Partida Rol por web

La edad oscura

Primer curso, capítulo I. La carta

Cargando editor
07/11/2014, 12:04
Erik Gallaway

Sonrío cuando alaba mi nombre. - Gracias- digo y haciéndole un gesto a mi melliza para que se acerque, la presento a ella también.- Y esta es mi hermana, Erika. 

Antes de que la chica del pelo chuli pudiera contestarme a las demás preguntas, se acerca uno de los chicos que ya ha elegido la varita. La primera sensación que me da es que se va a meter conmigo por hacer tantas preguntas. Su aspecto es parecido al de los matones de mi antiguo colegio. En lugar de eso, se limita a aclararme el significado de la palabra "muggle". Y entonces entiendo al momento porque el niño rubio se había ofendido cuando le había preguntado si era un robot. O sea que los que no tienen dote mágica son muggles. 

Pero...todos los que estamos aquí se supone que tenemos dote mágica, ¿no?. Si no no nos habrían mandado esa carta. Es...¿porque nuestros padres no hacen magia?- No terminaba de entender cuál era la verdadera distinción. Si estábamos ahí eligiendo varita era porque todos teníamos magia e íbamos a aprender a usarla. 

Lo que sucede a continuación me deja boquiabierto e intercambio una mirada de incredulidad con Erika como para que me confirme que estoy soñando. La nariz de Caliope ha quedado remplazada por un hocico. Alargo la mano hacia ella.- ¿Pu-puedo tocarlo?- Un pequeño escalofrío me recorre al comprobar que su nueva nariz es, efectivamente, real.- Qué chulo. Y, ¿qué hay que hacer para ser un me...metamorfomago?- pregunto, orgulloso por haber pronunciado la palabra correctamente.

-¿La varita te elige a ti?- pregunto enarcando una ceja.- ¿Están vivas? Yo no quiero que me elija ninguna de dragón...- confieso con tono asustado recordando la que le habían dado al chico rubio. ¿Y si el dragón de su interior se despierta y empieza a escupir fuego descontroladamente? Qué miedo. 

En cuanto pregunta por mis padres, recuerdo la explicación del que se ha presentado como Troy. 

Emmm supongo que sí. Yo nunca les he visto hacer nada mágico. Aunque mi madre fabrica medicinas que curan a la gente por arte de magia. - concluyo. A lo mejor empleaba magia y nunca me lo había dicho. 

En ese momento reparo en dos cosas. Una chica más se ha acercado y el chico que había venido también ya tenía su varita. 

Hola. - saludo a ambos mirando por el rabillo del ojo el lugar donde está mi abuela. Ante todo, educación.- ¿A ti qué varita te ha elegido?- justo en el momento que formulo mi pregunta, una explosión de cera líquida nos llueve encima. Me encojo cubriéndome con los brazos para que la sustancia no toque piel al descubierto y después miro al frente descolocado. Parece que la niña que se había reído de lo de los robots está teniendo problemas con algunas varitas. Espero que a mí no me pase. 

Cargando editor
07/11/2014, 13:32
Maebh Connolly

Iba a contestarle a Jarek cuando mi atención se desvió hacia el mostrador. Me interesaba ver el proceso que se seguía para conseguir la varita, pero cuando vi todo lo que sucedía no pude evitar echar un paso hacia atrás, sobre todo cuando la vela explotó lanzando la cera a todas partes.

Ay madre...

Pero al final sólo dos fueron las varitas que podrían ser las afortunadas y una de ellas la que eligió a aquella niña. Por mi parte no sabía si quería ser difícil en la elección o, por el contrario, terminar cuanto primero mejor, pues ya me estaba agobiando estar allí rodeada de tanta gente sin nada que hacer.

-Ánimo Jarek.

El chico al que acababa de conocer iba a tener en poco tiempo su varita. Me moría de envidia y de impaciencia pues no veía la hora en que mi mano sujetara la mía. Me volví hacia mi abuelo expectante.

-Espero que me toque pronto a mí... Estoy muy nerviosa.

