Partida Rol por web

La edad oscura

Primer curso, capítulo I. La carta

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21/10/2014, 17:16
Henry Boots

Sin esforzarse demasiado en ello había logrado separar a Henry, que había caído de culo sobre el enmoquetado suelo del cuarto de Troy y quien, tras verse atrapado bajo su amigo, le dirigía una mirada de carnero degollado teñida de burla amistosa.

- Venga ya tío, ¿un poema? Sé que es imposible porque es mayor que yo y que es tu hermana pero tío, en serio, está muy buena. Todos los de la clase están colados por ella, ¿por qué te crees que nunca te faltan compañeros para hacer ningún trabajo? - le preguntó con la voz cargada de ironía -. Sólo un vistazo, Troy, va... en un mes se volverá a ir a su internado de tías macizas y ya no podré volver a verla.

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21/10/2014, 17:22
Chuck Moore

- Ni hablar enana, te faltan por lo menos veinte años para poder tocar esta preciosidad.

- Chuck...

La voz de su madre llegó hasta ellos cuando entraban al coche, una perfecta mezcla de resignación y autoridad que parecía ser la tónica de sus conversaciones con su hijo, un chico que había crecido intelectualmente mucho más pronto que los demás, mientras algunos impulsos adolescentes aún coleaban en su conducta que era, por otro lado, muy madura.

- Mamá... - respondió con el mismo tono mientras tomaba asiento junto a su hermana, a quien dirigió una sonrisa algo chulesca antes de devolverle la mirada a su madre sin perder la sonrisa -. Es mi cumpleaños y me he permitido este capricho. Relájate, no voy a ir derrochando todo el dinero que me llegue. Y aunque lo hiciera, tú seguirías ganando suficiente para mantenerme - bromeó al tiempo que se ponía las gafas de sol, ocultando sus ojos ante la vista de los demás.

Su madre puso los ojos en blanco antes de alzar la mano como despedida.

- Contrólale, Liz, no dejes que se meta en líos - a pesar de sus palabras la niña pudo ver cómo le silabeaba a su hermano un "cuídala".

- ¿Segura que no quieres venir con nosotros?

- Segura. Id con cuidado.

Poco después se hallaban disfrutando de la agradable sensación del viento secando el sudor en su piel y enredándoles el cabello, a pesar de que Chuck conducía a una velocidad bastante moderada.

- ¿Hoy no habías quedado con tu novio? - preguntó tras un rato de silencio en el que se habían limitado a gozar del trayecto y escuchar la música que emitía el radiocasete del coche. Por supuesto, Lizbeth sabía que se refería a Jason -. No me gustaría que por mi culpa vuestra relación se estropeara - le tomaba el pelo, como de costumbre cuando se trataba de Jason. La realidad era que todos en su casa apreciaban mucho al niño por el simple hecho de ser el único amigo de Lizbeth pero eso no iba a hacer que Chuck bromeara menos al respecto.

 

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21/10/2014, 17:52
Roxane Abbot

No pareció que el rechazo de Joy a montar tras él desanimara a Burkely, quien miró con expectación primero a Jarek y luego a Eugene, en quien recaía la última decisión teniendo en cuenta el comentario de Jarek y que además se encontraban en su casa. El niño sonrió con serena calma antes de negar con la cabeza.

- Por favor, no querría estropearos la diversión con mi padre montando en cólera al verme sobre la escoba - respondió con excesiva formalidad -. Aunque os recomendaría que no os alzarais más que aquellos setos u os verán desde su posición.

Por su parte Roxane había estado mirando con cierta envidia a Joy aunque cuando la niña le dirigió la palabra esta había desaparecido de su semblante para corresponderle con voz titubeante.

- Ah sí, seguro - observó con deseo mal disimulado las escobas antes de decir -. ¿Qué os parece ir hasta la fuente, darle la vuelta y volver? Aunque no sé qué premio podría llevarse el ganador.

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21/10/2014, 18:13
Lizbeth Moore

Como siempre hacía, Lizbeth ignoró la tensa conversación entre Chuck y su madre. Nunca les hacía caso, eran de esas cosas de mayores que a ella no le gustaba entrar. Mientras no discutieran y le diesen a ella los caprichos que quería, no había nada de qué preocuparse.

