Partida Rol por web

La edad oscura

Primer curso, capítulo I. La carta

Cargando editor
23/10/2014, 00:06
Niall Connolly

Niall esbozó una mueca al escuchar la respuesta de su hermana, un gesto que pretendía mostrar solidaridad. Como Ravenclaw le había escuchado dirigir palabras duras hacia los Hufflepuff y eso que no acostumbraba a ser tan prejuicioso como Liam pero por lo visto lo suyo contra aquella casa iba en serio. Consideraba que eran unos zotes sin talento en su gran mayoría, aunque admitía que algunos se salvarían si no fuera por las malas influencias de su casa.

No obstante no llegó a decir nada más al escuchar el comentario de su hermano y la respuesta de Maebh al mismo.

- Así podré dejar de compartir habitación con Darren y no me molestará cuando estudie.

Era su modo de mostrar el apoyo hacia su hermano. No solía hacerle confidencias a nadie pero Maebh era consciente de que, a su parecer, hacía tiempo que debería haberse marchado de casa. sin embargo la última palabra la tenía Tynam, quien miraba a Liam con fijeza.

- Siempre serás bien recibido aquí, hijo - terminó por decir con una tono agradable -. Y me atrevo a aventurar que alejarte de esas influencias nocivas te ayudará a ganar en temple. Vosotros también podréis mudaros cuando seáis mayores de edad - les aseguró a sus otros dos nietos, que habían estado pendientes de las palabras de su abuelo -. Y Maebh, lo importante es que seas la mejor en lo que haces. Claro que para ello te ayudaría estar en determinadas casas pero recuérdalo siempre. No importa si caes en Slytherin y aún teniendo todo a tu favor para mejorar en la vida caes en los malos hábitos. El éxito es una condición mental.

Cargando editor
23/10/2014, 00:18
Erika Gallaway

Erika parecía debatirse entre su intento por socializar a su hermano y las ganas de que se sintiera agusto. Tampoco ayudaba que no parara de quejarse de todo lo que le rodeaba, dificultaba bastante sus intentos para con él, ¿por qué no podía mostrarse más agradecido? Aquello la enfadaba un poco y él lo sabía, lo reconocía en sus labios fruncidos y la decepción patente en su mirada.

- Pues no juegues si no quieres pero no es tan difícil, es que si no lo intentas ¿cómo te va a salir nunca? La educación física también es importante, ¿sabes? - le recriminó con aquel aire de determinación que solía gastarse siempre.

- Vaaaaaaa Erik, que no puedes aprender cómo coger la pelota de tus libros, eso es imposible, ¿o no? - Fiona se unió a su propia manera a la intentona de Erika de convencerle.

Cargando editor
23/10/2014, 00:23
Señora Gibbs

Cuando Caliope encontró sus ojos la pilló ocultando una expresión de profunda pena que pronto fue ocultada por su cariz cálido y profesional de siempre.

- No hay nada de malo en tener amigos, cariño - aunque no pudo ocultarlo del todo al tratarla de ese modo familiar con el que a veces se dirigía a ella -. Pero los padres son así, ¿sabes? Se preocupan por las cosas que no comprenden y que creen que puede hacer daño a sus hijos en un futuro, ¿entiendes? Ted es importante para ti pero forma parte de una etapa de tu vida que acabarás dejando atrás, y eso es algo que tienes que comprender. Ahora le necesitas porque como dices, no tienes amigos de tu edad. Pero pronto irás a Hogwarts, donde podrás hacer amigos nuevos. ¿Cómo te sientes al respecto?

Cargando editor
23/10/2014, 00:28
Iraida Weir

Por más que puntualizara el asunto de su nombre sabía que Iraida volvería a recaer en el diminutivo, como hacía siempre, descuidando la petición de su hermano y prefiriendo el apelativo cariñoso al serio y maduro nombre de Alexander que parecía irle como anillo al dedo.

Sin embargo no tuvo tiempo de decir nada más, a pesar del azoramiento de su expresión, cuando Zora rompió a llorar ante las palabras de Alexander y aunque los lagrimones eran de verdad el niño sabía que exageraba el llanto a propósito.

