Partida Rol por web

Al llegar al Castillo de Tintagel veis que todo el mundo está nervioso, la noticia de que Merlín ha secuestrado al heredero está en boca de todos. Sir Brastian va directamente a hablar con el Rey nada más llega, a vosotros, en cambio, no se os permite verlo, ya que el Rey solo se reúne con sus consejeros.

Esa misma tarde se os hace saber que Sir Brastian os ha acusado de traición, de ayudar a Merlín a secuestrar al heredero y, posteriormente, entretenerlo para retrasar su búsqueda y que el mago pudiera escapar.

El Rey parece hacer caso de las acusaciones de Sir Brastian y se va a llevar a cabo un juicio por traición, es algo que debería preocuparos por dos motivos:

El primero es que la traición es un crimen capital y podríais ser ejecutados por ella. Si tenéis suerte, simplemente seréis degradados y exiliados. Sin embargo, su honor ha sido impugnado. Están en la peligrosa situación de ser juzgados severamente por una autoridad legítima y, si no continúan haciendo todo honorablemente, perderán más. 

La segunda, todas las decisiones habituales de una corte judicial las toma el juez a cargo, en este caso el propio Uther. Es completamente normal (aunque no necesariamente justo) para el juez a cargo verse influenciado por la amistad o la obligación, por factores políticos o por rencores personales. Junto con el propio Merlín, que ahora se considera un traidor, Sir Brastias es el consejero más importante de Uther y Uther es propenso a hacer lo que sea que Sir Brastias quiere.

Un mensajero os hace saber a todos que habéis sido convocados para un juicio por traición en el castillo de Tintagel y que se requiere vuestra presencia inmediata

El rostro de Lady Ealasaid era sombrío y había perdido todo el brillo que antaño existiera en él, vestía con un vestido austero y sencillo que denotaba su luto por su difunto esposo, aún así había acudido al lugar por si alguno de sus amigos necesitaba su ayuda.

Maeve acudió al lugar ligeramente defraudada y enfadada pues aquel desgraciado de Sir Brastian les había denunciado por su propia torpeza y frustración pues sin duda alguna habían sido sus errores los que les habían puesto en aquella situación.

Pero por eso mismo había acudido para defenderse a ella misma y a sus hermanos de armas.

Aún seguía pasmado. No podía creer en la situación en la que se habían metido.

O que los habían metido.

Merlín era un adalid de sabiduría y buen hacer, así que, no podía creer que era fuera real, y tampoco una pantomima para proteger al heredero del Rey. No sabía que pensar, pero, esperaba que el mago, ya que ellos habían interpuesto sus propias vidas en el camino de sus perseguidores, y esperaba que él, aunque fuera de alguna manera extraña, también intercediera por ellos.

Sir Brastias había decidido acusarles a todos de traición.. pero más bien se trataba de escoger un culpable para justificar la huída de Merlín.. y lo peor de todo es que el rey Uther estaba de su parte.. poco podría hacer, salvo defenderse de la acusaciones como pudiera.. así pues, dada su total desconocimiento de los juicios y las leyes en este tipo de asuntos, aguardó en silencio a que le llegara el turno de hablar..

Alein aún no terminaba de encajar lo sucedido. El rey protege a Merlín y lo tiene como consejero. Merlín es una persona de gran poder e importancia, muy por encima de cualquier caballero. Merlín les pide ayuda, ellos se la dan...los caballeros del rey aparecen, y les acusan de traición. Sin duda, la vida no parecía ser justa en aquel momento, pero Alein defendería su honor. No había hecho nada malo, y había cumplido con su misión a la perfección...no así Sir Brastias, por mucho que gozase del apoyo y defensa de Uther, no podría ocultarse a si mismo su fracaso.

 Si alguna vez tenía oportunidad de echar el guante a Sir Brastian por haberse atrevido a echarnos la culpa de su torpeza, no viviría para contarlo. De todas maneras toda la situación me servía para confirmar que Uther era una decepción como monarca y según parece Merlín era de la misma opinión.

 Ahora solo tocaba salir de este apuro y vivir para ver otro día. Si no me ejecutaban, pensaba buscar al mago y ofrecerle mis servicios. Y que le den a este rey de mierda. Aunque ahora toca callar y superar el juicio.

Bien, pensó  Bronn, un juicio por Honor siempre era mejor que ser ajusticiado por traición y además...estaba claramente entregado a las demencias de Merlín. Siguiendo sus mandatos había vivido los momentos más peligrosos y heroicos. So había que presentarse ante el mismísimo Rey y apelar al honor de seguir los pedidos...mandatos, del hombre que había sido su visible consejero hasta ahora pues que así fuera.

