Partida Rol por web

La Guerra de las Llanuras.

Capítulo 9. Reencuentro en la Ribera.

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01/12/2017, 21:34
Director

Debes darle a desglosar jeje

Notas de juego

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02/12/2017, 15:19
Horlum Hacharoja
- Tiradas (1)
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02/12/2017, 15:23
Director

No va por la suma, sino dado a dado.Tipo Risk. Tienes que tirar ahora 1d4. Los seis son críticos.

Notas de juego

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02/12/2017, 17:23
Horlum Hacharoja
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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03/12/2017, 20:34
Dzhug, Dientes de Piedra

Dzhug había encargado a Ulanog que mandase al explorador a seguir al Traidor y estaba en uno de los carros del clan, colocándose con estudiada parsimonia su ajada armadura. Dejo el casco a su espalda, pues en esa como en otras ocasiones no podía entrar en combate... solo de pensarlo le hervía la sangre, pero su deber estaba en retaguardia, dirigiendo no solo sus tropas sino la de sus compañeros, pues imaginaba que Horlum, Thordu y los demás cumplirían esa estúpida e irresponsable tradicción de marchar al combate a la cabeza de sus tropas.

Se coloco los guantes mientras hacia un analisis mental rapido de la situacion del combate, y salio del carro, a su alrededor marchaba su falange por en medio del bosque, en perfecta formación, una pesada mole de color rojo y afiladas alabardas, el terror de cualquier enemigo. Sabia que mas adelante le esperaban los batidores de Burbur asi como unos cuatro mil trasgos. Cerca, esperaba uno de los miembros de su equipo de logistica e informacion, Leonid, que mantenía los ríos de información que llegaban mediante banderas desde los carros de combate del clan.

Se adentraron en el bosque y dio la orden de bajar el paso. No quería avisar a los pieles verdes de su llegada. Entonces escucho la explosión. Miro hacia el otro lado del rió donde entre gritos y gemidos los trasgos se quemaban vivos en medio de una vorágine de fuego, o al menos esperaba que aquellos borrones fuesen pieles verdes.

Ese loco de Brogar ya ha vuelto a sacrificar enanos. Putas supersticciones.—Entonces alzo la voz gritando con voz estertórea, áspera como la lengua de un tigre de montaña— ¡¡ACELERAD, APROVECHEMOS EL RUIDO!!

Se subió al lateral del carro y vigiló la marcha de sus hombres.

Al cabo de pocos minutos Leonid le aviso de que los trasgos se acercaban, así como Burbur se acercaba hacia ellos después de hostigar a los pieles verdes, y las enormes falanges de Nugo desde la derecha. Aviso a Ulanog de que su falange debía estar en formación ya, con 5 filas de profundidad, y dos escuadrones de reserva por si era necesario formar un cuadro de picas. Con ese movimiento Dzhug estaba defendiendo a los batidores y de paso, preparandoles a los trasgos en bandeja de plata al flanco izquierdo de Nugo. El bosque les daba ventaja, cualquier intento de flanqueo seria mas lento y podían detenerlo con una lluvia de proyectiles. Ademas, por lo que veía tan solo se les acercaban pequeños seres malsanos mal armados y peor entrenados, con suerte conseguirían matar a un enano o 2 si es que estos se quitaban sus pesadas armaduras.

Notas de juego

Ni puta idea de lo que dices tio, no se que tengo que tirar.

Lo que si que se es que la falange me la pone muy muy muy estratégica.

La idea es presentar un frente amplio de picas acorazadas con proyectiles detrás, y algo de reserva para cubrir mi propio flanco izquierdo. También es intentar centrar a los trasgos en mi y que las falanges 1-2 le peten por el flanco(aunque hay poco espacio y no se si sera posible)

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04/12/2017, 17:24
Brogar

Brogar vio como sus hijos marchaban a morir con pesadumbre. Quería acompañarles, pero tenía que obedecer a Nugo. La petición del Kark de todos los enanos había sido clara, sacrificar a cincuenta enanos y que él no estuviera entre ellos. Todos fueron apuntados y el maestro de los olvidados se aseguró de que sus nombres fueran apuntados. Todos ellos se habían ganado un lugar en el Memorial de los Inmortales. No una efigie para cada uno, pero si una que los representase como grupo. Era lo mínimo que podía hacer.

