes espoleaban a sus monturas hacia el frente, Sicofante hizo lo propio. Aferraba con fuerza su lanza y escudo sabedor de que el papel que les tocaba iba a se difícil: la distracción traía aparejada recibir duros golpes del enemigo. Así que debían se prudentes y hacer un movimiento rápido: acercarse, atraer la atención y retroceder. Y sobretodo esquivar las lanzas enemigas.

Y en ello ponía su concentración el tagliano, en anteponer su escudo moverse lo más rapidamente posible para evitar los ataques enemigos.

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30/05/2013, 11:54
Loor.

Mientras empujaba el ariete y su esfuerzo espoleaba a todos sus compañeros para que este avanzara más rápido, Loor observó el terrible castigo que los fantasmas estaban imponiendo a sus hermanos. No dudó. Las órdenes habían sido claras: avanzar todo lo rápido posible con el ariete. Y no iba a esperar a que se intentara coordinar el movimiento. Usando su fuerza, sirviéndose del empuje de los últimos segundos, Loor siguió empujando el ariete, de modo rítmico, haciendo que la velocidad del carro-ariete no se redujera

- Por la diosa y nuestros hermanos - dijo en un tenso susurro, mientras sudaba por el esfuerzo

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30/05/2013, 12:01
Dedos.

Volvían a estar en movimiento. No sabía si Serpiente lo estaba haciendo bien, pero un extraño hedor comenzó a aparecer a su alrededor. Tampoco iba a pararle para preguntarle. Dejó que éste se concentrase y simplemente le siguió de cerca. Intentaba no arrugar la nariz, tenía que estar concentrada por si pasaba cualquier cosa.

Y tanto que pasó. Se le ocurrió buscar con la mirada a Matagatos justo en el momento en el que una lanza que le tiraban desde encima de la empalizada impactaba en su cuerpo. Soltó un gemido de desesperación, pero no se movió del lado de Serpiente. Sentía ganas de matar a todos los enemigos, ella sola. 

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30/05/2013, 12:06
[RIP] Sino.

Sino continuó empujando el ariete como nunca en su vida. Todos los músculos del guerrero estaban tensos, y sus enormes bíceps se marcaban cada vez que su cuerpo se juntaba de nuevo con el ariete para un nuevo empujón.

Escuchó los gritos de alguno de sus compañeros, ya estaban sufriendo el ataque del enemigo y Sino aún no había podido hacerles frente. Espoleado por las ansias de sangre, Sino cargó una y otra vez todo su peso en el ariete para irlo moviendo todo lo rápido que pudiera.

Escuchó las palabras de Loor intentando espolearles, pero al explorador no le hacía falta. Él seguía empujando, movido por una tenacidad suprema y una fe inamovible. Sus ganas de matar superaban a cualquier otro deseo y para poder dar rienda suelta a sus instintos primero tenía que llegar con el ariete a esa condenada puerta.

Sino cerró los ojos, apretó los dientes y siguió empujando sin descanso.

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30/05/2013, 12:15
Caracabra.

No le gustaba nada estar cerca del mago le ponía los pelos de punta, y además ese hedor. ¿Qué estaría haciendo el mago? Pero no podía girarse y mirar, tenía que seguir avanzado cubriendo a los magos. Le gustaba la idea de proteger a Khadesa pero el precio que tenía que pagar era alto, proteger también a Serpiente. Nunca le había gustado el mago, jugaba con poderes oscuros que le acabarían devorando, aun recordaba su espalda llena de escamas y como había invocado el espíritu de Sacoroto.

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30/05/2013, 12:32
Khadesa.

Ni siquiera la lejana consciencia del hediondo flujo emanado del aura de Serpiente la distrajo. Avanzaba, los ojos entrecerrados, asida a la túnica del mago, ausente. O muy al contrario. No importaba, tenía a un lado a Dedos, y enfrente, arropándola, a Caracabra.

El aire empezaba a temblar, traduciendo la virulencia del poder que se estaba concentrando en Serpiente. Un poder mágico que provenía de su interior, o que él canalizaba. Sí, eso era. Canalizaba. De dónde provenía... eso era otra cosa...

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30/05/2013, 13:26
Ojopocho.