- Tranquila mamá, lo devolveré a casa sano y salvo - cerró los ojos mientras le dedicaba una amplia sonrisa a su madre. Sabía que se lo decía de broma. Ella nunca podría cuidar a alguien como su hermano. En realidad, estaba segura de que no sería capaz de hacerlo con nadie. Ese pensamiento hubiese hecho que se pusiera muy triste de no ser por el momento tan especial y único en el que se encontraba. En sus manos todavía estaba la caja con el regalo de Chuck. La apretó con fuerza, como si le diese mierdo que en cualquier momento le saliera volando de las manos. Le había costado mucho encontrar ese regalo. Solo esperaba que le gustara a él... ¿Realmente sería así? Ella nunca podría competir con un coche como ese... Frunció el ceño preocupada. Fuese quien fuese ese 'patrocinador', ya no le caería bien nunca.

- ¿¿¿N...novio??? - la pregunta de Chuck le sobresaltó. Había decidido recostarse en el asiento del copiloto con los ojos cerrados y disfrutando del choque del movimiento de su pelo. En momentos como ese deseaba que Dana apareciera por algún callejón y se quedara boquiabierta al verla en un coche tan molón con su increíble hermano. La miraría sonriendo, con la barbilla ligeramente elevada. Como siempre le hacía a ella. Como si fuera una niña estúpida a la que no valiese la pena mirar. Como hacían con ella...

- Ja...Jason no... él no es mi... novio.... - se había puesto colorada, lo sabía. Le ardían las mejillas y un cosquilleo le recorría toda la piel. Odiaba cuando su hermano le hacía eso. Sabía que le molestaba. Por suerte, había conseguido que nunca hiciera ese tipo de comentarios delante de Jason. Pero no podía evitar pensar que algún día lo haría. Y entonces Jason dejaría de quedar con ella...

Evitando mirar a su hermano se aclaró la voz y se incorporó en el asiento. - Había quedado con unos amigos. Quizá mañana me pase a buscar. - Había cierta tristeza en sus palabras. Jason quedaba con ella siempre que podía, pero tenía otra gente a la que ver. Por desgracia, ese no era el caso de Lizbeth. Quizá el chico la hubiese invitado de saberlo pero ella nunca le contaría la verdad. Nunca le diría que nadie quería ser su amigo.

- ¿Dónde has dicho que vas a llevarme? - apretó las manos al asiento obligándose a hacer la pregunta sin que temblara su voz. No, no era el momento de ponerse triste. Era el cumpleaños de Chuck y debía estar contenta por él.

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21/10/2014, 18:28
Señora Gibbs

Su aire profesional quedó truncado por la sonrisa cariñosa con la que le tendió un pañuelo de papel a la niña conforme ésta se iba quitando los trocitos de chicle, aunque pronto volvió a adoptar una postura más seria al cruzar las piernas y juntar las yemas de sus dedos unos centímetros por encima de su rodilla. A su lado una pluma vuelapluma anotaba con discreción algunos de los detalles importantes de la sesión.

- Por supuesto que no estás chalada, Caliope, eso lo sé yo, lo sabe tu padre y también lo sabe tu madre - le aseguró con una sonrisa que no dejaba entrever el disgusto que le había ocasionado saber que, otra vez, Mia había vuelto a reprender a su hija por algo que la niña no podía controlar-. Pero a veces las personas nos sentimos muy muy solas, ¿sabes? E intentamos por todos los medios a nuestro alcance no sentirnos así - le explicó en términos que la niña pudiera entender, inclinándose levemente hacia ella -. Sabes de qué te hablo, ¿verdad?

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21/10/2014, 18:33
Tynam Connolly

Liam seguía callado mordisqueando una pasta con aire ausente, sin prestar atención a la escena familiar que se desarrollaba a su alrededor. Escena que, por otra parte, hacía ya mucho que no vivían en su casa. Parecía que aquella cómoda calidez cotidiana se había esfumado con la llegada de Sean, a pesar de que el hombre se desvivía por mostrarse cercano y cariñoso con sus ahijados. Pero era muggle y aquello era mucho mejor que el hecho de que hubiera sustituido a su padre, a pesar de que Darren no lo viera así.