- ¿Por qué eres tan cruel conmigo, Alexander? - berreó, soltando la varita y frotándose los ojos con las manos -. Yo sólo quería que me hicieras caso y jugaras un rato conmigo, ¿por qué me odias tanto?

Iraida, enternecida por las lágrimas y sin escarmentar con las manipulaciones de su hermana, se apresuró a abrazarla, dándole unas palmaditas de consuelo en la espalda.

- Bueno va, no pasa nada Zora, te perdono pero no lo vuelvas a hacer... - como si aquel fuera el motivo de la llantina de su hermana. Pero Iraida no parecía salir de su error -. Y Alex tampoco volverá a portarse mal contigo, ¿verdad que no?

Cargando editor
23/10/2014, 00:36
Burkely Duffield

Estaba claro por la mirada de Duffy que no era lo que él había pensado pero estaba de acuerdo con jugar según las normas de Jarek.

- Voy a ser muy malo contigo si pierdes, Jarek, ese día no esperes encontrar en mí un amigo. Y quien quiera podrá colaborar conmigo, por supuesto - dejó la invitación en el aire para sus compañeros, dando por seguro que ganaría.

Cuando por fin montó en la escoba su mirada era competitiva, a pesar de que el recorrido daba poco de sí pero estaba claro que Burkely iba a darlo todo. Algo le decía a Jarek que si tenía que hacer trampas no dudaría en tirarlo de la escoba, por muy amigos que fueran.

- Da la salida, Joy.

Notas de juego

lanza 1d10 de vuelo sin dificultad ^^ Luego yo tiraré con Duffy y narraré el resultado de la carrera, aunque puedes describir el vuelo según la tirada que te haya salido. Procura no pifiar xD

Cargando editor
23/10/2014, 01:06
Erik Gallaway

Sentí algo de remordimiento al ver la expresión de mi hermana. Me recriminé a mí mismo el haberla tenido abandonada los últimos años. Antes éramos tan cercanos. Le pellizco cariñosamente la mejilla. 

Está bien. Lánzamela. - Y me alejé un poco del lugar, hasta colocarme a unos cuantos metros de ambas chicas. - Que sí, Fiona, pesada. Que ya voy.- respondo a la chica, un poco molesto. Que conste que lo hago por Erika. 

Cierro los ojos y doy dos largas inspiraciones como si aquello me fuera a ayudar a concentrarme y no fallar. Pero no las tenía todas conmigo.- Tírala floja, porfa.- le digo a mi hermana, con ojos suplicantes. Las gotas de sudor corren por mi frente y soy consciente de que llevo puesta una camisa de manga larga. Me subo las mangas antes de volver a mirar al frente para recibir la pelota. Venga, Erik, tú puedes. Demuéstrale a Fiona que no te hace falta aprender, que ya sabes. 

- Tiradas (1)

Motivo: Atrapar

Tirada: 1d10

Resultado: 5(+1)=6

Notas de juego

Tiro ya atrapar por si acaso

Cargando editor
23/10/2014, 01:24

Cuando escuché la propuesta de Jarek no pude evitar abrir la boca con asombro. Muy seguro tendría que estar para apostar aquello. o mucho debería confiar en que su amigo no le haría quedar demasiado mal. Yo jamás habría propuesto algo así. Además, Burkley no podía hacer otra cosa que aceptar. Había insistido demasiado y si se echaba atrás quedaría como un cobarde. Así me gusta, jugar fuerte.

Como pensaba, el chico aceptó. Una sonrisa traviesa apareció en mi rostro. Sabéis como hacer las cosas interesantes. No hay duda de eso. Dije, divertida. Me adelante y me puse un poco por delante de los dos chicos, entre ellos. metí la mano en el bolsillo y saqué un pañuelo negro. Lo alcé con la mano derecha completamente estirada hasta que quedase frente a mi rostro. Cuando toque el suelo. ¿Listos?

Y abrí la palma de la mano, dejando caer el pañuelo.

Cargando editor
23/10/2014, 05:20
Megan Faulkner

Tarareó la canción junto a él, pues aquello lo mantendría concentrado en la música y le apartaría la mente de otras ideas. No quería arriesgarse a una repetición tan pronto, y la voz que tanto le había halagado en ocasiones anteriores siempre parecía calmarlo. Al llegar a la cocina se sentó a un lado de la barra, en uno de los taburetes, y lo observó prepararle el desayuno mientras seguía la canción.

