Partida Rol por web

Capítulo Uno: Sube La Marea

Bienaventurado el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía, y sigan lo que aquí está escrito: Pues el tiempo está próximo.
— Revelaciones 1:3

Despiertas en mitad de una explanada, te sientes confusa no sabes como as llegado hasta allí, la oscuridad lo envuelve todo, es la noche mas cerrada que as visto en tu vida, apenas si ves unos cuantos metros, pero si lo suficiente como para darte cuenta de que estas rodeada, rodeada por decenas de caravanas. Caravanas exactamente idénticas entre si, parecidas a las que tu sire te presto.

Vas a caminar hacia una de las caravanas cuando de pronto sientes como si te doliese todo el cuerpo, como si algo te devorase desde dentro, miras tus brazos asustada y ves como las venas de los mismos ondulasen, como si la sangre que corre por ellas tratase de salir de ti. Escuchas una voz...

"Tu eres una de los elegidos, estas destinada a grandes logros siempre que sigas firme en el camino de la virtud, si te desvías al camino incorrecto, solo te aguarda el olvido. Desconfía de tu propia sangre, quiere devorarte."

Rápidamente desenfundas tu daga y te cortas las venas de los brazos, ves como tu sangre brota lejos de ti y te sientes mejor. Decides acercarte a una de las caravanas parece complicado llegar a ella no sabes muy bien por que cuando estas a punto de llegar se prende fuego, te asustas e instintivamente huyes en dirección a otra de las caravanas que también prende fuego con el mismo resultado. El proceso se repite incontables veces, cada caravana estalla en un fuego de un color distinto, colores que ni siquiera habías visto hasta ahora, lastima que no serás capaz de describirlos cuando despiertes...

Solo una de las caravanas no estalla en llamas, pero cuando vas a subir escuchas la voz de nuevo...

"Confía en el fuego, aunque sea cambiante te ayudara en tu tarea, solo puedes confiar en ti misma...Y en el fuego..."

Tras esto subes a una de las caravanas que estaba en llamas, curiosamente el fuego no te molesta. Justo a tiempo los primeros rayos de luz se empezaban a asomar. Te sientes cansada...Te duermes.

Despiertas en tu caravana, estas sudando sangre, parece que has llegado a tu destino, la noche acaba de empezar....

Despiertas en mitad de un claro, no sabes como as llegado hasta allí, pero la oscuridad lo envuelve todo, es la noche mas cerrada que as visto en toda tu vida. Apenas alcanzas a ver unos metros a tu alrededor pero si que te das cuenta de una cosa, estas rodeado. Rodeado por decenas de caravanas. A pesar de que no ha clareado en absoluto tienes la certeza de que falta poco tiempo para que el sol aparezca.

Un miedo primitivo te aborda, tienes que buscar un refugio antes de que salga el sol. Las caravanas son tu única esperanza, pero en cuanto das un paso todas y cada una de ellas prenden fuego, cada una con un color distinto. Incluso colores que nunca habías visto hasta hoy, es una lastima que cuando despiertes no serás capaz de describirlos. Con las caravanas en llamas no sabes que hacer, de pronto una voz llega a tu cabeza.

"No confíes en el fuego, es cambiante y entorpecerá tu cometido, desconfía del calor busca el frió, la oscuridad, busca a quien comparta tus ideales y hazles avanzar en tu camino para que te ayuden a completar tu misión."

Tan pronto como la voz calla una de las caravanas se apaga, con presteza corres hasta ella, sientes la hierba acariciando tus tobillos, enredándose como si no quisiera que avanzaras. Finalmente te adentras en la caravana te sientes tranquilo, no sabes como ocurrido y al instante decides usar esos ojos... Esos ojos son lo único que pueden ayudarte a entender el por que de todo esto. Pero los ojos salen de tus orbitas y de tus cuencas vacías comienza a brotar sangre como una fuente, la caravana comienza a inundarse con tu propia sangre, parece ser que tus ojos flotan en la misma.

Puedes verte a ti mismo sin cuencas sentado y vuelves a oír esa voz...

"Eres uno de los elegidos, busca tu propia sangre, es la única manera de completar tu misión. Tu propia sangre te dará todo lo que necesitas."

De pronto comienzas a beber toda la sangre que inundaba la caravana tus ojos no se regeneran, pero montones de ojos comienza a crecer por todas partes de tu cuerpo y pronto empiezan a florecer por la propia caravana, cada vez aparecen mas y mas rápidamente, pronto los ojos se empiezan a extender por el suelo por el que habías pisado.

