Partida Rol por web

La había cogido, Mis ojos no se creían lo que veían. La pelota estaba en mis manos. Casi echo a correr para ponerme a dar saltos junto a Fiona y mi hermana, pero algo pasa sobre mi cabeza y casi caigo de culos al suelo. 

- ¡Qué susto!- exclamo, pero las caras de extrañeza de las dos chicas reflejan que no tienen ni idea de lo que hablo. Las miro solo durante unas décimas de segundo mientras señalo con el dedo hacia el cielo, hacia el lugar donde había visto cruzar la sombra.- Algo ha pasado por ahí. ¡Mirad!- vuelvo a exclamar, esta vez mirando hacia mi ventana. Alcanzo a ver un plumaje marrón y un característico pecho pálido surcado por rayas oscuras. ¿Una lechuza parda? ¿Por qué había entrado una lechuza parda a mi habitación?

Dejando caer la bola echo a correr, pasando como un rayo entre las boquiabiertas niñas. Tengo que llegar a la habitación antes de que se vaya. Qué emocionante, voy pensando mientras corro escaleras arriba, golpeando más de una esquina de los muebles de la casa. Cuando llego ante mi puerta, me paro de repente. ¿Y si me pica? ¿Y si me engancha con sus garras y se me lleva volando? El miedo me paraliza. Había olvidado el pánico que sentía hacia los animales. En un primer momento, la curiosidad había logrado vencerlo pero al final esta irracional faceta de mi ser había logrado imponerse. No puedo parar de frotarme las manos por el nerviosismo y acabo por apoyar la oreja en la madera de la puerta tratando de oír algún ruido. A lo mejor me está destrozando la habitación. 

No puedo entrar pero no puedo dejar que se vaya. Así que tomo una decisión. Abro de golpe la puerta de la derecha, aquella que da a la habitación de mi hermana y que está orientada hacia la misma parte de la casa y, luchando por atravesar los mares de ropa y juguetes, llego a la ventana, la abro, no sin luchar con la manivela que parece quererme hacer más difícil el día, y asomo medio cuerpo fuera de la ventana. 

-ERIKA. VEN, PORFA. - grito. La necesito. Necesito que sea ella quien entre en el cuarto de la lechuza. 

Resople, girando la cabeza, con aire indignado. Ya estabamos otra vez con lo mismo. Ted se tiene que ir. Necesitas amigos. ¿Y Ted que era? ¿Por que todo el mundo se empeñaba en hacerme creer que no era real cuando yo lo veia, cuando yo jugaba con el, cuando me hablaba a menudo? ¿Y por que se tenia que ir?

Me encogi de hombros, ante su pregunta, mientras volvia a sentarme con las piernas cruzadas, a lo indio, incapaz de estar quieta en la misma postura durante mucho tiempo- Pues... me siento bien, creo... Aunque estoy un poco nerviosa... Ted dice que la carta tiene que estar a punto de llegarme, y yo aun no he recibido nada... ¿Y si no me dejan ir a Hogwarts? A lo mejor mi madre les ha dicho que estoy loca y no me quieren alli... - le exprese aquel temor que aun no le habia contado a nadie, ni siquiera a Ted. El mismo temor que, aunque yo no lo supiera aun, hacia que viera a Ted mas a menudo de lo que de debiera.

Miré entonces a la señora Gibbs, con aquel panico reflejado en la mirada. ¿Y si eso ocurria de verdad? - ¿Usted que cree, señora Gibbs? Ted me ha dicho que no me preocupe. Que seguro que los dos recibimos enseguida la carta. Y que iremos juntos a Hogwarts, y a Ollivander´s. - le explique, con cierta ansiedad, mientras volvia a removerme en mi sitio. No, aquello no me gustaba. Odiaba la idea de pensar que me quedaria fuera de aquella pasada de Colegio. Sencillamente me aterraba.

Y asi, continue con mi vista clavada en la señora Gibbs, esperando a que me contestara, removiendome de nuevo, nerviosa, en aquel asiento que, por primera vez en todos aquellos años, se me estaba haciendo pequeño.

Sus primeras palabras hicieron que soltara una risa divertida entre trago y trago de la cerveza que había sacado para él.