Dejó de cantar para tomar un sorbo del zumo que James le había servido, luego de sonreírle en respuesta al beso tierno que le había dado en la sien. 

No lo sé...no te quiero dejar solo, aunque estoy entusiasmada por aprender sobre magia... ¿Me vas a extrañar?

Ella si lo extrañaría a él. Cuando no estaba adolorida por sus decisiones, lo amaba como a nada en el mundo. Era quién siempre había estado ahi para ella, y con quien siempre podía contar, y eso no se borraría fácilmente, sin importar lo cuestionable de su actuar con ella. - ¿Que casa crees que seré? ¿Un Ravenclaw como tú y papá o Slytherin como mamá? ¿O una totalmente distinta?

Cargando editor
23/10/2014, 10:17
Jarek Cerny -Slytherin-

Jarek vió la cara de todos ante su proposición y se felicitó interiormente, no iba a permitir que nadie pensase que no confiaba en sí mismo. Asintió a la contestación de Duff, estaba claro que las apuestas estaban en su contra pero si había que perder lo haría con la cabeza bien alta y apostando fuerte, nada de medias tintas. Por la mirada que le dedicó su amigo supo que era una carrera sin normas -Está bien, a por todas. Antes que perder, la carrera acabará*-.

La sonrisa en el rostro de Joy le indicó que había hecho lo correcto, además si los pillaban su madre entendería sus motivos, al fin y al cabo eran los mismos que los de ella, o eso le parecía a él. Su mirada se centró en la mano de la chica y en el pañuelo que sacó, negro como su apellido. Era una señal, sus pupilas se contrayeron fijándose en ese trozo de tela y apretó las manos contra el mango de la escoba.

Notas de juego

* La intención de Jarek, si no va ganando que es lo mas probable, es coger la parte baja y hacer que Duff tenga que ir por arriba para que lo vean, espera que con la tensión de ganar el chico no repare en ello. Si eso no da resultado, y antes de que Duff llegue a la línea de meta, hará que lo vean a él para que no haya ganador. Todo desde el mas preciado disimulo, claro  ^_^

Si he de hacer alguna tirada mas para que el plan salga bien...

P.D. Y no puedo tirar algo como Advertir para salir antes que él, o directamente salgo un poco antes   XDDD

Cargando editor
23/10/2014, 10:41
Jarek Cerny -Slytherin-

Jarek vió la cara de todos ante su proposición y se felicitó interiormente, no iba a permitir que nadie pensase que no confiaba en sí mismo. Asintió a la contestación de Duff, estaba claro que las apuestas estaban en su contra pero si había que perder lo haría con la cabeza bien alta y apostando fuerte, nada de medias tintas. Por la mirada que le dedicó su amigo supo que era una carrera sin normas.

La sonrisa en el rostro de Joy le indicó que había hecho lo correcto, su mirada se centró en la mano de la chica y en el pañuelo que sacó, negro como su apellido. Era una señal, sus pupilas se contrayeron fijándose en ese trozo de tela y apretó las manos contra el mango de la escoba.

- Tiradas (1)

Motivo: Vuelo

Tirada: 1d10

Resultado: 10(-1)=9

Cargando editor
23/10/2014, 11:02

Ante la pregunta, Troy le pegó una pequeña colleja en la nuca a su amigo antes de levantarse y tirar de él hacia fuera de la habitación, alejándolo lo más posible de ese hueco en la pared:

- Estás trastornado, Henry.- comenzó. Aunque serio, Troy no estaba molesto con su amigo. Lo cierto es que nunca había pensado en April como una chica y sí como una amiga con la que se divertía. Se encogió de hombros según bajaban las escaleras- Supongo que es guapa, pero nunca lo había pensado.

Era cierto. Pensando ahora en April la veía como una chica de once años bastante guapa y divertida. Pero Troy no había despertado la parte de él que se interesaba por las chicas. Tenía cosas que encontraba más interesantes, como la mecánica o la propia e incontrolable magia en las que pensar. Además, ¿qué sentido tenían las chicas de su barrio o de su colegio si - si todo iba bien- pronto iría a Hogwarts?

