Partida Rol por web

- Bien. - Asentí. - Puede funcionar, así que hay que lanzarse.

Me dispuse a entrar nuevamente en el hospital, aunque separadamente de lo que lo haría Robin y echando un ojo a la zona de recepción y al cruce con la zona de despachos, por si veía aparecer al doctor cuando lo llamasen.

Pues nos separamos para entrar. Me quite la chaqueta anundandola a la cintura . Por lo que me quede con un top bastante ceñido. Algo que esperaba le distrajera bastante. Al menos en el pasado las miradas que me echaba indicaban que podía funcionar.

Por lo que entre a la recepción para hablar con alguien y decirla que era familiar de la Señora Mckeavey y que quería reunirme con el Doctor Rogers en su habitación para hablar de su estado.

Entro en el hospital y me sitúo estratégicamente en el hall de recepción, observando el movimiento de las enfermeras. Por las otras veces que he visto preguntar por el doctor, lo harán llamar por una ayudante, que partirá desde recepción en su búsqueda.

Observaré qué camino toma ésta. Si se mete para el pasillo de los despachos, esperaré que el doctor pase por delante de recepción para dirigirse a la habitación de los McKeavey. Entonces me internaré en el pasillo hasta el despacho y me meteré dentro.

- Ajá, de acuerdo – Te facilitó un par de direcciones y luego fuiste a por la documentación que solicitabas. Volvió con una carpeta, muchas de las cosas estaban escritas a mano ya que los ordenadores funcionaban con electricidad.

Entre los papeles que te entregó estaba el certificado de defunción. La hoja de ingreso con la parte que te interesaba “Paciente ingresa con traumatismos, el marido indica que se los produjo al caer por la escalera”

Aún no habías acabado de revisar todos los papeles cuando entró Jack en la habitación, apresurado y con cara de estar preocupado.

Le diste prioridad a acudir a buscar a Robin. Debía de estar... Pues como está alguien dadas las circunstancias. Subiste las escaleras de dos en dos y luego recorriste la planta con rapidez hasta que diste con la habitación de la difunta madre de Robin.

Ella se encontraba de pié, con un montón de papeles en las manos que estaba ojeando. Un poco más allá aún seposaba el cuerpo de su madre, junto a él había un aparato de reanimación cardíaca.

Llegué casi jadeando y me frené en seco cuando encaré la habitación. La mirada rabiosa que me había dejado el encuentro con Rogers dio paso a otra, más acorde con las circunstancias, pues la muerte de una madre... recordé la de mi propia madre, pero tuvo la suerte de morir por causas naturales, sin más responsable de todo ello que la naturaleza. No como en el caso de la madre de Robin. En absoluto.

Apreté los labios y toqué levemente a la puerta, para hacerla notar mi presencia. Esperé su reacción, pues cada cual encaja estas cosas a su modo y tanto podría ser que necesitase compañía como que prefiriese estar sola.

Salía de la habitación después de hablar con la enfermera. Tenia todo lo necesario para hacerme cargo de mi madre si es que no tenia seguro.

Cuando estaba apunto de salir escuche la puerta y vi a Jack.

-¿Jack? Pasa pasa. Al menos en la habitación estaríamos a solas y podríamos hablar. La verdad es que estaba afectada , pero habíamos venido aquí por algo. Y la cara que traía Jack no presagiaba nada bueno.

- Me he cruzado con Rogers viniendo hacia aquí. - Comencé a explicar. - Y él es quien me lo ha dicho... Robin, lo siento.

Hice una pausa, planteando para mis adentros si comentarle lo descubierto o esperar a otra ocasión. Finalmente, viendo que conservaba la entereza, decidí hablar, cuando me aseguré que nadie nos escuchaba.

- Me he colado en el despacho de ese cerdo y tenía guardado esto en un cajón, bajo llave. - Le enseñé los partes de urgencias que el doctor se había encargado de traspapelar. Todos con el nombre Andy Mckeavey, como paciente.

Pues si que se habia enterado pronto Jack de la muerte de mi madre.