Eres capaz de ver a trabes de todos ellos, sientes como tu conciencia llega cada vez mas lejos, miles de datos nuevos inundan tu cabeza, datos de tierras lejanas, de pronto los activas, los ojos del caos, y todas esa información que se amontonaba en tu cabeza comienza a tener sentido.

Entre cruzas tus dedos y una sonrisa llena de afilados dientes se forma en tu rostro, te siente poderoso...Por que eres poderoso, todo esta al alcance de tu mano, todo tiene sentido, te encuentras mejor que nunca.

"Busca tu sangre, mi sangre, nuestra sangre."

Hace algunos días recibiste en tu refugio habitual una carta con el sello de tu sire, uno de sus ghouls era el enviado con la citación y procedió a su lectura. En la carta una persona sin identificarse afirmaba ser aliado de vuestro sire y os citaba el 15 de abril a la décima hora de la noche, cerca de los almacenes del mercado en la Distrito del Castillo de Buda, en Budapest. La carta continuaba rezando que deseaba hablar de negocios y que tenía una propuesta difícil de rechazar.

El Ghoul te acompaño hasta una caravana completamente oscura, que impedía el paso del sol al interior, y durante un tiempo viajaste en dirección a tu destino.

Sientes que los rayos del sol se ocultan y despiertas. Estas a las puertas de la ciudad de Budapest, lo único que te separa de la ciudad son las grandes puertas de madera, aun abiertas mientras pasan los comerciantes más rezagados.

Lo primero que ves al bajar son 5 caravanas muy parecidas a la tuya, de la que al parecer también baja sus…”tripulantes”. Quizás no lleves demasiado siendo un no-muerto pero sabes lo suficiente como para saber que este tipo de cosas rara vez son casualidades….

bajo del carro junto con Maria, una joven gitana que siempre va conmigo, observo a los demas que an bajado de los carros y descubro que mis dos compañeros de refugio tambien estan ahi. me acerco al oido de maria y le susurro - Maria, cariño, ve a la barbara y dile que estamos aqui, que se reuna con nosotros- y luego le planto un beso, despues de todo es mi unica familia, luego me encamino hacia el Arabe y le saludo de la manera que vi que saludaba en el refugio, supongo que de la manera Arabe, le indico que espere a que Maria venga para poder comunicarme con el, miro al resto y los saludo levantando la mano - Hola!- digo en español, no espero que nadie me entienda, pero si alguien me entiende ya lo tendre presente en el futuro.

Thorkell despertó cuando el sol se puso por fin... En su caravana aun estaban sus cuatro Ghouls, los cuales habían estado turnándose para hacer guardia durante el descanso de su maestro para garantizar su seguridad. En mas de una ocasión le habían mostrado fidelidad, puede que fuera porque su vitae los había atado a él fuertemente o por la simple admiración que mostraban hacia el por sus proezas en el campo de batalla... sin importar la causa que les motivara, él despertó una noche mas. La caravana había llegado por fin a su destino, la ciudad de Buda-Pest.

Sus criados bajaron primero a su orden (si se trataba de una trampa que le diera tiempo a reaccionar, mejor que murieran ellos, que no él) e Ivar, el cual ocultaba su deformacion con capucha y casco, le sostuvo la puerta para que su mentor bajara y este dejo bacía su caravana. Ya fuera de ella vio otras como la suya de las que sus ocupantes también salieron...

Dudo que sea casualidad, pero espero no tener que relacionarme mucho con esta gentuza... Thorkell mira a ambos lados esperando encontrar algún indicio de su sir Lady Liliam, pero solo ve a mercaderes. Lady Liliam... ¿Donde os encontráis?
Uno de los pasajeros de las caravanas dice una palabra rara en una lengua que Thorkell desconoce... A juzgar por su gesto es un saludo... Por las pintas se podría decir que en vida subsistía con lo que mal ganaba de las calles y seguramente su suerte tras el abrazo no a cambiado mucho y seguia haciendo lo mismo. Lo dicho... Gentuza. Y se jira a sus hombres para darles instrucciones para cuando se reuniera con su Sir y los dejara a solas.

