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La Conspiración del Halcón: La Venganza del Halcón

[2] Capítulo IV: Las Barracas

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04/01/2017, 09:03
Director

Al atravesar la Puerta de los Muelles, encontráis un paisaje desolador. La gente que vive aquí es probablemente la más pobre de toda la Ciudad de Greyhawk. Tras pocos minutos, os percatáis de que hay poca o nula actividad por parte de la Guardia de la Ciudad. Tampoco parece haber ningún tipo de comercio o negocio, este barrio está básicamente compuesto por chabolas. Quizá existen unos diez edificios con estructura permanente y otros tantos han sido construidos sobre las ruinas de edificios derrumbados o quemados. Las calles de Las Barracas son poco más que sucios caminos de tierra. También os inquieta la ausencia de animales domésticos aunque oís los sonidos de alguna cabra o gallina eventualmente. Nunca habíais visto una imagen similar, es la zona más pobre que nunca hayáis visitado.

Mientras Talasek os dirige hacia la única capilla de Las Barracas, dedicada a San Cuthbert, Hodrum tropieza y cae sobre un montón de barro (o esperáis que de eso se trate) haciendo que tengáis que contener la risa por un momento. El camino serpentea algunas chabolas hasta dar a uno de los pocos edificios asentados del barrio. Su aspecto exterior contrasta con el del resto del barrio a pesar de estar reforzado con planchas de madera al haber perdido secciones de su techo y paredes debido al paso del tiempo. Sorprende el hecho de que esté bien fortificado.

Accedéis al edificio sin problemas por la entrada principal. En su primera planta contiene bancadas de madera para unas cincuenta personas aproximadamente, un púlpito y un humilde símbolo de San Cuthbert hecho de madera. Delante del púlpito, varios candelabros iluminan toda la estancia, que se mantiene sorprendentemente limpia. Una estrecha escalera al fondo lleva a la parte superior de la capilla.

No parece haber nadie en la capilla por lo que Talasek decide aprovechar la sonoridad de la misma lanzando una llamada a su amigo.

- ¡Hermano Nortoi! Nicholi. ¿Está usted por aquí? 

En pocos instantes, un hombre delgado de mediana edad aparece por la puerta principal. Sus cálidos ojos marrones le dan una apariencia amigable y de confianza. Al reconocer a Talasek se funde en un fuerte abrazo con el paladín.

- ¡Talasek, amigo mío!- exclama con un tono cálido y reconfortante. - No esperaba tu visita-. Echando un vistazo a vuestro grupo, Nicholi se presenta amablemente.- ¿Quienes son tus acompañantes? Mi nombre es Nicholi, sirvo a San Cuthbert en esta parte desfavorecida de la ciudad.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Encuentro

Tirada: 1d20

Resultado: 7

Tirada oculta

Motivo: Quién cae

Tirada: 1d4

Resultado: 3

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04/01/2017, 23:47
Hodrum

Hodrum pensaba que había mirado a un orco tuerto, ya que ese día no podía estar más gafado. O quizás incluso le hubiesen hechado una maldición. Primero la emboscada y ahora había caido sobre lo que él deseaba que fuese barro en una zona inhóspita y triste de la ciudad.

- ¡¡¡Como solteis una risa os lanzo una bola de fuego!!! - No tenía el cuerpo para bromas, aunque ya podía dar gracias de que todavía tenía cuerpo. Lo que más lo cabreó fue ver como el grupo cogía algo de distancia por cautela a que no fuese barro sobre lo que había caido, pero decidió no pagar más su mal humor sobre sus compañeros del grupo.

Tras llegar a la capilla y después del amistoso saludo entre Talasek y el Hermano Nicholi, Hodrum decide presentarse.

- Mi nombre es Hodrum. Mis compañeros y yo hemos venido para intentar ayudar. Deseamos información de las desapariciones que están teniendo lugar para así poder empezar cuanto antes con la busqueda de las causas que producen la desapariciones de los hombres - Antes de que nadie pudiese decir algo más, le pidio un favor con cierto nerviosismo y repulsión - Y si pudiese conseguirme una túnica limpia lo agradecería. He aterrizado sobre un montón de color marrón de dudosa procedencia y desearía poder cambiarme cuanto antes -

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05/01/2017, 10:06
Barakanar

- Vaya, eres el primer mago que conozco que no es capar de usar el truco para limpiar la ropa sucia, dice entre media risa el druida al escuchar al mago.

