Partida Rol por web

-Sí...será lo mejor...marchate- Cuando se va me acerco a la mujer y esforzándome por hablar "correctamente" le pregunto -¿Estas bien?-

La mujer estaba en el suelo con cara de susto y sorpresa, no esperaba que se librara tan fácilmente. Se puso de pie y aunque parecieras un vagabundo y un loco te abrazo. – Gracias, no sé como lo has hecho, pero gracias por salvarme.

-No hay de qué...ven, necesitas recuperarte del susto y descansar...puede que tomarte algo que te calme- Dije en un tono lo más amable posible -¿Quieres acompañarme? Quizás pueda hacer por ti más de lo que he hecho...mas de lo que imaginas.-

la mujer te mira desconfiada, después de lo que había sucedido no sabía si fiarse. – No sé si debería ir, puede ser muy problemático… ¿cómo sé que puedo fiarme de ti?

-Comprendo tu precupación- Digo intentando evitar la risa histérica, aunque lo hacía por dentro -No te voy a obligar a hacer nada que no quieras...- Dije gracioso.

La chica sonríe ante tu comentario, parece que se está tranquilizando. – De acuerdo... iré contigo, seguro que estaré a salvo contigo, eres mi héroe.

La guío hasta mi refugio...un pequeño apartamento del bronks, sin que se dé cuenta cierro bien la puerta y la miro a los ojos -¿Quieres poder defenderte por ti misma?- Pregunto.

La chica sonríe y asiente. – Si, la verdad es que si, me podría ser útil, ¿tu vas a ayudarme?

Asiento -Sí...pero entrarías en un mundo que desconoces por completo, una vez aceptes esto te lo explicaré todo y te daré lo que necesitas- Hablar así me estaba costando demasiado -He de adertirte...una vez aceptes, no habrá marcha atrás-

La chica mira con miedo, duda unos momentos, peor ese hombre le había echo tener confianza en sí misma. – Acepto, seguro que no puede ser nada demasiado malo…

Asiento...si se echaba atrás solo habría una salida -Bien...supongo que habrás visto las películas de Vampiros o libros, hombres lobo...demonios...fantasmas. Todo eso es real, aunque la realidad di-d-difiere mucho de la ficción, yo soy un Cainita...o como tú lo conoces...vampiro, pero eso ese hombre no me hizo nada y por eso fuí más rápido que él, por eso implanté la semilla de la locura en su mente...esto último, es una especilización de mi clan, algo que te explicaré más adelante- Dije, tartamudeé algunas veces -Hay reglas, por supuesto no puedo abrazarte...lo que tú conocerías como transformarte, tengo que pedir permiso a príncipe, si no, ambos moriríamos...pero sí puedo hacerte Ghoul, serías más fuerte, más rápida, ningún humano podría hacerte frente, mi sangre vampírica estaría presente en tus venas, pero no en su totalidad, podrías seguir viendo la luz del Sol...mañana veré al príncipe, puede que me dé permiso para abrazarte...si así lo deseas, hoy...podrás ser una ghoul- Dije serio mirándola a los ojos -¿Aceptas?- dije, por pura cortesía...si no lo hacía tendría que matarla...

La chica miro incrédula al hombre, no podía creer lo que decía, todo lo que él creía que eran tonterías él decía que era verdad… seguro que estaba loco… - ¿Cómo voy a creerme eso? Sería una locura que eso fuera real. – Parecía que el hombre no cambiaba le expresión, parecía que lo dijera en serio. – Si eso fuera real… ¿qué tendría que hacer yo? – La chica no podía creer lo que oía, pero sin embargo creía algo de lo que él decía, pues lo había dicho muy serio, empezaba a tener curiosidad.

Al escuchar hablar de la lucura mis ojos se tornaron amarillos -No infravalores la locura...puede que más adelante lo entiendas...si quieres puedo demostrártelo...pero sería cansado...para convertirte en ghoul has de beber tres veces de mi...mi sangre- Mentí, con una bastaba...pero era inteligente...mi sangre era codiciada y no convertiría anadie ni tendria por siervo a nadie que no estuviera totalmente a mi merced -¿Qué dices?¿Aceptas?-

La joven se sorprende ante lo que dice, su sangre… la chica no podía creerlo, pero tampoco parecía asustarle, el Malkivian había conseguido llamar su atención, y la había conseguido convencer. – Acepto, necesito ser más fuerte para poder sobrevivir…

Esa mujer serviría...había sufrido un trauma hacía poco, estaba preparada para recibir el don de la locura, antes hablaría con el príncipe...por supuesto no se negaría...eso estaba claro, yo era un antiguo y tenía tanto derecho como él a tener una chiquilla, en mis casi mil años nunca había tenido un chiquillo, pero ahora...después de lo acontecido...no vendría mal que fuésemos dos y no uno...

Me mordí la muñeca, dejando que la sangre resbalara por ella y se la tendí. -Recuerda, tres veces...ni una más y ni una menos...cuando te abrace mañana por la noche, tendrás que volver a beber pero eso...es más complicado...ahora bebe, tres veces, y antes...jurame lealtad- Dije.

- Te juro que sere leal a ti. -La chica empezó a beber la sangre de su muñeca, estaba mejor de lo que pensaba, tenía un sabor agradable.- Bien, ya he bebido, ¿tengo que hacer algo más? - la chica veía ahora al vampiro de otra forma, lo veía como alguien más importante en su vida.

-No...nada más- Dije agachándome -Pero es momento de que me acompañes, te voy a demostrar el mundo de la noche, mi naturaleza...la que será la tuya, hoy no me he alimentado...por cierto, dejame que me presente...soy Eric Black...o así me llaman desde mi no-vida y sia se bloha oy*...perdón...suelo alterar el orden de las letras y las palabras al hablar...deberás acostumbrarte, aunque después d etu abrazo me entenderás mucho jorme...mejor-Digo bien a final..-Sigueme...- Ordeno mientras salgo a la calle.-

Anabeth miro al vampiro con una sonrisa coqueta, ahora mismo la mujer se sentía muy bien estando cerca del hombre, había sucedido algo durante la ingestión de sangre, había cambiado completamente, se sentía más segura de sí misma. – Que ganas tengo de ver este nuevo mundo, quiero verlo todo. – Se queda un momento callada como meditando y prosigue. – Tu forma de hablar es curiosa, hablas raro, pero es gracioso.

Le sonreí y dije -Ol entendrás asm adelante- dije con una sonrisa al comprobar que el juramento había surtido efecto...la condije por los oscuros callejones en busca de una presa solitaria -Me gusta portarme lam con mis pressa, esl hago frirsu...y no desees ver todo tan pronto, hay cosas que dríanpo acabar conmigo insoclu, pero te dráspo defender si sigues mis enseñanzas-

Anabeth siguió al vampiro por donde le llevaba, y escuchaba todo lo que decía, le costaba un poco entenderle pero le entendía más o menos bien. Asique maltrata a sus presas… eso no es bueno, aunque en estas calles solo hay delincuentes y maleantes, casi todos los que están merecen morir casi seguro. – Asique hay cosas que pueden vencerte… ¿ y qué son? ¿Lo típico de los libros? Luz del sol, fuego, estacas… ¿las cruces y los ajos también te hacen daño? – Se notaba que la chica había cambiado, ya no era tan asustadiza, ahora habla mucho más que antes.