Partida Rol por web

El piloto de la nave dañada está demasiado ocupado en no saltar por los aires como para colocarse con mucho tino, pero sí acierta a realizar unos cuantos giros y maniobras que hacen difícil impactarle, mientras se aleja de Kerry. 

La mecánica no tenía intención de reducir la ofensa ni la defensa. No dejándose amedentrar por las increibles velocidades de reacción que el otro Necroplaneador estaba teniendo (más altas que las suyas de hecho), siguió al asecho del que estaba a punto de ser derribado, describiendo un rizo en el espacio para lograr seguirle y de algún modo contrarrestar con técnica la perfecta maniobrabilidad de los Eoxiaonos. Cuando terminara con él esto ya no sería un dos contra uno...

Con una impecable maniobra de giro, Kerry logra distraer al caza eoxiano, que está además más atento a que su nave no explote que a su enemiga. Cuando le tiene a tiro, la torreta gira en su eje y dispara un devastador rayo de partículas que atraviesa el casco limpiamente, destrozando motores y núcleo y terminando de hacer explotar los sensores, que saltan en todas direcciones mientras sus cables pelados echan chispas. El núcleo queda a la vista y desprotegido, recorrido por electricidad azul, y el rayo corta por la mitad sus motores, que quedan seccionados y explotan en una llamarada de azul fantasmagórico. La nave queda rodeada de una nube de piezas rotas y flota a la deriva por el espacio, sin rumbo. 

Ya casí podía tocar el botín... Ahora sólo quedaba derribar al otro. Porque desde luego, la Iglesia de Iomedae la pagaría por las molestias ¿verdad? Una cuantía jugosa, montones de créditos por librar la Galaxia de estos malechores. Lo primero que haría con el dinero sería comprarse pastillas, y-y luego, no sé... ¡una IA para la nave, o o aerosoles de pintura! ¡Que ya no le quedaba ni uno! ¿Cómo o dónde si no iba a pintarrajear paredes ajenas? O su propia nave, el día que finalmente le diera por pintarla completamente de amarillo... Aunque eso la haría destacar demasiado, no sé... ¡Pero el amarillo era su color favorito!

La suerte y la pericia de la que había gozado el segundo piloto de necroplaneador parece acabarse al fin. Aunque logra en un principio situarse a la cola de Kerry, ésta gira rápidamente invirtiendo la situación, y antes de que pueda reaccionar, dispara su rayo de partículas, que ya ha demostrado su efectividad contra el ligero blindaje óseo de las naves eoxianas. El rayo corta en arco desde un motor al otro, sobrecargando el débil escudo y haciendo explotar un panel lleno de cables que esparce sus palancas y sus botones por toda la trasera de la nave como una estela de piezas. 

Ahora si, Kerry no se podía creer la suerte que estaba teniendo. Ni siquiera estaba segura de si podía llamarlo habilidad. Su último disparo había impactado de lleno en la sección de los cañones láser de la nave enemiga, no rompiéndolos del todo pero casi. "Oooohjojojojo..." rió maquiavélicamente la tecnópata. "¡OOOHJOJOJOJOJO!"

Ahora que sólo tenía un rival del que preocuparse, decidió sencillamente alejarse del Necroplaneador todo lo que pudiera,  fingiendo huir. Con lo envalentonado que estuvo antes, quizás la perseguiría, y entonces, el plan era dispararle con la torreta directamente a proa.

Tal y como Kerry esperaba, inmediatamente el piloto se lanza en su persecución, abriendo fuego con los láseres, aunque por fortuna los disparos que ha recibido han desestabilizado su sistema de armamento y no consigue impactar sobre la Kerry.Co.

¡Perfecto! La torreta apuntó, disparó e impactó. ¡Y Kerry volvió a salir sin un rasguño! "Tendría que haber puesto esto a grabar, ¿dónde era para grabar? ¿O vendí las cámaras?" sin soltar una mano del mando, rebuscó con la otra en la pantalla táctil de la interfaz del ordenador, lo cual naturalmente la distrajo... pues la verdad, bastante. "Tsk... No lo encuentro... ¡O-ostras que me van a disparar otra vez!"

Si los pilotos sobreviven a este encuentro, sin duda tendrán pesadillas con el potente rayo de partículas de la torreta de Kerry, suponiendo que los muertos sueñen siquiera. 

En esta ocasión, tras el fallo del piloto con sus láseres, la torreta gira en redondo y arrasa todo el lateral del pequeño caza, llevándose por delante medio motor derecho y casi todo el fuselaje de proa. 

