Partida Rol por web

Llego abajo sin más complicaciones, sabiendo que al menos tengo a alguien cubriéndome el culo por mucho que no esté muy allá de la zotea. ¿Pero quién lo está en la infantería móvil, cuando siempre se nos ha dicho que somos fiambres andantes esperando al bicho que nos mate? Habiendo bajado por el lado sudoeste del muro, reviso y me alegro de que el Sargento y compañía haya despejado esto de bichos, pero aun así en el terreno queda muy presente el rastro que han dejado los bichos... así como por dónde prefieren pasar y acumularse esperando a derribar nuestra muralla. Decidido a aprovechar todos los recursos a mi alcance, reviso el terreno atravesado por los bichos buscando un lugar preferente para plantar el explosivo, si lo hay.

Bueno, pues si lo decía la flota esto es lo que había y no se podía esperar nada mas. Patrick Evans se pregunto si a alguno de los altos mandos les importaba una mierda las vidas humanas que se quedarían en este maldito fuerte.-Claro que no-se respondió a sí mismo-no les importamos ni una mierda, o mandarían un bombardeo sobre las fuerzas enemigas antes de llegar a este..."punto estratégico".-Evans echó una ojeada al exterior viendo la planicie helada y blanca sin....Nada, absolutamente nada. Había estado así durante millones de años y así seguiria.

-Muy bien chicos y chicas, Como veis les importamos a los de ahí arriba o no nos habrían traído todo este material. La flota confía en nosotros, el capitán confía en nosotros y el sargento confía en nosotros. No necesitamos nada mas ni a nadie mas. Así que revisad vuestro equipo y preparaos para la batalla.- 

-¿SOIS SOLDADOS DE LA INFANTERÍA MÓVIL O NO LO SOIS?- El cabo se quedó esperando una respuesta casi unísona. O eso esperaba.

Incluso desde abajo puedo escuchar las palabras del Cabo y ante el énfasis de su pregunta solo cabe una respuesta firme capaz de amilanar al bicho más pintado.

-¡SEÑOR, SÍ SEÑOR!

Me acerco al explorador Mkoll y le digo:

- "Soldado Mkoll, si el Sargento da su consentimiento, desde ahora me convertiré en su guardaespaldas." -

-Muy bien, vigila de cerca en ése caso...

Sin embargo, no apartaba la visión de Sonny. Había dicho que él le cubriría, y no iba a fallar. Con un cargador nuevo en el rifle, vigilaba los movimientos del zapador, atento a cualquier amenaza. 

El fuerte se tornaba ahora en un remolino de movimientos, pero a diferencia de muchas horas atrás, ahora las cosas eran muy ordenadas. Cada escuadrón sabia que tenia que hacer exactamente, y liderados por sus sargentos y el mando de la compañía, intentaban hacerlo de la forma mas efectiva posible.
Ubicando y montando las armas pesadas, colocando minas, preparando murallas, de esta forma los infantes esperaban detener aquello que llegara a chocar contra sus muros. Sin embargo, mas que nunca era importante que los bichos no llegaran al muro, pues este se encontraba ya debilitado y no soportaría demasiado. Para todos era claro que una vez cayera un muro caería todo el fuerte. Luego estaba la curiosa cifra aproximada de 2000 bichos acercándose, en la pasada oleada habían enfrentado cerca de 300 y habían sufrido demasiado.
El capitán Tsumina los estaba alentando a trabajar con intensidad, según les informaba, la flota aseguraba que si bien los bichos avanzaban lentamente, lo hacían en masa y con constancia, y ahora se encontraban a algo mas de 1500metros.