Sin embargo cuando la explosión hizo retumbar la piedra, una ardiente furia comenzó a apoderarse del enano. Sus hijos habían muerto por culpa de los pielesverdes. Si ellos no hubieran declarado la guerra a los enanos seguirían vivos. Les haría pagar. Les haría pagar durante siete vidas si era necesario. Pero este sería el último sol que esos orcos iban a ver.

¡POR EL PUEBLO ENANO!—bramó—¡POR NUGO! ¡POR NUESTROS CAÍDOS! ¡MUERTE A LOS PIELES VERDES!

- Tiradas (2)
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04/12/2017, 19:08
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Segundo crítico de Brotar.

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06/12/2017, 07:34
Horlum Hacharoja

La batalla parecía de momento ligeramente decantada hacia el bando de los pieles verdes, desde su refugio en la isla, miles de flechas se dirigían hacia el pueblo libre enano, por suerte las bajas eran menores de lo esperado por el enemigo debido a los grandes escudos y gruesas armaduras que vestían los enanos.

Mientras Horlum pensaba en una estrategia para defenderse de los ataques a distancia una gran explosión se sintió en todo el campo de batalla; en la isla, una gran columna de humo rodeada de restos de trasgos en movimiento se levantaba como prueba de que el pueblo enano era un adversario duro de roer, sin duda esa explosión significaba que Nugo había creado una compañía de olvidados para momentos desesperados, y estaba claro que ese momento había llegado.

La explosión hizo saltar por los aires varios batallones de arqueros e infantería, diezmando sus filas, pero mas importante aun, haciendo un agujero en sus defensas que sin duda en breve seria aprovechado por las tropas enanas para despedazar al resto de compañías de arqueros, quienes sin la defensa de la infantería, no tenían ninguna defensa contra miles de enanos con escudos y hachas corriendo hacia ellos.

La batalla acababa de dar un giro interesante que les beneficiaba, sin duda Nugo era un gran estratega, el orgullo de su pueblo, y allí estaban hombro con hombro con ese gran líder para destruir a los enemigos que no les dejaban vivir en paz y a los traidores que les habían abandonado. Horlum borró de su mente rápidamente esas pamplinas pues tenían asuntos mas urgentes; desde la retaguardia podía controlar mejor el curso de la batalla y organizar mejor todos los momentos de la contienda, a él no le pasaría como a su padre, muerto como un perro a manos de los pieles verdes en la vanguardia de su ejercito, sin poder ver como les rodeaban y sin defensa alguna. Esas costumbres arcaicas de la guerra eran las que les habían llevado al borde de la destrucción como pueblo, era un hecho que al principio de su historia, los lideres que encabezaban las batallas fueron los que les unieron como raza, pero ya hacia muchos milenios de ello, ahora lo que necesitaban es que lideres inteligentes impidieran que se perdiera todo lo conseguido, y eso no se conseguía muriendo en una batalla cualquiera como un simple soldado raso; solo Nugo era capaz de organizar el ejercito mientras masacraba al enemigo, cuya mera presencia bastaba para atemorizar al mas aguerrido de esos seres.

La idea de Horlum era clara, flanquear a las tropas mas occidentales de los batallones que tenia en frente, para poder rodearlas con la falange de Nugo e ir desangrandolas poco a poco, y aguantando hasta que la caballería destruyera la retaguardia. Si aguantaban lo suficiente era cuestión de tiempo que el grueso del enemigo entrara en pánico deshaciendo la formación para huir, momento en que simplemente se deberían despachar a gusto, ningun del enemigo debía volver a casa para volver a levantarse contra los enanos y si por él contaba, después de eso vendría la venganza sobre los pueblos verdes, masacrándolos para que esta historia no se repitiese. Quizás así, esos infraseres se lo pensarían 2 veces antes de volver a atacar sin provocación al pueblo unido, nosotros no atacábamos los primeros, pero acabábamos las batallas.

El único temor de Horlum era que ese apabullante numero de infraseres les acabaran rodeando a ellos, pues eran muchos menos, por ello estaba muy pendiente de que el frente oriental no se cerrara tras ellos, si era necesario tenia previsto desplazar la formación en cuña para después abrirla y alargarla en una formación mas fina pero resistente. Ahora mismo no querían ganar terreno, solo mantenerlo y que los numerosos batallones de falange y caballería destruyesen al enemigo.