-Gracias. Dije seria.

Entonces me dijo que se habia colado en el despacho de Rogers. Por fortuna habia encontrado algo. Eran los partes de urgencias que el bueno de Rogers se habia encargado de traspapelar. Si habia lo que yo pensaba podria acusar a Rogers de encubrimiento . El muy cerdo se habia salvado muchas veces y lo que era peor habia cubierto muchas veces a mi padre de las palizas que habia propinado a mi madre.

-Vaya esto es perfecto. Comente mientras los escondia en mi chaqueta.

Robin, a la que le acababan de dar los papeles de defunción, así como de la hoja de ingreso, pudo contrastar los papeles.

Si bien en los de ingreso no había nada falso, si eran mucho más superficiales que los que le había entregado Jack, en los que se enumeraba, la cantidad de fracturas y en que fechas se habían producido.

Al margen de los papeles, Robin tendría que dedicarse en las próximas horas a preparar el funeral de su madre.

Y a ello se puso, en casa pudo ver que tenía un seguro en que se hicieron cargo de todo. La defunción estaba más que certificada, pero para enterrarla habría que esperar hasta mañana por la mañana. Ya era muy tarde y por hoy ya no se podía hacer más.

Jack había acompañado a Robin hasta su casa para acompañarla en estos momentos de dolor y ayudarla con el papeleo. El gestor de las defunciones se acababa de marchar de su casa, después de haber dejado el cuerpo de su madre en el tanatorio a disposición de sus familiares.

El día se había dado la vuelta con el fallecimiento de la madre de Robin. La investigación que habíamos podido llevar a cabo abría una puerta a la esperanza, por lo menos en lo que respectaba a la función del médico en los problemas de violencia de género, pues quedaba claro que él era el principal encubridor de los hechos. Eso ponía dos evidencias sobre la mesa que antes no eran más que especulaciones: las palizas que el difunto proporcionaba a su mujer y el papel de encubridor que tenía Rogers, lo cual le otorgaba un motivo justificado para convertirlo en sospechoso, pues si salía a la luz pública su papel en todo esto, la reputación del doctor Rogers se vería seriamente afectada.

De todo ello hablamos Robin y yo, cuando el jaleo de papeleo y trámites de la defunción y entierro lo permitieron.

Finalmente, el día se acercaba a su fin. Ambos teníamos razones para sentirnos agotados, aunque mucho más ella, pues la montaña rusa de emociones que había sufrido durante el día no era fácilmente asimilable.

Permanecí en silencio, mirándola con comprensión, dejé que fuera ella quien hablase.

Tenia que estudiar con mucha atención los papeles que Jack me había traído. Revelaban mucho mas que los ``originales´´ que las enfermeras me habían dado. Si esta vez también Rogers había encubierto a mi padre. Tendríamos unas palabritas. No se marcharía de rositas. Otra vez no.

Por fortuna mi madre, mujer previsora como era tenia un seguro fúnebre. Aunque se ocuparían de bastantes cosas no dejaba de ser una tarea agotadora que era mejor pasar cuanto antes. Por fortuna Jack me había acompañado y dado apoyo. La verdad es que nos conocíamos de hacia unos días , pero confiaba en el. Es lo que tiene que en dos días mueran tus padres y una Cúpula gigante te deje encerrada en un pueblo.

-Bueno por fin esta terminado esto. Solo queda mañana y ya estará. Comente un poco ausente sentada en uno de los sillones del sofá. La casa de mis padres era la típica casa de granja de las afueras construida en madera , de dos plantas , con su sótano y su buhardilla. Cuando me recosté note en la cabeza las telas de ganchillo que cubrían los cabeceros de los sofás. Siempre me había parecido una tontería pero a ella la gustaba mucho. Es muy tarde quédate a dormir si quieres. La casa es enorme y hay sitio de sobra. La verdad es que no me apetecía dormir sola en esta casa. Demasiadas cosas habían pasado ya. Gracias por conseguir los papeles. Me serán muy útiles. Tendría que hablar con mi abogado. Pero si podemos demostrar que encubrió a mi padre y su paliza acabo causando la muerte de mi madre podrían acusarle de encubrimiento o cómplice de asesinato. Lo que fuera con tal de que no se fuera libre.

