Partida Rol por web

El camino, más una trocha de cabras, serpentea entre la niebla y las rocas hasta llegar a una zona más amplia, de piedra trabajada. La piedra acaba en un corte brusco, una caída de muchos, muchos metros que termina en el agua. Pegada a la cara del acantilado hay una escalera esculpida en la roca, angosta y empinada, que desciende hasta lo que parece ser un pequeño muelle.

Pero no es eso lo impresionante, sino lo que se alza frente a vosotros.

-Bienvenidos a Asgard, estaréis allí cuando atravesemos el puente.

Un largo puente sobre un gran vacío. La ciudad es inmensa, y el castillo destaca aún más. La tierra de los dioses. El gran árbol está sobre vosotros, pero a la vez no es así pues puedes ver a través de él si te concentras.

-¿No se ve todos los días eh?

Admito que al principio protesto un poco por el camino de cabras en el que ese tío nos mete pero del mismo modo el trayecto vale la pena cuando vemos el impresionante castillo frente a nosotros -¡Es el sitio del que hablaba Alex! -cierro la boca de golpe al darme cuenta de que estoy flipando pero después siento alivio al saber que estará bien.

Una vez frente al puente miro un momento a Ragnar, esperando que esto signifique lo suficiente para él como para animarle un poco -¿Podemos verla? Luego nos haces la visita guiada -tal vez no sea la mejor manera de dirigirse al tal Thor pero me sale sin pensar.

-No creo que ni el mismo Odin le pueda impedir verte ahora que estás aquí.- ríe.

Ragnar te observa. Sigue obviamente cabreado. Notas la furia en sus ojos. Pero también...cierto respeto. Y agradecimiento. Se siente confuso. Te asiente secamente antes de echar a andar tras el portador del martillo.

-Tampoco es cosa mía decidir si podréis visitar o no. A fin de cuentas seréis juzgados. Si no sois dignos...bueno, no veréis mucho más.

La distancia es mayor de lo que parecía, el puente continúa sin que la distancia parezca reducirse apenas.

La distancia del puente me recuerda mucho al efecto que ejercía el árbol cuando lo veíamos desde otros lugares así que supongo que debe de ser como una "marca de la casa" -¿Commo que juzgados? Creía que nos habías invitado -le miro desconcertado y despés a Ragnar. Joder, si unos diosesz van a ponernos a prueba dudo ser el único acojonado.

-Ehm...sí, claro. Para venir hay que ser invitado de algún modo, sino es imposible. Pero una cosa no quita otra, Si no eres digno, Odin no te permitirá quedarte. Como poco. Mi padre es estricto, pero sabio.

Ragnar te mira como tú a él. No le agrada la idea. Claro que ¿Qué opciones tiene?

Cuando comenzáis a recortar distancia al castillo es algo rápido, no repentino pero sí de un modo que deja claro que no es natural. Allí vive gente. Espíritus menores, de héroes valientes. Entre los que caminan, en un cruce de esquinas ves algo que te llama la atención. Pero no sabrías precisar el qué. O quién.

Y tras atravesar el poblado, o ciudad en realidad, llegáis a las puertas del castillo.

-Bueno...¿algo que queráis hacer antes? Cagar o lo que sea...aprovechad.- os indica una garita, la letrina sin duda.

-Ahh... -le miro sin acabar de entender si eso tiene mucha lógica pero supongo que no importa. Nada aquí la tiene -Si no somos dignos volvemos a casa y listos -por un momento me había asustado pero si solo se trata de eso no suena tan grave. Si tengo suerte y Alex simplemente me ve por aquí tal vez no necesite mucho más.

-¿Alex...? -miro la dirección en la que me ha parecido ver algo raro pero no insisto demasiado, después miro a Thor algo desconcertado antes de empezar a descojonarme de risa -Creo que podré soportarlo, prefiero que acabemos cuanto antes con todo este protocolo -la espera es lo que aumenta los nervios y es algo que odio. La verdad es que nunca hubiera imaginado que un Dios pudiera ser tan... informal, supongo.

-Creo que no me he expresado bien. Es igual, ya lo comprenderás.

Echa a andar, confiando en que le sigáis. Sin embargo Ragnar da un paso a un lado. También parece haber visto algo. Te mira, confuso, por si también lo has visto. Pregunta algo en su lengua, que no entiendes. Al parecer los dioses se entienden con todos, pero eso no os afecta entre vosotros.

Por tu ausencia de respuesta deja de mirarte y camina a buen paso, casi trotando, hacia una calle lateral. Escuchas que Thor se ha detenido y habla con un guardia.

-¿Esa es la calle del lupanar? ¿cómo sabe que es por ahí? Ya sé que he dicho si tenían necesidades pero dejar esperando a Odin para follar...- suspira.

Cuando Ragnar se detiene hago lo mismo y le miro con seriedad, de forma suficientemente significativa como para que entienda que yo también "he visto" eso. O más bien he detectado porque realmente no sé si había alguien... Es confuso pero no tanto como cuando intenta hablarme -¿No podrías hacer de traductor...? -dejo caer antes de ver como el vikingo pasa de ambos para dirigirse a ese callejón. Tiene cojones el tío, eso no se lo puedo discutir.