Cargando editor
07/11/2014, 13:56
Director

- Su apellido se escucha mucho últimamente, señor Cerny - era un misterio dónde lo había oído aquel hombre si no era dentro de su propia tienda pues tenía fama de permanecer siempre en el lugar. Aunque, bien pensado y dado que había relacionado el nombre con la cara, bien podía ser que fuera precisamente aquel momento en el que lo hubiera oído y se estuviera haciendo el interesante. Era difícil de concretar -. Las personas contenidas como usted son especialmente difíciles de emparejar pero creo que podremos encontrar algo para usted - ante los ojos de Jarek no tardaron en pasar un desfile de varitas, aunque eran pocas las que no eran descartadas antes de llegar a sus manos. Parecía ser cierto que Ollivander conocía parte del carácter del niño pues, a la tercera varita, la pluma que descansaba sobre la silla se elevó en el aire haciendo un tirabuzón para luego caer de forma reposada en el mismo sitio exacto, no sin antes elevar infinidad de partículas de polvo que ascendieron en un delicado baile junto a la pluma -. Las varitas de pelo de thestral son extrañas y espero que usted se considere el orgulloso propietario de una. Pino - aquello parecía sugerir una broma particular para Ollivander, aunque fuera la que fuera no la compartió con su joven cliente -, veintiséis centímetros, ni demasiado flexible ni todo lo contrario. Trátela bien, señor Cerny. ¿Quién es el siguiente?

Notas de juego

No hace falta que hagáis las tiradas ocultas, chicos xD

El siguiente es Erik, luego Megan, Joy, Caliope y por último Maebh.

Los que habéis acabado podéis salir cuando queráis.

Cargando editor
07/11/2014, 15:37

A Jarek le tocó de Thestral. Varita extraña por lo que Ollivander había comentado. Y sin embargo, Troy estaba más que feliz con su varita de dragón comprobando que a gente inexperimentada como Erik, le daba miedo. No estaba mal sentir aquel poder. Le daría bastantes puntos en el futuro, sin duda.

Le hubiera gustado quedarse para ver cuánto tardaba Megan en lograr su varita, pero la mirada impaciente de su madre le indició que estaban perdiendo el tiempo demasiado. La mudez de su padre indicaba que quería encontrar de nuevo a Agnes porque a saberse qué estaría haciendo. Por tanto, no le quedaba más que fiarse de la niña:

- Tengo que irme porque aún me quedan muchas cosas que comprar.- le dijo.- Me fío de ti, así que no hagas trampa, ¿vale?- además de que había muchos testigos, por supuesto.- Nos vemos luego o en el tren camino a Hogwarts el 1 de septiembre.- Era un poco raro quedar con una chica a la que acababa de conocer para hablar más adelante. Normalmente no solía hacer esas cosas porque siempre estaba con Henry y con April. Al menos descubrió que hacer amigos en el mundo mágico no sería excesivamente difícil.- Buena suerte. La necesitarás.

Entonces salió para ir a la tienda de mascotas. Nunca le habían interesado mucho los animales, por lo que escogería uno que creyese más útil. Seguramente Violet eligiese alguna monada extraña de esas sobre las que se pasaba el tiempo leyendo.

Cargando editor
07/11/2014, 15:44
Jarek Cerny -Slytherin-

Las primeras palabras que el señor Ollivander le dirigió a Jarek hicieron que elevase un poco ambas cejas, aunque si fué en señal de sorpresa o de orgullo, no se pudo discernir en su rostro. La verdad era que por un instante le sorprendió que supiese su nombre, pero no hacía nada que se había presentado a pocos pasos de dónde se encontraba ahora. Por lo que sin pensar mas en ello, y en que el fabricante de varitas había estado atendiendo a otros chicos mientras eso pasaba, siguió escuchando lo que tenía que decir.

Que dijese que era contenido sin haber cruzado mas que una frase cordial sí que le sorprendió, pero ese sentimiento se le pasó en cuanto comenzó a ver cajas de varitas pasar ante sus ojos. De algunas llegó a ver la varita en sí, pero de otras simplemente veía como Ollivander sopesaba la caja mientras murmuraba algo, para dejarla acto seguido a un lado y coger otra. Entre todas las que vió, le dió a probar un par pero no ocurrió lo esperado por el experto pues de inmediato se las quitó de las manos y siguió buscando. La tercera varita que le puso en la mano el joven la notó distinta, una sensación cálida, como si alguien le estrechase suavemente la mano, como el apretón de un viejo amigo que estará siempre ahí para ayudarte.

