Partida Rol por web

- Gracias Alteza.- dice poniéndose una mano en el pecho e inclinándose. Se acercó al hombre y a Balon Netley, y mirando al Ahogado, sonrió forzadamente y dijo:

- Os sigo, llevadme a una sala con una mesa y sillas para hablar con él.- ofreciendo paso con la mano a los dos hombres.

-Creo que os podría abrir paso por el Dominio sin ningún derramamiento de sangre y además, quien sabe, con una fuerza de apoyo. 

Dijo mirando al resto de hombres, con los dedos entrecruzados.

- Aunque quizás muchos de los aquí presentes desaprueben mis métodos.

El viejo no me gusta del todo, ya se lo he hecho saber, y sin embargo ha captado mi atención muy rápidamente. Puedo olvidar las diferencias ancestrales entre piratas y mercantes si lo que dice es real.

- Si pudiera brindar algún otro detalle, creo que es una gran noticia. Sería perfecto si logramos cercar Desembarco del Rey por tierra y por mar.

El Ahogado no os responde pero anda sin detenerse, llevando al asustado hombre a rastras aunque este intentara resistirse hasta que el pirata le da un fuerte puñetazo en el estómago.

Finalmente llegáis a una habitación donde El Ahogado sienta al hombre del banco de Bravos en una silla y se coloca, como un guardia, en la puerta, observándoos a ambos.

¿Y como piensas tomar el Dominio? Y, sobretodo ¿con que fuerza de apoyo cuentas? Los hombres del Dominio nos odian más a nosotros que a los dornienses. Si pudieran nos matarían a todos sin dudarlo aunque, por suerte, los hombres de las flores son poco peligrosos. Los Hombres de Hierro se caracterizan por una cosa, matar. Dinos, ¿cual es tu estrategia Lord Sheperd? -preguntó Dagon, adelantándose a las preguntas de los lores presentes.

- Le recuerdo que está hablando con un Lord de una de las Casas, Dagon Harlaw, aunque no profeseis aprecio por mi Casa. Mi propuesta es, juntad a las flores, volvedlas a nombrar Casa Tyrell bajo nuestra protección y devolved la fuerza a Altojardín, a cambio que se unan todos los señores bajo nuestro estandarte contra Desembarco del Rey. Después la Casa Tyrell será una protegida de la Casa Greyjoy, a la que deberá tributo. Y ya después bueno se someterá Dorne y a los Lannister, pero eso es otro tema de futuro...-  dice sonriendo y volviendo a entrecruzar los dedos.- Además, esto permitiría llevar la guerra a tierras del Dominio y Desembarco del Rey, así que mientras saquéis,además de que no habrá apenas guarniciones, pues el frente estará en el Dominio, la batalla se librará lejos de las Islas del Hierro y las tierras conquistadas recientemente. Y si acceden, tendremos un sitio de desembarco seguro.- señalando en el mapa la costa que su casa domina.- Por ahí podemos entrar.

Sandor entró tras los hombres, dejando al Ahogado en la puerta como guardia observándole. No le preocupaba en absoluto, así que se sentó en el otro extremo de la puerta y apoyó los papeles en la mesa, mirándolos.

Quitadle los grilletes, quiero que esté cómodo.  -dice mirando al Ahogado. Después de esto, ordena los papeles, buscando los que lo acreditan como prestamista de Braavos que estuvieran escritos en Ponientí o en su defecto pentoshi.

- Como os llamáis buen hombre?

Lady Asha, Botley, Volmark, Harlaw y el capitán Dagon Harlaw.

Asha -0

Botley -5

Volmark -5

Harlaw -2

Dagon Harlaw -7

Dagon Harlaw fue el primero en levantarse, haciendo caso omiso a las palabras de Lord Augusto sobre sus títulos -¿Estás loco o simplemente eres estúpido? No vamos a ayudar a renacer de las cenizas a la casa que quemamos. Nosotros, nuestros hombres, arrasamos el Dominio, matamos a sus gentes, quemamos sus tierras y destrozamos sus ciudades. Ahora hemos aniquilado a todos los maestres de Antigua ¿de verdad crees que nos aceptarían? ¡Nuestras manos están manchadas de su sangre!

Lord Bennarion apoyó las palabras de Dagon dando un fuerte golpe en la mesa y clavando una daga en el mapa, en los territorios del Dominio -Eres un majadero Augusto, un ser débil y despreciable. Nosotros no obtenemos victorias por medio de la política, por intrigas y traiciones. Nosotros observamos, avistamos aquellos que deseamos y lo cogemos, utilizando las armas para ello. Tu tiempo en el Dominio te han hecho débil y cada vez te parece más a un lord servil a los antiguos Tyrell. Y creeme, el único sentimiento que me producen los hombres del Dominio es la necesidad de destrozar sus rostros con mi martillo, que pena que no lo tenga conmigo pues noto un extraño cosquilleo cuando te miro el rostro.

Lord Volmark, más tranquilo que sus dos compañeros, mira a Augusto negando con la cabeza -Que se puede esperar de un necio y un hereje como vos. Habéis abandonado al Dios Ahogado y él os ha castigado nublándoos la razón. Deberíais renacer de nuevo, aunque no lo deseéis. Pero ahora no guardéis silencio, decidnos ¿quienes son esos esas flores? No sabía de su existencia y los Greyjoy no dejan una siega sin terminar.

Lord Harlaw, señor de la casa y el mejor guerrero de todos los presentes en la sala, se interpone entre los tres hombres y lord Sheperd.

Detened vuestras amenazas de inmediato, Lord Augusto ha hecho una propuesta que podría evitar muertes de nuestros hombres y dejarnos la posibilidad de nuevas conquistas y batallas, derrotando a más enemigos, conquistando casi todo Poniente -dijo con calma y seguridad, aunque sus ojos denotaban que estaba preparado para pelear por proteger a Augusto -no os engaño si os digo que la Casa Sheperd no tiene mis respetos pero los tiempos han cambiado y nosotros con ellos. Tal vez debamos acoger nuevas estrategias para sobrevivir y vencer. 

El Ahogado te obedece sin siquiera mirarte. No parece habituado a que gente como tu le mande pero no es mucho esfuerzo y obedece a las palabras de la reina.

Encuentras, entre los documentos del banquero, un par de ellos que acreditan su pertenencia al banco, junto a otros tantos a rellenar que parecen servir para pedir préstamos, todos ellos en el lenguaje de Poniente. Aparte ves un sello del propio banco de Bravos y otros tantos documentos cuya lengua no comprendes.

Mi nombre es Carl y juro que os arrepentiréis de vuestros actos -te respondió entre esfuerzos. Desde cerca te percataste de que tenía sangre en la boca y un par de dientes partidos.