- Claro que te echaré de menos. Más que nada en el mundo - a pesar de que seguía risueño había una expresión en sus ojos que demostraba que aquella no era una expresión exagerada sino un sentimiento real que se cernía como una sombra sobre James, algo que no dejaría que enturbiara la felicidad de su sobrina -. Pero estoy contento por ti porque harás amigos y aprenderás cosas interesantes, crecerás y te convertirás en una preciosa y magnífica mujer.

Las azucaradas palabras de James estaban llenas de vibrante emoción, totalmente impropias de un tío pero a esas alturas su relación ya no tenía nada de normal. Le acarició el pelo con ternura, inclinándose hacia ella hasta que sus rostros casi se tocaron.

- Y no creo que tengas madera como Slytherin. Vayas a la casa que vayas, serán afortunados de tenerte...

Había empezado a acercarse peligrosamente a ella para depositar un beso en sus labios cuando un ulular cercano les espantó. Inmediatamente ambos se giraron en dirección al mismo, dando con la responsable sobre la barra, con el pico sumergido en el paso de zumo de Megan. Atada a su pata había una carta en cuyo sobre se podían leer las siguientes palabras:

"Srta. M. Faulkner, en la habitación con vistas a la piscina"

Su abuelo soltó una risotada ante la última frase de Maebh. Por supuesto que él prefería que fuera a Slytherin o, en su defecto, a Ravenclaw, pero teniendo un nieto en la casa de los tejones había perdido parte de los prejuicios que tenía hacia aquella casa, por más que considerara a la mayoría de sus integrantes unos buenos para nada. Pero Tynam hacía tiempo que había descubierto que en el mundo de los negocios y sobre todo en el mundo de los adultos, la casa a la que hubieras pertenecido poco importaba, tenías que demostrar tu valía. Por supuesto la sangre también era importante, pero aquel era otro asunto.

- Eso es lo más importante Maebh, rodearte de las personas apropiadas, gente que te sume, no que te reste; evita a sangres sucias y a personas sin renombre pero no subestimes nunca las capacidades de éstos últimos; he visto muchos hombres pobres levantar imperios de la nada. Escoge bien a tus amigos y mucho mejor a tus enemigos y...

Sus palabras quedaron inmediatamente cortadas cuando un elfo doméstico entró con dos sobres apergaminados en una bandeja de plata, ambos con el sello de Hogwarts.

- Señor, unas lechuzas han traído estas cartas de Hogwarts - anunció con voz aflautada, haciendo una reverencia ante Tynam.

Desde su posición, Maebh pudo leer claramente el nombre de su hermano en uno de ellos y en el otro, con letra pulcra, el suyo.

"Srta. M. Connolly, en la mesa del salón de la Residencia Connolly"

- ¿Ted también está esperando la carta? - la mujer quiso corroborarlo con tranquilidad, aunque algo de aquella afirmación pareció despertar el interés de su pluma a vuelapluma, que escribía de forma frenética sobre el papel. Por desgracia tuvo que hacer una pausa para girar el cuaderno manualmente; una de las desgracias de no tener ni una gota de magia en sus venas -. Caliope, piensa en esa inseguridad que te hace creer que no recibirás la carta. ¿Crees que tu madre intentaría impedir que fueras a Hogwarts? ¿y con qué fin? Ya has demostrado tener dotes mágicas y estás inscrita en el colegio, ¿no te parece poco razonable que tu madre decidiera de un modo repentino decidir que no te mereces ir? Hogwarts va a ser bueno para ti y tu madre lo sabe así que por supuesto que es lo que quiere - hizo una pausa mientras abandonaba su postura formal y se inclinaba hacia adelante en el sillón para mirar más de cerca a Caliope y asegurarse de que ésta la miraba -. He recibido una oferta para incorporarme al cuerpo de profesores de Hogwarts como psicóloga así que podríamos seguir nuestras sesiones en el colegio. ¿Qué te parece?

Pero antes de que la niña tuviera tiempo siquiera de darle una rápida respuesta el ulular de una lechuza interrumpió la línea de sus pensamientos, entrando por la diminuta ventana hasta posarse sobre el respaldo de la butaca ocupada por Caliope. Atada a su pata llevaba una carta sobre la cual se podía leer a quién iba dirigida, aunque el sello de Hogwarts hubiera bastado para eliminar cualquier duda.

