Partida Rol por web

Bichos, bichos. No hay rastro del Sargento. Bichos. Puedo escuchar al Cabo maldiciendo por el intercomunicador, al menos parece estar volviendo en sí junto con lo que parecen los esfuerzos de subir una escalera, así que probablemente en unos momentos escuche el ruido de otro rifle disparando. Bichos, bichos. Tantos condenados bichos y Sonia tiene que pedirme que me meta en un 1 contra 1, y con un bicho volador ni más ni menos. Joder, yo no me alisté para matar bichos uno a uno. Demonios, ni siquiera pretendía matar bicho alguno, si no fuese aplastándolos con un libro de abogacía... grito dentro de mi cabeza mientras afianzo los pies en mi posición, me encaro con el insecto que se parece mucho al que me hizo la herida en el combate anterior y descargo la última ráfaga del cargador que lleva puesto mi rifle.

-Señora, ya mismo, señora. -Digo con un tono ligeramente de sorna. Sonia se está tomando en serio esto de estar al mando ahora que no tenemos mando, ¿y qué mejor que dejarla hacer? Al menos un poco... -Pero la próxima vez, déjame a mí los grupos de bichos que de uno en uno se me dan fatal... ¡Recargando!

Se estaban acercando a una velocidad acongojante. Los disparos de supresión no estaban realizando eficazmente el daño que solían conseguir por aquel maldito bicho volador. - Espera un poco y acercate un poco que ahora te agujereo maldito cabrón. Haciendo caso a mi compañera cambié de objetivo contra el tanque que cruzaba la alambrada esperando poder eliminarlo y centrarme en el volador. Sin ordenes concretas de los superiores cada uno estaba un poco desorientado aunque alguno intentaba organizarnos. Por mi desgracia el cambio rápido de objetivo me desvió los disparos que quedaron algo bajos impidiendo que produjera daños. El fusil dejó de disparar balas dándome a entender de forma clara que las balas estaban agotadas en el cargador. Rápidamente tiré el cargador vacío e inserté uno nuevo. - Recargando! Solté el fusil recardado y coloqué mis manos sobre la ametralladora montada. Había esperado a que los bichos se acercaran para usarla de forma más efectiva, tenía que hacer que mis disparos fueran decisivos o estaríamos todos muertos antes de ser rescatados. - Vamos bonita déjame ver lo bien que estás fabricada, no me falles!

- Usaré la ametralladora ahora que se acercan los cabrones!

-Refuerzos en camino, estarán con ustedes en breves segundos. Los refuerzos de la infantería ligera están llegando desde el cielo. El Teniente Osher, oficial al mando de la guarnición de la infantería ligera se encargara de redistribuir a sus hombres en torno al muro defensivo. Una vez estos lleguen al muro pasaran a estar bajo el mando del sargento responsable de ese muro. Consejeros, necesito un informe actual de su situación a cada momento y sin demora-

Un infante de los recién llegados se te acerca mientras subes las escaleras al muro para hablarte. -Se  presenta el soldado Winters, señor. Somos del equipo de rescate.-

CANAL DE LA ESCUADRA FOX:

- "El Mando anuncia la llegada inminente de refuerzos.

Sargento, Cabo, el Capitán quiere un informe de situación." -

-Ya escucharon infantes, vienen los refuerzos, no dejemos que nos quiten la gloria de matar a los arácnidos disparen con todo-

Evans estaba furioso y subía los peldaños de dos en dos.-No le parezca mal soldado, pero vaya con su culo a la zona este del muro y mate todo lo que esté fuera del muro que no sea humano.- 

-Kurt ponme con el mando.-El cabo dejó de disparar el tiempo suficiente para que no hubiera demasiado ruido en el comunicador.-Capitán, aquí el cabo Evans presentando el informe de situación. Tenemos dos tankes avanzando con escolta de warriors cada uno, bichos voladores acosando nuestros flancos y un bicho desconocido justo al sur de la entrada principal que se mantiene al margen. Ninguna baja en la Fox y dandoles caña por el momento señor.-  

-Capitan Tsumina la Heat sigue manteniendo a raya a los bichos, pero nos revasan hacia la posicion de Mcnealy, vamos a morir capitan vamos a morir-

-Mantengan las líneas de combate y no dejen que ningún bicho se acerque al fuerte. Gawain usted es el táctico mas cerca de aquel bicho desconocido, intente averiguar de que se trata. Sargentos los refuerzos están en camino y se pondrán bajo su mando en cuanto lleguen.-

Conecto al Cabo con el canal de Mando para su informe al Capitán Tsumina.