- Saludos Hermano Nichoni, señala con el pulgar a Hodrum, vengo a lo mismo que el señor Hodrum

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05/01/2017, 11:44
Élise de Sable

No habían tenido problemas en el camino hasta allí -algo de agradecer viendo la reputación que empezaba a tener aquél grupo-, y pronto llegaron al destino que habían decidido fuera de la Ciudadela, antes de que el joven elfo que les acompañara se disculpara y se separara, prometiendo informarles de lo que descubriera, y unirse a los demás antes de que se fueran de la ciudad. Sospechaba que el motivo de aquello es que tenía en mente otros métodos de sacar información, métodos que incluían mujeres y mucho alcohol, pero era algo que a ella no le concernía, así que no dijo nada. Si se fijó en cambio en la imagen que tenían ante ellos, a su alrededor, y que la producía una dolorosa sensación de opresión en el pecho. Era un lugar desgarrador, pobre a un nivel que no había visto nunca en sus viajes. La imagen de aquél barrio, por llamarlo de alguna manera, hacía replantearse a cualquiera la vida en Greyhawk. Algo estaba podrido en el mismo vientre de la ciudad si había lugares como aquél, y se dio cuenta de que tal vez los males que aquejaban su hogar eran más profundos e insidiosos que el que pudiera suponer una secta como la que perseguían. Era un pensamiento aterrador, nefasto...

... Uno que se perdió en su mente cuando por el rabillo del ojo vio caer al hombre que se había presentado como Hodrum. Tuvo que contener la risa, no por la amenaza del mago, sino por respeto al que era su nuevo compañero, pero se permitió una sonrisa divertida el resto del camino cada vez que le miraba de reojo, malhumorado y con gesto agrio. 

Así estaban cuando llegaron ante la fortificada, aunque ruinosa, capilla de St. Cuthbert. Sorprendida, miró a su alrededor, observando como el interior permanecía vacío. Para su amigo Talasek fue una buena manera de poder llamar a su compañero y hermano de fe. Para ella, fue una mala sensación; los lugares desfavorecidos como aquél solían ser el cultivo perfecto para que los habitantes de los alrededores buscaran en la iglesia una salida. Siempre solía haber feligreses, en santuarios como aquél, pero ese estaba vacío. No era una buena señal.

Cuando Nicholi se unió a ellos, desvió hacia él su atención, observándole de arriba a abajo con un rápido vistazo. Inclinó la cabeza a modo de saludo, y se presentó antes de formular una pregunta, ignorando la petición del arcano y la broma del druida.

- Mi nombre es Élise de Sable, devota servidora de Heironeous. - Dijo tras acabar la venia, para mirar tras esto fíjamente al sacerdote -. ¿Dónde está todo el mundo hermano Nortoi? 

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05/01/2017, 12:25
Raff Stonecrow

Raff caminó por las calles en silencio. Su cuerpo avanzaba por los barrios más pobres de Greyhawk, su mente recorría el callejón de recuerdos que era su memoria. Ni tan siquiera en su infancia había visto o vivido semejante miseria, pero el lugar no dejaba de hacerlo rememorar aquellos tiempos donde una moneda de oro era una leyenda tan irreal como un dragón. Pero el tiempo había pasado y hoy era un aventurero, y tenía en los bolsillos lo suficiente como para subsistir en condiciones aceptables unos cuantos meses.

El grito de Talasek lo sacó de su ensimismamiento. Esta capilla era bastante menos esplendorosa que la anterior, pero no es que esperara algo diferente. Saludó al hermano Nicholi con una leve inclinación de cabeza.- Buenas tardes- dijo por lo bajo.

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05/01/2017, 18:31
Nicholi Nortoi

-¡Oh! ¡Sagrado San Cuthbert!- Exclama Nicholi al observar detenidamente las ropas de Hodrum. Sin duda es un hombre acostumbrado a la podredumbre y a los malos olores, por ello no había reparado en los ropajes del mago-. Acompañadme a mi casa y veré que puedo hacer. Está en la parte trasera del edificio.

