Partida Rol por web

Apartó la pierna, la echó hacia atrás. En un baile de movimientos tan rápidos es difícil discernir si lo hizo como parte de los reflejos que le llevaron a esquivar los colmillos, o para asentar el pie y golpear con más fuerza con su estrella del amanecer. No hay amaneceres aquí abajo. No hay esperanza. Solo criaturas horribles salidas del mundo de las pesadillas y que te atrapan en tu propia locura.

Nnnnka, nka-nka-azuzó, como si se tratase de un animal de granja.

Como un herrero trabajando en el yunque, Daisy Sue descargó el golpe de su maza. No había que confiarse, así que dió un paso atrás, atrayendo a la alimaña hacia la posición de sus compañeros, para que la lucha se alejase de la calle principal, lejos de nuevos predadores.

- ¡Maldita la hora en la que nos metimos en esta letrina! - ruge el bárbaro al tiempo que se lanza en dirección a la criatura antes de que haga filetes a su compañera.

Tensa cada uno de sus músculos y aprieta el mango de su fiel acero. Los huesos de sus enormes manos crujen con la tensión del momento y con mucho oficio brinca y deja caer el filo de su espadón con todas sus fuerzas y su enorme peso sobre la cabeza del pobre bicho.

- ¡Cagontuputamadreeeeeeee!!... - aulla

Aunque no podía distinguir contra qué luchaba Daisy sabía que lo hacía contra algo. Ella había estado en la primera linea de combate varias veces.
Tendré que quedarme más cerca..

Sin dilación cargué en dirección a la extraña forma mientras preparaba mi lucero.
1, 2, 3... 1, 2, 3... 1, 2, 3... PUM.

Rápidamente Mug y Ariete se involucran en el combate. El bárbaro avanza forzando el paso y golpea con su arma. Pero una vez más el caparazón que cubre el lomo de este extraño animal desvía el ataque. ¡Es como golpear una roca bajo la que se haya escondido esta aberrante rata!

Ariete, sabedor de lo que está pasando debido a los ruidos que oye, se lanza desbocado al frente con su lucero preparado. Descarga un terrible golpe...impactando en el suelo. La rata ha sido más rápida y con un gruñido se ha movido lo suficiente como para evitar el golpe.

Aléjate rata-jabalí, le decía con gestos el druida, los que volvió a juzgar inútiles.  No entendía porqué el animal, rodeado por tantos, no se sabía perdido y huía.  

Flanquea -dijo entonces al buitre, triste de que sus esfuerzos no fueran a mucho.  Ch'om estaba entrenado para esa maniobra, como cuando lucharon contra los shifters.  Voló a lo alto de la cueva, iluminada por el fuego de la antorcha de Powaqqatsi y descendió en semicírculo por detrás  para atacar a la rata mutante.  Su picotada fue inexacta, pero con eso distraería al animal lo suficiente como para que Ariete o Daisy o Mug lo alcanzaran a golpear.  A ver si con un primer golpe el animal híbrido entendía y huía, si no lo hacía, lo más seguro es que se volvería un bocadillo exótico y picoso para la joven humanorca.

Gracias a la iluminación proporcionada por Finn puede ver claramente a qué nos enfrentábamos. Una criatura tan extraña como cualquier otra orgánica.

No perdería tiempo deliberando sobre su naturaleza o motivaciones. Levanté mi arma y la dejé caer con fuerza sobre el animal, confiaba en las ventajas del lucero para superar la dureza de un caparazón.

Finn , el marinero, se acerca rápidamente a la zona donde se desarrolla el combate de forma que las sombras desaparecen y se ven substituidas por la amarillenta luz del cetro que porta.

Powwaqatsi grita unas órdenes a Ch'om. Son una especie de graznidos y chasquidos extraños que nada significan para vosotros. Pero el buitre vuela hasta colocarse al otro lado de la rata y por encima de ella en las rocas caídas de un muro. La rata gigante se gira y mira con total desconfianza al ave. Probablemente sea el primer ser de este tipo que ve en su vida. Aunque ,a decir verdad, también es la primera vez que vosotros véis a un buitre en un lugar como este...

Los picotazos y graznidos del buitre no causan ningún daño al enemigo pero si consiguen despistarlo. Powaqqatsi intenta usar su poder de influencia con la criatura. Pero sea por el combate, por el hambre que debe tener o por su mal genio la rata hace caso omiso a su petición.

La rata sigue lanzando bufidos y chillidos contra Ch'om. Convencida de que este ser volador es lo más repugnante que ha visto nunca no parece estar dispuesta a perderlo de vista. Cuando de repente..."¡CRACK!".

La maza de Ariete se hunde en el cráneo de la rata. Cae aplastada y muerta sobre el suelo. Al separar la maza de los restos   unos pequeños hilillos se estiran entre el acero y lo que queda de la cabeza de la bestia...

La caverna queda sumida de nuevo en el silencio. Tan sólo podéis escuchar vuestras propias respiraciones aceleradas.Las luces que Finn mandó al frente ya no podéis verlas.¿Qué habrá sido de la otra rata?

En la dirección en la que ibais las sombras siguen dominando el paisaje. Aún así, aquellos afortunados de vosotros que pueden ver en la oscuridad si son capaces de discernir algo más que una intensa oscuridad.