-Rugar, toca marcha de relevo! no quiero enanos con ganas de pelear en retaguardia y enanos heridos y cansados en el cuerpo a cuerpo! El enano tuerto que se encontraba junto al líder de la Sima dio las ordenes de su Señor a media docena de enanos con unos grandes tambores que empezaron a tocar con una melodía grave y audible desde cientos de metros a la redonda aun a pesar del estruendo del combate.

-TUPUTUPUTUMTUM, TUPUTUPUTUMTUM, TUPUTUPUTUMTUM PAM PAM PAM. Esa era una de las innovaciones técnicas de Horlum, una forma de comunicarse con la primera linea de combate desde lejos, todos los enanos sabían que significaban las diferentes sintonias que se componían específicamente para cada batalla evitando que el enemigo las entendiese y actuase en consecuencia.

A la tercera repetición, para asegurarse que todo el mundo la había escuchado, como un cuerpo perfectamente organizado, los soldados de la primera linea montaron un solido muro de escudos, prácticamente impenetrable por las rudimentarias armas de sus enemigos, quienes se afanaron en estamparse contra ellos tratando de sobrepasarlos sin éxito, en un movimiento perfectamente coordinado el muro de escudos se abrió con una lluvia de filos rojos de las hachas de la segunda y tercera fila que filetearon a esos despojos que habian osado cargar contra el muro enano, mientras tanto, casi una cincuentena de enanos cansados se replegaban a la retaguardia con el fin de reponer fuerzas para su siguiente asalto y ofrecerle asistencia a los heridos hasta entonces.

-Excelente, dijo el líder al ver como la estrategia había surtido efecto, toca éxito Rugar! que la tropa sepa que el pueblo enano va a ganar esta guerra. de un giro de puño de su director, la flamante orquesta enana tocó unos acordes rápidos, que sin duda llenarían de fuerza a los soldados al hacerles conscientes que la maniobra había sido un éxito.

-PUM PUM PUM PUM PUM PUM! El principio de la batalla iba viento en popa, Horlum rezó a sus ancestros para que siguiera así.

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07/12/2017, 19:51
Director

Notas de juego

Dzhug, te enfrentas al 7º de infantería trasga y acabas con ellos sin bajas reseñables.

Horlum, te enfrentas al 10º de infantería trasga y acabas con ellos con 50 bajas entre los tuyos.

Nalin y Brogar, os enfrentais al 3º arqueros y acabáis con ellos, también os atacan el 1º y 2º de arqueros, sufrías 250 bajas.

Lo suyo es que roleeis vuestras partes y yo luego concluyo el turno de combate con el resultado de los otros enfretnamientos.

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08/12/2017, 15:56
Horlum Hacharoja

Tras unos duros combates con una apabullante victoria enana, los restos del escuadrón enemigo se deshicieron totalmente; los pieles verdes, atemorizados tras perder a la mayoría de su batallón y con ello la superioridad numérica optaron por soltar las armas y huir hacia atrás, a través de las 2 cohortes de infantería trasga que aun no habían entablado combate. Únicamente unas 2 docenas de trasgos mejor equipados, que seguramente se trataba de los lideres de ese grupo quedaron en su sitio, abandonados por sus compañeros, siendo eliminados sin apenas resistencia por los soldados enanos que habían mantenido el bloque.

Mientras los soldados de la Sima gritaban de jubilo por la victoria, comprobaron horrorizados como a medida de que iban llegando los trasgos al refugio de sus compañeros, estos los ejecutaban a modo de aviso, dejando claro que nadie abandonaría el combate, victoria o muerte.

Los pocos trasgos que quedaban vivos entre ambos ejercitos intentaron recuperar sus armas pero ya era tarde, tenían a una docena de enanos encima vengando la muerte de sus compañeros.

-Rugar, toca rehacer filas, si no nos mantenemos unidos perdemos nuestra única baza.

Rugar el tuerto comenzó a tocar su sintonia, consiguiendo que la mayoría del ejercito se recompusiese, pero era tarde la para la docena de coléricos enanos, quienes fueron rodeados por unos 200 trasgos de los que acababan de ejecutar a sus compañeros, cayendo heroicamente en un combate desigual que se saldó con el doble de trasgos muertos que de enanos.

-Debemos unirnos a la Falange y hacer un bloque mas poderoso, dudo mucho que los siguientes opten por huir despavoridos, dijo Horlum.