Nicholi os conduce a través de la puerta principal dando un rodeo al edificio y entra por la parte trasera. Su casa es tan humilde como se podría esperar, aunque la mantiene bien cuidada y limpia. Dirigiéndose a Élise contesta.

- Bueno, los oficios son por la mañana. No somos muchos habitantes en el barrio, medio millar... casi todo el mundo se reúne en sus casas para comer a estas horas, al menos los que tienen algo que llevarse a la boca. Os prepararé algo si no os importa...

Invitándoos a que os pongáis cómodos, atiende el fuego y pone una olla con agua a hervir. Se interesa por cómo conocísteis a Talasek y todo lo que os ha estado sucediendo. Confirma firmemente el rumor de que la gente ha desaparecido de Las Barracas recientemente.

- He vivido en Las Barracas durante muchos años- dice.- He visto a mucha gente ir y venir. Pero conozco a todos y cada uno de ellos por su nombre. Algunos de ellos vienen a verme regularmente, otros nunca dicen una palabra. Puedo decir que la gente está aquí abandonada a su suerte y algunos se andan ocultando de algo. No me meto con los que se esconden aquí, sus motivos deben tener. Los que son más pobres, son enviados a mí por San Cuthbert, sabiendo que haré lo que pueda por cuidarlos. La mayoría de estas personas son buena gente. Pueden ser pobres, pero tienen corazones puros. Es por eso que estoy aquí. Merecen cada oportunidad de vivir una vida decente. Tengo la intención de hacer lo que pueda para darles eso.

Tras ello, pone algunas verduras dentro de la olla y se dirige a un armario de madera robusta en busca de una túnica limpia para Hodrum.

- Toma- dice mientras le ofrece una modesta túnica marrón-. Es lo único que te puedo ofrecer, la mayoría de las donaciones de ropa se las proporciono a los vecinos sin recursos.

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05/01/2017, 20:07
Élise de Sable

Asintió ante la explicación del hermano Nicholi, y después contó por encima su propia historia, como fue, casi desde que tenía uso de memoria, sacada de su hogar en Greyhawk e internada en un monasterio de Heironeus, y como allí vio en el Invencible un camino a seguir. Convirtiéndose en parte del brazo armado del dios, se dedicó a luchar incasable contra las fuerzas que se esforzaban por asolar aquél mundo, especialmente enfrentándose a los cultos de adoradores de Hextor.

Una de aquellas veces la devolvió a su ciudad, dónde conoció a Sir Tasalek en medio de una importante misión que la llevó a tratar con el templo de Saint Cuthbert. El paladín la había salvado la vida, y desde entonces le había prometido que, si algún día necesitaba su ayuda, sólo tenía que llamarla. El resto había sido una continua guerra contra las fuerzas que oscurecían aquél mundo, hasta hacía unos días dónde una carta de su amigo pedía su regreso. 

Ahora estaba allí, por lo que cual había sido su respuesta era clara. El misterio era a qué se enfrentaban, y cual sería el porvenir de los acontecimientos. Calentándose ante el fuego del hogar, escuchó acerca de las desapariciones, y esperó pensativa mientras los demás hablaban. Quería conocer también a sus nuevos compañeros, forjarse una opinión de ellos, y sus historias eran, en cierto modo, un retrato de que habían sido y en que se habían convertido.

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08/01/2017, 12:13
Hodrum

Hodrum estaba rebosante de alegría con la túnica. El simple echo que pensar que iba a tener que ir con su túnica manchada todo el día le revolvía las tripas.

- Muchisimas gracias Hermano Nicholi. - Urgó entre su túnica para darle a Nicholi en agradecimiento - Toma 3 monedas de oro, pero que sepas que no se la doy a la iglesia, sino a tí para que puedas ayudar a la gente de Las Barracas -

No le gustaba contar mucho de su vida pero estaba feliz, aun así decidió contarlo por encima.

- No quisiera que nos pusiesemos sentimentales contando nuestra infancia, pero si os empeñais... - Cogió aire y suspiró - Yo nací en una buena familia de elfos, cuando llegué a la mayoría de edad me dieron a elegir, entre guerrero, sanador o mago. - Dió una vuelta sobre sí mostrandose al resto del grupo - Y supongo que sabeis que es lo que elegí. Después de bastantes años de estudio me uní a este grupo con la intención de poder poner en practica lo aprendido y curtirme rompiendo mano sobre el terreno, aunque por lo que hemos podido observar aún me falta mucho que aprender. -

Hodrum se acercó al Hermano para preguntarle donde podía cambiarse, y así aprobechar mientras sus compañeros contaban sus penurias de la infancia.