" Srta. C. Thonks, en la despensa de "La Dríade y el Basilisco"

Iraida parecía siempre cercana al colapso nervioso, quizás fuera por tener que hacerse cargo de muchas cosas que no correspondían a su edad pero el caso es que se notaba que no sabía cómo reaccionar a las palabras mecanizadas de Alexander que se salían de los esquemas propios de un niño de once años.

- Alexander - dijo lentamente, poniendo especial cuidado en pronunciar su nombre completo mientras seguía haciendo carantoñas a Zora -. Tendrías que intentar portarte más como un niño de tu edad, cuando sueltas todo eso pareces el ascensor del ministerio, como si no hubiera nadie en tu cuerpo - Iraida parecía preocupada por él, aunque para Alexander aquello fuera un comentario sin sentido además de una comparación pésima.

Por suerte para él una lechuza entró entonces al comedor, posándose sobre la tinta volcada por Zora y dando pasitos por el pergamino y los libros de Iraida, que soltó un gemido cargado de consternación mientra intentaba espantarla. Llevaba la carta de Hogwarts para su hermana atada a la pata, pero no parecía haber rastro de la suya.

Un examen tranquilo de la habitación le mostró otra en el quicio de la ventana, posada con mucho más tino que su compañera. En el sobre apergaminado se podía leer:

"Sr. A. Weir, en la habitación al fondo del pasillo"

El pañuelo rozó el suelo y Jarek soltó la patada con decisión. No estaba tan acostumbrado como su compañero a los arranques, en realidad no había subido a una escoba mas que en un par de ocasiones en casa del otro muchacho, y su comienzo no fué muy esperanzador pero quién sabe por qué y cómo, logró acercarse lo suficiente como para colarse por el interior en la curva.

-Un poco mas, un poco mas- iba pensando el chico mas menudo. Ese movimiento debió de descentrar al otro muchacho ya que no logró alcanzarlo y Jarek cruzó primero por la línea de llegada -Sííííí- se permitó gritar mentalmente mientras recordaba el pañuelo negro y lo que había sentido al verlo.

El joven Cerny desmontó con calma, le había gustado la sensación tanto de volar como de ganar, pero intentó no hacer mucha leña del árbol caído, al fin y al cabo Duff era su amigo y para él era muy importante el quidditch. Una ligera sonrisa adornaba su rostro y cuando Duff masculló una felicitación le contestó sin acritud ni fanfarronería.

- He tenido suerte. - dijo acercándose y mirándolo a la cara - Pero no olvides la apuesta.

Y le guiñó un ojo, iba a añadir algo mas pero varias lechuzas salieron de alguna parte y su atención quedó prendada de los sobres que llevaban entre sus picos, sobres con un sello de lacre rojo -¿Las cartas de ingreso?-. Fué Simon quien se lo confirmó, Jarek se quedó plantado en el sitio y con la escoba aún en la mano -Parece que al final iré a Hogwarts- le había parecido contar cuatro lechuzas. Un pequeño pinzacho en el pecho seguido por una aceleración en su corazón, comenzaba una aventura sobre la que no sabía nada, era... -Emocionante-.

- ¿Vamos? -dijo mirando a las chicas y al dueño de la casa.

Comenzó a caminar hacia donde estaban los mayores, pues hacia allí habían ido las aves, y dejó la escoba apoyada en uno de los árboles por los que pasó.

Bufé por lo bajo, entendía lo que mi abuelo me quería decir pero yo seguía obcecada en mi idea de que vestir de negro y amarillo sería lo peor que me podía pasar. Sería tan malo que mi vida en Hogwarts pasaría a convertirse en un infierno, estaba muy convencida de ello, y mi sueño de acudir al colegio se convertiría en una pesadilla. Eso sin contar con las bromas de Liam y Niall.

Me había llamado la atención su último comentario “escoge bien a tus amigos y mucho mejor a tus enemigos”, y me hubiera gustado que me explicara mejor lo que quería decir, pero fuimos interrumpidos por Sewed, uno de los elfos domésticos de la familia. Puse los ojos como platos, expectante al ver los dos sobres y oír que procedían de Hogwarts.

¡Dos sobres! Eso sólo podía indicar que uno era para mí. Sí, uno de esos sobres tenía que ser a la fuerza mi carta de admisión. Estaba tan nerviosa que no paraba de mirar para ver los destinatarios. Uno era para Niall y el otro… ¡SÍ! Ahí estaba mi nombre.

