Partida Rol por web

Al terminar de correr llegas a los escalones que dan al siguiente nivel.

Sintiéndome prácticamente igual que como empecé la prueba, respiré hondo un par de veces antes de mirar más allá de los escalones, aunque éstos me tapaban bastante la vista, así que, decidida, empecé a subir la pequeña escalera, dejando atrás el circuito y atenta a lo que me encontraría al otro lado.

Tras subir por los escalones, pude ver ante mí otra encrucijada en el camino y sin pensármelo demasiado, me dirigí hacia el muro que parecía estar esperando que lo trepara.
Con decisión, comencé mi tarea, primero sujetándome a un saliente antes de darme impulso y poner el pie en otro cercano, para continuar de ésta manera cada vez más y más arriba.

Finalmente, alcancé la parte superior del muro, y haciendo un gesto de triunfo, me descolgué por el otro lado, aterrizando en el suelo con un suave plop, viendo ante mí la siguiente prueba.

Trepas sin ningún esfuerzo por la pared y llegas arriba, donde unos metros más adelante te esperan los escalones que te llevan al siguiente nivel

De nuevo lo había logrado. Una parte de mí se encontraba exultante de estar consiguiendo pasar todas y cada una de las pruebas a la primera, esperando, tal vez, que el siguiente reto sí supusiera un verdadero desafío, mientras otra parte, la parte que todavía era una niña, una pequeña Valeria asustada del laboratorio, esperaba seguir teniendo la suerte de su lado, por miedo al castigo que le podrían imponer si fallaba.

Subiendo los siguientes escalones, inspiré profundamente, ante una nueva encrucijada. Ante mí volvía a ver dos caminos, uno de tablas estrechas y pequeñas y otro de tablones más largos. Sin dudarlo un segundo, me encaminé al camino ocupado por las pequeñas tablillas, dando un ligero salto para impulsarme y empezar a saltar por ellas.
Al principio, todo iba bien, me había confiado en que podía lograrlo, y mi propia vanidad me había traicionado, ya que desde el mismo momento en que despegué el pie de la antepenúltima tablilla, supe que algo había ido mal, y cuando ya llegué a la siguiente, sentí como resbalaba, sin lograr afianzarme a tiempo.

Según saltas tienes te tienes que detener un momento porque al caer te habías desequilibrado, asique te paras, respiras y decides continuar.

Impulsando el tronco hacia delante, mientras estiraba ambas manos, logré equilibrarme, respirando hondo, y volviendo a tomar impulso para superar las últimas tablillas que me quedaban en el recorrido, mientras fruncía el ceño y me repetía a mí misma que no podía fallar ésta vez. Se acabaría el tiempo, y le había prometido a Alice que lo haría lo mejor posible, que confiaría en ella y en su habilidad.

Subiendo los siguientes escalones que tenía frente a mí, pude ver la que parecía la última prueba, un enorme estanque lleno de agua seguido por otro muro gigantesco.
Si no recordaba mal (y no solía hacerlo), al otro lado de ése muro estaba nuestra meta. Me preguntaba si estaría haciendo un tiempo suficientemente bueno como para alcanzar a conseguir el cofre.

Saltas las ultimas plataformas como si nada y llegas a un pequeño lago con oleaje y que da a un muro alto en el que todavía se ve el cofre arriba del todo

Mucho más animada tras haber acabado correctamente la prueba anterior, a pesar de haber tenido ése pequeño traspies, me lanzo sin dudarlo al agua, dando unas primeras brazadas segura y confiada, hasta que de pronto noto un pequeño calambre que me para unos segundos.

Maldiciendo mi suerte, me paro unos segundos para tomar aire, mientras sigo moviéndome para no hundirme.

Entre el pequeño calambre y el oleaje te cuesta ir en linea recta y te desvias un poco de la ruta mas directa

El oleaje me estaba apartando de mi camino, por mucho que yo intentase corregir el rumbo, parecía que estuviese nadando a contracorriente, ya que cada vez, la marea me volvía a desviar de mi objetivo.

Reprimiendo a duras penas un grito frustrado, comencé a nadar más fuerte cada vez, más violentamente, haciendo lo que los instructores me habían dicho que no hiciera, luchar contra el agua en lugar de dejarme llevar.

