Partida Rol por web

 Despertasteis juntos y con algo de resaca, en la misma cama. Ambos tuvisteis un sueño intranquilo, aunque no recordabais de que se trataba... Fue un extraño sueño y no muy reparador. Aunque ayudó bastante a mitigar el otro el hecho de compartir cama con alguien, sentir el calor de otro cuerpo siempre ayuda.

Despertasteis con las primeras luces del día, el ambiente no olía muy bien, como a queroseno y a encerrado, esto no ayudaba a sentirse mejor. Pero había que levantarse y hacer lo posible por seguir animado. Era el tercer día bajo la cúpula, y la curiosa pareja tenía un montón de posibilidades y tareas a realizar.

Desperté y besé a Robin en su hombro desnudo. - Buenos días. - Le dije, suavemente.

Mientras ella retozaba aún entre las sábanas, me levanté, me puse el pantalón del pijama, que permanecía doblado sobre una silla, y fui a asearme y a preparar algo para desayunar.

Aquel olor a queroseno me alertó y me privé de encender ningún cigarro, antes de revisar la casa, para saber si el hedor venía de algún lugar de dentro de la misma o del exterior.

Me desperté con el beso de Jack en el hombro. Me estire mientras sonreía.

-Buenos días. Vi como Jack se levantaba y se ponía el pantalón del pijama. La verdad es que por lo menos estaba mas animada. Jack había sido una distracción muy necesaria. Y dado que me había ayudado desde el principio se había convertido en lo mas parecido a un amigo. Que tenia en este pueblo.

Me levante de la cama y me coloque una bata encima de mi cuerpo desnudo. No era plan de ir así por la casa. Cuando note ese olor como a queroseno. No recordaba haber olido nada así antes.

-Jack .¿ hueles eso? ¿Que crees que sera? Comente mientras iba al deposito por si tenia fugas. Esto era una granja y teníamos un deposito con combustible para el hogar y el tractor. A pesar de que hacia años que no se movía. Tenemos que ir a la comisaria tengo fichar. La verdad es que era una mierda. Pero era eso o volver a detrás de las rejas y eso si que no.

No era el del queroseno nuevo, sino a queroseno o combustible quemado, como el que sale por un tubo de escape. Pero era un olor general. Normalmente al abrir la ventana sale una brisa refrescante. Ni había brisa y la olor parecía la de una ciudad consumida por la polución.

Robin recordó que tenía que pasar por comisaría, sería su obligación diaria por el momento. Aunque el viaje también se podría aprovechar para preguntar por el abogado, si es que decidían consultar algún tema con respecto a Rogers. En cualquier caso la decisión era vuestra, así como que hacer en el día de hoy.

La  verdad es que el olor era bastante desagradable. Y parecía venir de lejos. Por lo que puede que fuera provocado por la cúpula.  Quien podía saber lo que esa cosa era capaz de hacer. También hacia bastante que no llovía. Por lo que el ambiente podía estar bastante cargado. Aunque claro era bastante posible que como no se formaran nubes dentro no entrara el agua. Al fin y al cabo no pasaba ni salía nada.

-Bien podemos ir a fichar y luego a ver mi abogado con estos papeles. Pero antes me gustaría hacer un copia de los originales solo por si acaso. Aunque claro no se donde podemos hacerlos. Tal vez con una cámara de fotos. Y que los tengamos en formato digital.

Todo aquello me produjo una sensación que me hizo arrugar el hocico. La alegría del despertar junto a Robin pronto fue limada por la palpable y desagradable realidad en la que nos veíamos inmersos contra nuestra voluntad. Escuché las palabras de Robin, aunque mi mente iba y venía.

- Ok. - Le dije como toda respuesta. Tras unos instantes, en que regresé nuevamente junto a ella, le dije. - La idea de la cámara es buena. Si no tienes ninguna, seguro que tengo alguna en mi apartamento. Con pilas. - La miré unos instantes, volví a apreciar su belleza y ésta me hizo sonreír nuevamente. - Cuando resolvamos lo de la cámara, te dejo en la comisaría y podemos quedar a mediodía. Tengo algunos asuntos que atender. - La curva de mis labios volvió a suavizarse, en busca de una expresión más austera, pensando en Jimmy y en el caso Cortez.

La pareja parecía organizarse con rapidez. Cámara, comisaría, abogado y caso Cortez... Prometía ser una mañana fructífera.

Pero antes de salir de casa habría que vestirse y desayunar algo. Tendiendo en cuenta que la nevera no funcionaba, pero algo habría por casa de robin. Un poco de pan de molde y algo que poner dentro fijo que si. Pero no mucho, la morena había previsto irse del pueblo hace un par de días.

Por fortuna podía hacer café. Mi madre tenia una vieja cocina de madera. Por lo que al menos tomaríamos un poco de ese néctar de dioses tan útil para despertarse. Y bueno encontré una caja de galletas así que llenaríamos el estomago.

Mientras me sentaba a desayunar con Jack di un sorbo al café caliente.

-Siento que no haya mucho de nada. Tenia pensado marcharme cuando paso todo esto. Por cierto. Cuando terminemos ¿puedes acompañarme al garaje?.Mi padre tiene una vieja camioneta. Debería de funcionar pero si no lo hace no se nada de mecánica. Tal y como esta de lejos mi casa tener coche no estaría mal.

- El desayuno está perfecto. - Le sonreí. Luego asentí, mientras bebía el café y ella hablaba de la camioneta. - Vayamos a ver qué puede hacerse. - Le dije mientras me ponía en pié, tras apurar el café y tomar unas galletas en la mano. - Mejor meterse en grasas antes de vestirse. - Pensé.