Era tanta la emoción que ni siquiera me atrevía a cogerla, además que antes tenía que esperara a que el abuelo me diera permiso para hacerlo.

-¿Es… es para mí? Por fin…. Mi carta de Hogwarts. ¿Pu-puedo?

La voz me temblaba ante la idea de que por fin había llegado mi carta, y eso sólo podía significar todo un mundo de posibilidades que se me ponía por delante.

Mire a la señora Gibbs con extrañeza, cuando me pregunto si Ted tambien estaba esperando la carta. ¿Pero que tipo de pregunta era esa? - Pues claro, señora Gibbs... el tambien tiene once años. Los cumple el mismo dia que yo, ¿sabe? ¡Menuda coincidencia, eh! - sonrei entonces, algo mas relajada, al hablar de aquel tema, alejando aquella inseguridad poco a poco de mi.

Sin embargo, ahi no habia terminado la cosa. La señora Gibbs comenzo a hablar de nuevo sobre mi madre, y la dudosa necesidad que podia sentir de esconderme la carta a Hogwarts. Pensandolo bien, tenia sentido.

Volvi a removerme en el sillon, poniendome aquella vez de lado, con la espalda apoyada en un brazo del sillon y las dos piernas subidas al otro brazo, casi tumbada- No se... a lo mejor le da vergüenza que la gente pueda pensar que estoy loca... o que se enteren de que la loca es ella... o no lo se. - dije, encogiendome de hombros, mientras mi pelo pasaba del tono azulado que habia reflejado mi tristeza a su habitual rubio con mechas rosas, poco a poco. Cogi uno de aquellos mechones, liandolo en uno de mis dedos, jugueteando con el, mientras pensaba en aquello- Si, creo que lleva razon... Es una tonteria pensar que mi madre pueda querer eso... Despues de todo me quiere, ¿no? - esta vez un atisbo de naranja aparecio en mi pelo. Y eso solo queria decir una cosa: duda. Despues de todo aquello, y a pesar de que sabia que mi madre me queria, no podia evitar dudar a veces, pensar que quizas yo no era lo que ella queria, o lo que ella deseaba. Que quizas no era mas que un incordio para todos ellos.

El naranja dio paso de nuevo al azul, ante aquel ultimo pensamiento. Seguia sin ser capaz de dominar aquello. Sin embargo, cuando parecia que ese triste azul iba a terminar por apoderarse de mi, la señora Gibbs me sorprendio con una grata noticia, que me hizo saltar literalmente de mi asiento- ¡¿Que?! ¿En serio? ¿Estara usted en Hogwarts? ¡Si, si! ¡Claro que quiero seguir con las sesiones! ¡Es genial! ¡Que alegria señora Gibbs!- tener a alguien conocido en Hogwarts, un adulto que pudiera ayudarla en los momentos dificiles, era todo un alivio para mi, sobre todo si se trataba de la señora Gibbs, por quien sentia un enorme cariño.

De hecho, me incorpore, y estaba a punto de saltar sobre ella para darle un espontaneo abrazo de pura felicidad, cuando, de repente, aparecio aquella lechuza, posandose en mi sillon, cuando yo misma estaba a punto de despegar el culo de el. Me detuve de inmediato, mirando alternativamente a la lechuza y a la señora Gibbs, con incredulidad.

Repeti el gesto tres veces, mientras mis manos se aferraban a los brazos de aquel sillon, como si aquel animal fuera a desaparecer de alli si me movia- Señora Gibbs.... - susurre entonces, como si fuera a asustar al animal- ¿Cree uste que será...?

Y entonces lo vi. Aquel sello que tantas veces habia visto acompañar al material de Hogwarts en el callejon Diagon. No pude contenerme por mas tiempo. Salte sobre la pobre lechuza, cogiendo rapidamente aquella carta, antes de que el pobre animal, asustado, saliera por patas de alli.

-¡Es mi carta! ¡Es mi carta! ¡Tengo mi carta! ¡Voy a ir a Hogwarts, señora Gibbs! ¡Voy a ir a Hogwarts! - y entonces si que me abalance literalmente sobre ella, abrazandola, como si de mi propia madre se tratara. Con mas sentimiento que si hubiera abrazado a mi madre de verdad.

Y el rojo chillon que encendio mi pelo dejo una cosa clara: era feliz.

