Partida Rol por web

perfecto pues. Entraremos juntos. Puede que sea mas seguro.... Se me había ocurrido una cosa. Crees que el que intento secuestrarme trabaja aquí? Es decir fue juntarme contigo y pasar por lo que igual tiene algo que ver.

Estare atenta a las reacciones de quienes encontremos por si le veo mirar de alguna forma rara .

¿Smith? Sonreí .Smith pues. Vamos dentro.

Robin dejó en manos de Jack el tema de como proceder. Al fin y al cabo él ya había venido aquí con anterioridad. La chica dudaba de hasta que hubiese alguien aquí.

Por fin os decidisteis a entrar, el detective ligeramente al frente pues ya se sabía el camino. Empujó la puerta exterior y... Estaba abierta. Tras el gran recibidor la mesa de la secretaria. Pero ella no estaba sentada. De pié junto a un armario estaba junto con el señor Lomax, en estos momentos sacando documentación y metiéndola en una caja de cartón.

La secretaria fue la primera en darse cuenta de que alguien acababa de entrar se sorprendió un poco, pero no duró al darse cuenta de que era una cara conocida – Ah... Detective... Nos pilla de casualidad, estamos recogiendo lo importante, vamos a cerrar la oficina – Al escuchar las palabras de su compañera Lomax se giró a miraros con interés y esbozó una ligera sonrisa.

Miré a ambos con serenidad.

- Ya veo. Vacaciones forzosas, supongo. Dadas las circunstancias hasta dudábamos encontrar a nadie por aquí. - Le di una calada al cigarro, que no me había preocupado de apagar antes de entrar. En cambio entonces busqué un cenicero donde poner fin a la vida de la colilla, pues ya no quedaba a penas más que el filtro. - Tengo novedades, señor Lomax, si es que sigue interesado en el caso. - Miré un momento a Robin. - ¡Ah! Por cierto, les presento a mi segunda de abordo, la doctora Smith.

Había decidido no intervenir mas que lo necesario. Este terreno era el de Jack y no quería meter la pata. Imaginaba lo importante que era esto para el.

Un placer Señor Lomax.dije con mi sonrisa más cálida. Y deje que siguieran la conversación. Mientras tanto intentaba fijarme en cualquier cosa que me llamara la atención.

No notó como Lomax agudizaba el oído y prestaba atención en cuanto Jack comentó que tenía novedades – Por supuesto que sigo interesado – No dudó en contestar.

Observó como Jack apagaba el cigarro, el mobiliario si seguía en su sitio y por el momento tampoco parecía que lo fuesen a mover.

El directivo miró a la “ayudante” de Jack – Encantado, doctora Smith – Como la chica no hizo intención de moverse ni de estrechar la mano, él tampoco lo hizo. De echo parecía hasta despistada, aunque la realidad fuese que estaba buscando algo que le llamase la atención.

Lomax dirigió su atención de nuevo en el detective y apoyó su trasero en la mesa de su secretaria – Usted dirá.

El mobiliario parece estar al completo, la secretaria deja de recoger papeles, quizá a la espera de que su jefe le indique si ha de proceder o no. Aunque en realidad parece como que no sabe muy bien donde meterse. Está un poco como tú, aunque ella es una simple empleada. Le notas alguna ojera en los ojos, pero esto en estas circunstancias tampoco es nada extraordinario.

Era momento de poner toda la carne en el asador.

- Pues verá, antes de nada, necesitaría que me dijera quién era el conductor de este transporte el 17 del mes pasado a las 20:00, así como la ruta que hiciera y las paradas realizadas. Supongo que lo tendrá en sus archivos en papel, pues las hojas de ruta se firman y se guardan, así que no hará falta ningún ordenador para ello.

Le escribí a la secretaria la matrícula del camión en un post-it que encontré sobre una mesa. Y esperé a que me entregara la documentación antes de continuar.

- Bien. Lo interesante es que ese vehículo fue registrado a esa hora por un policía. El policía apareció muerto un par de horas después y, lo más curioso, la misma poli archivó el caso con mucha prisa aceptando la hipótesis del suicidio. Luego fue Cortez a quien quitaron de en medio. Supongo que a un poli hay que liquidarlo con algo más de cuidado que a un encargado de logística, pero el resultado fue el mismo.

Miré entonces a Lomax a los ojos.

- Señor Lomax, en su día le dije lo importante de la sinceridad mutua para poder esclarecer un caso. ¿Qué puede decirme de lo que llevaban en ese transporte? Y no me refiero a la carga oficial, pues lo que buscaban no aparecía en el albarán de transporte.

Observe s la secretaria. Tenía aspecto cansado. Aunque era normal. Estábamos metidos en una cúpula y no podíamos salir.

Por el mobiliario no había nada que me hiciera sospechar de algo raro. Aunque claro habían tenido tiempo de limpiar de sobra.

Escuche a Jack. La verdad es que se le daba bien. Pero claro había sido policía durante bastantes años y luego detective lo cual le hacia tener mas libertad. 