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08/01/2017, 17:57
Raff Stonecrow

A Raff no le interesaba mucho divagar en el pasado, prefería concentrarse en el ahora o en el futuro cercano. Sin embargo le pareció incorrecto no contar nada cuando los demás ya lo habían hecho. Sin embargo se limitó a cosas muy generales, sin descripciones largas, fechas ni nombres propios.
—Yo nací en los barrios bajos de Rel Mord, en Nyrondia, aunque debo admitir que no era tan malo como aquí. Compartí mi infancia con un grupo de otros seis niños, todos más o menos de la misma edad y todos sin hogar, fuera por ser huerfanos o por haber huido de casa. Nos ayudabamos entre todos, hubo algún punto donde éramos casi familia—dijo Raff bajando la vista con una sonrisa nostálgica en rostro—. Eventualmente los mayores aprendieron que cortar bolsas redituaba más que mendigar, y entre todos fuimos aprendiendo nuestros trucos. Cuando nos dimos cuenta, ya eramos casi un gremio de ladrones, aunque a pequeña escala, claro— El pícaro tomó la pequeña moneda pintada de negro que le colgaba del cuello, la miró un poco y comenzó a juguetear con ella—. También trabajabamos por encargo y eramos bastante buenos, pero teníamos un acuerdo tácito de no-derramamientos de sangre. Mi talento siempre fue treparme a cualquier cosa que pudiera aguantar mi peso, creo que tengo más recuerdos de mi ciudad vista desde los tejados que desde las calles. Pero bueno, en algún momento la suerte se acaba. No se bien que pasó porque yo era el encargado de la distracción esa noche, asique no estuve ahí para verlo, pero al otro día no había nadie en la guarida. Nadie llegó esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente, ni la siguiente—suspiró—. Asique sin ya nada que me atara a la ciudad, junté mis cosas y salí al camino. Unos cuantos meses después estaba dándome de puñetazos con un elfo engreido en medio de una taverna—Raff bajó un poco la voz—. Aprovechando que Nithael no está, él nunca lo va a admitir, pero yo le gané esa pelea, por eso me tiene envidia y me toma como rival—concluyó, mirando a Hodrum de reojo y chistandole mientras reprimía una leve sonrisa.

Notas de juego

 

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09/01/2017, 10:05
Barakanar

- La vida como huerfano abandonado en el bosque es mucho mejor, comienza el druida. Podia evitar a cualquier animal indeseable, hace una pausa, lamentablemente para mí creci y me vine a la ciudad. Se encoge de hombros

Aqui los indeseables se reproducen, de hecho segun mis calculos cada dia mueren dos y nacen cincuenta.

Haciendo una pausa un poco larga continua, - Hablando de indeseables, a eso hemos venido aqui. Nos han comentado que ha habido muchas desapariciones nocturnas. Hemos venido con Ser Talasaek su pulgar señala al seguidor de St. Cuberth, para ayudarle de manera que podamos desacer este entuerto.

Somos especialistas en sacar a indesables de sus madrigueras.  Concluye con una sonrisa, Normalmente para que estos intenten asesinarlos, pero obviaré esa parte piensa mientras espera la respuestas del clerigo

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09/01/2017, 10:13
Nicholi Nortoi

Nicholi escucha atentamente vuestras historias mientras acepta de buen grado las monedas de Hodrum.

- Gracias Hodrum. Espero que San Cuthbert sepa recompensar este bello gesto, los habitantes de Las Barracas lo agradecerán.

Después señala una pequeña habitación dónde Hodrum puede tener intimidad.

- Si lo deseas puedo lavar tu túnica, mañana la tendrás como nueva.

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09/01/2017, 10:17
Talasek

Sir Talasek asiente a las palabras de Barakanar y trata de centrar el tema.

- Eso es Nicholi. Vamos a centrarnos en el motivo de nuestra visita. Antes mencionaste que eras en parte consciente de esas desapariciones. ¿Qué puedes contarnos al respecto?

El paladín trata de ser correcto en sus palabras, aunque se denota la gran confianza que tienen entre ambos a pesar de ello.