- ¿Si? - Preguntó, mirando a su hermana mayor ahora sin necesidad de corregirla por primera vez en mucho tiempo. Cosa que agradeció. La miró fijamente, a la espera de que le hablara mientras acariciaba a Zora. Cosa que no comprendía, pero agradecía. Él odiaba el contacto físico, y dudaba que pudiera soportarlo.

- No entiendo por qué dices que "debería comportarme como un niño de mi edad" - Hizo las comillas de una forma exagerada con los dedos. - ¿Me estas pidiendo que llore, grite, haga el tonto, te rompa la varita, derrame la tinta y moleste en general? ¿Es eso lo que quieres decir? ¿O te refieres a un comportamiento poco propio de mi edad, como por ejemplo portarme como la madre de mis hermanos a pesar de quedar demostrada la obviedad de que no lo eres? - La comparación era mala no, malísima. Podía sacarle al menos de dos a cuatro errores a esa comparación, pero le haría un favor, ahorrándoselo.

La "suerte" de que entrara no una, si no dos lechuzas no fue una "suerte" para Alexander, quien, al ver las aves, le cambió la cara. - ¡Ratas voladoras! - Y sin dar más aviso, salió de la habitación abandonando a las aves y las hermanas allí. - ¡Sálvese quien pueda! - Y sin más, salió corriendo del comedor.

Efectivamente, ahora entendía el porqué de la tan alta apuesta de Jarek. Era muy bueno y eso que Burkely tampoco era nada malo. Sonreí, divertida por la expresión del mayor de ellos. No esperaba perder contra Jarek. Buena carrera. Dije a ambos. No me parecía educado felicitar solo al ganador. Eso haría que Burkley se sintiese peor y... menos receptivo. Y no quería eso.

Cuando llegaron las lechuzas fruncí el ceño. Demasiadas cartas a la vez para nuestros padres. ¿Tal vez había pasado algo gordo? Por suerte Burkely estaba preparado, sabía que eran las cartas para Hogwarts. Vamos. Dije, mientras me agachaba a recoger el pañuelo. Nadie había sido lo suficientemente considerado como para hacerlo. Me coloqué al lado de Roxane y caminando hacia las lechuzas. La verdad era que estaba bastante nerviosa, pero no era algo que tuvieran que saber los demás.

A pesar de los grandes esfuerzos de su tío por mostrar una felicidad pura y embargante, ella lo conocía mejor que eso. Y le pesaba enormemente que aquella preciosa sonrisa fuera a verse afectada por su partida en cuanto fuese aceptada en la escuela. Pero así como sabía eso, también sabía que el mostrarle su congoja por aquello solo le haría sentir frustrado y aún más triste, así que decidió no dejar flaquear su sonrisa. 

La frase "te convertirás en una preciosa y magnífica mujer" resonó en su cabeza un buen par de veces antes de volver a la conversación del todo. No estaba segura de si aquello era lo que quería. Quizás si fuese horrible y estúpida no le atraería más, y solo sería su amigo, su dulce y tierno tío, en vez del James que intentaba olvidar cada noche. Cerró sus ojos para disfrutar mejor de las caricias, pero en momentos como el de ahora en el que pensaba sobre él de aquella manera le costaba recordar lo mucho que lo quería. Podía sentir su calor acercándose cada vez más, segura de que su rostro estaba a escasos centímetros de ella. Sabía que el beso era inminente, y no pretendía correr la cara. No a James, no cuando era tan amable... pero de la nada, un sonido fuerte y agudo irrumpió en la casa, y ella giró su rostro rápidamente hacia él para ver a una graciosa lechuza que tomaba zumo.

¡James! ¡Mi carta! ¡Ya está aquí! - se levantó luego de un segundo en que se tardó en reaccionar, escapándose entre medio del pequeño espacio que quedaba antes que él la acorralara entre sus brazos. Con sumo cuidado sacó la nota de la patita de la ave y le hizo cariñito mientras le permitía seguir bebiendo. 

Gracias, bonita. Descansa. 

Volvió a su tío mientras habría la carta, con cuidado de no romper el sobre. La sacó y la leyó, sin poder creer lo que veía. ¡Por fin! ¡Estaba dentro de Hogwarts! En un repentino ataque de entusiasmo, salta a James en un abrazo y cruza los brazos tras el cuello de él, colgándose. 

¡Me aceptaron! 