El agua te estaba llevando, no estabas acostumbrada a nadar con oleaje y esto te estaba pasando factura.

Alice había superado el primer lago tranquilamente y habia llegado a los escalones que llevaban a una ligera pendiente llana, perfecta para correr

Mientras, en la cumbre, unas cadenas terminadas en ganchos bajaban y cogian el cofre, llevándoselo y cerrando la trampilla por la que habían salido

Llegados a éste punto, mi mente sólo podía concentrarse en llegar al otro lado, sin prestarle atención a nada más que no fuera alcanzar el borde opuesto y salir del agua.
Había estado dispuesta a rechazar ése premio extra, si éso significaba ayudar a Alice y lograr ambas una buena puntuación, pero lo cierto es que había comenzado sola mi camino, y por un segundo, me había confiado en que tal vez podría conseguirlo.
Bien, no lo había hecho.

Dando a mis brazadas cada vez más fuerza, incluso a pesar de notar como los músculos se me resentían, conseguí, al fin, remontar y corregir mi rumbo, a pesar del oleaje, y llegué al otro lado con la rabia y el sabor del fracaso en la garganta.

Sentí como cambiaba mi cuerpo para volverse más similar al de una iguana. Mis brazos y piernas volvieron más flexibles, los dedos se alargaron y de mi columna creció una cola larga, fuerte, capaz de ayudarme a sujetarme mejor o equilibrarme. 

Me lancé al agua y me impulsé con todas mis fuerzas, usando la cola para darme incluso más velocidad. Recorrí aquella distancia mucho más rápido de lo que habría imaginado posible. Ayudada por mi nuevo cuerpo, superar las pruebas parecía algo mucho más a mi alcance. 

Trepé hasta el terreno en el que tenía que correr y atravesé el lugar corriendo a cuatro patas, con la cola serpenteando tras de mi. 

Aún me quedaba mucho, pero con suerte conseguiría alcanzar el final sin que eso retrasase a Valeria. 

Me había caído como un crío, dioses eso no iba a quedar así, sin pensarlo me lancé de nuevo a trepar, y ya podría haber un viento huracanado, no me soltaría y lo acabaría.

Consigues trepar el muro y llegas a un pequeño llano que te lleva a los escalones hacia el siguiente nivel 

Empecé a Trepar, pero aún con la ayuda del nuevo cuerpo era algo para lo que no parecía demasiado preparada. Además, no terminaba de acostumbrarme al equilibrio con la cola y el agarre con aquellos dedos largos y flexibles... 

No obstante, no podía rendirme aún, eso podría afectar a Valeria y no quería por nada que se detuviera por mi. Que castigasen a una de las dos ya era bastante. Miré hacia arriba, reuniendo la fuerza para otro intento.

Valeria dejo de luchar contra la corriente, se dejo llevar hacia un lado y entonces comenzó a nadar hasta llegar a la base de la pared que tenía que trepar.

Alice parecía querer recuperar el tiempo perdido, se movía como una exhalación con su forma híbrida tanto nadando como corriendo, pero las prisas hicieron que se agarrara mal en la pared, lo que la hizo tener que detenerse un momento antes de continuar.

Una vez llegué al otro lado del estanque, me impulsé con fuerza para salir de él y empezar a correr hacia el muro que me esperaba detrás. Con decisión, di un pequeño salto afianzando manos y pies en el muro antes de empezar a trepar hacia arriba, sin detenerme, como si quisiera suplir mis anteriores fallos llegando cuánto antes arriba del todo.

Unos segundos, que me parecieron eternos, después, por fin alcancé el borde del muro, sobrepasándolo y dejándome caer al otro lado, aprovechando el impulso de la caída para empezar a correr hasta el punto final del recorrido con una agridulce sensación que me hizo cerrar los ojos y respirar hondo un par de veces antes de volver a abrirlos y mirar hacia el circuito, intentando localizar a Alice.

Después de trepar paso a la parte de saltos por la izquierda, mi equilibrio no es el mejor y bueno el salto se me da mejor, la armadura parece opinar lo mismo cuando parece que me impulsa un poco mas.