Ayudo a acomodar la ametralladora en la posición seleccionada mientras Sonny sitúa las cargas. Mientras eso ocurre, escucho las palabras de mis hombres, finalmente las del Cabo Evans arengando a la tropa. Una vez que termina, les hablo a todos:

 - "Bien dicho, Cabo. Bueno, por sugerencia de Gawain, aunque no entiendo su utilidad, cada uno de ustedes tendra una pareja. Nada de besarse ni tocarse en el muro. Sonny con Sonia, Raynor con Bockman, Wallace con Mackeyn y Gawain con Mkoll. El Cabo y yo estaremos libres para cualquier contingencia. Mantengan a su pareja viva y no se separen ni para ir al baño. Así mismo será como les daré instrucciones, como vigilar el cielo, y las harán en parejas. Cabo, es su lado del muro nuevamente y este es el mío. Bockman, ametralladora a menos que yo te lo indique o sea desesperado. Mackeyn, Morita a menos que yo te lo indique, no te vayas a volar una mano usando esa cosa. Todos esperarán instrucciones, pero desde ya: No quiero a ningún puto chinche en el muro, todos deben morir antes de tocarlo. El soldado a cuyo sector llegue el primer bicho tendrá que limpiar la Sirius Beta por fuera con un cepillo de dientes hasta que yo me aburra y tengo mucho paciencia. ¿Está claro?"

Espero la respuesta de los infantes antes de continuar:

 - "Si lo que dice inteligencia es cierto, lo que ya sería una novedad, vienen muchos bichos a cenar. Todos sabemos lo que quieren de merienda y no podemos permitirles tomarlo sin resistirnos. Este Fuerte es importante para nuestra estrategia de guerra y no dejaremos que lo destruyan y lo tomen antes de que el Mando lo indique. La Flota, Inteligencia y todos los putos civiles de todos los planetas humanos esperan que consigamos nuestro objetivo y los bichos sufran las derrotas estratégicas que nos llevarán a la victoria, pero no lo hagan por ellos, que valen una mierda en este planeta helado. Hagánlos por sus familias y todas esas personas especiales que no quieren ver morir de la miserable manera que hemos visto a amigos caer en las fauces de los arácnidos. Hagánlo por la mierda que sea que les importe y por las personas a las que realmente les importamos. Es por ellos que no podemos rendirnos y no nos dejaremos morir sin luchar, pues ellos esperan vernos llegar sanos y salvos o por lo menos, que llegue una bandera y una medalla indicando que caímos de la mejor manera que un soldado puede hacerlo: Luchando sin tregua y con el cargador vacío, con el cañón de su rifle humeando después de haber escupido infierno sobre sus enemigos. Eso es lo que quiero de mí. Eso es lo que la gente recuerde de mí, que me recuerden como un héroe sin miedo, como un luchador que dejó todo por su especie, como alguien que no dudó en morir si con eso aseguraba un mañana mejor para los ciudadanos valientes. Quiero que me recuerden con los caídos en batalla, con Hendel Levine, con el Cabo Weathers,  con Jake Buendía y con todos los otros héroes de la IM que murieron antes y morirán después. Si alguno quiere otro final, quiere morir de viejo en paz sin ver acción, una carrera militar de escritorio o sobrevolando lejos de las garras de la muerte, se alistó en la División equivocada, porque aquí están los Guardianes de Sirius y cuando la muerte viene por nosotros, la sentamos a nuestro lado a que vea el espectáculo de matar bichos y se enorgullezca del soldado que se va a llevar. No tememos, no nos rendimos, no retrocedemos, no fallamos. ¡Somos el Escuadrón Fox y nadie es más duro que nosotros en el puto Universo!"

Mis palabras quedan en el aire como la arenga que es, insentivando a mis hombres a valorarse por lo que son, por lo que hacen y por lo que representan. Deben sentirse orgullosos de su labor, de la eficacia con que la cumplen y por sobre todo, el espíritu de fuego que tiene al pararse en este cubo de hielo y dispararle al mundo, sabiendo que muy probablemente mueran, pero que eso nada significa cuando no solo defiendes tu vida, sino las de billones de personas detrás tuyo y un nombre que debes pronunciar con orgullo. Pueden matarte, pero si sucede con honor y gallardía, jamás matarán el orgullo de ser quienes somos.