-¿Es la calle roja? -miro un momento a Thor, algo confuso, pero decido seguir a Ragnar con una pequeña carrera hasta llegar a su altura. Me sorprende que los dioses necesiten sitios como éste pero estoy seguro de que él solo quiere aclarar lo que acaba de ver. O al menos eso espero porque no me apetece perder el tiempo follando ahora mismo.

No tardas en encontrar a Ragnar ¿Abrazando a alguien? Lo mismo si que quiere hacer algo allí...pero no, no tardas en ver a quien abraza. No es otra que Gunhilda. Aunque está distinta. Es ella, no hay duda, pero la rodea una cualidad...etérea. Extraña. Según el ángulo parece muy pálida, incluso transparente, mientras que desde otro es totalmente normal.

Al verte, sonríe con cierto pesar. Contenta de verte pero como si hubiese esperado que no la encontraras. No hacerte pasar por ese trago. Ragnar la mira confuso. Y también a ti, no entiende nada. Te pregunta algo. Probablemente "¿No decías que había muerto?"

Cuando veo a quién abraza Ragnar me quedo unos segundos aturdido, sin entenderlo, pero no tardo mucho más en comprenderlo -Supongo que al final sí que consiguió llegar al cielo... o lo que sea esto -miró un momento alrededor y finalmente se decidió a acercarse para abrazarla también. Era extraño sentirla tangible y a la vez tan lejana.

-Tienes que despedirte de tu hermano, te echará de menos -le sonrío y me aparto para dejarles sitio. Ahora me alegro de haberle elegido a él porque se merecían con creces este momento.

Tras separarte del abrazo estira su mano y te "limpia" las comisuras de la boca. Frunce un poco el ceño, como acusándote de haber besado a otra. Pero en realidad sonríe, no le importa ya. Te asiente y se gira hacia Ragnar. Él habla, ella asiente o niega. No parece poder hablar.

Cerca está Thor, observandoos.

-¿Conocida vuestra? Sobre todo de él parece ser. He oído que ahogó a una sirena. Debajo del agua, por extraño que suene. Pero tras hacerlo acabó perdiendo el conocimiento y flotó hasta la superficie. Allí se la encontró...un pez más grande.- mira alrededor. - No es mal barrio. Cerca del lupanar pero...bueno, por eso el alquiler es barato.

Tras unos minutos más, se aclara la garganta y Ragnar lo mira. Asiente y se despide. Regresáis al camino hacia Odin.

La sala es enorme, con grandes columnas que guían a quien entra hasta un gran trono. Por entre las columnas se puede acceder a terrazas y otras zonas perola impresión para quien entra es clara: el trono.

En él se sienta un hombre imponente, anciano y barbado. Y con un parche ¡En el ojo derecho! El viejo tenía razón. alex ha debido flipar al comprobarlo.

No entiendo muy bien lo que nos cuenta Thor sobre el "barrio" pero creo que prefiero no hacerlo ya que no suena del todo bien. Es como si Gunhilda hubiera llegado al cielo pero se hubiera quedado en el Bronx, o al menos eso entiendo -¿No demostró suficiente valía como para ir más arriba? Mírala, si seguro que te gusta incluso a ti... -lo dejo caer, si se fija y cuela todo eso que se lleva Gunhilda a su favor, que no sería poco.

Unos minutos después ya estamos llegando al imponente palacio y tengo que contener un silbido de impresión -Joder con los arquitectos -susurro para mí mismo convencido de que Alex ya ha estado aquí y por eso la busco con la mirada pero parece que no hay nadie más a parte de nosotros y... ¿el rey? Ya olvidé por completo su nombre aunque me sonaba de algún videojuego.

Una vez frente al trono me detengo y llevo a cabo una reverencia, seguramente mal hecha pero con intención de mostrar algo de respeto. Después de eso miro a Thor esperando que haga las presentaciones. He visto suficientes pelis para saber que es mejor no hablarle directamente a alguien así a menos que te lo pida.

-Padre, estos son Ragnar de los Barbas de hielo y Rick viajero de mundos, de la tierra. Se presentan ante ti oyendo tu llamado. Y esperan tu juicio. Mortales, os encontráis en presencia de Odin, el más sabio entre nosotros.

El tal Odin os observa fija y largamente. Pero cuando abre la boca, es interrumpido.

-¡Riiiick!

Alex no tarda en estrellarse contra ti en un gran abrazo. Con una muestra de efusividad más propia de Cath que de ella. El dios tuerto suspira, como sospechando que no podía ser de otra manera.

En un primer momento arqueo ambas cejas porque oír al gran dios Odín de esa forma es raro... aunque evidentemente se trata de Alex pero el efecto ha sido óptico ha sido eso.

Cuando recibo la efusividad de la joven arqueóloga incluso doy un traspiés pero no tardo en devolverle el abrazo y apretujarla un poco, besándola en la cabeza antes de suspirar con alivio -¿No se supone que tú deberías ser la primera en respetar este tipo de cosas? -le pregunto con cierto tono de regañina pero sin poder evitar sonreír.