- ¡Me voy a casa de April!- anunció ya en el hall de la casa para que su hermana y si había alguien más en la casa, se enterase.

Cargando editor
23/10/2014, 15:27
Lizbeth Moore

Cuando Chuck hizo el último comentario sobre Jason, Lizbeth se aseguró de mantenerse callada y quieta en el asiento. Seguía apretando con nerviosismo el regalo, encogiéndose lo más posible en el asiento y mirando fijamente a un punto al azar que se encontraba al frente de ella. Quizá si no seguía hablando su hermano dejaría el tema atrás. Sus mejillas le ardían tanto que, si se fuera la luz, estaba segura de que podría iluminar el camino.

- ¿Por qué ha hecho eso? - preguntó curiosa al ver la respuesta de la despampanante rubia ante el gesto de Chuck. Sabía que su hermano gustaba mucho a las mujeres pero no acababa de entender el extraño comportamiento que los mayores tenían entre ellos. Tampoco comprendía por qué el chico se volvía algo tonto cuando estaba delante de una mujer. ¿Qué sentido tenía? ¿Es que las chicas también eran tontas y tenía que actuar de manera diferente? No lo comprendía. Si querían ser novios que lo fueran y ya está, ¿no?

- ¡El centro comercial! - darse cuenta de cual era su destino hizo que diese un pequeño bote en el asiento. Le encantaba ese sitio. Sus padres le llevaban muchos fines de semana a la zona de juegos y le compraban un helado de pistacho y frambuesa. ¡Estaba tan bueno!

- ¿¡Me vas a comprar un helado!? - miró de reojo a su hermano mientras bajaba del coche, increíblemente feliz porque fuese a cumplir ese deseo. Rodeó el morro del coche para ponerse a su lado. Había aprovechado el trayecto para esconder la caja en su espalda, intentando ocultarla de Chuck. No era consciente de que, dada la diferencia de altura, el chico podía verla sin problemas por encima de su hombro.

- Vale, aquí está... - estiró su brazo para acercarlo hasta la mano del chico, mirando hacia el suelo con verguenza. Le había comprado el regalo con mucho cariño pero, ¿y si no le gustaba? ¿Y si se había equivocado? ¿Qué podía comprar una niña tonta como ella a una persona tan inteligente que se podía permitir un coche como ese? Estaba claro que su collar de plata no tenía forma de competir... por mucho que llevara las iniciales de los dos hermanos. Seguía con la mirada fija en el suelo, por lo que le fue imposible ver la reacción de su hermano. - ¿Te... te gusta?

 

Cargando editor
23/10/2014, 17:19
Maebh Connolly
Sólo para el director

Sabía de sobra que Niall era de la misma opinión que yo respecto al tema de las casas, en más de una ocasión le había oído comentar cosas no muy agradables sobre los Hufflepuff, y eso que él no era de los que iban hablaban más de la cuenta. En más de una ocasión Darren había tenido que aguantar las puyas de todos nosotros aunque, eso había que reconocérselo, siempre las tomaba con humor.

La contestación por parte del abuelo había sido positiva. Liam ya tenía el camino libre para irse a vivir con él, y nosotros también, aunque para eso tuviéramos que esperar algunos años más, sobre todo yo. Menos mal que eran muchos meses los que pasaría en el colegio y parte del verano estaría en casa del abuelo, así que sería poco el tiempo que tendría que compartir con mamá, con Sean y con la mocosa.

Entendía lo que me quería decir el abuelo cuando me hablaba de las casas pero, por muy buena intención que tuviera ya que, por lo visto, sólo quería darme ánimos, sabía perfectamente que para él no sería lo mismo que su nieta entrara en una casa o en otro, incluso consideraría un deshonor que me tocara la misma que a Darren. Y por nada en el mundo me gustaría defraudar al abuelo.

-Te entiendo abuelo. Pero también la influencia de la gente que te rodea es muy importante. Si voy a estar rodeada de idiotas igual me convierto en una idiota.