Luego del discurso, tomo el banquete que ya está frío y comienzo a comer. No podía comer mientras había cosas que hacer, por lo que ha llegado el momento de llenar el estómago. No es la primera ni la última cena que comeré fría, así que no me importa en lo más mínimo. Aun así la disfruto como si fuese la última vez que como, pues probablemente lo sea.

-Sin duda se le da mejor que a mi el dar discursos señor. Muy bien NENAS, poned vuestro culo mirando hacia dentro y vuestros ojos hacia afuera, vamos a matar bichos. Muchos bichos.-

- "Confirmado, Mkoll. Soy su nuevo ojeador." -

Me sitúo en la posición ordenada por el Sargento y observo en la distancia, intentando discernir algún movimiento.

Al mismo tiempo, sigo monitorizando todos los canales de comunicaciones como hasta ahora.

Además, la presencia de mi equipo de comunicaciones sirve como repetidor que facilita todas las comunicaciones internas de la escuadra Fox.

- "¡Mackeyn! Parece que esta vez no lucharemos juntos. Su posición y la de Wallace es muy importante, deberán evitar que el enemigo destruya la puerta." -

Me giro hacia el Nordeste un momento, quiero saber qué dos muchachos de la Heat son los más cercanos a mi posición y la de Mkoll, por si en un momento dado tuviese que coordinar esfuerzos con ellos.

Se pone en posición mientras escucha las palabras del sargento. No tiene ganas de ser la que limpie el fuerte con un cepillo de dientes así que tiene que acabar con todos esos malditos bichos que se le acerquen. Sí, ella no va a matarlos para poder regresar a casa con sus seres amados, ella lo hace por el honor y el orgullo de decir "Ningún arácnido se ha acercado a mi trozo de puerta" y también para reírse del que tenga que limpiar, claro.

-Me parece que les va a costar cara esta merienda, Señor.

Mantiene la vista fija en el horizonte, esperando la llegada del aperitivo.

Ante las palabras del cabo, Ramírez fue una de las que exclamó instantáneamente en voz alta:

- ¡SEÑOR, SÍ, SEÑOR!

Tras eso, seguía atenta a todo, revisando que no había sorpresas inesperadas, que tenía toda la munición y las armas listas. De hecho, miró un ratito su nueva Belcher. Esperaba no tener que usarla en esa ocasión, teniendo en cuenta como estaba el muro. Si se acercaban tanto como para usarla significaban que de veras estarían en problemas.

- Espero no tener que sacarte en este baile, preciosa... - le susurró al arma.

Entonces Focker habló... y qué discurso. Qué discurso. Para grabarlo y ponerlo en las academias de oficiales durante generaciones. Para enseñárselo a los niños para que se unieran a la Infantería Móvil. Joder, si es quea Ramírez se le erizó todo el vello del cuerpo al escucharle, sintiendo calor y ánimos para esa batalla y las que fueran. Que les trajeran ya a los malditos bichos, carajo. Iban a morir inevitablemente.

- Joder, sí, señor - respondió Sonia, con una sonrisa de oreja a oreja mientras se situaba en su puesto, esperando a Sonny, diciéndole por el comunicador -. Otra vez juntos, ¿eh?

-Los bichos no llegarán aquí, señor-dijo el explorador, con el rifle ya al hombro y revisando el horizonte. 

"En cualquier momento... En cualquier puto momento aparecerá la cabeza de algún maldito bicho, y tendré el gusto de transformarla en puré nada más aparezca..."