 Ya había pasado la hora de la cena, aunque comisteis poco y mal con todo el jaleo del papeleo. Pero realmente es que tampoco había mucha hambre ni ganas de comer más.

Ahora se podía afrontar nuevos temas con otro tipo de papeles, los que parecía estar encubriendo Rogers. Pero ahora Jack debía de aceptar lo que Robin le indicaba o quizá quedar para el día siguiente.  

Estaba cansado, ¡Cómo no! El día había sido intenso y ya era tarde.

Por lo menos, lo de Rogers había sido un avance en una dirección interesante y, sin saber bien porqué, me sentía satisfecho de haber realizado un trabajo que no pensaba cobrar, mientras tenía otros que me aguardaban y por los que sí me pagarían. Raro. Miré de soslayo a Robin. Ella también estaba cansada y saltaba a la vista que no le apetecía estar sola en aquella casa.

Asentí.

- Estaré más tranquilo aquí, si no te es molestia. - No era eso lo que quería decir, pero el cansancio jugaba malas pasadas. - Mañana será otro día. Yo puedo quedarme en el sofá, no hace falta desordenar una habitación para una noche.

Cuando habló de Rogers, opiné:

- De mi parte, aplástalo. Ese tipejo debería estar encerrado.

La noche se nos echaba encima y la verdad es que estaba cansada y Jack también tenia pinta de estarlo.

-No es molestia. Es mas agradezco la compañía la verdad. Negué con la cabeza cuando dijo de dormir en el sofá. Ni hablar este sofá es duro como mi cabeza así que duermes en una cama. Me encogí de hombros. Sera por camas. Esta la cama de mis padres , la mía y dos de invitados. Puedes dormir en la que quieras. Comente mientras me hacia una coleta con el pelo.

Igual era un poco temerario pedir a alguien que no conoces que duerma contigo. Pero bueno, hasta ahora me había ayudado. Y no tenia pinta de asesino o violador.

-Creo que puedo encontrarte un pijama o algo que te sirva de ello. Mi primo Scott venia a veces y mas o menos tendréis la misma estatura. Comente mientras me levantaba para ir la buhardilla donde mi madre guardaba la ropa vieja.

-Y si Rogers pagara por esto.

Finalmente parece ser que Jack va a pasar la noche en casa de Robin. Tratan de ponerse de acuerdo y La chica le saca un pijama que tenía por casa.

Aún estáis en el salón cuando os parece ver algo por la ventana. Afuera había mucha oscuridad y silencio. Claro que no había alumbrado público en el pueblo y eso se notaba. Pero entonces os disteis cuenta de algo curioso, las estrellas, parecían ser de color rosa. En ese momento finas líneas rosa fueron apareciendo. No era la primera vez que veíais una lluvia de estrellas, pero si la de más cantidad y de ese color.

Alcé una ceja y media sonrisa hacia Robin en el momento en que dijo que podía elegir cama, incluyendo la suya. Ese comentario hizo encender una llama en mi interior. Valga decir que es una llama que siempre tuvo fácil prender, especialmente tratándose de una mujer hermosa.

Nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer, que dijo el poeta.

Pensando en todo lo que había pasado Robin durante el día actual, había intentado apartar todo hálito de deseo de mi mente, por respeto, pero ese comentario bastó para derruir la fina barrera que había alzado y traer el recuerdo de la calidez de unos labios a través de los fríos barrotes de una celda.

Cuando Robin me entregó el pijama, lo recogí y mi mano se posó en la suya, así como mis ojos en los suyos. Un instante de silencio, aunque un silencio bastante explícito, que fue roto por aquella extraña visión de un cielo salpicado por luces del todo inusuales.

- Pero... qué? - Acerté a decir cuando vi aquella lluvia de estrellas encarnada.