Le pidió a Sir Robert que se ocupará de defender las tierras en su ausencia y partió con sus escuderos y unos cuantos hombres elegidos hacia la Corte del Rey 

Lord Selivant no dejó Dinton hasta que se omaran todas las previsiones que asegurarían el bienestar de los suyos incluso si no regresaba. En condiciones normales no temería por su vida, pero lo cierto era que Uther no era un hombre justo y aquel que los acusaba tenía su oído comprado. Sin Merlín para que los defendiera, poco podía esperar de un juicio al antojo de un rey que anteponía sus bajos instintos al bienestar de su reino.

Se despidió de su esposa y partió a la corte de Tintagel con el más joven de sus escuderos, dejando a sus caballeros de más confianza a cargo de las defensas de sus señoríos y a su hermano, que pronto sería nombrado caballero, al cuidado de su familia.

-Maldito sea Merlín y toda su estirpe. Robar una criatura y después cargarnos la traición a nosotros. Maldito sea mil veces.

Decía a su escudero cuando entraba por las puertas de la fortaleza. 

- Que la mala cabeza de un pagano condene a tantos buenos hombres denota la baja ralea de ese charlatán. ¿Qué será de nosotros?¿Con qué nos encontraremos en el juicio? Pero no te cofundas, todo mi ser esta puesto en solucionar este embrollo.

Cuando llegáis a Tintagel, todo el mundo os evita cuidadosamente. Varios guardias y el portero salen a vuestro encuentro en la puerta del castillo y os escoltan hasta el castellano, obviamente sin vuestros guardias que deben esperar fuera. sir Brastias, que os saluda con una formalidad glacial y ordena a un escudero que os lleve hasta sus aposentos.

—Y, sir Caballeros —añade—, permaneced en esa habitación hasta que se los llame.

Cuando os escoltan hasta los aposentos, en su interior veis a Sir Elad el mariscal del Conde Roderick y el Obispo Roger, que han sido enviados para ayudaros dándoos consejo legal. Ambos, os separan y os comienzan a interrogar individualmente uno a uno, preguntándoos que es lo que ha pasado, quiere oir vuestras versiones*

Cuando Sir Elad y el Obispo Roger se marchan, un monje vestido de negro con una tonsura romana entra en la habitación. Un simple siervo de la iglesia lo atiende y le lleva herramientas de escritura.

—Buenos días, caballeros —dice—. Soy el Padre Dewi y deseo hablar con vosotros.

Dewi es ampliamente conocido por ser inteligente, convincente y fanático. En los muchos monasterios que ha establecido no se permite el alcohol, por ello lo llaman «el Aguador». Dewi simplemente os hace preguntas directas sobre cómo fuisteis reclutados para la tarea de Merlín.

Os dais cuenta que mira a los no cristianos con un poco de tristeza y dice cosas como:

-El tiempo de tus dioses ha terminado, pero gracias por tu opinión. -Aquí se está autocontrolando, absteniéndose de convertir a los paganos.

Lord Sélivant suspiró y se llevó los dedos al entrecejo, para hacer memoria de unos hechos que aún estaban frescos pero que tenían muchos matices. - Veréis volvíamos de escoltar a Lady Ealasaid, que había ido a rezar ante los restos mortales de Sir Edward, cuando el Mago de la corte, Merlín, nos pidió ayuda para protegerlo. Aún siendo pagano, es el consejero de Uther y consideramos que ayudarlo era ayudar al Rey. - se encogió de hombros y prosiguió - Lo seguimos hasta un claro, donde nos pidió que lo esperásemos, y pasaron horas hasta que volvió a aparecer, a pie, cargando un bulto, y nos pidió que entretuviéramos a sus perseguidores. - sonrió de costado - Menuda sorpresa nos llevamos cuando apareció Sir Brastias con los hombres del Rey, y tras averiguar lo que había sucedido cedí el paso y me ofrecía cabalgar con ellos para dar caza al fugitivo. Claro que no avanzamos demasiado cuando nos encontramos con otro grupo con las mismas instrucciones que nosotros. - negó con la cabeza - Entre el retraso provocado por nuestro grupo y el siguiente se nos hizo imposible encontrar al mago. Y ahora estamos aquí, acusados de traición mientras el traidor campa por sus anchas.