Quizás había sido muy dura al decir aquello, sobre todo al no estar Darren presente, pero me había salido casi sin pensar.

Cargando editor
23/10/2014, 17:40
Erika Gallaway

Erika le dedicó una tímida sonrisa, contenta de que su hermano por una vez hubiera cedido a su insistencia. En realidad la niña tampoco lo percibía como tal pues ella lo hacía repleta de buenas intenciones pensando en lo que era mejor para Erik, otra cosa era que él lo apreciara como tal. Asintió ante su petición, tomando posición ante él con aire dubitativo, temerosa de que no pudiera coger la pelota y aquello hiciera que el intento de su hermano por integrarse quedara simplemente en eso, un intento.

- Ahí va - dijo con voz suave para que no perdiera la concentración.

Por suerte, Erika había lanzado de la pelota de tal forma que trazó una parábola perfecta hasta caer en las manos de Erik, quien ni siquiera tuvo que desplazarse un centímetro de su posición para tomarla entre las manos. Casi no se lo podía creer. Fiona y Erika aplaudieron y él empezaba a pensar en dejarse llevar por la euforia cuando una repentina sombra cruzó por encima suyo, haciéndole dar un respingo a causa del cual dejó caer la pelota.

- ¿Pero qué haces? ¡Si la habías atrapado!

La irritante voz de Fiona y la expresión perpleja de Erika dejaban claro que él era el único que lo había visto pero, ¿de dónde había surgido? El cielo estaba despejado y el sol seguía cayendo sobre ellos en todo su dorado esplendor. estaba a punto de bajar la vista, cegado, cuando vio que algo se colaba por la ventana de su habitación. Algo que, si todos sus años de documentales no le engañaban, era una lechuza parda.

- Tiradas (1)

Motivo: lanzar

Tirada: 1d10

Resultado: 3

Cargando editor
23/10/2014, 18:04
Chuck Moore

- Claro que te voy a comprar un helado, y dos si te apetecen. Tres no, ¿eh? Que si quieres ser como las de las revistas de mamá, tres es abusar.

Su hermano siempre se reía de esas cosas aunque Lizbeth le había visto observar con interés a las modelos de bañadores que aparecían en las revistas de moda que siempre había por su casa. Sólo cuando su hermana le pillaba se ponía a criticar a esas chicas de perfecta silueta quejándose de lo delgadas que estaban pero ella sabía que todo era postura, aunque no comprendiera el por qué.

No tardaron mucho en encontrarse sentados en la heladería que había justo en el centro, desde donde podían observar el ir y venir de los ajetreados compradores yendo de una tienda a otra. Aquel había sido el momento que había aprovechado Lizbeth para entregarle el regalo, justo cuando la camarera les servía los helados.

Chuck lo desenvolvió sin dejar de dirigirle miradas divertidas a su hermana para tratar de tranquilizarla, sacudiendo el paquete con fingida intriga, intentando averiguar lo que era por el peso.

- ¿Será...un pin? - había aventurado justo antes de abrir la cajita que guardaba el collar con una "L" y una "C" -. ¡Anda! Pero si esto te debe haber costado mucho dinero, pequeñaja - mientras hablaba ya se lo estaba poniendo -. Me encanta, ahora tendré que pensar mejor mi regalo para tu cumpleaños - depositó un beso sobre su ceja derecha antes de apartarse de ella para preguntarle cómo le quedaba.

Pero Lizbeth no llegó a escuchar aquella pregunta porque su atención había quedado irremediablemente atraída por un grupo de niños de su edad que estaban sentados en una mesa cercana. La mayoría de ellos, como pudo percibir con horror, era de su clase, sobre todo cabía destacar a Dana que reía con aquella musicalidad insultante tan propia de ella pero lo que realmente levantó todas sus alarmas fue ver a Jason junto a un par de amigos suyos con aquel grupo.

De repente se sentía mal, fatal, deseando estar en cualquier otro lugar que en aquel. Estaba  apunto de pedirle a su hermano para marcharse cuando vio como la mirada de Dana se clavaba en la suya y su sonrisita petulante de princesita mimada apareció con ella. Iba a empezar de nuevo con su reinado del terror. Ni siquiera ahí la iba a dejar tranquila.