Notas de juego

Barakanar me ha pisado xD

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09/01/2017, 10:20
Nicholi Nortoi

Como he mencionado, conozco a casi todo el mundo en este barrio. Y sí, algunos de ellos han desaparecido últimamente. Claro, la gente suele aprovechar las oportunidades para salir de aquí. Pero siempre llevan sus pertenencias con ellos. Cuando eres tan pobre, cada posesión es preciosa. Nadie desaparecería en mitad de la noche, dejando todo lo que posee.
Lo que realmente me preocupa es que ninguno de ellos dijo adiós. Algunos de ellos eran asiduos en el santuario. Otros que han salido de aquí me han dicho que se iban y adonde iban. Siempre estaba contento cuando alguien encontraba una oportunidad en otro lugar o formaba una familia lejos de aquí. Por lo general, trataba de darles algunas cosas para ayudarles en su nueva etapa.
Pero la gente que ha salido últimamente... bueno, parece que han desaparecido. Me preocupo por ellos y realmente espero que hayan encontrado una vida mejor en algún otro lugar, pero no puedo dejar de pensar que están en apuros mayores de los que tenían aquí .

Nicholi suspira, es evidente que está profundamente preocupado.

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09/01/2017, 13:49
Raff Stonecrow

Raff dudó, no quería ser insensible, pero el pícaro estaba impaciente y necesitaban otro tipo de respuestas si pretendían rastrear a los desaparecidos.
Hmmm...gracias hermano Nicholi, pero necesitamos más detalles si queremos ayudarlos. Cuantos desaparecieron, quiénes son, dónde vivían, si tenían algo en común o si todavía tienen familia que pudiera conocerlos mejor... esa clase de cosas. Preguntas típicas de la guardia, pero por algún lugar hay que empezar—le contestó, rascandose la nuca y desviando la mirada con incomodidad.

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09/01/2017, 16:39
Élise de Sable

Había escuchado con verdadero interés las historias de sus nuevos compañeros, decidiendo finalmente que no tenía nada que objetar sobre ellos. No se habían explayado, pero tampoco se habían mordido la lengua, y aunque no compartía las formas de algunos de ellos, sería injusto juzgarles por un pasado al que se habían visto abocados sin remedio. Fue el paso necesario para que ella, al igual que Talasek, confiara en ellos; tal vez no su vida de momento, pero si su compañía. 

Algo parecido a una sonrisa afloró a su rostro ante aquella idea. Hacía mucho tiempo que no pertenecía a un grupo, pues su trabajo solía hacerse en solitario. Trabajo. Tuvo que recordarse de nuevo que estaban allí por eso, nada más. En su vida no había respiro, pues el mal nunca se detenía, no se tomaba vacaciones.

Miró a Nicholi, fue a preguntar, y cerró la boca antes de poder decir nada, pues Raff había sido más rápido. Se le notaba turbado ante el hecho de tener que indagar más en algo que debía ser doloroso. Era un buen hombre. Pero tampoco había tiempo para eso. Necesitaban respuestas para poder cortar aquello de raíz, y el hermano Nortoi era su mejor baza. Cualquier hilo del que pudieran tirar sería bienvenido, sólo necesitaban un extremo del que agarrar... 

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10/01/2017, 10:02
Nicholi Nortoi

Sí, por supuesto Raff- dice en tono algo serio-, os diré todo lo que sé al respecto.

Algunos de ellos eran familiares, otros vivían solos. Ninguno de ellos ha dejado a nadie atrás, salvo a mí. Puedo mostraros dónde vivían y sus pertenencias- Nicholi se ve claramente preocupado por los hechos-, cuándo alguien no aparece al cabo de una semana, me encargo de recoger sus cosas y guardarlas aquí. De esta forma, si esa persona vuelve sus pocas pertenencias estarán a salvo y de lo contrario podré distribuirlas entre los que las necesiten.

Hasta ahora, han desaparecido de esta extraña forma siete hombres y tres mujeres en el último mes. Todos sin sus pertenencias. Os puedo asegurar que ninguno de ellos era un criminal. Es decir, eran gente pobre de lo más corriente en este barrio. Todos estaban entre los 20 y los 40 años de edad y, a pesar de las circunstancias, en un razonable buen estado de salud.