Evangeline salió del carro ilusionada... hacía mucho tiempo que no se juntaba con más gente, y más aún con vampiros. Despúes de un día difícil para ella, lo mejor era despejarse un poco. Al bajar se echó la capucha encima, ya que no había podido lavarse toda la cara de un frío sudor de sangre que hace pocas horas le había inundado la cara...
Debo encontrar algún lugar donde limpiarme esto...
De entre todos logró escuchar algo parecido al español que hablaba ella cuando aún se encontraba en territorio español, pero tenía un deje diferente, y se fue hacía él y le dijo en español:
Que la suerte sea contigo como lo es conmigo, pues tiempo ha que abandonó las tierras de las que procedo
La voz era dulce y agradable. Acto seguido hizo una pequeña reverencia a cada uno de los que estaba allí, y la marcó un poco más con aquellos que por la forma de ir vestida y por lo que le dijo su mentor formarían parte de los altos clanes.
Despúes y como si de repente esa ilusión por conocer a más gente se desvaneciera se fue hacía la puerta para ver que le deparaba la nueva ciudad.

Con porte elegante y altivo, Lhyria, miembro de la noble familia Vykos, desciende de su carruaje con gracia y soltura.
Un gesto de fastidio imperceptible cruza por su rostro, tras lo cual, milésimas de segundos después, aparece una sonrisa encantadora y deslumbrante. Observa a su alrededor y descubre que hay cinco caravanas más, de las cuales ya comienzan a descender sus respectivos ocupantes.

Lanza un breve resoplido, se acomoda sus ricos ropajes, sus ondulados y azabaches cabellos, y se encamina sin atender a las voces de precaución de su sirviente.
Escucha varias voces, algunas hablando en dialectos extranjeros, de los cuales alguna cosa en claro apenas puede sacar.
Continúa caminando, hasta reunirse con los demás, saludarles cordialmente con un asentimiento de cabeza, y finalmente adentrarse en la ciudad, con el dulce sabor de la expectación entre los labios...

"Vaya... Hacía tiempo que no recibía noticias suyas.. Y ahora... Me pide que acuda a una ciudad que... Qué remedio... Todo sea por... Jeje..."

- Qué dem...¿ya es de noche? Albertus se despierta en la habitación que alquiló para pasar el día en la posada más cercana a la muralla de la ciudad. No parecía demasiado segura, y pensaba que alguien o algo en cualquier momento habría podido perturbar su descanso, pero sin embargo nada ocurrió.

Necesitó un rato para recuperarse de su reciente visión, la cual le seguía golpeando todavía dentro de algún lugar de su mente. Incluso había sudado sangre durante el día. Se enjuagó con agua la cara y se limpió con la toalla sin más ceremonia. Se puso su hábito de color azul y se encaminó directamente a los establos para recoger su carreta. Los bueyes estaban perezosos, pero habían comido y bebido, y no opusieron mayor resistencia a moverse.

Justo cuando se dispuso a marcharse de la posada hacia las puertas de la ciudad, el dueño de la posada atravesó el umbral de la puerta de los establos, alarmado y airado por el hecho de que pensaba irse sin pagar.

- Monje, me debes 3 monedas de plata por quedarte aquí durante el día...tus bueyes han comido y bebido bien, y me has salido caro.
- 3 monedas es demasiado. No tengo tanto dinero, aunque puedo darte algo mucho más valioso, posadero.
- ¿Más valioso? ¿Como qué?
- La visión, mi amigo. Una visión que deberás compartir con todo aquel que pase en tu posada. Tu recompensa será sobrevivir a las noches finales.
- Monje chalado...¿crees que una simple visión me puede pagar el dinero que me debes? Llamaré a la guardia de la ciudad, y te darán tu merecido. Me pagarás con plata o con tus bueyes.
- Muy bien, lo has dejado claro. Deseas la muerte, y eso obtendrás. Lástima que hayas negado La Visión. Hubieras servido bien a ella.

Acto seguido, Albertus cogió con una mano el cuello del posadero, y apretó con todas sus fuerzas. El efecto fue instantáneo: el cuello del humano se hizo astillas, y el Sach vio cómo la vida se apagaba en los ojos del hombre. "Una lástima" pensó éste.

Recogió sus bueyes, no sin antes probar la todavía cálida y dulzona sangre del obeso y viejo hombre. Su sabor añejo no supo demasiado bien al paladar del malkavian, pero al menos le aportaría sustento. La sangre corrió por su mentón cuando cesó en su beso post-mortem. Cacheó los bolsillos del hombre, extrayendo varias monedas de plata y una de oro que fueron a parar directamente al bolsillo de su hábito.