- No ha habido un sólo squib en mi familia y tú no serás la primera - su voz denotaba la seguridad y el orgullo que le daban los últimos siglos de memoria histórica, corroborando sus palabras de forma inequívoca. Pobre del que se atreviera a sugerir que cualquier persona sin habilidades mágicas hubiera sido eliminada de la historia familiar como si nunca hubiera existido, aquella no era una posibilidad que pasara por la cabeza de Tynam Connolly -. No desesperes Maebh, pronto llegará. Un buen amigo mío tiene un puesto en el Consejo Escolar, puedo hablar con él ahora mismo si hace falta.

- No hará falta abuelo, yo tampoco he recibido todavía la carta con el material escolar aunque ya me he comprado todos los libros - comentó con despreocupación Niall -. Suelen repetirse de año a año - se quejó con la decepción que le causaba ese hecho patente en la voz -. Estarán a punto de llegar. Y no sé por qué te preocupas Maebh, ya has mostrado signos de magia. Preocúpate antes por la casa a la que irás - una tenue sonrisa se insinuó en sus labios al mirar a su hermana, sabiendo que con aquel comentario podía abrir un tema de debate intenso estando Liam delante.

Sin embargo la respuesta de él no fue la que ninguno esperaba.

- Voy a mudarme a vivir contigo, abuelo.

 

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21/10/2014, 19:19
James Faulkner

No pareció importarle que ella se alejara. Megan sabía el por qué. Aunque estuviera con ella seguía teniendo la cabeza en la música, a pesar de que hiciera rato que había dejado de sonar, podía verlo en el modo en que los dedos de la mano derecha iban golpeando uno a uno la yema del pulgar de forma rítmica, como si siguiera pensando en la nota que había quedado sin sonar, escribiendo la melodía en su cabeza.

- Sí. No. No sé, puede - se pasó la mano por el pelo, desordenándolo de forma descuidada, algo que por lo visto les gustaba a las seguidoras de su tío, aunque él parecía no darle demasiada importancia. Megan sabía, más de oídas que por conciencia propia, que su tío era atractivo, no era sólo su expresión, era la libertad de sus gestos y la eterna juventud que parecía acompañar sus facciones, la promesa de una persona con una gran riqueza interior. El James que conocían y todos querían. El James bueno -. Creo que le diré a David que me acompañe con el chelo - murmuró para sí antes de sacar los pies del agua y ponerse de nuevo en pie -. ¿Quieres algo para merendar? Por cierto, no te quedes mucho tiempo en el agua, aún pescarás un resfriado y en verano son mucho peores de curar.

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21/10/2014, 19:49
Megan Faulkner

Nadó un par de vueltas más alrededor de la piscina, mirando a su tío de vez en cuando cuando éste le conversaba. Le gustaba cuando ponía esa cara de concentración, especialmente si era por la música, pues le hacía preguntarse que clase de maravillas pasarían por su mente en aquel momento y cuando las llevarías a las teclas del piano, aunque jamás quedara satisfecho con lo que hacía. Se preguntaba como sonarían las cosas que inventaba en su mente. Debían ser fantásticas, tan épicas e inimaginables para un ser humano común que serían capaces de hipnotizar a cualquiera con su belleza. Probablemente de manera similar a como hacía su tío con sus eternas enamoradas.

Está bien. Voy contigo. 

Braceando llegó al borde, justo al lado de donde su tío estaba parado, y usando la fuerza de sus brazos se impulsó hacia arriba y salió de la piscina fácilmente. Lo tomó de la mano, antes que volviera a distraerse, y lo guió hacia dentro de la casa.

Creo que un chelo le quedaría precioso. ¿Quizás un violín, también?

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21/10/2014, 21:56

Las mismas palabras de siempre. Que si Agnes es un pivón, que si Agnes es perfecta, que si todos aman a Agnes... Troy escuchaba, encima de su amigo, todas las excusas que le iba poniendo mientras miraba al techo con paciencia. No era de los que se enfaban a la primera, y lo cierto es que ya imaginaba que todos venían por Agnes. Si bien él se había servido bien de la ayuda de esa gente para los trabajos, pues normalmente siempre escogía a los que eran más listos en la materia que fuera.

- Ya. Sí. Está super buena, lo sé. Lo sé.- aceptaba con tranquilidad pero sin dejar de estar sentado sobre su amigo.- No te voy a dejar mirar por ese agujero, tío. ¡Te saca más de dos años!

En un mes se iría, sí. Y entonces Troy pensó que quizás él también se marcharía. Dejaría el colegio para irse al "colegio de tías macizas".