Tras unos toques de tambor la escuadra enana de Horlum se colocó junto a la falange de Nugo, habían perdido aproximadamente un 10% de sus hombres, pero en el campo de batalla se contaban mas de 10 trasgos muertos por cada enano, una suma aceptable pensó Horlum. La batalla continuaba.

Notas de juego

nos movemos a k 15 juntos la falange. Que hacen la caballeria y 1º y 2º falange?

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11/12/2017, 14:36
Dzhug, Dientes de Piedra

El ultimo de los pieles verdes cayó al suelo gritando como un becerro en el matadero mientras se apretaba la parte derecha de la cara, Dzhug se apartó de él y escupió su picuda oreja hacia un lado. Acto seguido desenterró un hacha de entre los cadáveres que le rodeaban y ejecutó a aquel lamentable ser antes siquiera de que sus guardias llegaran hasta él.

La sangre le corría por todo el cuerpo y la notaba cálida también por la cara, aunque aquella no era suya. No podía evitar sonreír mientras pateaba los retorcidos intestinos de un trasgo y ordenaba a sus hombres cerrar filas. Agradecía a los dioses que esos trasgos hubiesen sido tan imbéciles como para tratar de internarse por el flanco. El mismo a la cabeza de la falange de reserva había dado buena cuenta de ellos. Se sentía estupendamente bien, la adrenalina recorría su espina dorsal, parecía haber perdido 40 años y estaba deseando encontrar su martillo entre los cadáveres e ir a destrozar los cráneos de esos blandengues, pero su deber era otro.

Del frente le llegaban noticias aun mejores, el poderoso puño de acero de la falange del Martillo Ensangrentado había aplastado la primera oleada enemiga sin casi dificultad. Las alabardas se habían teñido de un oscuro color rubi y las densas armaduras rojas brillaban aun mas que de normal. Mandó un mensajero a la falange que se unía a él desde el noreste. Resistirían la posición mientras los trasgos se inmolaban contra ellos.

A la cabeza de la escuadra mas cercana vio la mole de Ulanog, su mano derecha, armado con una inmensa alabarda y alentando a las tropas con estertóreos gritos de batalla. Con un suspiro se lavó la cara con el paño que llevaba siempre a la cadera, para él no habría mas lucha, tan solo el peso del mando. Se subió a su carro de comandante y se dirigió a la retaguardia de la falange dejando a Idog al mando del flanco.

Notas de juego

Yo me quedo donde estoy, estaré atento para no ser rodeado. Si veo que me va bien, igual dejo la falange de Nugo sola y me piro a ayudar, pero ya veremos.

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11/12/2017, 16:38
Brogar

Los puños de Brogar estaban teñidos de la sangre de los pieles verdes. Movidos por el sacrificio de sus hermanos, los Olvidados atacaban con furia y determinación. Sin embargo nadie estaba lidiando con tantos orcos como Fonn el Silencioso. No por nada era el mejor guerrero de la orden. Por cada enemigo que Brogar abatía, el Silencioso había acabado con tres.

Por desgracia no eran los orcos los únicos que tenían bajas en sus filas. Fue entonces cuando Brogar vio como Kroggar el misterioso curandero, incaba la rodilla agotado. El llamado Santo llevaba toda la batalla usando sus místicos poderes para sanar a sus hermanos y había llegado a su límite.

¡Sacadlo de aquí!—ordenó Brogar— ¡Llevadlo junto a Jaeger!

No creo que eso sea una buena idea.

Jaeger, que durante la primera batalla, había permanecido junto a los generales acababa de llegar para unirse al resto de los Olvidados en la batalla. Brogar se enfureció.

¿Qué rayos haces aquí?

No voy a quedarme de brazos cruzados mientras mis hermanos mueren. ¡Soy un Olvidado!

Y los Olvidados luchan y mueren juntos—añadió Gorr a su lado.

La forma orgullosa con la que Jaeger puño de piedra dijo que era un Olvidado y el apoyo sensato de Gorr, su primer discípulo, hizo que la furia del maestre se aplacase.

Está bien... ¡pero sacad a Kroggar de aquí! ¡Y LUCHAD! ¡LUCHAD POR EL PUEBLO ENANO!