Mi primera flecha se pierde tras el muro enemigo mientras tanto Ballestero dispara a la puerta pero esta no arde ni por asomo como debería así que tras agarrar una nueva flecha incenciaria la prendo y disparo a la base de la puerta para que esta empiece a prender, siempre y cuando haya suficiente material inflamable como para ello.

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30/05/2013, 16:21
Sabandija.

No es que le flaquearan las fuerzas...más bien le flaqueaba la voluntad.  Aún así empujaba el ariete, aunque con cierta desgana.  Se dedicaba más a observar el frente de batalla al que se aproximaban inexorablemente. La sangre ya empezaba a derramarse por el suelo, y no precisamente la de sus enemigos.  Había perdido de vista a Rastrojo, pero pronto encontró otro punto sobre el que detenerse. Ojopocho estaba lanzando flechas incendiarias  con gran habilidad. ¡Bendito sea! Le dieron ganas de decir, ¡he ahí mi Hermano de Capa y mentor!. Pero entre resoplidos debido al esfuerzo iba a quedar menos espectacular de lo que parecía en su imaginación. Esa maniobra podría dar algo de respiro a los incansables hombres y mujeres que impulsaban la terrorífica máquina derriba-puertas.  Al menos eso esperaba con todas sus fuerzas. Si los jinetes, con la movilidad qu les otorgaban sus monturas de guerra,  habían sido alcanzados por las lanzas, no quería ni imaginar lo que pasaría con los que empujaran el ariete cuando estuvieran al alcance de los lanceros.

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01/06/2013, 17:52
Piojillo.

Piojillo siente los mordiscos de las lanzas a través de la armadura de cuero. Emite un alarido y maldice a los espíritus, a la Madre y a la mismísima madre de la Madre si la tuviera. Tras ver como Matagatos tira el barril con éxito parcial, hace chasquear las riendas a un lado del cuello de Dante y clava los talones en los costados del animal, que inmediatamente se precipita hacia la retaguardia, poniendo a salvo a ambos de la mortal lluvia.

Cuando Dante llega hasta los Campamenteros, Piojillo detiene el caballo y resopla. La sangre corre bajo la armadura y mancha el pelaje de Dante. El K´Hlata apreta los dientes y promete una dura venganza contra los bastardos del fuerte.

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02/06/2013, 13:55
Matagatos.

Matagatos dio la vuelta con Hechizado y le azuzó para que se alejara de allí lo más rápidamente posible. El plan de Lengua Negra había resultado efectivo y los defensores habían repartido sus lanzas entre todos los jinetes librando a Matagatos de una gran lluvia de proyectiles. Aún así no pudo evitar que una lanza se le clavara en un costado. La sacó sin contemplaciones haciendo manar su propia sangre con la herida. Debía taponarla como pudiera para poder seguir luchando en cuanto la puerta cediera bajo el ariete.

Maldita sea, me han dado bien.

Miró hacia los lados para comprobar si sus compañeros estaban bien. Parecía que todos habían corrido una suerte similar a excepción del Teniente. Piojillo parecía el más grave pues había recibido dos impactos.

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02/06/2013, 14:32
Lengua Negra.

La cabalgada fue rápida, pero nada de ello impidió que las lanzas volaran y los hirieran con excepción hecha del Teniente que parecía gozar de una protección mística. Por su parte, la lanza arrojada por uno de los enemigos había rozado su muslo izquierdo, desprotegido, y había realizado un profundo corte del que manaba la sangre. Pero no era lo que le preocupaba. Había observado cómo Piojillo, pese a su pericia como jinete, había sido alcanzado por dos lanzas y cómo su roja sangre corría bajo la armadura tiñendo de carmesí el blanco pelaje de Dante.

Cuando llegó a su destino, junto a los campamenteros, tiró de las riendas para detener a Beltza. Su pesada armadura el impedía bajar del caballo, un obstáculo con el cual ya contaba.

-¡Matagatos! Uno de mis hombres necesita asistencia. ¡Urgente! -sus heridas no sanarían por arte de magia. Aquel era un saber que escapaba a su primo, pero la sutura de los cortes, bien podría impedir que empeorara.

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02/06/2013, 16:13
Pelagatos.