Lo besa en la mejilla, emocionada, apretándolo fuerte tanto para no caerse como por lo alegre que estaba.

La mirada en respuesta a la suya que recibió por parte de Chuck demostraba una perplejidad similar a la suya, aunque él se atrevió a acercar los dedos a la lechuza y acariciarle las plumas del lomo, a lo que esta respondió con un simpático gorjeo, tras lo cual, alzó el vuelo. Varias persona miraban en su dirección aunque la mayoría seguían pendientes de Jason, que estaba batallando con la sujeción de su propio sobre a la pata de la lechuza.

- ¿Quién envía cartas por medio de lechuzas? - preguntó Chuck al aire aún con expresión estupefacta -. Sabía que se entrenaban palomas pero, ¿lechuzas?

Lizbeth sólo le escuchaba a medias pues sus ojos ya recorrían a toda velocidad línea a línea de la carta con sin confiar en lo que sus ojos le mostraban y que se iba volviendo más increíble conforme apartaba una página y pasaba al siguiente pliegue.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

Querida señorita Moore

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 30 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall Subdirectora

---

Uniforme. Los alumnos de primer año necesitarán:

• Tres Túnicas sencillas de trabajo.
• Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
• Un par de guantes protectores.
• Una capa de invierno.

Libros. Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

• El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk
• Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
• Teoría Mágica, Adalbert Waffling
• Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
• Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
• Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
• Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander
• Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

Resto del equipo

• 1 varita.
• 1 caldero.
• 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
• 1 telescopio.
• 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

Chuck se había callado y se había limitado a leer por encima de su hombro con cara de escepticismo. En la última página había indicaciones para llegar a un lugar llamado "El Callejón Diagon", en el cual, según anunciaba la carta, podrían encontrar todo el material imprescindible.

- Lizbeth, ¿qué es esto? - era extraño que su hermano se lo preguntara a ella cuando tampoco comprendía nada de lo que estaba sucediendo -. Creo que deberíamos...

- ¡Eh! - la voz de Jason por entre medio de sus cabezas les dio un buen susto. Él también sostenía en sus manos los pliegues de pergamino aunque por contra, lucía una sonrisa emocionada -. ¿Quién crees que habrá sido, Liz? - le preguntó con una excitación casi indecente -. ¿Será verdad? Buah, esto es genial, ya verás la cara de mis padres.

Como si aquellas palabras hubieran sido mágicas para Chuck, se puso en pie, tomando a Lizbeth del brazo con firmeza pero sin fuerza.

- Pues mejor vamos ya, ¿no? Venga Jason, que te llevo a ti también.

Erika no tardó en personarse donde él estaba con expresión hastiada, sin comprender ya los cambios de humor o de opinión de su hermano mellizo, que tampoco parecía demasiado dispuesto a compartirlos con ella.

- ¿Qué? - le dijo nada más llegar, un tanto arisca.

Pero su expresión cambió cuando Erik la puso al corriente, mirándole con cierta confusión en el semblante que hacía de su cara un poema infantil.

- ¿Qué iba a hacer una lechuza en tu habitación? ¡Además, las lechuzas son nocturnas!

Se sonrojó un poco al quedar como una cerebrito pero, tras un suspiro resignado, giró el pomo de la puerta para encontrarse que, tal y como había dicho, había una lechuza sobre el escritorio de Erik, ululando suavemente con sus ojos ambarinos fijos en el niño.

- Alaaa, ¡es preciosa! - Erika se acercó con expresión arrobada al animal y empezó a hacerle arrumacos a los cuales el animal respondió inclinando la cabeza en su dirección -. Le gusta, ¿verdad que sí preciosa? ¿qué llevas ahí? Eh, Erik, lleva una carta con tu nombre.

La niña le tendió un sobre apergaminado sobre el cual se podían leer las siguientes palabras bajo un sello rojizo con un imponente escudo:

"Sr. E. Gallaway, en la habitación oeste"

Sin embargo lo que realmente sorprendió al niño fue lo que descubrió en su interior al rasgar el sobre y encontrarse con dos pliegues de pergamino de letra pulcra y contenido inesperado.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

Querido señor Gallaway,

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 30 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall Subdirectora

---

Uniforme. Los alumnos de primer año necesitarán:

• Tres Túnicas sencillas de trabajo.
• Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
• Un par de guantes protectores.
• Una capa de invierno.