A vuestra derecha tenéis los restos de un muro. Tal vez fuese una estructura en algún momento del pasado. Pero nada parece ofreceros en estos momento. Más adelante y a la izquierda hay lo que parece ser un edificio. Desde vuestra posición diríais que parece mantenerse en mejor estado que todo lo que habéis visto hasta ahora en estas ruinas. Más allá, lejos en la oscuridad, véis una forma alargada hacia arriba. ¿Una torre? No sabríais decirlo  con seguridad...

Powaqqatsi toma con cuidado los restos de la rata y los envuelve con cuidado en las hojas aromáticas de maíz que ha traído.  Le preparará con ello unos tamales a Daisy, en cuanto se detengan a comer; sabe que ella apreciará ese gesto y su mentor le dijo que debía practicar la empatía.  Y pues, además, los orgánicos deben comer.

  ¿Porqué nosotros no?  ¿De donde sale nuestra energía? ¿Nos alimentamos de dragonshards cada reparación o qué? 

En eso se voltea admirando la pared.  Guardando todo, levantó su antorcha lo más que pudo para identificar la estructura ahí presente.  Bardo, ¿sabes de que cultura es esto?  ¿Qué fue lo que nos dijo Lady Cannith que buscáramos? 

Demonfly gruñó, con los colmillos desenfundados fuera del labio para esgrimir ante las ofensas sufridas. Aquella era su presa. Ella también tenía una maza, pero la suya no logró quebrar las protuberancias a modo de armadura, y la de Ariete sí. El forjado no tenía derecho. No lo tenía. Cogió al animal por la cola y lo arrastró para ocultarlo entre unos cascotes, de modo que no atrajese a más depredadores.

Como tengamos que picar piedra pa llegar hasta el disco damantina, tardaremos varios días en registrar cada palmo de este sitio. Vamos a buscar primero en los edificios que quedan en pie, y dejar los cascotes pal final. Haber si de una jodida vez la suerte nos sonríe y nos ahorramos una hernia.

Avanzó dándoles las espaldas y hundiéndose en la oscuridad, más allá del límite iluminado por el cetro. Desde las sombras dió un par de datos más.

Desde aquí veo un edificio a la izquierda y más lejos hay una torre-informó a los de sangre humana-. Voy a ver el edificio por fuera, a ver si puedo echar un vistazo al interior desde alguna ventana. No os quedéis atrás.

- Buen golpe compañero.- Finn felicitó al forjado con una palmada en la espalda, intentando no sentirse un poco raro. Había conocido a otros forjados anteriormente, pero nunca había trabajado personalmente con uno. Y, con franqueza, todavía le parecía que era como dar una palmada a una caldera.

Se detuvo con sus compañeros, oteando las estructuras que los rodeaban. Se encogió de hombros, no tenía ni idea de que se escondía en las profundidades de aquella ciudad que no era suya.

Bardo... Suspiró mentalmente el semielfo. Toda una vida de sacrificio para ascender en la escala de oficiales y ser algún día capitán de aerobarco dentro de una casa de dragón para que te tomasen por un simple juglar animador de fiestas para niños. Poco o nada podía contestar todavía.

- Como tengamos que perseguir y exterminar todas las bestias que pueblan estas catacumbas sí que tardaremos una eternidad. - Comenta Finn, cuyo amor por el combate era inversamente proporcional al tamaño del océano. - Vayamos juntos a examinar esos edificios, supongo que la magia Cannith mantendrá la forja intacta, y será el edificio mejor conservado de los que encontremos.- Razona el semielfo. - Intentemos no llamar la atención más de lo necesario...- Finalizaa mirando preocupado a las sombras que los rodean y sabiendo de la inutilidad de su comentario.

Daisy, tras eSconder el cadáver maloliente de la rata, avanza entre sombras hacia la izquierda . Powaqqatsi ha acercado algo la antorcha en dirección al edificio pero la luz que emite no es suficiente como para ver los detalles con claridad. Aún así puede ver que se trata de un edificio bastante bien conservado. En la fachada ve varias columnas sujetando un soportal. Para examinar el edificio Daisy no necesita separarse del resto del grupo más de 60'. Pero esa distancia en un lugar como este pesa mucho en el espíritu de cualquiera. Sobretodo después de lo que ha vivido durante las horas anteriores. Se mueve en sigilo y con sus sentidos alerta. Desde cierta distancia Finn le sigue los pasos.

Al llegar, la semiorca ve que el edificio se conserva en bastante buen estado. Puede corroborar que la fachada tiene un soportal apoyado sobre unas columnas. En las columnas pueden verse grabados unos símbolos. Aunque no sea una experta en la materia Daisy diría que se encuentra ante un templo...Finn se aproxima con cautela y también ve los símbolos. Tras él se acerca Powaqqatsi.

Daisy asoma la cara por la única puerta abierta que hay entre las columnas, sin llegar a entrar. Ve una basta sala de unos 35 pies de lado. En ella, parece respirarse un ambiente de tranquilidad y sosiego.Puede que parezca una tontería...pero algo le dice que en ese lugar no hallarán peligros. El suelo parece hecho de grandes losas de mármol y, aunque está cubierto por algo de polvo, está más limpio de lo que cabría esperar. Hay algunas rocas desprendidas del techo repartidas por la sala y , en alguna esquina, algún pequeño desprendimiento. Pero nada más puede verse desde esta distancia.