El avance parecía no acabar nunca. VEía de reojo cómo los jinetes empezaban una táctica de distracción y cómo Matagatos se separaba de ellos para acercarse a al puerta. Veía las lanzas volar e impactar, veía la columna de campamenteros avanzar... Y mientras el ariete aprecía parado en el tiempo. Obviamente no lo estaba, y la prueba era el rastro de polvo que dejábamos, el sudor cayendo de nuestras frentes y los gruñidos de esfuerzo. Pero por supuesto, como una vez había oído: Las comparaciones son odiosas.

El ritmo del ariete había mejorado de hecho. Tal vez la adrenalina y el esfuerzo, o que ahora empujaba más gente. Fuera cómo fuese el fuerte enemigo se iba acercando y con ello el peligro de ser atravesado por una lanza. ¿Pero qué podíamos hacer? Tan sólo empujar, más y más rápido.

Y eso hice.

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03/06/2013, 09:10
Keropis.

Mientras avanzaba manteniendo la formación, Keropis escuchó a Lengua Negra y entonces se fijó en que Piojillo había sido alcanzado. Parecía grave, pero esto era la guerra. Él no sabía de curar ni podría ayudarlo ahora mismo, así que con la determinación férrea y estoicismo que le caracterizaban siguió avanzando mientras solo pensaba en como iba a cortar a su primer contrincante.

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03/06/2013, 13:43
Sargento Falce.

- "¡Pipo, Escudo, Frontera! ¡Reforzad el ariete!" -

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03/06/2013, 13:47
Ojopocho.

La puerta arde despacio.

- Tengo que distraer a los Defensores. - pienso.

Así que saco dos Flechas Incendiarias y las pongo en el brasero.

En cuanto están encendidas las disparo en una rápida secuencia hacia los Bastardos que están lanzando flechas a mis hermanos.

Una vez la segunda flecha ha salido de mi arco observo la trayectoria de ambas.

- Bien disparado. - me digo a mi mismo.

Con un poco de suerte donde caigan esos dos bastardos prenden algo.

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03/06/2013, 14:02
Sabandija.

Un golpe sordo y Sabandija, que estaba empujando el ariete, salió disparado como un pesado fardo contra Avestruz y posteriormente al suelo, donde derramó su sangre, que salía  a borbotones  de la herida. Otra vez la sensación de presión y el posterior desgarro de la piel, dejando paso a la punta de la lanza entre las tiernas entrañas. No le dio tiempo a reaccionar, ni a solicitar la protección de la ristra de batatas que guardaba debajo de la nueva armadura de cuero...ni a gritar siquiera. El dolor fue tan grande que no pudo soportarlo y todo se volvió negro y frío, pero al menos dejó de ser consciente. D elo que no había sido consciente era de que en realidad sí había gritado. Un grito helador, agudo y desgarrador.

-!AArrrrrrgggg!!

Quedó tumbado en el suelo con las manos rojas por la sangre,  que agarraban incosncientes el mango de la lanza penetrando su frágil cuerpo.

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03/06/2013, 14:07
[RIP] Sino.

Sino vio venir la lluvia de lanzas pero sabía a ciencia cierta que no podía hacer nada para cubrirse. Al menos no sin dejar de empujar el ariete junto a sus hermanos. Y tenían que llegar con el ariete a las puertas fuera como fuera. Apretó los dientes, agachó ligeramente la cabeza y continuó su marcha, empujando sin cesar.

Escuchó los impactos de varios de los proyectiles a su alrededor. Escuchó el helador grito proferido por Sabandija y vio cómo caía al suelo. Notó cómo una de las lanzas se clavaba en su muslo. Miró sin dejar de empujar y observó cómo un filo hilillo de sangre brotaba de la herida. Por suerte no había impactado ningún punto vital, parecía una herida menor, sin importancia.

Pero Sino sabía que tenían que darse prisa en llegar… o el enemigo les acribillaría a distancia. Tenían que alcanzar y derribar esa puerta para que la batalla diera paso a una batalla campal… para que se moviera en el terreno que le gustaba a la Compañía y dejara de ser un asedio y una masacre para los hermanos.

Sin dejar de empujar, agarró con la mano izquierda el asa del proyectil que tenía incrustado en la pierna y lo arrancó con fuerza. Ahogó un pequeño grito, miró con desprecio la punta de la lanza manchada de sangre y continuó empujando… cuando llegara cerca usaría esa misma lanza para atravesar a algún enemigo.

Pronto, muy pronto, Sino se tomaría su venganza.