Por lo que me quede observando la situación sin perder de vista a la secretaria no fuera a hacer alguna tonteria.

Lomax abrió la boca para responder pero ante una pregunta tan concreta lo mejor que podía hacer era consultar los datos. Así que la secretaria buscó los datos del archivo que ahora mismo estaban un poco revueltos.

Como buena empleada primero le cedió la hoja a su jefe que la ojeó, y luego se la acercó a Jack. Se trataba del albarán de entrega. No podía haber mejor documentación.

Albarán 512

5000 litros de etanol líquido

Recogida: 17 de Septiembre 15:00 Sector 3-A. Puerto de Boston. Massachussetts

Entrega: 17 de Septiembre 20:30 Tejidos Preston. Carretera norte, km 3. Chester's Mills. Maine

Firma del transportista:                                        Recibí cliente:

Antonio Cortez                                                    Roger Stephenson

Luego escuchó pacientemente, carraspeó, y demoró un poco en su respuesta - No sabía lo del agente. Bueno, sé lo que dicen que pasó, pero no que tuviese nada que ver con uno de mis transportes. La muerte de Cortez fue días después – Lomax al ver el albarán y lo que le comentaste, ató cabos.

- Jack... Entenderás que en circunstancias normales un gerente se cuida muy mucho de entrometerse en los asuntos de los clientes, pues el negocio le va en ello. Pero tenía en estima a Cortez. Miserables hijos de puta... – Apretó el puño - Lo que te puedo decir son dos cosas: Primero que para ser una empresa textil realizan muchos pedidos de etanol, suelen ser un par cada més. No tengo idea de para que coño lo quieren, pero como pagaban de forma puntual, por mí como si quieren construir un cohete a la luna. La segunda cosa es, “Tejidos Preston” ¿Te suena el nombre? - Dijo con una ceja enarcada – Si, de “ese” Preston, es una de las empresas de nuestro querido alcalde – Suspiró

Clack. Parecía que acababa de encajar un pieza, y bien gorda.

Si el alcalde era quien estaba implicado en todo esto, tenía mucho sentido que la policía diera carpetazo al asunto de la muerte de un compañero, pues sólo él tenía suficiente influencia en el pueblo como para lograr algo así.

- Etanol líquido. - Dije alzando una ceja. Le di el albarán a Robin, para que ella también pudiera leerlo. - Siendo una empresa textil, dudo que tenga ni licencia para almacenar este tipo de material, pero siendo quien es el dueño, supongo que eso se la suda. Aunque no se mata a la gente por un problema burocrático que tendría fácil solución con los contactos del alcalde.

- ¿Quizá un tema de drogas? - Pensé. 

Miré a Robin unos instantes, luego volví a mirar a Lomax.

- Creo que hemos dado con un pez muy gordo. El más grande de esta... pecera. - Dije finalmente, con clara alusión a la cúpula.

- ¿Qué le parece, doctora Smith? Habrá que hacer una visita a Tejidos Preston.

¿Y desde cuando necesita tanto Etanol un empresa textil? Pensé cuando dio los datos algo que Jack ya le había sonado también.

Una empresa del Alcalde. Una persona con suficiente poder en un pueblo pequeño como para poder mover un asesinato y que la policía no moviera mucho la sirena investigando.

El Etanol es un buen disolvente. Y sirve como combustible para quemar en el hogar. Aunque también he oído que se usa para la creación de drogas.

Sonreí cuando dijo lo del pez mas grande de la pecera. No era un mal chiste.

Creo que es el siguiente paso lógico , jefe.

Algunas de las suposiciones iban cobrando fuerza. Y la larga investigación estaba dando sus frutos. Quizá por fin se podría poner justicia o las cosas en su sitio con respecto a un par de muertes que no la tuvieron. Pensar en la viuda de Cortez en estos momentos le enervaba a uno la sangre.

La nueva pareja de investigadores parecían tener claro el siguiente paso a dar. Aquí en Lomax parecía haber terminado la investigación, salvo para ir informando de los progresos o de la resolución definitiva del asunto.

- Por mi tenéis carta blanca con esos desaprensivos – Concluyó el jefe de la compañía de transportes

Asentí a Robin y chasqueé la lengua al pensar en la inefable arrogancia y megalomanía que debía regir la mente de un tipo como el alcalde, si finalmente se demostraba lo que estábamos comenzando a desvelar. Hubiera preferido ir a dar con un mafioso al uso, antes que corroborar la podredumbre que habita en el alma del ser humano... nuevamente.

Asentí luego a Lomax. Parecía que el tipo era íntegro, a pesar de sus pintas de tiburón de los negocios. Ya se sabe lo que dicen de las apariencias.

- Le informaremos. Supongo que no hace falta decirlo, pero esta conversación no debe salir de aquí o pondríamos al alcalde sobre aviso. Además que no es alguien a quien poder acusar sin pruebas y, en cambio sí se trata de alguien sin reparos para quitar de en medio a quien se le antoje para cubrirse las espaldas. - Mientras decía esto, miraba alternativamente a Lomax y a su secretaria.