- Anda, vamos a llamar a April. Seguramente esté en casa y quiera salir a hacer algo. O a lo mejor su madre nos da un refresco gratis.

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21/10/2014, 22:12
Maebh Connolly
Sólo para el director

Si el abuelo lo decía tendría que ser verdad, la carta llegaría porque, tal y como había dicho Niall yo no podía ser una squib pues ya había mostrado que la magia estaba en mí. Lo que no les dije a ninguno de ellos fue que, en el fondo, lo que me preocupaba era que, de alguna manera, en el colegio supieran que a mí me interesaban ciertos temas que quizás no fueran del agrado del director o de algún profesor. Era una tontería, pero ese temor y el hecho de que la carta tardaba me hacían mostrarme dudosa de si iría a Hogwarts.

Me quedé más tranquila cuando Niall dijo que él tampoco había recibido la suya con el material del año. Ahora entendía el porqué llevaba unos días un poco más serio que de costumbre y el motivo no era otro que aún no había podido ver los libros que tendría que estudiar ese año. Le sonreí con cariño, quería a todos mis hermanos... bueno, a casi todos, por igual, pero Niall siempre había sido mi preferido, quizás por el hecho de que compartíamos la misma pasión por los libros y habían sido muchas las horas que nos habíamos pasado en la biblioteca del abuelo.

Pero la sonrisa se me congeló cuando habló de las casas. Ese era un tema en el que prefería no pensar. Todas y cada una de las casas había gozado de la presencia de un Connolly en algún momento de la historia, así que esa era una gran incógnita. Lo único que tenía claro era que, por nada en el mundo, me gustaría estar en Hufflepuff, como Darren y mi madre, viendo cómo habían salido los dos. No... Era lo único que podía desear y para mí sería una gran decepción que me tocara esa casa. Para mí y, estaba convencida, para el abuelo también. Sabía perfectamente que él quería que yo fuera a Slytherim o a Ravenclaw, pero eso era algo que no podía decidir él. Tal y como me habían contado cientos de veces sería el sombrero el que me colocaría en una casa determinada.

-La casa... Sólo espero que no me toque la misma que a mamá, porque sino...

Mis palabras se perdieron cuando Liam salió de su estado de concentración para soltar algo que esperábamos que dijera desde hacía tiempo, pero con lo que no contaba era que fuera a hacerlo en estos precisos momentos. Miré expectante al abuelo para ver su reacción.

-Abuelo, si Liam se viene a vivir contigo ahora que Niall y yo nos tenemos que ir a Hogwarts, mamá y Sean podrán quedarse más a gusto cuidando de... la pequeñaja.

Le guiñé un ojo a mi hermano convencida de que mi abuelo aceptaría la propuesta. Ya nos había demostrado en más de una ocasión que estaría encantado de que nosotros cuatro fuéramos a vivir con él alejados de la influencia de Sean, la cual él consideraba perniciosa.

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21/10/2014, 23:35
Erika Gallaway

- Seguro que puedes volver a jugar con eso más tarde, ahora ve con las niñas y que te enseñen a coger la pelota - siguió tomándole el pelo como de costumbre aunque no sin antes darle un golpecito a la patilla derecha de las gafas, que con la intensidad del juego se le habían torcido. Justo cuando se levantaba se inclinó hacia él, colocando la mano en su hombro -. La próxima vez di que te duele el estómago y quizás me lo creo.

Cuando se separó de él sonreía con diversión pero ni eso ni todas las protestas que fue capaz de idear Erik evitaron que le acompañara, con la mano todavía sobre su hombro, hasta el jardín de modo inexorable, quedando inmediatamente cegado por la luz del sol, que en nada parecía estorbar a las risueñas niñas.

El sudor enseguida impregnó su piel, haciendo que las gafas le resbalaran hasta la punta de la nariz de un modo molesto, como si hasta el momento en que su concentración no había vuelto a la vida real no hubiera reparado en que era, de hecho, el día más caluroso en lo que iba de verano.

- ¡Erik! - su hermana parecía contenta de que hubiera aparecido por ahí, hasta el punto que se acercó a él para tomarle de la mano y tirar de él, dejándolo a pleno sol de espanto. No parecía que el ejercicio físico sumado al calor hubiera hecho mella en ellas quienes, a ver de estar sonrojadas, aún parecían frescas -. Juega con nosotras, ya verás, sólo tienes que correr y atrapar la pelota. Te la tiraré flojito - prometió.

