Partida Rol por web

-A la orden Señorita cabo, enseguida enviare a este bichejo con sus compatriotas. Creo que sera suficiente con esta nena.- Respondo a la orden de Alex mientras saco mi pistola morita para cargarme al bicho BN.

Miller accciona el selector de tiro de su Morita con el pulgar y dispara un certero tiro al guerrero que ya hirió con la anterior ráfaga.

Putas cucarachas... muérete cabrón.

Una vez recogida la morita del suelo, golpeo unas cuantas veces la carcasa viendo como caen trozos de escarcha...No si al final la romperé y me tocara pagarla...compruebo que el cerrojo este limpio antes de abrir fuego contra los aracnidos.

- Venga tios que esto se acaba....después de esto cervezas frias para todos y medallas para el sargento.

El cargador vacío cayó al suelo helado con un seco sonido que pasó desapercibido a todos y en un gesto rápido, el segundo cargador semilleno pasó a ocupar su lugar. Las órdenes de la Cabo habian sido claras y su propia situación le exigía no desperdiciar la escasa munición con la que contaba. Catorce putal balas, susurró para sí mientras la boca del fusil apuntaba al objetivo designado por su superior.

Alex se acerco a la apertura de la muralla encaro el guerrero apuntándolo a la parte central donde tenia el sistema nervioso y apreto ligeramente el gatillo una sola bala salia de la recamara hacia el bicho.

Infantes informe de munición en todas las armas.

no habia recivido ordenes de disparo a un objetivo concreto, pero no me hacia falta, sabia lo que tenia que hacer, me asome por la muralla mientras caia el cargador vacio con un ligero ruido al rebotar con el hielo del fuerte y cogiendo otro cargador del cinto lo inserte mecanicamente en su lugar y apuntando al bicho que tenia mas cerca dispare una sola bala,  no era cuestion de desperdiciar cargadores en un solo bicho, sabiendo que alguno de mis compañeros estaban acabando sus ultimos cartuchos.

mientras ocurre esto digo a la cabo, Alex, creo que tendremos que reservar sitio en el bar cuando regresemos, ya que una cerveza nos va a saber a poco.

-Vamos infantes, que ya casi hemos acabado con todos. Digo mientras saco mi Belcher Shotgun TW-99-S por fuera del muero para disparar a los arácnidos que arañan el muro.

-Buenas noches. Comento en voz baja antes de accionar el gatillo.

-Te dedico este bicho, cabo "preciosa" Odonell. -Le digo a Alex mientras termino de balear al bicho. El tiro habia salido mejor de lo que esperaba y solo deseaba que fuera suficiente para terminar porm completo con el bicho guerrero, finalmente la emocion se abria paso despues de la preocupacion y elterror de ver aquellos bichos que salian sin fin, por ahora nos tomabamos un respiro y podiamos darnos el lujo de fanfarronear un poco mientras terminabamos con las sobras.

CAIN! al guerrero! deja los obreros de una puta vez!

Viendo que el cargador ya está vacío y no me queda ninguno, dejo el arma en el suelo y me llevo la mano a la cartuchera de la pistola. Con un movimiento rápido, la desenfundo y vuelvo a sacar el cuerpo por la muralla apretando el gatillo, pero esta vez la rapidez me ha jugado una mala pasada, y la bala se incrusta en el cuerpo de uno de los bichos muertos.

El combate al fin había llegado a su fin, había sido duro y difícil, y sin embargo los infantes miembros de la compañía Sirius había logrado una gran proeza al mantener a los bichos a raya y no sufrir prácticamente ninguna baja.
El ultimo de los bichos había sido abatido por el teniente Brown, que haciendo una inspección en el muro, iba disparándole con su pistola a cualquier bicho que llegase a moverse siquiera un milímetro. Al igual que el resto del mando, el teniente había peleado codo a codo con los infantes, intentando mantener en orden a los infantes mientras combatían.
Agotados por la ardua jornada, los infantes se recargaban en el muro mientras vigilaban y escuchaban las palabras del capitán, quien personalmente había acudido a hablar con cada escuadrón.
Según parecía, la Sirius Prime estaba por mandarles atención médica y municiones, estas ultimas a manos llenas. Sin embargo se insistía en que la flota estaba por llegar y en que a toda costa debían mantener el fuerte integro. Era claro que esto al capitán le disgustaba, pero poco podía hacer él al respecto.
Para los infantes era claro que los muros no resistirían para siempre y que incluso quizá no resistieran ante un ataque igual de intenso que el anterior. Bajo ordenes del capitán, se había asignado la vigilancia de cada muro a 3 infantes por escuadrón, el resto debería descansar, preferiblemente en el frío suelo que el muro les otorgaba.