Podía parecer obvio, pero temía que una indiscreción de la secretaria nos vendiera sin remedio.

Una vez Lomax asintiera, ya no habría más que decir y sería momento de ir a hacer una visita a la empresa textil.

La verdad es que la cosa se ponía muy seria aunque también muy interesante. El alcalde nada menos. Parecía una película de la tele. Si no fuera por la bonita pecera en la que estábamos. 

Escuche como Jack le pedía que esto no saliera de aquí pues no se podía acusar al alcalde así como así. El problema no era tener las pruebas si no que la policia no estuviera metida en el ajo.

El señor Lomax parecía dispuesto. ¿Pero y su secretaria? De pronto me dio un mal palpito. ¿ y si nos vendiera por dinero? ¿ o por algún bien de primera necesidad?

- Por supuesto – Dijo Lomax y al darse cuenta de tu mirada a la secretaria que se había quedado como paralizada añadió – Tesesa sabe que sería peligroso y contraproducente que se supiera de lo que acabamos de decir. A parte de ser una secretaria eficaz es inteligente - ¿Verdad Teresa?

Se puso colorada como un tomate – Si, claro. Como con las reuniones de negocios, nunca dije nada a nadie... - Intentó poner cara de medio enojada. Pero además es que era cierto, si el alcalde era así podría resultar peligroso que llegara a sus oídos estas cosas.

Quedando el tema zanjado ya salisteis fuera. Con la sensación de que algo había cambiado y ese algo era la sensación de ir conociendo la verdad.

Os dirigisteis al coche. Tal y como habíais pensado en como organizaros antes de ir a la empresa de Lomax o al departamento de policía. Ahora tocaba decidir como haríais lo de ir a aquella empresa textil.

De camino al coche, hablé con Robin de lo que nos acabábamos de encontrar.

- Nos ha tocado el premio gordo. - Le dije con sorna. - Esto tiene muy mala pinta. Y presentarnos en la fábrica del alcalde haciendo preguntas no va a ser fácil, si no queremos ponerlo alerta.

Encendí otro cigarro.

- Si le aqueja lo mismo que a las otras empresas, quizá la encontramos cerrada y podamos colarnos dentro. Casi que preferiría que fuera así. Aunque depende lo que tengan entre manos, podría ser que tengan un fuerte componente de seguridad. No creo que les guste que alguien husmee en sus asuntos y, teniendo en cuenta el nerviosismo de la gente, puede que estén incluso más alerta de lo normal.

Casi hablaba para mí mismo. Me detuve cuando estábamos a punto de llegar al coche.

- Robin, esto puede ser muy peligroso y estoy acostumbrado a trabajar solo, sin vigilar las espaldas de nadie. No me malinterpretes, sé que puedes cuidar de ti misma, pero... ¡Joder! Eso va a ser la puta boca del lobo.

 Sonreí cuando dijo lo del premio gordo.

Espero que no lo digas por mi trasero. Jajajajaja. Me puse seria. Si se que esto se pondrá complicado la verdad. Creo que no deberíamos de presentarnos a hacer preguntas.

Fui escuchando lo que decía sobre la empresa del Alcalde.

Jack la seguridad no creo que sea un problema no hay electricidad. Aunque claro siempre podría tener un generador. Pero gastan mucho combustible y es un bien preciado no creo que tengan uno.

No paramos al llegar al coche y se dispuso a darme ``ánimos´´

Tranquilo he estado en sitios peores. Ademas quiero hacer esto. Quiero ayudar. Si tu amigo fue asesinado quiero ayudar a hacer justicia. Lo necesito. Quiero poder volver a mirarme en un espejo. Así que como si nos metemos en el mismo infierno. No voy a dejarte solo.

Creo que tendríamos que ir por la noche y pasar de las preguntas colarnos y listo.

Sonreí. - Tu trasero es un buen premio, pero no por cantidad, precisamente, aunque sí por calidad. - Le respondi acercándome a su oreja y en un susurro. Luego continuamos hablando del plan a seguir.

- No me refería a vigilancia electrónica. Más bien a cabrones con pocas ganas de estar vigilando el tinglado de un jefe que puede poner sus tripas al fresco si no hacen bien su trabajo. - Le aclaré.

Asentí a su determinación para seguir adelante con esto. Parecía resuelta a ello, así que no insistí. Ya era mayorcita y sabía a lo que se exponía, que a mí me hiciera más o menos gracia que se pusiera en riesgo era problema mío, y tenía que admitir que la ayuda extra me vendría bien.

Entramos en el coche*.

- Me parece bien ir de noche, pero primero vamos a hacer una visita diurna, para ver qué se cuece por allí. Aún queda mucho para la noche y saber qué hacen durante el día también es algo que nos puede ayudar a atar cabos.

Y me dispuse a ir hasta el negocio del alcalde, aunque primero miré el tanque de combustible y eché un cálculo rápido, que tampoco era plan de quedarnos tirados por cualquier lugar o en el peor momento.