Sedoso desmonta y se acerca lentamente a los dos prisioneros, mirándolos largamente con una tenue sonrisa enajenada.
Después se dirige a su carro, haciéndole una señal con la mano a Garzung y Muerte del Cansado.
Garzung sonríe con una mueca de espantosa crueldad y avanza hacia el poste donde está atado el prisionero de origen chondeloriano, un traidor a su pueblo que se ha vendido a los del Triplete.
Lo desata y lo lleva a la fuerza hacia el carromato de Sedoso.
Todo había sido hablado, ya que no tenía nada que hacer, Michou siguió a Sicofante el sería quien le dijera que hacer o al menos le ayudaría en su cometido. Camino a paso liguero hasta dar con él.
- ¿que puedo hacer para ayudar?- Una vez a su altura camino de forma normal, siguiendo el ritmo del carro y apoyando la lanza en el suelo con cada paso.
Bueno, puedes ayudarme a mi y a Campaña con los heridos y luego podemos juntar lo que hemos recogido del carro con el botín. Como verás las posesiones personales de cada uno están separado de lo que sería el botín de guerra, para que no haya equivocaciones de ningún tipo- responde- eso es todo lo que podemos hacer en estos momentos.
Aunque parece que Garzung se baste y se sobre para obligar al prisionero a moverse, Muerte del Cansado camina pegado a ambos, vigilando que el bandido chondeloriano no se suelte y escape.
Los más veteranos miran con desagrado la escena y procuran acampar lo más alejados posible del carromato de Sedoso.
El Primer Mago de la Compañía niega con la cabeza en cierta señal de desaprobación, pero sencillamente se aleja para prepararse una brocheta junto al fuego.
La Segunda acude enseguida junto a Plumilla y Rastrojo para ayudar con los heridos.
Ambos ven que sus técnicas de curación no tienen mucho de mágico, excepto tal vez en algunos ungüentos y bálsamos, pero sí mucho de conocimiento medicinal fruto de muchos años de experiencia.
- "Habéis hecho un buen trabajo. El Recluta Odio se recuperará en pocos días. Las quemaduras de Enmascarado son más serias y va a necesitar muchos cuidados y esta pomada." - Le entrega un tarro de pomada antiquemaduras a Rastrojo.
- "¡Hijo! ¡Estás bien!" - Herrero abraza a su hijo Campaña cuando le ve. En los últimos meses la abotargada musculatura de Campaña se ha vuelto incluso más prominente que la del herrero de la Compañía.
- "Salve, guerreros Hostigadores y Campamenteros. Si alguno necesita armas de entrenamiento, he traído unas cuantas en mi carromato." -
- "¡Grog! ¡Grog calentito! ¡A un cobre la jarra! ¡La primera jarra es gratis para los que estén heridos!" -
Gorgo no ha montado la Tienda de Grog entera, es demasiado apartosa y no merece la pena montarla para un sólo día, pero sí ha montado un tenderete con una gran olla de Grog calentándose a fuego lento. La remueve con un cucharón mientras le va añadiendo zumo de limón y azúcar al agua caliente con fuerte ron de caña.
- "Chicos, taparos los oídos o iros a un sitio más lejos. Esto va a ser muy desagradable." -
- "¡Chavales! ¿Habéis visto a Mentiroso?" -
- "Es asqueroso. La última vez casi vomito." -
Plumilla casi se desmayó del puro alivio al oír a la Segunda confirmar el buen desarrollo de la curación de Odio.
-Gracias por tu ayuda, Segunda-dijo inclinando la cabeza con una sonrisa prácticamente imborrable. Humedeció una vez más un trapo y lo pasó por la frente del hiena convaleciente. Era cierto que toda la valentía y bravura que podía haber sentido con anterioridad (y de la que estaba segura que tendría repercusiones futuras) se había evaporado, dejando lugar un sentimiento abrumador, intimidada por el despliegue de efectivos en esa zona de guerra.
Campaña le devolvió el abrazo a su padre, como de costumbre se alegraba mucho de verle. Aquello le recordó que su instrucción en la herrería había sido abruptamente interrumpida por la batalla, hasta el momento no había tenido tiempo de pensar en ello pero lo cierto es que le apetecía mucho continuar con su trabajo en la forja.
- ¡Padre! - exclamó mientras le abrazaba.- Campaña no sabía que venías, Campaña creía que los Hostigadores volverían a la ciudad pero... - miró con curiosidad el despliegue de los Seguidores.- ¿La Compañía no vuelve a la ciudad, Padre?
Mpfgh...
Rastrojo olisqueó la pomada y puso mala cara. No se trataba de que el ungüento fuera hediondo, en realidad le carcomía por dentro que tras observar a Zina en acción no llegase a detectar ninguna mala praxis.
No sé yo... Parece una pomada contra los mosquitos. Piojillo se andaba quejando de eso, de los mosquitos... Pero si me dices que es para las quemaduras...-ya se lo habían dicho, y el mestizo seguía poniéndole pegas y recelando-¿Qué ingredientes se supone que lleva? Snif... snif... Quizás aloe vera... Snif... snif... bayas silvestres...
Rastrojo tenía el sentido del olfato en el culo. Se limitaba a hacer como si oliese y decir ingredientes al azar, de entre aquellos que eran más comunes, esperando sonsacar de los labios de la Segunda los usados en la pomada. Eso le daría material suficiente para criticar la labor de Zina... o de robarle la receta de la pomada, tanto tenía una cosa como la otra.
- El sonido de la tortura a la que Sedoso está sometiendo al bandido chondeloriano es verdaderamente nauseabundo, enfermante y repugnante. Los gritos, los gemidos de horror y agonía, el sonido de una sierra de huesos...
- Es tan sumamente horrible que sólo las almas más frías pueden soportarlo sin sentir náuseas y ganas de vomitar.
TS Voluntad, dificultad 12.
Todos los que estén al alcance auditivo.
- "¡Malditos bastardos! ¡Sois unos salvajes! ¡Animales!" -
El noble del Triplete siente arcadas y termina vomitando, atado a su poste.
[EN ENTRECORTADO K'HLATA CON FUERTE ACENTO ANCESTRAL]