Sin embargo algo totalmente ajeno a Lizbeth distrajo la atención de Dana. Una lechuza se había posado sobre la cabeza de Jason, lo que provocó un alarido de terror en la niña, que se levantó tirándose todo el batido de chocolate por encima de su bonito vestido. Los amigos de Jason reían, mientras él bizqueaba intentando ver el pájaro que parecía decidido a anidar sobre su pelo.

Lizbeth no supo cómo terminaba todo aquello puesto que una preciosa lechuza blanca decidió detenerse sobre su propia mesa, ocultando de su vista la mesa contigua. Atado a su pata llevaba un sobre y sobre el dorso apergaminado del mismo había escrito con letras pulcras las siguientes letras:

"Srta. L. Moore, en la mesa central de la heladería Mason"

 

Cargando editor
23/10/2014, 18:40
Henry Boots

Henry siguió protestando todo el camino hasta el recibidor, siendo arrastrado por Troy sin compasión, sin hacer caso de ninguna de las fútiles quejas que le dirigía. Sin embargo alguien pareció atraído por las protestas de Henry; Violet acababa de salir del salón con un libro en la mano sobre animales mágicos, lo último que faltara para que siguieran tachándola de rarita entre los niños de su edad, algo que no parecía importarle en lo más mínimo.

- Ah, me había parecido escuchar a alguien cayéndose por la escalera pero sólo era Henry - comentó con una dulce y falsa sonrisa cargada de acidez.

- Ojalá te parecieras más a Agnes - le respondió Henry con cierta antipatía. Se llevaban a matar, aunque ninguno acababa de definir qué era lo que no le gustaba del otro.

- Ojalá te parecieras más a una piedra - replicó ella con la misma tranquilidad -, mejorarías bastante.

- ¿Ah, sí? Pues ojalá que tú...

Fuera lo que fuera lo que iba a decir quedó cortado por el inconfundible ulular de dos lechuzas en la habitación de su hermana. Violet miró a Troy con una expresión pétrea que éste no entendió. Escucharon a Agnes maldecir en el piso de arriba a la par que la puerta de su habitación se abría de golpe.

Y fue en aquel preciso instante cuando la expresión de su hermana cobró significado; la escena se congeló y una lechuza moteada entró por la puerta que Troy había dejado abierta, con dos cartas atadas a la pata en las que se podía leer perfectamente:

"Sr. T. Knight, en la habitación al fondo del pasillo"

"Srta. V. Knight, en la habitación pequeña de la puerta azul".

El sello era inconfundible. Habían recibido su carta a Hogwarts en el peor momento de todos.

Cargando editor
23/10/2014, 19:44
Burkely Duffield

Estaban en sus posiciones, preparados y confiados como si se tratara de una gran carrera, y eso que sólo era un triste recorrido oculto a los ojos de los adultos. Ni siquiera se podría calificar el vuelo de emocionante pero cabía suponer que el asunto de la apuesta había elevado la competición a un nuevo nivel en el que los participantes estaban dispuestos a todo con tal de no ser los perdedores.

Las escobas arrancaron con una patada del suelo, con Duffy tomando una clara delantera inicial que le situaba como el favorito. Pero ni mucho menos estaba todo dicho. A pesar del arranque titubeante de Jarek, éste casi había logrado atraparle al llegar a la fuente y sólo tuvo que colarse para ser el que diera el giro por dentro. Duffy no podía con él, no aquel día. Quizás era que estaba demasiado acostumbrado a volar en campo abierto o con su propia y lujosa escoba pero al llegar a la línea de meta Jarek le sacaba un metro de distancia.

El chico aterrizó con expresión disgustada.

- Bueno, bien volado supongo - reconoció con fastidio.

Fue entonces cuando una bandada de lechuzas salió volando del seto, dándoles un susto de muerte al dirigirse hacia el lugar en el que estaban los adultos.

- Parece que han llegado nuestras cartas para Hogwarts - fue Eugene el que puso en voz alta el pensamiento que había venido a la mente de todos al ver los sobres que portaban con el inconfundible sello del colegio.

- Tiradas (2)

Motivo: vuela duffy!