Todavía con esa sensación recorriendo su brazo, Jarek siguió las indicaciones del señor Ollivander y, la pluma que había propuesto mover a las chicas, ejecutó una preciosa danza en el aire antes de volver a su posición con delicadeza. Parpadeó rápidamente saliendo del ensueño que le produjo el espectáculo, pues el hombre ya le estaba diciendo las propiedades de su nueva compañera. Asintió con la cabeza, una sola vez y con seriedad, después de la última recomendación del fabricante y comenzó a alejarse del mostrador para dejar sitio al siguiente. Como no quería parecer ni altivo ni presumido, comenzó a guardar el estuche en el bolsillo interior de su túnica mientras llegaba al sitio que había ocupado antes de acercarse.

- Parece que ya estoy, - dijo a sus nuevas 'amigas' con un atisbo de sonrisa - estoy deseando utilizarla. Espero que no os demoréis mucho.

Notas de juego

... aquello parecía sugerir una broma particular para Ollivander, aunque fuera la que fuera no la compartió con su joven cliente...

Ahora me has picado la curiosidad, y no lo puede compartir conmigo...   *o*

No hace falta que hagáis las tiradas ocultas, chicos xD

Yo lo he hecho para darme emoción a mí misma mismo  n__n

Cargando editor
07/11/2014, 16:04
Director
Sólo para el director

Notas de juego

Troy sale, ¿deduzco que Jarek también?

Cargando editor
07/11/2014, 21:12
Erik Gallaway

El comienzo de una nueva pregunta se queda en mi boca cuando el tendero pregunta quien es el siguiente. Miro a mi alrededor esperando a que alguien pida su turno, pero no es hasta que mi padre me da un pequeño empujoncito en la espalda que me doy cuenta de que mi turno ha llegado. Miro a la niña del pelo de colores y a mi hermana con la emoción reflejada en el rostro. - Qué emoción.- Y entonces levanto la mano, caminando en dirección al mostrador. - Cre-creo que me toca a mí.- Esperaba que no me pasara lo que le había pasado a la otra chica. No quería salir volando por los aires. 

- Tiradas (1)

Motivo: intentos varita

Tirada: 1d10

Resultado: 8

Notas de juego

Cargando editor
07/11/2014, 22:33
Lizbeth Moore

La tardanza del señor tendero no era buena señal. En absoluto. Liz se mantenía de pie y recta como un palo, sin mover ni un solo músculo. Le daba la impresión de que, si se movía, desconcentraría al hombre y tardaría todavía más en encontrar su varita.

Sintió un escalofrío cuando le habló de esa manera y llevaba hasta el mostrador quince cajas. Nada más y nada menos que quince cajas. ¿Cómo era posible? ¿Tan difícil iba a ser encontrarle su varita? ¡Lo sabía! ¡Si es que lo sabía! Iba a tener muchos problemas... ¿y si ninguna de las quince valían? ¿Entonces iban a dejarle sin varita? ¿Le harían volverse a casa?

Cogió la primera varita más por inercia que porque quisiera hacerlo. Se lo había pensado mejor y había decidido que no quería una varita. No, no la quería. Le temblaba la mano tanto como las piernas. Podía ver como el fino trozo de madera vibraba ante sus ojos.

- Venga Liz.... tienes que hacerlo.

Todavía nada. Era como si su mano se hubiera congelado. Apretó los dientes, incrementando la tensión de su cuerpo.

- Venga Liz....¡VENGA!

Como si toda la energía de su interior hubiese salido de repente, una descarga recorrió su mano y una de las velas explotó en mil pedazos.

-¡¡¡ahhh!! - No pudo controlar el grito a la vez que tiraba la varita hacia el mostrador. Se tapó la cara con las manos intentando tranquilizarse. Definitivamente no quería seguir con eso.