Con la moral de la tropa renovada por la reunión de sus mejores guerreros, el grupo de Olvidados redobló los esfuerzos de su ataque. Con Brogar, Gorr, Jaeger y Fonn, no habría ejército que se les resistiese.

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13/12/2017, 20:05
Nalin

Nalin observó atónita como el maestre de los Olvidados mandaba a cincuenta valientes a inmolarse contra las fuerzas enemigas. Sin duda el valor erala bandera de aquella orden, aunque lo cierto era que ella no compartía la visión de lo que era la guerra con Brogar y los suyos. Todo guerrero debía tener la oportunidad de sobrevivir a la batalla y aunque convertirse en una bomba humana podía salvar la vida de muchos, ella no sería capaz de pedírselo nunca a los suyos.

No obstante, aquel pensamiento pasó de forma fugaz por su cabeza. De pronto se vio envuelta en la vorágine del combate. Ella liderando a las Hermanas de la Galerna de nuevo, ésta vez no por defender Cañón Púrpura o las tierras del nororeste, sino por devolver la paz a los enanos que habían morado desde tiempos inmemoriales en las Llanuras del Este,

Nalin golpeaba con su martillo a diestra y siniestra. Aquella batalla se había convertido en una matanza. La sangre empapaba sus ropas y salpicaba su rostro. Sus trenzas se tiñeron de rojo al igual que el resto de su ropa. Nalin no miraba atrás, sólo lo hacía hacia delante, donde estaba el enemigo y hacia los lados, donde estaban sus hermanas y sus hermanos a quien había jurado proteger y por los cuales luchaba.

Brogar hacía lo propio cerca de ella. Sus métodos, como ya había dicho antes, no eran bajo su punto de vista los mejores, pero no podía negarse su arrojo y su valentía. Norteños y Olvidados juntos estaban dando una lección a aquella escoria. Una lección  que difícilmente olvidarían. Una lección que quedaría impresa en la memoria colectiva de aquella cruel y despiadada raza. Con el Pueblo Enano no se jugaba, esa tarde les iba a quedar más que claro y si alguno de los pieles verdes sobrevivía a la carnicería, podría contárselo a los suyos, algo que Nalin Martillo de la Tormenta, dudaba.

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13/12/2017, 20:20
Director

Nugo a la cabeza de mil picas cargó contra la infantería trasgoide. Su ímpetu fue casi imposible de detener. Las picas atravesaron una y otra vez a los pieles verdes convirtiendo el campo de batalla en  un mar de sangre y lamentos. Por mucho que los trasgos trataron de defenderse, las fuerzas enanas eran muy superiores tanto en armamento, como en estrategia y desde luego sus aguerridos guerreros sedientos de venganza dieron todo por su raza mientras gran parte de la desordenada tropa traga se batía en retirada.

Desde el norte irrumpió la caballería liderada por Burdin. Aunque estaban en clara desventaja de dos a uno, trataron de pasar por encima del noveno de infantería trasga. Las cabras de guerra llegaron como un ciclón haciendo volar por los aires a la primera línea defensiva. Las hachas enanas y los martillos acababan el trabajo que los enrevesados cuernos de sus monturas habían empezado. Sin embargo, las tornas pronto empezaron a cambiar, pues la apabullante superioridad de almas trasgoides pronto logró detener el avance de las bestias.

Rodeados, a los enanos de Burdin no les quedó más remedio que empezar a morir. Pese a que no se rendirían hasta su último estertor, aquella era una batalla muy difícil de vencer. Muchos, la gran mayoría caería a manos de los pieles verdes, y si los batallones encabezados por Nugo y Horlum no se deshacían pronto de sus enemigos y acudían en su auxilio, aquello se convertiría en una matanza enana.

Sin embargo, la suerte de Burdin pareció cambiar cuando Nugo logró deshacerse del octavo de infantería enemigo. Horlum había hecho lo propio con las tropas del décimo y ambos acudirían en ayuda de la caballería. Sin embargo algo pasó. Un aguerrido batallón trasgo, el undécimo de ese ejército calló sobre las falanges de Nugo. La carga de aquellos desalmados pilló desprevenidas a aquellas fuerzas y muchas e importantes fueron las bajas. Más le dolió a Nugo saber que ahora una maraña de trasgos se interponía entre él y los valientes de Burdin. Muy posiblemente no llegarían a tiempo de salvar a lo poco que quedaba de su unidad.