Tirada: 1d10

Resultado: 8(+7)=15

Motivo: abierta de Jarek

Tirada: 1d10

Dificultad: 15+

Resultado: 9(+9)=18 (Exito)

Notas de juego

He vuelto a tirar la abierta por ti, Jarek, que habías sacado un 10 :)

Cargando editor
23/10/2014, 20:45
Lizbeth Moore

Siguió comiéndose el helado en silencio mientras que su hermano abría el regalo. Hasta que empezó a notar un líquido en su mano. ¡Se le estaba derritiendo parte del helado! Empezó a chuparlo por el borde para evitar que siguiera desperdiciándose ese delicioso manjar, mientras se aseguraba de que no había caído nada en su ropa. Era uno de los mejores vestidos que tenía y sabía que si no lo cuidaba su madre se enfadaría mucho.

Mientras se aseguraba de estar completamente limpia un fugaz pensamiento pasó por su cabeza. ¿Sería ella alguna vez tan guapa como las chicas de las revistas o la rubia despampanante que se habían encontrado por el camino? ¿Le mirarían alguna vez los chicos cuando pasara por delante de ellos? Una ligera sensación de desazón se instaló en su pecho. ¿Y si se quedaba fea para siempre?

Las palabras de Chuck hicieron que cambiara radicalmente de pensamiento. ¡Se alegró tanto de que a Chuck le gustase el regalo! Si no hubiese tenido el helado en la mano se hubiese tirado a sus brazos para darle miles de besos. Había matado dos pájaros de un tiro con ese colgante: había conseguido sorprender a su hermano y había asegurado el que su regalo de su once cumpleaños fuese a ser alucinante. ¿Podía pedir más?

Pero como siempre pasaba en la vida de Liz, no podía salir nada bien sin que apareciese la contraparte. ¿¿Qué hacía Jason con ellos?? ¿¿Con ella?? Notó como en sus ojos se agolpaban las lágrimas. Apretó los puños con fuerza intentando controlarse. Tanto, que el cucurucho del helado empezó a resquebrajarse en su interior.

¿Iba en serio? ¿También iba a quitarle el único amigo que tenía? Sabía lo que pasaría a partir de ese momento... lo mismo que había ocurrido mil y una veces. Dana se haría amiga de ellos. Sería la persona más simpática, detallista y ocurrente. Y entonces, empezaría a hablar mal de ella. A decirles que era una rarita y que a su alrededor solo pasaban cosas raras. Y le dejarían sola para siempre.

Cerró los ojos con fuerza. Las cosas no serían así si fuera diferente. Si hubiese cambiado las cosas desde un inicio. Si no fuera una friki que asusta a todos los demás.

-----------------------------

Elisabeth sonreía a su hermano feliz. Le había gustado el regalo. ¡Por supuesto que lo había hecho! ¿Quién mejor que ella para hacerle un regalo a Chuck? Era pequeña, pero no tonta. Además de una de las personas le conocía.

- Podrías regalarme un coche como el tuyo...

Sabía que no colaría pero, ¿por qué no intentarlo? Tanto sus padres como su hermano tenían dinero suficiente para permitirse cualquier tipo de caprichos. Se comió el helado con tranquilidad mientras miraba a su alrededor, dando las lametadas en el momento oportuno para evitar que se deslizaran por los laterales. Le encantaban esos helados. Le recordaban a aquella época en la que toda la familia iba al centro comercial. 

Una chillona risa captó su atención. Era la asquerosa de Dana. Ya había tenido sus más y sus menos a lo largo del año, y le había cantado las cuarenta más de una vez. Por desgracia, su padre tenía demasiado poder en el colegio y no había conseguido volver a todos los alumnos en su contra. Hubiese sido cuestión de tiempo si no hubiesen terminado la etapa escolar tan pronto... Pero allí estaba de nuevo. Creyéndose la reina de la fiesta.

Se levantó de su asiento, con la seguridad que tanto le caracterizaba. No le había pasado desapercibida la presencia de Jason. ¿Qué intentaba la marrana? Se iba a enterar de lo que era bueno.