- Qu-qui....quizá no sea buena idea que siga - susurró, sin mucho éxito. Sin poder evitarlo provó seis varitas más, hasta que el hombre empezó a medirle de forma algo obsesiva. - Sí....di...diestra - respondió, algo angustiada. Quería buscar a su hermano o a Jason... pero si lo hacía vería a toda la gente que en esos momentos debía estar mirándola. Oro escalofrío recorrió su cuerpo. Detestaba ser el centro de atención.

La sensación de la siguiente varita fue de lo más agradable. Se permitió mostrar una ligera sonrisa, aliviada por no haber explotado nada a su alrededor. Pero resultó ser otro fracaso. Suspiró cansada, si molestarse en mirar la nueva varita que le habían colocado en la mano. Estaba segura de que tampoco serviría. ¡Pero ocurrió! ¡Había hecho magia! Escuchó con avidez la información sobre su varita, sin estar segura de cómo debía sentirse.

- Lo....lo haré, señor Ollivanders - le aseguró con una tímida sonrisa mientras sus padres hacían la compra. Se despidió con un gesto de la mano de los demás niños de la tienda. Sin detenerse más salió al exterior.

Notas de juego

[Salgo]

Cargando editor
07/11/2014, 22:51
Lizbeth Moore

Solo necesitó poner un paso fuera de la tienda para que toda su timidez y miedo se esfumara de un plumazo.

- ¡¡Jason!! ¡¡Ya tengo la varita!! - mientras gritaba salió corriendo en dirección a su amigo. En su cara se había dibujado una amplia sonrisa. - Pluma de fénix, alerce, inflexible y veinticuatro centímetros. Suena bien, ¿no? - rió divertida. Entonces recordó algo que no le hizo tanta gracia. - He tenido que probar nueve varitas... - sintió como sus mejillas se sonrojaban peligrosamente

- ¿Podemos ir ahora a la tienda de animales? - preguntó emocionada en el momento en el que sus padres y hermano les alanzaron. - Estaría genial tener una mascota, ¿verdad que sí, Jason?

Cargando editor
07/11/2014, 23:02
Megan Faulkner

Dio un pequeño salto hacia atrás cuando la cera llegó en su dirección, más que por cualquier daño por simples reflejos. La pobre chica la estaba pasando mal encontrando su varita, eso era seguro. ¡Si ni Ollivander estaba demasiado seguro de qué darle! ¿Por qué no había apostado contra ella, mejor? Hubiese ganado seguro. A menos que...a menos que ella fuera a tardarse más y ser más desastrosa que ella. Oh, por favor no. Podía aceptar una derrota, pero de ahí a una paliza...

Luego de la niña le tocó al otro chico. A él todo parecía haberle resultado fácil, así que confiaba en que ella tendría la misma suerte. O eso esperaba. ¡Malditos nervios! Si solo pudiese ir pronto.

Nos vemos...¡Y gracias por la suerte! - se despidió de Troy, con una sonrisa, satisfecha por una primera amistad forjada exitosamente. Miró a James orgullosa en cuanto el chico se fue, pero cuando se dio cuenta de que podría afectarle el verla tan feliz de socializar con alguien más y llevarse tan bien, lo abrazó una vez más por la cintura.

Tú siempre serás mi favorito - dijo antes de guiñarle un ojo, para luego volver su atención a lo que pasaba en la tienda. Lo que pasaba, en aquel momento, era que la fila que la antecedía se acortaba.

¡Mucha suerte, Erik! - le deseo con una sonrisa.

 

Cargando editor
07/11/2014, 23:27
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

- No, no se puede ser demasiado listo. - El problema de Alexander era que, para alguien como Iraida que llevaba conociéndolo desde hacía años, era previsible. O al menos lo sería para alguien que pudiera jugar con este tema. - No comprendo como "ser listo" puede ser contraproducente de cualquier forma o manera. - Continuó hablando, comenzando a divagar sobre los diferentes aspectos en los que "un exceso" podía ser malo durante algo más de una hora. Exactamente lo que tardó en la compra de las túnicas y la camiseta nueva para poder cambiarse.