Desde el otro flanco, las falanges enanas cerraban bien el paso a las unidades de infantería que llegaban desde el oeste. La primera oleada acabó incrustada en las picas de Dzhug. Las unidades tercera y cuarta de falanges apoyaron de inmediato al mercenario haciendo una sangría entre los pieles verdes. Los capitanes Rogd y Gordth se afanaban en dar instrucciones a los suyos para mantener la posición.

Aquello no duró demasiado. Los pieles verdes también guardaban cartas bajo la mano. Cartas explosivas como las que los Olvidados les habían deleitado momentos atrás. La infantería enana comenzó de pronto a descargar una lluvia de bombas de mano sobre las tropas situadas al sur. Las tropas mercenarias lideradas por Dzhug. Las explosiones comenzaron a sucederse y el humo irrespirable y el desconcierto hizo mella en la tropa.

No fueron las bajas producidas por las explosiones las que más mermaron a los valerosos guerreros del Martillo Ensangrentado, sino la carga posterior de aquellas bestias sin piedad. Los imperfectos filos trasgos cortaron, amputaron, degollaron y asesinaron por doquier. Muchas eran las bajas entre los enanos y muy pocas entre los pieles verdes. Dzhug no se rendía nunca, pero envuelto en aquel mar de espadas y orejas puntiagudas a punto estaba de tocar a retirada.

Fue entonces también cuando los trasgos del cuarto de infantería chocaron contra las falanges encabezadas por Rogd y Gordth. Las bajas enanas también fueron de consideración, pero ellos sí lograron mantener la formación. Gordth mandó tocar trompetas para guiar a los hombres de Dzhug tras sus líneas. Debían reorganizarse como una sola fuerza. Sólo así tendrían posibilidad ante sus adversarios.

Por su parte, con el trabajo hecho por los Olvidados, el mermado batallón encabezado por Dirhar y Korgurg, o lo poco que quedaba del tercero y cuarto de infantería, cargó contra los arqueros trasgos apostados en la isla en mitad del río. Las bajas pieles verdes fueron incontables, pero lo más importante fue que la carga de aquellos fatigados pero encolerizados enanos bastó para mandar en retirada a las pocas tropas que aún tenían algún tipo de ganas de guerrear.

La batalla se comenzaba a decantar definitivamente por el lado del pueblo enano. Era así al menos en la zona norte y la zona este del combate, donde ahora las tropas de Nugo eran muy superiores numéricamente y estaban aplastando a sus adversarios. La única batalla con la que la alianza enana tenía problemas era en la zona oeste. No por la mala estrategia de Dzhug, sino por el bajo número inicial de tropas, pues pese a su buen hacer y su tenacidad, se habían visto desbordados finalmente por los pieles verdes.

Notas de juego

Campo de batalla tras primeros compases de esta fase de la batalla:

Campo de batalla después de la reacción en una segunda oleada de ataques dentro del mismo turno por parte de los trasgos:

Te han jodido Dzhug...

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14/12/2017, 12:45
Horlum Hacharoja

La batalla había ido inesperadamente bien para los enanos de la Sima, a pesar de las bajas iniciales, comparados con los pieles verdes habían quedado mínimamente dañados, pero eso era un espejismo de lo que en la batalla en realidad estaba ocurriendo.

Desde su posición privilegiada y con los reportes que recibía de todo el campo de batalla Horlum fue testigo de como la carga de caballería en un primer momento era un éxito, arrollando a las primeras filas de trasgos que caían ante los pisotones de las bestias y los golpes de los jinetes; pero la apabullante diferencia de tropas pronto paró en seco a los bravos jinetes, quienes entorpecidos por los propios cadáveres que habían dejado tras de sí y por los compañeros que les seguían perdieron la ventaja táctica de la carga, empezando a morir en un combate cuerpo a cuerpo que era sumamente imposible que ganaran.

En el Oeste a la tropas de Dzhug tampoco les iba bien, otro espejismo de la batalla, a pesar de haber empezado con una arrolladora fuerza, la segunda oleada de los trasgos pilló a los ensangrentados enanos desprevenidos, sufriendo numerosas victimas tras docenas de detonaciones. Dzhug sin duda había hecho un gran trabajo, pero el numero ingente de tropas enemigas mezclado con una sorpresiva campaña de bombardeo trasga, les había caído encima sobrepasandoles en algunos puntos.