Tardo unos momentos en localizar una buena posición, coloco la mina y me aseguro de que está preparada, para luego pasar a conectarla a uno de los detonadores y poder pasar a montar las otras dos antes de que los bichos se me echen encima, que aquí fuera soy un bombón derritiéndose al sol, metaforicamente hablando. En cuanto lo consigo, me cuelgo el detonador mientras saco la siguiente carga y avanzo hasta una zona fuera de la barrera, enfrente de la puerta. Un lugar perfecto para volar unos cuantos bichos y hacer que llueva fuego y destrucción sobre ellos... sin arriesgarnos a darle una sacudida a la puerta del fuerte para que no caiga. A través del comunicador escucho las palabras del Sargento, sin dejar que ello me impida realizar mi labor, mientras lanzo un rápido vistazo para encontrar otro buen sitio donde darles fuerte a los insectos cuando se las den de listos y se nos tiren encima.

No tardo demasiado en encontrar un sitio que me parece tan decente como el otro, así que hinco la rodilla en el suelo para plantar el explosivo, y una vez montado me pongo a juguetear con el segundo detonador. Si no podemos explotar las cargas, plantarlas podría ser tan inútil como tratar de matar un espíritu maligno usando un palo en llamas, aunque en la reserva lo intenten cada año desde que tengo memoria. Sin embargo, parece que el cacharro no quiere funcionar, lo que me obliga a tomarme más tiempo del que quisiera jugueteando con el cacharro. Ah, quién me mandaría a mí el meterme con explosivos sin que nadie me haya dado una buena lección completa sobre el manejo... ¡y listo! Así que, colgándome el segundo detonador al otro lado para no confundirlos, sigo hasta el otro lado de la muralla a toda prisa cagándome en los bichos y su oportunismo. Si hubiesen tardado una hora más desde la llegada de las naves -que ya podrían haber venido una hora antes- esto lo tendría hecho con calma, y podría estar ventilándome otra ración de comida en el muro. Y mientras busco, hablo, ahora que el Sargento ya ha terminado de hablar. Porque interrumpirle en un momento como este seguro que hacía que me dejase aquí abajo sin mi Lizard lane para volver a subir.

-Sonia, no judgues mi distanciamiento como que no quiero estar contigo, ¿eh? Pero es que cuando a uno le mandan a hacer recados, no toca otra que salir al campo a hacerlos. Aunque tranquila, en un momento estoy ahí para que podamos barrer a los bichos como hemos hecho antes. -Encontrado un sitio, aunque parece que el cansancio y el puto frío cada vez me molestan más, vuelvo a agacharme para colocar la última carga y enlazarla al tercer detonador. Una vez logrado, le hago un gesto afirmativo a Mkoll en el muro y me largo por patas a mi lizard para volver a subir, asegurándome de no confundir los tres detonadores por lo que pudiese suceder. -Señor, trabajo hecho, señor. Vuelvo para arriba en un momento, Sargento.

Dereck escucha las palabras del sargento...- joder, este tipo sabe hablar- piensa al oír todo discurso- señor, creo que debería dedicarse a la política cuando se jubile de matar bichos- le dice al sargento, mientras camina hacia Raynor.

Creo que tu y yo por hoy somos pareja- le dice- pero que quede claro, yo soy el hombre de esta relación- le dice. Acto seguido, se gira al escuchar las palabras de Gawain- si, supongo que en otra ocasión...-asiente a la referencia que hace sobre la puerta- tranquilo. Raynor y yo no dejaremos que ninguno de esos bichos se acerque mucho a la puerta- por la cuenta que les traía- ¿verdad Raynor?

- Defenderemos la puerta con nuestras vidas, y no tengo ganas de morir hoy.- contesto, excitado por el discurso del sargento. Después me coloco en mi posición al lado de la ametralladora de Mackeyn y observo el horizonte esperando la inminente llegada de los bichos.

En ese pequeño instante me da tiempo a pensar en una buena razón por la que luchar y sobrevivir, pero no se me ocurre nada, tengo la mente en blanco. Solo pienso en obedecer las órdenes y matar todos los bichos que pueda.

- "Estamos listos y dispuestos." -