Quedaba muy poco para inutilizarlo. Concentrada, la tecnópata describió un giro largo, moviéndose en un largo medio círculo alrededor de la nave enemiga. ¡Solo un poquito más! ¡Un disparo, probablemente!

El peor enemigo de todo piloto es el exceso de confianza. Viendo que la nave enemiga estaba ya casi inutilizada, Kerry trató de buscar la cámara, perdiendo un tiempo precioso en el fragor del combate. La nave enemiga estaba dañada, sí, pero sus armas aún funcionaban, y cuando Kerry trazó un giro para empezar a rodear a su oponente, el eoxiano había aprendido de sus errores. Viendo que la nave de Kerry podía disparar hacia cualquier parte, dejó de intentar colocarse a su cola, y simplemente giró hacia el estribor, abalanzándose sobre ella con un disparo claro. 

No había forma de fallar aquello ni siquiera con las armas dañadas. Una tormenta de fuego láser cayó sobre un costado de la Kerry.Co y de pronto todas las alarmas de la pantalla se volvieron locas mientras el escudo era castigado repetidas veces, perdiendo casi toda su potencia en un segundo. Finalmente aguantó, pero había quedado casi inutilizado. 

"¡Mecachis!" protestó la mecánica, agitando las manos. "¡Menos mal! ¡Menos mal que mejoré los escudos hace nada!" ¡Caramba con los Necroplaneadores! Ahora entendía por qué la nave catedral había dicho que eran tan, pero tan peligrosos. ¿Debería redirigir los escudos, o repararlos? ¡N-no! ¡Podía aguantar! ¡Solo había sido un golpe de suerte del necroplaneador! Bastaba con centrarse y terminar de derribarlo...

El piloto parece sorprendido porque todo su ataque haya sido desviado por los escudos y pierde un tiempo precioso tratando de girar de nuevo. Logra esquivar el rayo de partículas de la torreta de Kerry, pero la maniobra le deja descubierto. 

¡Maldita fuera! ¡Se notaba bastante que este otro piloto sí que era más diestro! Se sentía casí como si la que ahora estuviera en problemas fuera ella. "¡Pero si tiene los motores y las armas medio hechas añicos!" se quejó al aire la piloto. Repitiendo la táctica de pegarse a la cola de la nave rival, volvió a disparar, y volvió a fallar. "¡Grrrrrr!"

El piloto del necroplaneador ya había visto muchas veces el patrón de disparo del rayo de partículas y comienza a saber cómo evitarlo, esquivándolo esta vez con un picado seguido de media vuelta. Sus dañados motores echaron chispas ante la maniobra, pero se mantuvieron de una pieza. Sin embargo, esquivarlo le había dejado en una posición vulnerable para que Kerry volviera disparar. 

Kerry volvió a colocarse en la cola del Necroplaneador enemigo. Ya que esquivaba tan bien su rayo láser... "¡Pues prueba esto!" Kimberly disparó otro misil, y se llevo las manos a la cabeza agitándose los pelos al ver, una vez más, cómo el disparo fallaba. "¡AGGGH!"

El eoxiano, sin conseguir ángulo de tiro, simplemente esquiva los ataques luchando por su no vida con toda la pericia que es capaz de reunir. El misil sale directo, pero las bengalas de sus contramedidas lo hacen explotar antes de tiempo.

Aquello se había convertido en un juego del gato y ratón. Kerry se veía obligada a a volar en círculos alrededor del Eoxiano, mientras que éste tan sólo giraba la nave sobre sí misma, apuntando siempre siempre a la piloto. Sin un ángulo claro donde atacarle al enemigo, mientras que el enemigo la tenía siempre a tiro.

Así que Kimberly decidió arriesgarse. Decidió cambiar la estrategia. Alzó la nave varios metros, y luego se dirigió cayendo en picado hacia el Necroplaneador, en una arriesgada maniobra en la que si se descuidaba podría chocar su nave contra la de el enemigo... De hecho, Kimberly se mentalizó para no esquivarle, por suicida que pareciera la maniobra. Pero el Necroplaneador tenía más que perder, mucho más, siendo que los escudos de proa de la Kerry.Co estaban completamente intactos, y la nave no había sufrido daños. Tal y como Kerry predijo, forzó al Eoxiano a moverse, aun si el no-muerto no temía por perder su vida. Aquello le dio a Kimberly la oportunidad que esperaba, y al casi rozarlo disparó la torreta...