Tuvo muchos reparos en que la mujer, directamente, se le acercara, quejándose varias veces y diciéndole como debía hacer su trabajo, acusándola de ser poco profesional, practica o pragmática. Finalmente, una mezcla de "perdones" por parte de su hermana y "silencios incómodos" por parte de Alexander consiguió que los chavales pudieran salir de la tienda con las compras, y Alexander miró a su alrededor, con aire desconfiado y sintiéndose agobiado por el exceso de gente. Caminó, pegado a la pared, esquivando la gente y recriminando a los que tenían un rumbo de colisión con él, hasta entrar en la tienda de libros. Su favorita.

Una en la que no hacía falta hablar.

Notas de juego

¡A la tienda de libros!

Cargando editor
08/11/2014, 17:08
Director

- No hay nada que temer de las varitas, señor Gallaway- parecía que Ollivander había escuchado la conversación de Erik, con lo que no tardó en dirigirle una sonrisa tranquilizadora que pronto se convirtió en un gesto lúgubre que no parecía adaptarse de forma adecuada a la expresión de por sí risueña del hombre-, son las personas las que pueden hacer cosas malvadas con ellas, del mismo modo que cosas magníficas. La varita es la herramienta para que fluya la magia de su interior, pero sólo usted decide qué hacer con ella. Vamos allá - el proceso volvió a repetirse. Nuevamente unas cuantas varitas empezaron a ser mostradas y desechadas de modo automático mientras que otras requerían ser probadas, algunas con apenas resultados visibles de modo que Ollivander las retiraba de su mano de modo inmediato para sustituirla por la siguiente. Sin embargo la más curiosa fue la séptima, cuando, tras agitarla, se oyó un gran ruido como de cajas cayendo al suelo proveniente de la trastienda. El hombre se la quitó con delicadeza -. Efectivamente, el corazón de dragón no parece adecuarse a su personalidad. Puede que sin embargo el pelo de unicornio... - nada más sacudir la nueva varita cayó una suave lluvia de chispas doradas sobre Erik, cálidas agradables, que le produjeron una magnífica sensación de felicidad que no supo determinar -. Núcleo de pelo de unicornio, nogal, veintiséis centímetros, rígida - susurró mientras la tomaba de manos del niño y la guardaba en la caja -. Creo que es una varita digna para un digno dueño - nada más eso le tendió la caja con una sonrisa gentil y miró a Megan y a James, a quien guiñó un ojo -. Imagino que usted es la señorita Faulkner, ¿verdad?

Cargando editor
08/11/2014, 17:26
Jason Finnigan

- Me has ganado - le dijo Jason con una radiante sonrisa, claramente sin mostrar importancia por las veces que cada uno había tenido que probar suerte mientras sujetaba con orgullo la caja de su propia varita. Los padres de ambos se  hallaban cerca, hablando e incluso riendo por sus propios miedos mientras Chuck andaba cerca repasando a una bruja con la mirada.

- Prométeme que me presentarás a tus amigas dentro de siete años - le murmuró su hermano con expresión lobuna mientras la despeinaba como de costumbre. Algo le hacía pensar que estaba pensando precisamente en esas chicas que llevaba a casa y no en amigas.

Jason, que no se había dado cuenta de lo que le había dicho Chuck a Lizbeth, siguió hablando, respondiendo a su pregunta.

- Pues no sé, creo que no tengo mucha mano con los bichos, Lizbeth, se me mueren todos. Quizás los mágicos son más resistentes - no parecía demasiado esperanzado al respecto pero tampoco parecía ser algo que le inquietara.

Momentos después entraban al Emporio de la Lechuza, una tienda que a pesar del nombre mostraba una mayor variedad de animales, muchos de los cuales ni siquiera era capaz de reconocer. Justo en aquel momento salía su último cliente con lo que la dependienta les dirigió una mirada ratonil e inquisidora.

- ¿Primer curso, verdad? Espero que vengáis para darle un buen hogar a un animal, no por capricho... - Jason dio un respingo a su lado y esbozó cara de culpabilidad. Cerca de donde estaban una serpiente miraba al chico con fijeza, mientras su lengua viperina degustaba el aire de forma rítmica -. ¿En qué puedo serviros?