Y ahí estaba Horlum, con sus tropas relativamente ilesas, lejos del enemigo gracias a haber destruido al contingente que tenia en frente y con una sensación de que debía acudir rápidamente al auxilio de la caballería si quería poder salvar a algunos de sus hombres. El Señor de la Sima tenia la gran suerte de poder elegir hacia donde ir y a quien enfrentarse, podía actuar movido por los sentimientos o usar la cabeza, pero el Hacharroja se jactaba de actuar con cabeza mas que por sentimientos, no perderia inutilmente hombres y perderia la ventaja ganada para salvar a una tropa que habia atacado de forma suicida quedando bloqueada y en inferioridad numerica, si lo hacia, ellos se arriesgaban a acabar igual y eso seria lo peor que podria pasar en ese punto de la batalla.

-Rugar, nos movemos! que la tropa se junte a la 1ª y 2ª Falange de Nugo, si hacemos frente común con ellos seremos una fuerza imparable para la infanteria trasga y con suerte podremos salvar a algo de la caballeria.

El tuerto enano sin un ápice de duda en las ordenes de su comandante mandó tocar los grandes tambores, es entonces cuando la tropa de la Sima, como una entidad totalmente consciente de si misma empezó a subir hacia el norte, uniéndose escudo a escudo con la falange, quienes de pronto vieron como su numero se doblaba, ensanchando sus filas y ofreciendo un  frente de combate que sobrepasaba en mucho lo que los trasgos podrían aguantar, tocaban a casi dos enanos por cada trasgo, muy mal les tendria que ir para no poder ofrecer ayuda a la caballeria en breve.

 

Notas de juego

Subimos a K15, juntamos frente con 1º y 2ª falange para atacar a 11º infanteria de trasgos.

Horlum se desplaza a un punto intermedio del recién fundido batallón con la esperanza de poder contactar con los mandos de la falange y unirse mejor en combate, en caso de que las lineas de la falange sean atravesadas vuelve a la protección de los suyos; en caso de que sus lineas sean atravesadas lucha a muerte por su pueblo.

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19/12/2017, 15:58
Dzhug, Dientes de Piedra

El humo y la ceniza gobernaban allí donde las llamas se habían apagado, anegadas en sangre. En el caótico bosque plagado de trasgos muertos, enanos descuartizados y barro rojo. Los miembros de la falange, fracturada, corrían de un lado a otro tratando de replegarse. Los trasgos rodeaban a los acorazados pero lentos enanos y los masacraban a cuchilladas, uno a uno.

Varios enanos dirigidos por Ulanog, supervivientes de las primeras filas, corrían entre el humo dejando atrás un carro de combate del Martillo Ensangrentado, totalmente destrozado. Tras unos tensos minutos peleando contra trasgos y evitando cadáveres y arboles, llegaron hasta donde el humo empezaba a desvanecerse. Allí, casi totalmente rodeado, el Thog del clan, Dzhug, resistía junto a unos doscientos cincuenta enanos frente al numeroso enemigo.

Un chorro de sangre salió del brazo de Dzhug. Este no perdió el tiempo y quebró la cabeza del trasgo antes de que se sacase su arma de entre los protectores del hombro. Varias manos enguantadas lo echaron atrás. Uno de sus informantes, con la cara llena de sangre, le informo del balance final de bajas, mientras la falange cerraba filas. Tres tercios del ejercito estaban fallecidos. La columna derecha, del Thog Thornur, había perdido el control ante los explosivos de los trasgos. Vendiendo el flanco totalmente, haciendo la formación inútil. Les habían masacrado. Se sintió ruin al pensarlo, pero al menos, los enanos de su clan habían conseguido mantener la compostura y habían sobrevivido en mayor cantidad. Pensó en Ulanog, que se había internado junto a sus hombres como una lanza en la formación enemiga, seguramente estaría ya muer...

Un poderoso grito le sorprendió... ¡Ulanog! Se alzo a uno de los carros que aun quedaban y echo un vistazo. Ulanog volvía con su tropa, otros cuarenta o cincuenta enanos, atacaron la retaguardia de los trasgos y se unieron a la tropa mientras esta cerraba filas. Ulanog se acercó a el con una cojera evidente, no era para menos pues una lanza retorcida y primitiva, le atravesaba el gemelo derecho de lado a lado. Dzhug le sirvió de apoyo y le gritó, escupiendo sangre, en medio del fragor de la batalla.