- No la atrapará, tiene dos manos izquierdas - Fiona se rió como loca ante su propio comentario, aparentemente sin malicia, ganándose una mirada recriminatoria por parte de Erika.

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21/10/2014, 23:52
Iraida Weir

Alexander sabía que su hermana se hubiera desecho en agradecimientos hacia él si no fuera porque estaba tan sumamente preocupada por la varita que seguía más pendiente de las manos de Zora sobre la misma que por la "ayuda" prestada por Alexander, si es que a aquello se le podía pedir ayudar pero estaba claro que su Iraida no comprendía la clase de persona que era su hermano o quizás fuera simplemente que no perdía la esperanza con él.

Zora, por contra, sólo parecía molesta por la intervención de su hermano, con lo que soltó un bufido de fastidio que cambió a melosa sonrisa ante sus últimas palabras.

- Eso Iraida, enséñanoslo. ¿No haces siempre de mami? Pues demuestra que sabes hacer las mismas cosas que ella. Limpia...esto - con un gesto descuidado volcó todo el tarro de tinta sobre uno de los pergaminos de la chica, que soltó un quejido desesperado. No es que hubiera avanzado demasiado con el trabajo pero teniendo en cuenta el rato que le había llevado avanzar tres míseras líneas...

- Alex, ¿cómo se te ocurre decir eso? - se lamentó por lo bajo -. No puedo hacer magia, no soy mayor de edad...

Sin embargo parecía que la sugerencia de su hermano había bastado para que la niña relajara la mano a la espera de que Iraida probara de efectuar algún hechizo, esperando a todas luces que fallara.

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22/10/2014, 00:27
Erik Gallaway

Pero abuelaaa- me quejé con tono casi suplicante. Pero era inútil. Si algo caracterizaba a esa mujer era su tozudez. Fijo que eso va a más con la edad. La abuela ya está chocha. Me dejo llevar con los brazos colgando y arrastrando los pies a mi paso hasta que salimos al exterior. El calor me golpea en la cara y casi al instante mis gafas se deslizan por mi nariz hacia abajo. Me las subo con un resoplido. La abuela era una bruja. Y, como todas las brujas, cocinaba niños. Porque no podía ser otra su intención, obligándome a salir a la calle para asarme con este calor infernal.  

Mis pulmones están hirviendo. No puedo respirar. ¿Cómo voy a poder jugar a ese estúpido juego?- digo, tratando de darle pena, pero llevándome las manos a la boca al instante al darme cuenta de que había dicho una palabrota. Pero es que...no quería. Si hasta ella misma decía que tenía dos pies izquierdos. ¿Por qué me hacía esto?

Pero no me da tiempo a seguir protestando porque Erika ya está a mi lado y tira de mi para llevarme al campo de fusilamiento. Oh, dios..., pienso, temiéndome lo peor. Porque me iba a pasar algo seguro.

¿Sólo?- pregunto, casi ofendido.- ¿Te parece poco?- No me costaba mucho manipular objetos pequeños y, lo cierto era que cuando quería podía ser bastante habilidoso. Pero el deporte no era mi fuerte. Definitivamente. 

Lanzo una mirada envenenada a Fiona tan pronto suelta su lucida frase, pero mi expresión acaba tornándose algo desesperada. 

Tiene razón, Erika. No la voy a coger. Ya verás...

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22/10/2014, 00:52

Miré divertida a Jarek. No iba a poder salirse con la suya. Tendría que competir o echarse atrás, pero eso le haría parecer algo cobarde después de las excusas que había intentado poner. Quería ver a los dos chicos compitiendo. Sería divertido ver quien ganaba y más divertido aún si había un premio.

Claro. Debe haber un premio... Lo hace más interesante. Dije, apoyando la idea de Roxane y sonriendo a la chica de forma agradable. ¿Qué queréis jugaros chicos? Tenía curiosidad por lo que fuera a decir el chico de las escobas. Si hacía lo que tenía en mente confirmaría mis sospechas de que había recibido indicaciones por parte de sus padres.

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22/10/2014, 12:03
Caliope Thonks

Cogi el pañuelo que la señora Gibbs me tendio. Solo que, en lugar de usarlo para limpiarme el chicle, que ya habia devuelto a su lugar original, chupandome el dedo para mezclarlo con el resto de chicle que habia en mi boca, lo use para sonarme la nariz, con una expresion de sorpresa- Gracias, señora Gibbs... ¿como sabia que necesitaba sonarme la nariz?- dije, suponiendo que habia "leido" mis pensamientos.

