Partida Rol por web

Al llegar arriba no pude evitar fijarme en Cheng, sin lugar a dudas había oído tambien los gritos y había ido corriendo del jardín a la casa. Su kimono negro lo delataba y aún así ahí estaba tan fresco, seguramente fuese un inmortal o algo por el estilo.

-Uy, que cosita mas mona tenemos aquí.-Dije mirando hacia Tian para reconfortarla.-¿Sabe ya el nombre que le va a poner?.-Dije intentado hacer ver que no pasaba nada.

Aquella visión del niño-gato me aclaró la mente, por eso Cheng era tan ágil y veloz, Cheng tambien debe ser un hombre-gato.

No sabe como peor William sube el primero las escaleras. Al final de las mismas, se encuentra con el mayordomo Cheng, quien "curiosamente" nos espera delante de la puerta de la habitación de sus señores. La puerta abierta les revela una escena dantesca, algo fuera de lo común, como salido de una novela.

William mira de hito en hita a los presentes sin saber que decir. En realidad tampoco sabía qué hacer. Por la expresión de su anfitrión, o él no era el padre, o se esperaba que ocurriera algo parecido y no lo deseaba. El capitán estaba bloqueado. Girándose para que Cheng lo viera y el señor Bousquet le oyera William dijo.- ¿De quién son los genes gatunos?.- Preguntó sin saber qué es lo que iba a suceder después.

Pese a la sorpresa inicial por el acontecimiento irracional que acabáis de presenciar conseguís superarlo con presteza y sobretodo aplomo. La puerta del dormitorio se cierra mientras el joven señor Bousquet parece darse cuenta de vuestra presencia mientras su esposa se limita a atender a la criatura con lágrimas en los ojos pero sin prestaros atención.

El joven señor Bousquet intenta ponerse en pie pero tropieza y cae de nuevo al suelo mientras podéis ver que tiene lágrimas en el rostro que corren hacía sus mejillas. Su voz os llega débil y triste.
Pero... ¿Que? ¿Que... esta... pasando?

Tian acuna a la criatura entonando una suave melodía que silva en voz baja.

Tomo nota de la melodía mentalmente por si tuviese que ver algo con la apertura del cofre que obtuvimos.

-Feliz año nuevo Tian.-Digo acordándome del año nuevo chino.-Este año nuevo ha venido con una gran sorpresa sin dudas.

Me acerco a comprobar el estado de Paul Bousquet, la verdad es que me sentía apenado aunque seguramente en el futuro el niño podría adoptar la forma de humano o de gato segun quisiese. Ahora ya sabía porque en el sótano siempre había huellas de gato; seguramente Cheng pudiera convertirse en gato y husmeaba por el sótano, pero si Cheng podría ser un gato y Tian ha tenido un bebe-gato... ¿Es Cheng el padre de la criatura?, o lo que es mas inquietante, teniendo en cuenta que Cheng es chino y Tian es china, ¿es Cheng el padre de Tian?.

Todo aquello se me agolpaba en la cabeza, prefería guardarme mis pensamientos para que no me tachasen de loco como ya hicieron en anteriores ocasiones, pero dudo que ninguno de aquellos jóvenes hubiese visto un niño-gato en su vida.

William estaba absorto. No le cabía en la cabeza ekl nacimiento de un bebe medio humano medio gato. A pesar de esto, no perdió la compostura y siguió ergido, espectante.

Al escuchar las palabras de Zhang, se acordó del cambio de calendario en el mundo chino. Aun así no entedía qué tenía que ver eso. Y menos las palabras de su compañero quien parecía ver normal aquel alumbramiento. El capitán miró a Cheng nuevmente. Quería notar algo en su semblente, quería saber si él tenía algo que ver en todo aquello. No sabía por qué, pero todas sus alarmas le llevaban al mayordomo.- ¿Usted no tiene nada que decir?.- Le preguntó Wiñlliam al mayordomo con un tono algo cortante.

Cuando os giráis hacía la puerta donde esperabáis encontrar a cheng solo hay una puerta cerrada pues el mayordomo no esta dentro de la habitación.

Sin embargo es bousquet quien responde a la pregunta.
¿Y que tendría él que decir? Esa criatura es hijo nuestro, de Tian y mío. Pero dudo mucho que mi padre estuviera orgulloso de lo que hemos traído al mundo.

Tian continua silbando la misma melodía mientras con una sonrisa en el rostro balancea suavemente a su recién nacido y este poco a poco va cerrando los ojos.

Anoto mentalmente la melodía pues puede que sea la melodía que abra la caja que encontramos, no en vano, me gustaría abrirla con Cheng a buen recaudo.

-Ciertamente es muy curioso su caso señor Bousquet.-Digo mirando al pequeño minino, con disimulo me acerco a Tian y la observo con discrección por si le veo pelo o algo por el estilo, al mismo tiempo la huelo a ver si huele a gato.

No huele a flores ya que acaba de tener un bebe, o una abominación de ser humano según se mire, pero no tiene patas de gato ni nada por el estilo. Apenas lleva puesto un camisón y le esta dando el pecho al recién nacido.
Ella parece estar radiante de felicidad con una sonrisa dibujada en su rostro mientras acuna al bebe y le permite que extraiga leche de sus pechos sin embargo esta ausente, en modo autista, como si no fuera consciente de que estáis todos vosotros a su lado.

Aunque al acercarte puedes ver como un ligero toque de tristeza en sus ojos.

Me percato de los delicados detalles de aquella escena pero sin lograr encontrarles significado alguno.

-Bueno, señor Bousquet, en cualquier caso creo que sería adecuado que viniese un médico a examinar tanto a su señora como a su retoño para asegurarnos de que gozan de un excelente estado de salud. Dejémoslos descansar tranquilamente, eseñeme ese buen vino del que me habló la otra noche.-Le digo a Bousquet tratando de que vuelva a la realidad.

Me giro hacia Pierre y William.-¿Donde se ha metido ese par de dos?. Será mejor que veamos si han echo algún "estropicio" en el sótano.

El joven señor Bousquet entra en el llanto mientras observa a la criatura sin terminar de comprender de donde ha surgido esa cosa mientras la bella Tian mece al recién nacido con cariño cantando una nana.