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10/01/2017, 12:11
Barakanar

- Y cuando se descubrian sus desapariciones ?, preguntó intrigado el druida. - En algun momento del dia especifico, por ejemplo por la mañana o a la hora de la comida ?

- Si las desapariciones se producen a una hora especifica, eso nos permitirá centrar nuestros esfuerzos en algo más concreto

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10/01/2017, 12:16
Nicholi Nortoi

No sabría decirte- responde pensativo Nicholi-. Normalmente me daba cuenta de quienes faltaban a los oficios en el templo y eran habituales. Después también me dí cuenta de algunos que ya no se encontraban en los lugares dónde dormían durante varias de mis visitas por el barrio. Nadie me dijo nada sobre estas diez personas, no dejaron ningún aviso. Simplemente desaparecieron.

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10/01/2017, 17:05
Élise de Sable

Un barrio pobre que no importaba a las autoridades. Personas solas sin nadie que las echara de menos. Sin distinción de sexo, pero todos de mediana edad y en buena forma física, o al menos saludables. Recapacitó sobre ello, permaneciendo silenciosa y pensativa. No había mucho por lo que empezar, pero era un comienzo. Durante casi un minuto estuvo en ese estado de trance, manteniéndose sin hacer comentario alguno, hasta que finalmente asintió para sí misma y habló. 

- Sentimos este interrogatorio hermano Nortoi, pero puede que sus respuestas nos ayuden a esclarecer esto. - Dijo a modo de disculpa, antes de proceder con sus propias preguntas, las cuales seguían el hilo de las ya hechas. Tomó aire, y lo soltó con calma. - Ha dicho que recoge las pertenencias de los desaparecidos. ¿Ha notado signos de lucha en las casas o útiles de estos? - Nadie dejaba atrás sus cosas cuando se era tan pobre. Como Nicholi decía, cada posesión era un tesoro en aquella situación, y eso significaba que se habían ido contra su voluntad, o que esperaban no necesitar nunca más aquellas insignificantes minucias que pudieran poseer. - ¿Ha visto a alguien nuevo por la zona? Tal vez hablando con la gente, o mirando desde lejos. Cualquier comportamiento sospechoso, o fuera de lo normal. - Sonrió, intentando quitar al asunto un poco de su tensión, algo que iba a ser necesario para la siguiente cuestión -. Y usted, ¿siempre está por aquí? ¿cuándo da esos paseos que cuenta?

No apartó la mirada de los ojos del monje en cada pregunta que hacía, ni lo hizo después cuando esperaba las respuestas. Era duro tener que incriminar a un hombre de fe, un hombre seguramente bueno que dedicaba su vida a ayudar a los demás, pero no por ello dejaba de ser necesario. Demasiadas veces había visto la corrupción en el seno de las mismas iglesias, y cuando era así, bueno, no podía dejarse pasar. 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Averiguar intenciones

Tirada: 1d20

Resultado: 2(+2)=4

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10/01/2017, 17:32
Nicholi Nortoi

No tiene que disculparse Élise, tataré de hacer todo lo que esté en mi mano para arrojar algo de luz en este asunto-. El Hermano Nortoi no parece alterarse en ningún momento, siendo pausado y tranquilo en sus palabras aunque claramente afectado por los desaparecidos-. No había signos en sus casas ni en sus pertenencias, aunque a decir verdad si los hubiera ni yo ni nadie los hubiera distinguido de su aspecto normal. Casi todo son andrajosas prendas de vestir, maltrechas y sucias... al igual que sus viviendas...- dice apesadumbrado-. La gente va y viene en este Barrio, no podría sospechar de ninguna persona que conozca o que suela venir al templo. Si dais un paseo por Las Barracas comprenderéis a lo que me refiero, cualquiera podría pasar desapercibido aquí.

Nicholi explica ahora su rutina.

No, querida, no siempre estoy aquí. Normalmente doy dos paseos diarios por todo el barrio, reparto comida, ropas y otros artículos antes de medio día y después cuando cae la noche. De este modo compruebo que todo está bien, quiénes faltan, quiénes están enfermos, etcétera. Los días de oficio sólo doy un paseo por la noche, ya que estoy ocupado aquí durante el día. Pero los más necesitados siempre pueden acudir a verme siempre que lo necesitan.