Partida Rol por web

Nada sucede.

Mientras el resto sigue buscando, permanezco mirando el simbolo

El camino está despejado

Nada sucede.

Amílcar se gira hacia Kolthar supuestamente para decirle algo, pero enseguida parece desechar aquello que tuviera en mente al tiempo que niega con la cabeza.

-Rowan, amigo, ¿por algún casual no tendrás un par de ganzúas por ahí, verdad?--inquiere retóricamente el nómada de las llanuras, indicando al kénder que se aproxime a estudiar la puerta sobre la que descansa el símbolo élfico.

Frustrada, sigo absorta en el símbolo, ausente de lo que hacen o proponen mis compañeros

Tengo que descubrirlo, no parece que la entrada esté indicada tan claramente

Rememorando el encuentro con el elfo, pienso en sus palabras, en sus gestos, cualquier cosa que nos pudiera dar una pista. Al rato, me acerco sobre el muro y trazo el símbolo sobre la piedra, expectante

Touran repasa el símbolo con el dedo y comenta.

Quizá alguno de los que estáis más acostumbrados a ver cosas ocultas debería tomarse algo de tiempo para encontrar esa puerta.

Tras repasae el símbolo, Touran golpea con el puño la piedra un par de veces.

O a lo mejor sólo hace falta llamar...

-¡Ah!, pero ¿es que no la habíais visto aún?--pregunta Amílcar con cierta sorpresa.

-¡Vaya! Se ve que mis ojos... no sé... quizás al no estar acostumbrados a la ciudad...--comenta socarronamente el nómada de las llanuras mientras señala el contorno de la entrada a sus compañeros para que todos puedan verla con claridad.

Una vez Quivalen y Amílcar os indican el lugar, veis el contorno de una puerta de arquitectura silvanesti muy bien oculta. Sin embargo, pese a vuestros intentos no se abre.

¿Cómo se abrirá esta puerta? Mmmm. No sé me ocurre nada y forzarla me parece muy desconsiderado con los que la crearon.

-El kénder tiene razón. No deberíamos entrar ahí dentro de ese modo. Sólo nos acarrearía más problemas.

Cruzándose de brazos y llevándose una mano al mentón, Amílcar se queda unos segundos pensativo hasta que por fin se vuelve hacia Touran para comentarle:

-A lo mejor es una tontería, pero ¿qué tal si sacamos la cajita élfica? Después de todo, se supone que es algún tipo de llave, ¿no?

Levanto la mano

Un momento Amilcar, creo que tengo la solución digo mientras vuelvo a trazar el círculo diciendo

¡ael ura ki! El camino está despejado

Una parte de la pared se abre con un susurro revelando un pasadizo largo y estrecho que lleva hasta unas escaleras que bajan. Éstas descienden durante unos cincuenta pies y llevan hasta una sala enorme que parece haber sido excavada en la tierra hace centenares de años. Una luz suave que procede de unos pequeños globos de luz crea la ilusión de que el techo es un cielo estrellado.

La gente que vive aquí advierte vuestra presencia al instante. Las palabras se extienden con tanta rapidez como el viento nocturno entre la gente de la pequeña ciudad de tiendas que se extiende por la sala. Las armas brillan bajo la suave luz como si fueran luciérnagas en la oscuridad.

¡Vaya, menudo lugar! ¿Todos los elfos de Silvanesti están aquí?, exclama Rowan sorprendido mientras contempla todo lo que ve boquiabierto.

Una figura alta y esbelta se separa de la multitud, avanzando como si flotara. Va envuelta en una túnica de gasa blanca y su pelo dorado plateado es como un halo que desciende por sus hombros desnudos de marfil, asemejándose más a un espíritu que a una criatura de carne y hueso.  Sus ojos de color azul pálido os miran y, aunque la cara de la mujer elfa está en la plenitud de la juventud, sus ojos tienen una tristeza y una profundidad que revelan su verdadera edad.

Saludos, murmura suavemente con la voz apenas superior a un susurro mientras se detiene a pocos pies de vosotros.

Soy la dama Shaylin Lunanaciente de la Casa Mística. Soy yo quien os ha llamado.

Una sonrisa amarga le cruza brevemente la cara, una expresión que parece poco natural en sus bellos rasgos. Después, se vuelve ligeramente, levanta la mano con lentitud para indicar el resto de la sala y los otros elfos se acercan. Todas las miradas se centran en vosotros.

Bienvenidos a nuestro hogar.

Shaylin vuelve a mirar con dolor en sus ojos mientras asiente con la cabeza.

Por favor, debéis de estar cansados. Seguidme. Os mostraré un lugar donde podréis descansar y responderé a vuestras preguntas.

Al entrar a esa enorme estancia, adaptada para que el exilio forzado sea menos traúmatico, y conociendo el dolor que debe de existir en los corazones de todos y cada uno de estos elfos, me quedo un tanto asombrada.

Al oír las palabras de la elfa, vuelvo en mí y, reconociéndola como alguien importante espero a que hable. Una vez que ha finalizado, agacho la cabeza

Os saludamos Dama Shaylin, y os agradecemos vuestro ayuda. En estos oscuros tiempos debemos de andarnos con cuidado, y más tú, pues parece que los caballeros oscuros están muy interesados en atraparos.

Asintiendo a la invitación, me dispongo a seguirla

Pero tienes razón, estamos cansados y nos vendría bien un lugar donde reposar y hablar tranquilamente.