Durante el corto trayecto hasta las puertas de la ciudad, Sach pensó en su visión, y empezó a asociar los diferentes elementos. Necesitaría encontrar pistas sobre sus familiares, sobre su clan. Allí hallaría la respuesta, aunque sabe que debería esperar a acabar lo que empezó en esta tierra alejada de la mano de Dios. El fuego se acercaba, y los designios de la Gehena se mostrarían a sus ojos por primera vez en Transilvania. Sólo cuando hubiera encontrado un gran designio debería buscar a sus familiares y compartir la información con ellos. La aventura se abría ante sus ojos, y la ciudad de Buda-Pest era el centro, el punto de partida de tal aventura. Sus ojos habían hablado hace poco tiempo respecto a ello.

Al llegar a las puertas de la ciudad, observó media docena de carretas más, de las cuales en algunas habían bajado ya sus ocupantes. No sabía todavía quiénes eran, pero sí por qué estaban allí. Era el comienzo de su andanza. Las caravanas arderían con o sin ellos dentro, y sólo el futuro revelaría cuán perdidos estaban los vampiros que se hallaban allí, delante de él, observándole llegar en su simple carreta, tirada por Naranjo y Sanguino, sus dos bueyes.

Fue observando a los tres vampiros que bajaban de las caravanas, mientras ataba su carromato a un atadero que había en un lateral.

Una preciosa vampiresa; bella muchacha, no me hubiera importado amancebarme con ella en vida. Aunque quizá sea "demasiado" bella...tendré que enterarme de a qué es debido. Tiene pinta de estar bien educada y ser buena conversadora.

Un bárbaro, con un pequeño séquito por delante de él...espera, ¿qué es esa cosa? ¡Oh, señor!...¡Ver semejantes engendros que me hacen parecer bello a su lado me reconforta!

La última es la más joven sin duda alguna...se aprecia que está confusa, y...hay algo extraño en ella...¡espera, tiene manchas de sangre!¡Está claro que DEBO permanecer un tiempo más aquí!

Tras recibir sus primeras impresiones y terminar de ajustar las riendas de sus bueyes al palo, procedió a presentarse a todos, vampiros que se hallaban fuera y dentro de las caravanas. Gritó en voz alta, a las puertas de la ciudad:

[lengua Rumana][Murmurando entre dientes]
- Más vale que te calles, maldito. Quiero hablarles.

[lengua Alemana]
- ¡¡¡BIENVENIDOS, COMPAÑEROS DE VIAJE!!! OS HE VISTO LLEGAR HACE VARIOS DÍAS, Y FINALMENTE HOY HE RECIBIDO LA VISIÓN.
[lengua Latina]
¡TODOS NOSOTROS ARDEREMOS, PUES LA GEHENA SE ACERCA!
[lengua Alemana]
ACERCÁOS Y HABLEMOS DE AQUELLO QUE NOS HA TRAÍDO AQUÍ Y YO, ALBERTUS SACH OS GUIARÉ POR LAS TORTUOSAS SENDAS DE LA NOCHE. SE PRESENTA ANTE VOSOTROS UN ELEGIDO DE LA PROFECÍA, AL SERVICIO DE LA MISIÓN, Y DE VOSOTROS, NOBLES, GUERREROS Y NEONATOS. PORQUE EL DESTINO NOS HA TRAÍDO HASTA AQUÍ, Y NOS UNIRÁ A ALGUNOS DE NOSOTROS EN LA BÚSQUEDA DE LOS DESIGNIOS DE NUESTROS PADRES.

Cuando bajo de la carreta y miro a mi alrededor observo las demas y a sus pasajeros bajando de las mismas demasiadas caras desconocidas para mi gusto... hay todo tipo de personajes unos altivos y otros en cambio gritando cual locos predicadores sigo caminando lentamente mi cara se alegra un poco al ver a Maria que corre hacia mi a lo lejos, cuando llega me susurra algo al oido gracias Maria le digo en Aleman poniendo mi mano en su hombro y dejando que me guie hasta donde está Ishian el cual saluda en su idioma por lo que veo sin mucho exito casi todos parecen hablar en mi mismo idioma es un alivio saber cuando te insultan y cuando no...
Al llegar a su lado toco la espalda de Ishian para hacerle saber que ya he llegado, sigo observando al resto de la gente que querrá Eduard despues de tantos años...