- Yo creo que mejor nada - terminó por musitar su amigo, haciendo que la mirada de la dependienta de desviara hacia ella.

Cargando editor
08/11/2014, 17:41
Iraida Weir

La librería desprendía aquel agradable aroma a seco, a pergaminos y a limpieza...y a sudor humano. Por desgracia parecía que el exterior era sólo una muestra de lo que uno podía encontrarse en el interior de la tienda, de modo que había por lo menos una cola de diez personas por delante de ellos.

El último, un chico con el cabello color arena, parecía estar esperando a alguien por el modo en que sus ojos buscaban la puerta de un modo constante, unos ojos cercados por unas profundas ojeras que le daban un aspecto un tanto enfermizo e insomne. Su mirada hubiera pasado por encima de ellos sin interés cuando reparó en Iraida, a la que sonrió con suavidad y le hizo gestos para que se unieran a él en la cola.

- Iraida, no esperaba encontrarte aquí - por algún motivo su hermana estaba tan sonrojada que simplemente respondió con un asentimiento nervioso. El chico esbozó una mueca incómoda antes de dirigir la vista hacia Alexander -. Es cierto, dijiste que tu hermano pequeño entraría a Hogwarts este año, ¿verdad? - un nuevo asentimiento sin palabras -. Me llamo Remus Lupin, soy compañero de curso de tu hermana - acabó por decir con cierta resignación al ver que no lograba sonsacarle ni una palabra a la muchacha.

Cargando editor
08/11/2014, 17:53
Director

Notas de juego

Pues como no responde, ¿a dónde vas?

Cargando editor
08/11/2014, 17:56
Erik Gallaway

Lo miro algo temeroso. Que me diga que no hay nada que temer me hace pensar precisamente que sí hay algo que temer. No había más que ver como aquella niña había hecho explotar la vela. Además, excepto la de thestral que no tengo ni idea de lo que es, todas las varitas parecen tener una parte de un animal dentro. ¿Qué puede ser peor que eso? El hombre sigue hablando y yo le escucho con atención. Si es el mago el que elige...

Cuando alargo la mano para coger la primera varita, me doy cuenta de que me tiembla el pulso de los nervios y mi camiseta empieza a presentar manchas de sudor en la zona de mis axilas. Conforme Ollivanders va descartando varitas, este estado de agitación nerviosa incrementa también y las gotas de sudor empiezan a resbalar también por mi frente. 

¿Por qué no me quiere ninguna?- murmuro para mi hermana que se ha acercado para observar el proceso junto a mi. Las varita se parecían a la gente. Si no eras guay no querían ir contigo. 

Al menos todavía no he roto nada. Pero en el preciso instante en que pienso eso se oye un ruido de cajas cayendo en la trastienda. Cuando Ollivanders me anuncia que la que acababa de probar es una varita de dragón, la dejo caer en el mostrador mientras doy un pequeño respingo hacia atrás asustado. Cuando todavía me ofrece otra varita más, tardo unos segundos en calmarme y volver a alargar la mano hacia la caja del mostrador. ¿Unicornio? Otro intento más fallido, pienso antes siquiera de probarla. Todo el mundo sabe que los unicornios son de niñas. Pero, de repente, una sensación me recorre. Siento la magia fluir a través de mi y sé, al momento, que aquella varita me ha elegido. 

Pero los unicornios son de chicas.- refunfuño tras oír la explicación del anciano. Aún así, mientras camino hacia el exterior de la tienda, no puedo dejar de mirar aquel palito de madera. Esa especie de ser viviente que a partir de ahora se va a encargar de canalizar mi magia. 

Adiós.- Me despido de las chicas con las que he estado hablando, antes de salir de la tienda acompañado de toda mi familia. Sin duda, los restantes clientes iban a estar mucho más cómodos después de que cinco personas abandonaran el local.- Y suerte con las varitas. 

Cargando editor
08/11/2014, 18:20
Erik Gallaway

La emoción todavía está más que patente en mi rostro cuando salgo del local y mis ojos siguen fijos en la varita. Me doy media vuelta, caminando hacia atrás para poder ver al resto de mi familia. 