Libros. Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

• El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk
• Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
• Teoría Mágica, Adalbert Waffling
• Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
• Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
• Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
• Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander
• Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

Resto del equipo

• 1 varita.
• 1 caldero.
• 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
• 1 telescopio.
• 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

- Eh, tío, ¿pero qué haces? - la voz de Henry sonaba amortiguada por la puerta pero había una clara nota de indignación en su voz -. ¿Y esas cartas? ¿desde cuando los pájaros de traen cartas? Venga tío, déjame entrar. Troy...

- Lárgate, esto es un asunto familiar - dijo Violet, abriendo un resquicio la puerta para soltarle aquella frase y volver a cerrar de un portazo, tras la cual le dirigió una mirada a Troy que transmitía toda la ilusión que sentía en aquel momento.

- Tío, esto no tiene gracia...

Los dos rasgaron los sobres para encontrarse en su interior con dos pliegos de pergamino esperando a ser leídos, aunque no hacía falta más que un vistazo para saber que, efectivamente, iban a ir a Hogwarts.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore

Querido señor Knight,

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 30 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall Subdirectora

---

Uniforme. Los alumnos de primer año necesitarán:

• Tres Túnicas sencillas de trabajo.
• Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
• Un par de guantes protectores.
• Una capa de invierno.

Libros. Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

• El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk
• Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
• Teoría Mágica, Adalbert Waffling
• Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
• Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
• Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
• Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander
• Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

Resto del equipo

1 varita.
1 caldero.
1 juego de redomas de vidrio o cristal.
1 telescopio.
1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

- Ya os han llegado, ¿eh? - Agnes estaba en la parte superior de la escalera con una sonrisa ladeada. Empezó a descender mientras seguía hablando -. Veréis lo contenta que se pone mamá cuando se entere - no dijo nada más, aquella era la mayor felicitación que iban a recibir por su parte aunque ambos sabían que se alegraba por ellos.

Esta vez la señora Gibbs se permitió una sonrisa alegre que nada tenía que ver con la expresión profesional que adoptaba durante su terapia, levantándose del sillón y enterrando a Caliope entre sus brazos en una muestra de cálido cariño de los que pocas veces se permitía mostrarle a la niña.

- Por supuesto que sí, yo ya lo sabía pero supongo que tengo que darte la enhorabuena, ¿no? Felicidades - le acarició la espalda en un gesto mucho más maternal que cualquiera que empleara su madre y se separó de ella, dejándole espacio para que leyera la carta.

La misiva contenía dos pliegues de contenido redactado en una bonita y estilosa caligrafía.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore

Querida señorita Thonks,

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 30 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall Subdirectora

---

Uniforme. Los alumnos de primer año necesitarán:

• Tres Túnicas sencillas de trabajo.
• Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
• Un par de guantes protectores.
• Una capa de invierno.

Libros. Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

• El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk
• Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
• Teoría Mágica, Adalbert Waffling
• Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
• Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
• Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
• Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander
• Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

Resto del equipo

• 1 varita.
• 1 caldero.
• 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
• 1 telescopio.
• 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

Aquel abrazo me sentó de maravilla. Mi pelo seguia brillando, con aquel rojo fuerte, que reflejaba mi más absoluta felicidad, mezclada con el más profundo de los amores hacia aquella mujer. - Que bien, que bien, que bien... ¡Vamos a ver que pone! - exclame, abriendola inmediatamente, sentandome en aquella ocasion en el brazo del sillon de la señora Gibbs, para que ella tambien lo viera- ¡Mire! Madre mia, cuántas cosas tengo que comprar... ¡Y puedo llevar una mascota! Creo que quiero un gato... O una lechuza... ¡Oh, y tengo que ir a Ollivander´s! ¡Madre mia, cuando se lo cuente a Ted!¡Seguro que ya ha recibido la suya! - estaba pletórica, hiperactiva. No podia dejar de hablar.

Y entonces cai en la cuenta de algo. Mi padre. Mi padre aun no sabia nada de aquello. Tenia que avisarlo enseguida, y a mamá tambien. Seguró que los dos se alegraban de aquello.