Entonces continuo hablando sobre mi salud mental. Torci el gesto cuando dijo que mi madre no pensaba que estaba chalada. No tenia eso tan claro. Igual que no tenia tan claro que ella misma no lo estuviera. En ocasiones hacia cosas raras, y mas de una vez la habia pillado, en medio de la noche, llorando sin motivo. ¿No es eso lo que hacen los locos, hacer cosas sin sentido? A mi eso no me pasaba, desde luego.

Sin embargo, la señora Gibbs dijo algo en lo que tenia razon: me sentia sola. Asi que asenti, cambiando mi postura, recogiendo mis rodillas sobre el sillon, abrazandome a ellas, mientras la puntera de mis zapatillas apuntaba en direccion a la señora Gibbs- Bueno, si. Creo que se a que se refiere.. -dije, sustituyendo mi habitual semblante alegre y despreocupado por uno algo más sombrio. Una de esas expresiones que la gente pone cuando sabes que el de enfrente lleva razon- Es decir... No es que me sienta sola... Tengo a mis padres, y la tengo a usted... Y conozco a mucha gente en el callejon Diagon y esas cosas... - comence a decir, soltando mis rodillas para gesticular con las manos a medida que hablaba-  Pero no conozco a nadie de mi edad. Todos son adultos, preocupados por sus problemas, muy serios y muy importantes, y todos estais siempre muy ocupados con mil y una cosas en las que no hay sitio para mi... Y... bueno, vale, si. Reconozco que me encantaria conocer a mas gente de mi edad. Tener mas amigos. Ahora mismo solo tengo a Ted y, aunque me lo paso genial con el, me siento mal a veces, porque me encantaria decirle a mamá lo bien que me lo he pasado, o todas las cosas que hemos hecho juntos. Pero, en cuanto le hablo de el, se enfada, me tacha de loca y me dice que deberia dejar de hacer y decir esas cosas... Y no entiendo por que...

No sé qué puede tener de malo tener un amigo. ¿Usted lo entiende, señora Gibbs?- dije finalmente, mirando a la mujer, con cierta expresion apenada. Queria a mi madre, y no comprendia su comportamiento a veces. No sabia por que nunca parecia feliz conmigo, porque nunca parecia suficiente para ella. Y eso, aunque intentara ocultarlo, dolia.

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22/10/2014, 12:58
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

Había abierto el libro, y había pasado una a una las paginas, agarrándolas siempre desde la esquina exterior-inferior y humedeciendo los dedos con los labios exactamente cada siete páginas pasadas. Por desgracia, cuando estaba a punto de llegar a la pagina que había dejado a medio leer, su hermana pequeño volvió a irrumpir en aquel remanso de paz que apenas había durado apenas unos segundos.

Alzó la vista, solo para corroborar lo que su visión periférica le había dicho: Que su hermana acababa de derramar la tinta sobre la mesa. Una de aquellas cosas que Alexander podía considerar como "Pecados Imperdonables". Y así lo reflejó mi mirada, posándola fijamente con desagrado sobre Zora. Eso sin contar algo más importante: Volvía a equivocarse. - Hacer de madre no es ser madre. Existen ciertas diferencias, como por ejemplo la edad, el desarrollo o la capacidad para controlar a una niña de diez años que no puede dejar de molestar a cuantos están en su entorno directo. - Siguió con la mirada a su hermana Zora, molesto con lo que estaba haciendo, mientras mantenía la mano sobre el libro.

- Mi nombre es Alexander, no Alex. No me gusta que me llames Alex. Como no me gusta que Zora tire la tinta o que estéis gritando. - Contestó algo arisco.  Al menos hasta que comentó que no podía hacer magia por ser menor de edad. - Precisamente. - Acabó por decir, suponiendo que no sería capaz de hacerlo, y por lo tanto, no violaría ninguna regla.

Cerró el libro, molesto. - Ahora devuélvele la varita, cállate, siéntate en un rincón y te daré una galletita antes de cenar. -

 

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22/10/2014, 11:23
Jarek Cerny -Slytherin-

La respuesta de Simon fué la esperada, con un encogimiento apenas perceptible de hombros y con la media sonrisa todavía en su rostro, Jarek puso la escoba en posición y montó. Miró hacia los setos que lo taparían de la vista de los adultos, al menos tenía la ventaja de ser pequeño y con un poco de suerte su poco peso le ayudaría a ser mas rápido que Duff.