¿Habéis visto lo que he hecho? He creado chispas de la felicidad. Mola. ¿Sabíais que las varitas están vivas? ¿Que te eligen ellas? Y el pelo de esa niña era de verdad. Podía transformarse en cosas. ¡Es alucinante!

Durante varios minutos más lo único que puedo hacer es relatar entusiasmado todas las cosas emocionantes y nuevas que he aprendido dentro de esa tienda. Tan solo para mi retahíla de palabras cuando tropiezo con un señor, uno de los muchos transeúntes del Callejón Diagon, y me doy de narices contra el suelo. 

Auch- me quejo, apoyándome en el brazo de mi madre que me ayuda a levantarme. Cuando lo hago, frente a mis ojos veo el cartel de una nueva tienda: Librería Flourish y Blotts. Debe de ser aquí donde compraremos los libros para el nuevo cole. Miro a mi padre interrogante. Él es el que lleva el mapa y parece que de momento no nos hemos perdido ni hemos entrado a ningún sitio que no debiéramos. Bueno, a excepción de aquel callejón oscuro de antes que daba muy mala espina. Menos mal que hemos salido de allí antes de que nos atracase nadie. - ¿Entramos?

Notas de juego

A la librería

Cargando editor
08/11/2014, 19:16
Sólo para el director

Notas de juego

puedo esperar ya que es Finde. En el caso de que quieras continuar iría a la tienda de mascotas

Cargando editor
08/11/2014, 19:19
Director

Casi al mismo tiempo que aquel chico hablaba con Alexander y con su hermana entró otro niño de su edad acompañado de lo que sólo podría describirse como su numerosa familia: sus padres, otra niña de su edad y una mujer más mayor que posiblemente fuera su abuela.

Por su parte, Erik se encontró con un magnífico lugar atestado de libros y de un magnífico olor a pergamino nuevo que impregnaba todo el lugar, sin embargo la librería estaba tan atestada que resultaba difícil moverse entre el gentío. Había una considerable cola ante el mostrador, al final de la cual se encontraban dos niños y una niña, uno que tendría aproximadamente su edad mientras que el otro y la niña eran algo mayores, quizás dos o tres años más. Se acercaron al lugar, dispuestos a hacer cola como todos.

- Mira Erik, aquí te sentirás como en casa - bromeó su abuela, que estaba abrazando los hombros a una más que desconsolada Erika, que por más que intentaba mantener la entereza empezaba a tener los ojos llenos de lágrimas de frustración.

Cargando editor
08/11/2014, 19:19
Violet Knight

Troy pronto se encontró de nuevo en el abarrotado callejón con su familia, más lleno a cada hora que pasaba, de modo que tenían que abrirse paso con cuidado de no llevarse un codazo de algún agobiado transeúnte.

- ¿Dónde se habrá metido esta niña? - refunfuñaba su padre refiriéndose a Agnes. Tan libre como era, resultaba curioso comprobar lo que le costaba aceptar que su hija se hiciera mayor y fuera más a su aire.

- Con sus amigos - respondió su madre con soltura, sin que ella pareciera molesta por la, por otro lado más que normal, desaparición de su hija -. Cariño, ¿qué te parece si vas a comprar tú los libros y nosotros vamos a por las mascotas? - estaban justo ante Flourish y Blotts y el lugar parecía ser una agobiante caja de sardinas.

No se podía considerar que Gabriel fuera un hombre sumiso pero eran muchas las veces que dejaba cuestiones de organización en sus manos como aquella vez. Se llevó una mano a la frente e hizo una parodia de saludo militar antes de entrar cual mártir de guerra a la librería.

- ¿Podremos comprar la mascota que queramos, mamá? - Violet parecía bastante entusiasmada con aquella idea, era el máximo exponente de su lado femenino: le encantaban los animales.

- Cualquier cosa no, Violet, algo que podáis llevaros a Hogwarts que yo no tengo tiempo de cuidaros vuestras mascotas.

Momentos después entraban en el Emporio de la lechuza.