-¡Señora Gibbs, no se mueva! Tengo que ir a decirselo a mis padres corriendo. ¡Vengo enseguida! - dije, dejando un espontaneo beso en la mejilla de la mujer, para acto seguido salir corriendo hacia la parte delantera de la tienda, llevandome por delante en el camino varios muebles y estando a punto de tropezarme con mis propios pies en dos ocasiones- ¡PAPAAAAA! ¡PAPAAAAA! ¡MAMAAAAA! -los llame, saliendo de la trastienda, buscandolos con la mirada, tras el mostrador. Llevaba la carta en mi mano, agitandola en el aire. No me habia dado cuenta, ni siquiera de que llevaba los cordones de los zapatos desatados.- ¡Ha llegado! ¡Ha llegado! - grite, sin importarme lo mas minimo quien pudiera haber en la tienda en aquel momento.

Los niños corrieron hacia la zona de las mesas donde ya se había despachado a las lechuzas y sólo quedaban las cartas de Hogwarts con sus correspondientes nombres e incluso su situación actual "en el jardín de la residencia Simon". La madre de Joy seguía siendo abanicada por los elfos domésticos mientras los demás se hallaban nuevamente inmersos en una conversación de política a la que los chicos ya estaban acostumbrados.

- Sus ideas son interesantes pero no sabemos nada de él - decía en aquel momento el padre de Simon con expresión ceñuda.

La conversación quedó cortada de modo inmediato cuando los chicos llegaron junto a sus padres, disgregando así en cierto modo el grupo al acercarse con impaciencia para recibir su carta.

- Enhorabuena - susurró Tanja por lo bajo. Algo en su mirada le hizo pensar a Jarek que no se refería a la carta. ¿Se habría enterado de algún modo de lo de la carrera? Si era así estaba convencido de que aquello daría lugar a una interesante conversación/discusión cuando llegara a casa.

Por su parte Damian le estaba haciendo señales a Joy para que se acercara.

- Haz honor a nuestro apellido.

Aquellas fueron sus únicas palabras. Ni un felicidades ni estoy orgulloso de ti, nada. No había enhorabuena cuando algo se daba tan por supuesto.

- Si no la abres tú lo haré yo.

Liam había sido el primero en responder, con cierta impaciencia patente en su voz. Estaba claro que le interesaba más hablar del asunto de la mudanza y de negocios que una simple carta a Hogwarts. Por suerte para Maebh, la expresión de orgullo de su abuelo dejaba claro que no pensaba igual.

- Ábrela, Maebh.

Nial ni siquiera había esperado para abrir la suya y leer con deleite el contenido de la misma.

- Son prácticamente los mismos que te tocaron a ti - le comentó a su hermano, que se limitó a encogerse de hombros con aire desdeñoso.

Mientras la niña había abierto la suya y se había encontrado sujetando dos pliegues de pergamino que, a pesar de que decían prácticamente lo mismo palabra por palabra que la carta que en su momento había leído cuando le llegó a Niall, aquella iba dirigida a ella y eso le daba un valor especial.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore

Querida señorita Connolly,

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 30 de julio.

Muy cordialmente, Minerva McGonagall Subdirectora

---

Uniforme. Los alumnos de primer año necesitarán:

• Tres Túnicas sencillas de trabajo.
• Un sombrero negro puntiagudo para uso diario.
• Un par de guantes protectores.
• Una capa de invierno.

Libros. Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

• El Libro Reglamentario de Hechizos Miranda Goshawk
• Una Historia de la Magia, Bathilda Bagshot
• Teoría Mágica, Adalbert Waffling
• Guía de Transformaciones para principiantes, Emeric Switch
• Mil Hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore
• Filtros y Pociones Mágicas, Arsenius Jigger
• Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, Newt Scamander
• Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentim Trimble

Resto del equipo

• 1 varita.
• 1 caldero.
• 1 juego de redomas de vidrio o cristal.
• 1 telescopio.
• 1 balanza de latón. Los alumnos también podrán traer una lechuza, un gato, una rata o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS

Su tío no había podido evitar que cierta desazón se trasluciera en su semblante al observar cómo la niña recibía con aquel entusiasmo infantil la carta de ingreso a Hogwarts, algo que a pesar de tener la seguridad de que llegaría no era algo para lo que estuviera preparado, no al menos para presenciarlo en primera persona.

No obstante se esforzó por dirigirle una sonrisa cuando ella le saltó a los brazos, abrazándola con fuerza contra él y hundiendo la nariz en su clavícula, aspirando su aroma.

- Mi pequeña Megan se ha hecho mayor. Felicidades, cariño.