Así que me dispuse a salir con ella hacia el garaje, mientras observaba el cielo y los alrededores. El ambiente hacía recelar hasta de las sombras.

Desayunáis algo pobre pero suficiente cuando Robin se acuerda de la vieja furgoneta. No deja de ser un recurso el disponer de vehículo.

Jack acompaña a la chica hasta el garaje para echarle un vistazo al vehículo. Revisa los niveles y demás, y salvo que las ruedas están un poco deshinchadas (pero aún funcionales) todo lo demás está en orden. Combustible no hay mucho, quizá para unos cien kilómetros o así.

Si la pareja se va a separar para realizar distintas cosas este es el momento.

Una vez habíamos comprobado que la furgoneta funcionaba todo lo bien que podía esperarse, fui a lavarme y vestirme. El reloj corría y más valía no perder el tiempo.

- ¿Qué te parece? ¿Nos vemos luego y así nos ponemos al día? Por lo que dijeron en la reunión, no creo que haya ningún restaurante abierto, así que podemos encontrarnos en mi apartamento. Creo que hay algo en la nevera con lo que poder preparar alguna cosilla para almorzar.

Por fortuna la furgoneta funcionaba. No tenia mucha gasolina pero algo era algo.

Escuche el plan de Jack. Y asentí con la cabeza.

-Perfecto nos vemos a la hora de comer en tu apartamento. ¿Donde es? Tenia que fichar. Un tramite bastante desagradable , pero bueno era mas desagradable el estar entre rejas. Por lo que era mejor eso que nada.

-Y tenemos que tener cuidado no creo que la gente tarde en ponerse nerviosa. Lo cual era normal. Hasta yo estaba nerviosa. El estar aislada aquí y con todo lo de mis padres.

Quedáis en el apartamento de Jack a la hora de comer. Y este le facilita la dirección. Ahora ambos van a emprender caminos distintos. Jack a seguir con sus investigaciones y Robin para cumplir con sus obligaciones con la justicia.

¿Son los temores de Robin justificados? ¿Perderá la gente la cabeza? Es algo que a ninguno de los dos le apetece averiguar, pero que es mejor ir con cuidado. Es el momento de separarse.

Sacamos la furgoneta del granero y la aparque al lado de su coche.

-Bueno voy primero a comisaria a fichar. dije no muy alegre. Pero mejor eso que nada. Te veo a la hora de comer en tu apartamento. Espere su respuesta Adiós. Y me monte en la furgo.

La verdad es que a cada día que pasaba la situación se tornaba mas extraña. Una cúpula, estrellas fugaces rosas...

Arranque y me marche a la comisaria.

Aquella situación contagiaba los ánimos de pesadumbre. Asentí a las palabras de Robin. -Allí estaré. Ten cuidado. - La despedí con un beso, justo antes que arrancara la pesada furgoneta en dirección al pueblo.

Recogí mis cosas y arranqué entonces mi coche, tras la pista de la verdad, que tanto hacía por ocultarse.

Con respecto al caso, al menos parecía que estabas localizando algunos cabos sueltos. El tema estaba en que la madeja aún no se había desliado. Pero sería cosa de fijarse en los detalles y perseverar.

En cualquier caso ya era hora de volver al apartamento. Hasta allí condujiste y pudiste aparcar fuera. Parecía ser que Robin aún no había llegado, al menos no se la veía por la calle. Tan vez estaba a punto de llegar, o tal vez algo se le hubiese complicado, quien sabe.

Para hacer algo de tiempo esperaste en la calle, junto a la puerta del edificio de tu casa/oficina fumándote un pitillo. Ya casi lo acababas cuando viste llegar la furgoneta de la familia de Robin.

 - Unos cuantos... - Dijo el agente sin querer concretar la cifra - Y los que habrán en sus casas sin que se hayan detectado aún... Pobres diablos... - Las palabras del agente eran de todo menos tranquilizadoras.

Optaste por no contar nada de lo ocurrido entre Barton y tú y decidiste que ya era el momento de ir a casa de Jack. Ahora ya subiste a tu vehículo para ir más rápidamente.

Al llegar pudiste ver su coche y él fumando un pitillo junto a la puerta del edificio que te había indicado.

Me quede algo sorprendida por el numero. Imaginaba que algo de esto pasaría pero no a ese nivel.

Me monte en la vieja furgoneta y puse rumbo a la casa de Jack. Donde le encontré sentado al lado del coche fumando. Aparque y baje yendo a su lado.

-¿Un mal día? El mío también. Mi abogado se a suicidado. Todavía no entendía por que Barton se había suicidado. Estaba claro que la sensación de aislamiento y asfixia se estaba extendiendo.

Casi se cayó de entre mis labios lo poco que quedaba del cigarro. Parpadeé un par de veces y aborté la sonrisa que había comenzado a gestar al ver llegar a Robin.

Se erizó el vello de mi nuca.

Mis ojos, que se habían abierto como platos, volvieron a entrecerrarse, recuperando la compostura deductiva que la situación requería.

- ¿Cómo ha sido? ¿No habrá saltado desde la azotea de la biblioteca, por un casual? - Le dije, mientras tiraba la colilla al suelo y la aplastaba con el talón de mi bota.

- Esto me huele a mierda. - Susurré. - ¿Has podido fichar, al menos? - Acabé preguntándole antes de siquiera sacar a colación el tema de subir a mi apartamento a comer algo.