-Jason y Cath están bien, pronto nos reuniremos con ellos -le explico antes de que llegue a preguntar al respecto, cogiéndola de la mano para finalmente volverme hacia Odín, carraspeando -Lo siento -me encojo de hombros, por suerte no parece que vaya a fulminarnos por esto. O eso espero.

-¿Y Perceval?- tira de tu mano para que la mires, agitando una hacia Odin dando a entender que pases de él.

El pobre dios suspira, murmurando algo como "mujeres". Thor ríe entre dientes.

-En serio, Rick ¿Y Perceval? No habrá...no ¿No?

Alucino pepinillos con la actitud de Alex respecto a Odín, apuesto a que hace un mes ni se hubiera planteado algo así pero las cosas han cambiado mucho en poco tiempo -No lo sé. Percy es del único que no he conseguido pistas pero estoy convencido de que es el que mejor sabe apañarse de todos y nosotros estamos aquí así que... -suspiro, esperando que eso la anime al menos un poco -Tengo que preguntar a un par de personas que quizá sepan algo, no pude hablar con ellas antes porque Thor tenía prisa por traernos. ¿Ya te lo has camelado? -lo último lo susurro con mirada acusadora.

Asiente, algo distraida. ¿Se referirá a lo de camelarse al dios o a lo de que Percy sestará bien? No queda nada claro. Pero se calla y Odin puede hablar.

-Ajem. normalmente hay más ceremonia con esto pero visto lo visto...- suspira -En fin, he tenido tiempo de observaros, y no suelo necesitar más. Os considero dignos de ser nuestros invitados. Ambos sois asesinos, pero nunca por diversión. disfrutad de la hospitalidad de Asgard, tan solo os quedan vedadas las habitaciones privadas de los residentes -salvo invitación- y la tesorería. Ahora, Rick, acompáñame.

Se pone en pie y echa a andar.

-Thor, estoy seguro de que Ragnar disfrutará en la armería.

Odin no la ha llamado así que Alex, por supuesto, va con vosotros.

-¿Qué opinas de este lugar, Rick el caminante de mundos?¿Querrías quedarte? ¿Deseas volver al tuyo?

Asiento a la invitación de Odín y para entonces suspiro aliviado. Ahora que ya estamos seguros solo queda averiguar como regresar hasta donde están los demás pero cuando estoy a punto de darme la vuelta el Dios de dioses vuelve a llamarme -¿Quién, yo? -típica pregunta estúpida que haría cualquier persona en mi caso, excepto tal vez Alex que parece haberse adaptado a todo esto como si llevara la vida en ello.

La miro de reojo cuando a pesar de no haber sido llamada nos sigue pero como no me molesta su presencia no digo nada al respecto y me limito a seguir a Odín -Es un sitio interesante. No puedo decir que lo entienda pero desde luego es diferente, hay esa especie de... magia y misterio, supongo -es difícil definirlo porque a fin de cuentas yo nunca he sido muy erudito para estas cosas -Pero no necesito más, creo que nos damos por satisfechos -miro nuevamente a la arqueóloga pero si necesita indagar más sobre estas islas tendrá que aguantarse porque yo y el resto hemos tenido suficiente -Espero que todos podamos volver a casa pronto, si pudieras explicarnos cual es el procedimiento para conseguirlo... -lo dejo caer como el que no quiere la cosa. Ya que parece dispuesto a ayudarnos tengo que aprovechar la oportunidad.

-Lo haré. No es un proceso especialmente complicado en realidad. Sin embargo...debo pedir algo a cambio.

Os detenéis en un mirador, una vista sombrosa sobre el gran mar que rodea las islas. Puedes ver todas y cada una de ellas, aunque no debería ser posible dadas las distancias. Otra maravilla mágica inexplicable del lugar.

-Me encuentro en un dilema. Uno de mis hijos, Loki, está encerrado en una isla. Una a la que nadie tiene acceso por orden mía. Impuse tal ley, sin embargo me encuentro en un dilema. Mi esposa, Frigg, desea hacerle llegar un mensaje. No era posible hasta ahora...pues técnicamente yo prohibí a cualquiera "de este mundo" acceder a Loki. Cumple la misión y regresarás a tu mundo, Rick McNeil.

Me apoyo en la barandilla para observar el paisaje que se presenta ante nosotros asombrado. Ya no me molesto en encontrarle lógica a la vista panorámica, solo disfruto de ella al tiempo que intento entender mejor la distribución de las distintas islas pero mi interés vuelve a Odín junto a un suspiro en cuanto llega un nuevo trato. A este paso me convierto en el chico de los recados de los dioses, ¿debería ofenderme o halagarme?

-Está bien, no suena complicado -lo cual no significa en absoluto que sea así -¿Por qué pusiste esa prohibición? -frunzo el ceño, deduciendo que la respuesta no me gustará -Cuando le dé el mensaje no me iré solo yo si no todos los demás habitantes que lo deseen. Mis compañeros, Adolf y los suyos... -aclaro ese punto porque no me apetece que me tome el pelo más tarde con tecnicismos raros.