Dunn frunció el gesto de desaprobación cuando aquel sacerdote cristiano habló sobre el fin de los antiguos dioses.. sin decir nada, el gaelico le dedicó una mirada furibunda. 

Cuando le llegó el turno, el señor de Pitton se dedicó a exponer los hechos tal cual habían sucedido, siendo exacto en los detalles sobretodo en cuanto a la actitud belicosa de Sir Brastias. 

No sabía que pretendía Merlín al secuestrar al niño pues solo los dioses conocerían las tramas y los quehaceres del viejo mago, sin embargo en un futuro cercano buscaría la forma de visitarlo pues eran varios los asuntos que el irlandés necesitaba tratar con el archidruida..

Si algo era cierto en la joven picta era su honestidad y ella había sido quién había percibido y avisado sobre las formas de Merlín y quién pidió al resto de caballeros que no atacaran al grupo que venía persiguiéndole y así le hizo saber a aquellos interrogadores.

Respetaba al druida y sabía que tendría sus motivos y más aún después de escuchar aquella poco acertada frase de un servidor del falso Dios. 

  Aunque desconfiaba del clérigo, claramente en contra de su religión de los que la profesaban, como él, Sir Dane no tenía otro remedio que contar la verdad, o al menos la que conocía como tal. Él no sabía lo que estaba planeando hacer Merlín ni lo que pensaba hacer, así que no necesitaba ocultar nada.

  Lo de verdad temía era que el cristiano no fuera objetivo y aprovechase esta situación para eliminar a aquellos que fueran paganos.

Contaba con la justicia. No podía dejarse caer, y si hacía falta, lucharía por su vida. 

Prefería ese sistema pagano, de un combate por justicia que se un simple borreguito que se deja llevar al cadalso, para satisfacer el ego de un tipo que no tenía en buena estima. El Rey podría ser manipulado, y cuando a alguien le tocan "a los de su sangre", muy objetivo y justo no puede ser. Quiere una sentencia, la quiere ejemplar y la quiere "YA", así que, era el momento ideal para que alguien fuera manipulado. Y si tenía la capacidad de un Rey, estaba claro que el "manipulador" tenía todas las posibilidades de hacer lo que le viniera en gana con nosotros.

Para sus adentros pensaba: - Merlin, puedes ir arreglando esto de una vez.... En su fuero interior tenía la esperanza, como buen cristiano, de que enderezara este desaguisado, y pudiesen regresar las aguas a su cauce.

El caballero siendo prudente contó la historia tal y como la habia vivido.

Como habia dado la mano a la dama Ealasaid en la oración. Como habian acompañado, sus compañeros y él, al mago. En la traición doble en la que habia incurrido el pagano y como él estaba orando por el pronto encuentro entre la criatura y sus padres.

No confiaba demasiado en el juicio ajeno, pues sabía Dios que no todos los hombres eran honorables ni velaban por los intereses de la verdad sino por los propios, y dábale la sensación a Sir Alein de que Brastias era de estos últimos. Podía equivocarse el señor de Newton, pues todo el mundo puede, pero esperaba, por desgracia, cualquier resultado de aquel juicio.

Traquilo estaba para con el reino de los cielos, pues nada tenía que ocultar, hizo lo conveniente al honor en todo momento, teniendo en cuenta la información disponible en el momento de tomar la decisión, y no se disculparía por tal cosa, aunque debía de andar con tiento al decir sus palabras en alto, pues más cruel era la batalla en la corte que en el campo, y menos honorable.

Contó todo tal cual sucedió a aquel que le interrogó, sin obviar nada, incluso su posicionamiento con el infiel en defensa de Merlín, ante las dudas del momento. Esperaba que su fama de leal y honesto jugase en su favor, aunque era más un anhelo que una certeza.

Los sirvientes te cuentan otra docena de caballeros están cerca, los cuales también cayeron en la trampa de Merlín. Sir Elad y el Obispo Roger también van a hablar con esos caballeros.

Lord Bronn se sintió aturdido y a ratos no sabía si defender a Merlín en quien confiaba ciegamente o contar la verdad de sus actos y ponto notó que no estaba haciendo ni una cosa ni la otra.

Rehizo su historia varias veces cambiando algunos detalles y al final no sabía realmente ni lo que había contado.

Por suerte sabía ver por los gestos y comentarios muchos pequeños detalles que a otros le pasarían inadvertidos. En lo que se había convertido el patoso caballero de zonas fronterizas con el paso de los años...