Cuando Thorkell casi estaba terminando de dar las instrucciones a sus hombres le interrumpió la voz de alguien que hablaba a gritos y que solo decía estupideces a sus espaldas, a unos pasos de él y cerca de la entrada... Sus hombres mostraron cara de perplejos ante tal actuación, por la que Thorkell no pudo evitar girarse un poco para mirar por en cima de su hombro a aquel bufón que hacia uso del alemán para decir estupideces. Sus ropas son típicas de un monje... Pero su estupidez y forma de actuar es mas de esperar en un bufón... Thorkell mira a sus hombres otra vez para hablarles con la única lengua que conoce, el alemán: -Espero que lo halláis entendido. No quisiera que cometierais ningún error ni que me dejéis en evidencia, creo que no hace falta decir que esta reunión es muy importante para mi... ¿Verdad? Muy bien, pues quedaros aquí un momento, que tengo que hablar con esa escoria infecta de locura.

Thorkell odia tener que rebajarse asta el nivel de tener que hablar con un bajo clan... Pero el muy estúpido del monje parece que este anunciando a los cazadores de brujas su llegada y Thorkell no parece que le agrade la idea de tener mas enemigos tras su cabeza, ya que eso le dificultaría obtener su venganza...
-¿Pero que crees que haces, escoria del bajo clan? Guarda tus profecías para los interesados... ¿O es que pretendes anunciarle a todo el mundo lo que somos? Si lo que buscas es la muerte hay otras formas de conseguirla, pero yo no quiero tener a fanáticos de Cristo detrás de mi para que me quemen en la hoguera... Le habla en voz baja (pero irritado) para que solo él le oiga, Thorkell tiene cara de estar molesto por la estupidez del cainita. Se da la vuelta para irse pero aun gira un poco otra vez la cabeza para decirle algo mas. ¿Albertus Sach, no? Mi nombre es Thorkell, también conocido como Palidanoche. No te conozco ni tengo nada contra ti y, si me veo obligado a estar contigo en grupo, si es una orden de mis superiores, las acataré... Pero no estoy dispuesto a que me arrastres contigo a la muerte. Y finalmente se aleja de Sach para unirse otra vez a sus hombres y esperar a que alguien les de alguna señal de donde deben reunirse.

le susurro al oido algo a Maria la cual mira a el Arabe y le dice en Aleman - Ishian dice que se alegra de veros, si la suerte va con nosotros nos veremos mas tarde-

le dedico una sonrisa a Maria y al ver a Anais sonrio de medio lado, siempre es bueno que ella ande cerca, aunque no nos entendemos se hacerle saber cuando necesito que pegue un par de tortas, al igual que se cuando ella necesita que.. persuada a alguien, despues me encamino hacia dentro de la ciudad, mirando a los que aun quedan, parece que a llegado un "don coronel" ... una chica que segun dice es española, una Doña, se ve de lejos que es de familia importante, y por lo tando con dinero importante, y por ultimo tenemos a el loco que berrea en aleman a la entrada, quizas sera mejor que se callel, nop, ya le manda callar don coronel observo la escena divertido y finalmente me encamino acia dentro de la ciudad, quizas alla algo que afanar en el mercado, y no pasara nada si me retraso un poco, nos retrasamos, seguro que Anais tambien tiene que hacer cosas, cosas parecidas a las mias.

Me bajo del carro, tras los amables gitanos que me han traido hasta aqui, parece que es un lugar concurrido ya que varios carros mas de los cuales empieza a salir gente de lo mas variopinta. Observo que el gitano me hace unos gestos extranyos, se ha despedido de su mujer (Intuyo que sera su mujer o amante, ya que la ha besado), creo que de momento me quedare con esta gente, inspiran algo de confianza, aunque mas me vale no fiarme ni de mi propia sombra.... Su mujer chapurreaba mi lengua, asique esperare a que vuelva..., asiento ante los gestos del gitano aunque no se exactamente lo que me quiere decir, mientras tanto mirare por los alredores por si veo algo que me llame la atencion, y estirare un poco las piernas para descansar.