Transmito sus instrucciones a mis superiores.

- "Sargento, Cabo, el Capitán ordena mantener las líneas defensivas. Estamos a punto de recibir refuerzos que caerán directamente bajo las órdenes del Sargento Focker para la defensa." -

Después respondo al Capitán:

- "Mi Capitán. Creo que ese bicho es del tipo Supervisor, me temo que es un peligro mayúsculo para todos nosotros. No solamente es letal en combate, además posee capacidades psíquicas. Por lo que hemos podido observar, su presencia refuerza a los otros bichos." -

Oh, venga ya, era lo que les faltaba... ¿Es que todo el maldito planeta estaba en su contra o qué? ¡Ahora tenía que volver la jodida ventisca, ostias! ¿Ni un puto momento de respiro iban a tener?

Que asco le estaba cogiendo a ese sitio, de verdad... Que ascazo.

Lo único bueno era que ya, por fin, habían llegado los de la infantería ligera. Pero eran pocos, demasiado pocos. Los habían estado haciendo pedazos según bajaban y no habían llegado ni la mitad de efectivos. Eso no les auguraba nada bueno pero, joder, menos era nada. Había que centrarse en el problema principal.

Los bichos ya llamaban a la puerta.

- ¡Oh, vamos, Sonny, si lo he hecho porque sé que podías cargártelo y así vengarte por el otro del que tuve que salvarte el culo! - le dijo a su compañero, animada, por el comentario que hizo, mientras veía como estaba la situación del muro en su lado. Seis gerreros, cuatro medianamente cerca y dos algo alejados. Y sólo ella tenía el arma ideal para asegurarse de poder eliminarlos a la primera... Era un gran riesgo, porque si el tanque no moría pronto, volvería a estar en peligro de muerte. Más, a veces, hay que jugársela.- ¡Si tanto quieres hordas de bichos, te dejo a ti esos cuatro que tenemos a los pies! - empezó a moverse, cambiando las armas mientras decía - Sus amigos son míos... ¡Cabo, señor! - exclamó por radio - ¡Si puede eliminar al tanque, señor, se lo agradeceré, porque me acerco a su posición para eliminar a unos guerreros en el muro, señor!

El Morita quedó a su espalda, siendo sustituido en sus manos por la nueva y flamante Belcher. Había oído que muchos la degradaban ya porque no merecía la pena usarla. Bueno... quizás era el momento de enseñarles lo que podía hacer esa belleza.

- Es tu primer baile, preciosa... - dijo acariciándola, habiendo llegado a la posición que estimó mejor para disparar  los dos guerreros apartados - Veamos que tal te portas... Déjame oírte.

Y vaya si la escuchó: en cuanto se asomó, descargó verdadera ira salvaje en forma de fuego destructor contra ellos. Quizás usar fuego automático era demasiado, pero... lo mejor era asegurarse de que no escapaban de esa con vida.

Mark no se esperaba una contestacion asi, mas que nada porque estaba acostumbrado a ser el quien daba las ordenes... mierda Mark, esta no es tu unidad de la ciudad, aqui hay esos asquerosos bichos...  se encamino hacia las escaleras mientras le respondia al cabo Evans, Si, señor en ese momento noto unos temblores, que no sabia muy bien de donde provenian si que tiene que ser grande lo que sea que haya ahi fuera Entonces se acordo de lo que les enseñaron en la academia sobre lo que hacian los tankers a veces... Mierda, pero no creo que haya nada aqui debajo no se creia lo que él mismo se estaba diciendo, y por si acaso empezo a apuntar con su morita hacia el suelo mientras se alejaba de alli todo lo rapido que podia.

Llego a las escaleras  y empezo a subirlas. Vamos a ver a cuantos bichos tocamos cada uno...  Le habia parecido ver caer a su sargento fuera del muro y subio todo lo rapido que pudo para ver si se encontraba a salvo

Mkoll vio como aquel condenado rippler intentaba atacarle. Que cojones, de hecho, todo intentaba atacarle. Aquel maldito tanque en el asalto anterior, ése rippler... Y los soldados de abajo. Y parecía ser el único que estaba haciendo algo significativo en aquella esquina del fuerte. De hecho, casi todos estaban apiñados en el centro. 

-¡Hay que joderse! ¡Moved el culo, o dormiréis en el interior de un bicho... O de varios!-gritó por el comunicador. Y creo que ya tenía claro quien iba a ser el afortunado que iba a recibir una ración extra de plomo. Se giró y dijo:

-Te ha tocado, cabronazo alado, muere.