-----------------------------

Sus ojos estaban fijos en los de Dana aunque no la veía. Solo veía a Elisabeth y lo que ella era capaz de hacer. Hasta que aparecieron las lechuzas. Si no hubiese estado tan asustada se hubiese echado a reír de buena gana. Aun así no pudo evitar soltar una pequeña risita que intento taparse con una de las manos. Por una vez tenía su merecido. Le hubiese encantado saber como seguía la historia pero una hermosa lechuza se convirtió en el foco de toda su atención. Miró a su hermano desconcertada esperando que hiciese algo. Al ver que no reaccionaba acercó la mano hacia ella con cierto miedo. ¿Y si le picaba? ¿Las lechuzas atacaban? Tragó saliva con dificultad intentando obligándose a ser valiente.

Cogio el sobre con la punta de los dedos hasta que vió que el animal era inofensivo. Entonces se lo acercó rápido, con cierta ansiedad.

- "Srta. L. Moore, en la mesa central de la heladería Mason"

Miró a su hermano con total desconcierto. ¿Quién le había enviado esa carta? ¿Cómo sabía que se encontraba allí? ¿Estaban observándola? Ese pensamiento le provocó un escalofrío. Pero la curiosidad que sentía era mayor. Y abrió la carta.

Cargando editor
23/10/2014, 21:48

Troy, que estaba esperando tranquilamente de brazos cruzados a que Henry y Violet terminasen de pelearse, se quedó congelado ante el sonido del ulular. Normalmente venía una lechuza para traer cartas a su madre o amigos de Agnes, pero en aquella ocasión había más de una.

Al leer que una de esas misivas iba dirigida a él, el corazón de Troy empezó a latir con aún más intensidad. Lleno de ilusión y nerviosismo, cogió a Henry de la espalda, abrió la puerta y lo sacó de casa mientras le decía:

- Vete llamando a April, ahora voy.

Sin esperar respuesta por parte de su mejor amigo, cerró y después miró a Violet a los ojos. Se quedó en silencio unos minutos y después le sonrió. No solía sonreír con mucha frecuencia, pero cuando lo hacía era con sinceridad. ¡Estaba emocionado!

- ¡Venga! ¡Abramos esas cartas! Seguro que nos han cogido.

¿Sino para qué iban a mandarles una carta? Abrió con mucha prisa el sobre. La paciencia era inexistente en esos momentos. ¡Iría a Hogwarts! ¡Seguro!

Cargando editor
23/10/2014, 21:51
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

Alexander se quedó mirando a su hermana con un gesto de incomprensión, analizando su respuesta a las palabras anteriormente dadas. No, para la mente de Alexander, tan única en su concepción, el comportamiento de Zora estaba totalmente fuera de lugar, exagerado y carente de sentido. Además, que a nadie le importaba que llorara.

¿O sí?

Por desgracia, a su hermana Iraida si pareció importarle, y Alexander estiró el cuello hacia atrás, con el ceño ligeramente fruncido intentando comprender ahora el modus operando de su hermana mayor. Hasta que le habló. Y como si fuera a explicar una lección a pesar de su corta edad, se humedeció los labios mirando fijamente a su hermana, con aquella expresión carente de emoción. - No. No he sido cruel contigo. Ser cruel habría sido deleitarse en tu sufrimiento. Y por lo general, no disfruto de las relaciones sociales sean cuales sean. - Explicó, con un tono de voz mecánico y plano, sin atisbo de malicia, sarcasmo o ironía. - Tampoco te odio por los mismos motivos que el anterior caso. -

Miró entonces a su hermana mayor, con la esperanza de que se la llevara de allí, la hiciera callar o hiciera lo que fuera necesario para que el llanto de la cría cesara. el sonido no solo era estridente y molesto, además lo irritaba.

- Mi nombre es Alexander, no Alex. No me gusta que me llames Alex. Como no me gusta que Zora llore mientras yo estoy cerca. - Explicó, con la misma retaría que antes sobre su nombre, y después, pasó a corregir una vez más a su hermana mayor. - Yo no me porté mal con ella. En realidad, no me porté de ninguna manera. Le ofrecí un trato. Ella no lo aceptó. Se queda sin galletita. - Acabó por sentenciar con tranquilidad.  - Ya está. -