Os adentráis en la ciudad, es la séptima hora de la noche y una fina lluvia cae sobre vosotros. Entráis en un mercado y oléis el ganado, el humo de la herrería, y sangre…

Parece que la mayoría de comercios están recogiendo sus cosas para irse a su casa. Pronto llegáis a lo que parece una especie de subasta de esclavos. Veis una hilera de esclavos atados con cadenas a unos postes y como un hombre panzudo sostiene a una mujer por el pelo de rodillas junto a el, comentando sus virtudes con afán de venderla.

Una fina lluvia a comenzado a caer sobre la zona, veis como 3 de los individuos se adentran en la ciudad sin demora, tras lo cual parece que los guardias empiezan a cerrar las puertas de la misma.

Uno de los guardias se os queda mirando y os hace gesto con las manos para que entréis mientras en un burdo alemán dice:

-Si queréis entrar en la ciudad daos prisa. La noche ya a caído y las puertas van a cerrarse.

Thorkell se gira a mirar al hombre que les informa del cierre de puertas de la ciudad.

Al parecer me tendre que encontrar con mi Lady dentro de la ciudad. Thorkell hecha a andar hacia el interior del pueblo y hace un gesto con la mano para que sus criados le sigan. Adentremonos en la ciudad y no os separeis de mi asta que yo lo diga. Una vez dentro Thorkell se dirije a Ivar: Ivar, cubrete bien, ya eres el centro de atencion por tu tamaño, no lo seas tambien por tu rostro, tapate y estate cerca de mi en todo momento. A continuacion siguen caminando y mientras se van adentrando mas en la ciudad les va diciendo: Estad a lerta en todo momento... No se que nos podriamos encontrar esta noche.

Arruga la nariz, al ver el panorama que se presenta ante sus ojos.

Observa no sin disgusto, el horror que se vive en esas calles, nada comparado a lo que está acostumbrada. Repara en el hombre que sostiene a la pobre mujer la cual intenta vender, y no puede menos que sentirse indignada, ante tal desfachatez.
Aún así, se acerca para escuchar qué dice, movida por un repentino impulso justiciero...

Observa como sus compañeros se adelantan para ir delante de su amo y así evitar que nadie pueda importunar a su señor.

Ivar como siempre se quedaba tras su señor, como un buen perro fiel. Se ajusta mejor su capucha para que no se le caiga y mostrar su rostro.

-Lo sien..ento mi seño...r. No ele..eleji ser ta..an corp..pulento.

A pesar de ser lento de palabras la capucha del Ghoul se movia de forma rapida de una direccion a otra como si ningun detalle se escapara a su vision.

calles, si eso es justo lo que necesito calles con gente con dinero camino tranquilamente por ellas mirando a la gente nocturna de la ciudad, no voy a ser tan tonto de meterme en lios sin ver a mi mentor antes, pero siempre se puede admirar la mercancia, cuando esta palabra pasa por mi cabeza escucho a la vez que alguien la repite - ...mercancia!- me giro acia el lugar del que probiene esa voz y veo a un hombre que subasta esclavas, lo primero que se me pasa por la cabeza es enarcar las cejas, los gitanos vendemos de todo menos eso, creo... luego miro el rostro de maria la cual se ve un poco arrugado por la indignacion, quizas, si no la ubiese encontrado yo la ubieran encontrado ellos... definitivamente la cojo de la mano y me hacerco al mercadillo de mujeres, quizas Maria alberga la esperanza de que use mis... como las llama?... "vendiciones Romani" y salve a las mujeres, pero yo solo quiero ver exactamente como se venden, de momento.

Albertus se da cuenta que ha hecho mal gritando a los 4 vientos su particular presentación...(aunque en realidad ha conseguido exactamente lo que quería). Asiente sin más a las palabras del burdo señor caratiza, como si la cosa no fuera con él realmente...justo a tiempo para darse cuenta que van a cerrar las puertas de la ciudad.

Se ajusta la capucha, y se frota con un basto pañuelo la cara manchada de sangre todavía sin coagular, limpiándose los rastros de ella. Dirige una mirada al caratiza, que entra delante de él en la ciudad, seguida de sus horribles criados.

Decide que definitivamente, la ciudad tendrá que acogerle a él y al maldito que le acompaña durante unas jornadas, tiempo en el cual espera poder encontrar a su sire.

- ¡Gracias, gracias! - dice dirigiéndose a los guardias de la puerta mientras que apreta el paso para pasar por las puertas de la ciudad, a la vez que les pregunta: - Buenos hombres, ¿saben de alguna posada tranquila donde pueda hospedarme estos días?