El joven Cerny había visto la expresión de Rox antes que las miradas se fijasen en ella pero no le dió tiempo de sacar conclusiones. Cuando la chica propuso el recorrido, Jarek lo miró durante un instante y se quedó pensando en cuál podría ser el premio.

- Un día de obediencia. Cuando el ganador quiera, veinticuatro horas de hacer lo que él diga.

Suponía que no aceptarían pero no había podido resistirse a la tentación de ver la reacción a sus palabras.

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22/10/2014, 23:36
Chuck Moore

- Si no te pasa a buscar dile que venga a hablar conmigo que le diré cuatro cosas - el tono sobreprotector que empleó al dirigirse a ella mientras el coche se deslizaba con un agradable ronroneo por la avenida principal quedaba desmentido por la sonrisa de dientes blancos que aquel día parecía haber quedado grabada a fuego en su rostro, sobre todo ante las miradas entre envidiosas y alucinadas de los peatones, ninguno de los cuales era Dana, Lizbeth se aseguró personalmente de aquello.

En cuanto a la pregunta sobre su destino, se limitó a dirigirle una mirada que pretendía ser misteriosa por encima de sus gafas y que mostraba más que nada lo mucho que estaba disfrutando con aquello. Además, aprovechó el gesto para guiñar el ojo a una rubia escultural que cruzaba por el paso de peatones justo ante ellos. Otra persona se hubiera ganado una mirada de desdén pero éstas parecían repeler a Chuck, que con su natural descaro había conseguido que la chica le pusiera morritos.

Su risa se perdió en el aire cuando arrancaron de nuevo para parar, apenas cinco minutos más tarde, en el centro comercial al que iban a comprar con sus padres cuando él era más pequeño.

- Nunca escuchas, enana - le acusó, burlón, mientras se bajaba del coche y esperaba que ella hiciera otro tanto -. ¿A qué esperas para darme el regalo? Sin regalo no hay helado.

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22/10/2014, 23:50
James Faulkner

Se dejó guiar por la pequeña mano de Megan, silbando el estribillo de uno de los éxitos de su grupo, una canción que parecía volver a su mente una y otra vez llamada "Un verso en blanco". Megan sabía que sólo la silbaba cuando se hallaba feliz pero la felicidad en su tío era una moneda de doble cara, porque sabía en qué podía acabar. Sin embargo dudaba que tras lo ocurrido hacía tan poco rato él volviera a pensar siquiera en aquello.

Sin más empezó a prepararle unas rebanadas de pan, no sin antes servirle un vaso de zumo que dejó sobre la mesa de la cocina.

- No, no para ésta. Pero sigue pensando, siempre me inspiras, Megan - le dio un beso en la sien al depositar el plato ante ella y se quedó ahí, de pie, esperando a que ella diera cuenta de la comida mientras seguía golpeando rítmicamente sus dedos contra el pulgar -. ¿Tienes ganas de irte a Hogwarts? - preguntó de forma repentina, rompiendo la armonía en la que se hallaban. Por supuesto, Megan todavía no había recibido la carta pero todos daban por supuesto que pronto llegaría aunque era la primera vez que James sacaba a relucir aquel asunto.

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22/10/2014, 23:59
Henry Boots

La idea de marcharse pareció desagradar a Henry, que se quedó quieto en su sitio, con las piernas cruzadas en plan indio en el suelo y mirándole con fastidio.

- No, venga tío, prometo que me portaré bien, no vayamos a casa de April. Palabra de Boy Scout - dijo llevándose dos dedos a la frente.

Troy conocía los motivos, por más que no fueran de su agrado. No es que se llevara mal con su amiga, la apreciaba, pero Henry era de los que pensaba que las chicas eran aburridas, a excepción de su hermana, por supuesto. Por eso no era su ideal ir a matar una tarde de calor con April cuando se estaban aburriendo incluso por su cuenta.

- Oye tío, no te ofendas pero, ¿estás colado por ella?

Ni corto ni perezoso había soltado la pregunta con cara de curiosidad, como si fuera algo que se le acabara de ocurrir y que le pareciera tan lógico como que el sol se pondría en unas horas.