Para los miembros del escuadrón Eco la tarea había sido realmente dura y llena de momentos intensos. Algunos recordarían la extraordinaria forma en que Crow se había mantenido con vida, otros el ataque del tanque al muro, y así muchas cosas mas que marcaron aquel inigualable momento.

Miller seguía buscando bichos a los que disparar hasta que se dió cuenta de que había terminado, habían rechazado a los bichos. Una oleada de agotamiento le recorrió el cuerpo y se dió cuenta de que no había parado ni un solo momento desde que desembarcaron. Apoyó la espalda contra el muro y se dejó caer sobre la pasarela hasta quedar sentado, con el morita apoyado sobre el regazo.

Joder, hoy nos hemos ganado el pan. Y el puto muro ha aguantado, si señor, viviremos para ver un nuevo día en la puñetera Infantería Móvil.

Volvió a comprobar el estado de sus municiones y meneó la cabeza.

Dejare las palabras para nuestro gran orador wolf (refiriendose al sargento), solo decir que bien echos chicos, un gran trabajo. Deja pasar unos segundos. Pero lo mas importante...RODRIGUEZ QUEREMOS NUESTRAS CERVEZAS! mueve tu culo y traelas, no te olvides el hielo eh

Mientras pasaba la agitación tanto dentro de la armadura de Frost como en las hordas enemigas, Jhonny sentía como tenía su cuerpo absolutamente empapado en sudor helado, con la adrenalina y el terror no lo había notado. Mientras volvía su compostura lentamente, activó el sistema de sellado ambiental de su traje de combate ya que necesitaba recuperarse sin pescar un resfriado.

Se acercó a Crow para chequear su estado, observando sus heridas Fue duro pero salimos airosos camarada...  lo palmeó en el hombro y le dijo más cerca, como si fuera una confidencia, ...por unos momentos creí que a ambos nos enviaban a pasear por el espacio. Me alegro de haber estado completamente equivocado. Pero debes tratarte ya esas heridas, al menos con el kit del cuchillo hasta que la maldita flota envíe lo que ha prometido. Le dedicó una sonrisa cálida, de verdad se alegraba de que la Eco aún tuviera a todos sus miembros vivos.

Ya se estaba disipando el frío que lo agobiaba gracias a la tecnología que funcionaba en aquellos trajes, relajó los músculos mientras hacía un recuento de munición, ponía el seguro de sus armas y se aseguraba de que todo estuviera en su sitio y funcionando. Alzó la voz a través la radio Recuento de municiones: tres cargadores de morita llenos y uno con veinte balas, dos cargadores de escopeta llenos y uno con seis cartuchos, dos cargadores de pistola llenos, me he quedado sin granadas... hizo una pausa aunque no dejaba de mover las manos y de cambiar el equipamiento de lugar, realmente sentía que se pondría muy borracho si tomaba cerveza en es momento ¿Pero que más dá? Y espero que Rodriguez se apure con esas cervezas! dijo esto ultimo con un tono alegre, quizá un poco forzado.

Realmente deseaba tener un violín en ese momento, su violín, o al menos poder hablar con su padre de lo que había sucedido. 

Miller levanta la cabeza y contempla con curiosidad al técnico de la Eco, con su potente escopeta acoplada bajo el Morita.

Joder Frost, ¿se te han reproducido los cargadores en la mochila? tienes más balas tu solo que el resto del pelotón junto, que cabrón...

Menea la cabeza sin que los demás puedan ver que se está riendo bajo el visor de su casco, a carcajadas.