Camarada, tenemos que refugiarnos tras Gordth y los suyos. Nos han destrozado, quedamos poco mas de cinco escuadras, y tenemos muchos heridos.

Entonces dió la orden. Lentamente, sin dejarse rodear, y sin perder la formación, la falange retrocedio de cara al enemigo, matando a aquel valiente que se atreviese a intentar internarse entre sus defensas. Dzhug debía seguir a los mandos, pero en su interior notaba un dolor difícil de describir.

Notas de juego

Ya me han violado en dos de tus partidas Ank Durss, voy a pensar que es algo personal ya xD.

Me muevo a L10.

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20/12/2017, 12:17
Brogar

La tarea de los Olvidados para con la estrategia de la batalla estaba realizada. Los malditos pieles verdes que se habían ocultado como ratas en la isla y que tantos problemas había dado al ejército de Nugo habían dejado de ser una amenaza y se batían en retirada.

Por norma general Brogar habría ordenado a sus hombres que siguieran al enemigo hasta masacrarlo, pero ésta vez eran necesario en otro sitio. Dzhug y los hombres del clan del Martillo Ensangrentado estaban en problemas, y aunque estaban lejos y las posibilidades de una ayuda real eran pocas, acudirían en su auxilio.

¡Gorr!—vociferó llamando a su primer discípulo—¡Lidera la marcha! ¡Ayudemos a los hombres de Dzhug! ¡Nuestros hermanos enanos nos necesitan!

Era cierto que los Olvidados estaban agotados por la batalla, pero eso no iba a frenarlos. Todos y cada uno de ellos estaban instruidos en la guerra. En la idea de que si con su muerte salvaban a un sólo enano ya era suficiente. Y empujados por esa idea, la extraña orden se puso en marcha.

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20/12/2017, 19:58
Nalin

No era el mejor día para la thogsi. Desde el amanecer de aquella aciaga jornada en que las llanuras se teñirían de sangre enana, pero también de sangre trasga, se había sentido algo indispuesta. Le achacaba un dolor en el bajo vientre, ciertos mareos e incluso dolor en sus partes íntimas llegando a mojar sus calzones, aunque no le dio demasiada importancia. Lo cierto era que su rostro estaba transformado, como hinchado y sus ojeras llegaban hasta bien entrados los mofletes. Pero no era el momento para mostrar debilidad, no antes del combate.

Nalin escuchó las órdenes con las que Brgoar había mandado a los suyos abandonar aquella zona del combate para ir en auxilio de los mercenarios de Dzhug. Alguien debía hacerlo, pues las nuevas que habían llegado eran acerca de la masacre que se había producido entre los suyos, producto muy posiblemente de la desorganización de las férreas líneas enanas, por culpa del flanco que Thornur debía defender y no hizo con el ímpetu esperado.

Los generales del tercero y cuarto de infantería enana parecía que iban a seguir las mismas instrucciones que Brogar había dado. Algo similar harían los ballesteros, pues con el enemigo replegándose poco pintaban ya allí y acudirían al fragor de la batalla para destrozar con sus saetas las líneas enemigas. No obstante, alguien debía quedarse en aquella zona para asegurar que ninguno de sus enemigos se atrevía a regresar al combate. Si huían serían perseguidos por el noroeste y con ella a la cabeza.

- ¡Hermanas de la Galerna! – Invocó a las suyas Nalin. - ¡Hijos de Cañón Púrpura! – Nombró a sus leales súbditos. - ¡Demás enanos del noroeste! – Apeló a todo aquel no nacido en Cañón Púrpura pero que se encontraba bajo sus órdenes desde que partiera al frente de la columna que dirigía. - ¡Haced sangre! – Sonrió casi lascivamente ante la idea de la masacre trasga que tenía en mente. - ¡Cargad contra los cobardes que se retiran!

Así fue, como sin que ni uno solo de los enanos que la seguían, el pueblo del noroeste partió a la caza de los que trataban de replegarse. Pese a sus cortas patas, pronto dieron con un primer grupo de rezagados trasgos. Una centena de pieles verdes, quizás los más lentos y los peores guerreros de aquel intento de ejército.

Nalin a la cabeza de su pelotón cargó contra aquellos condenados y pronto se vio rodeada por un sinfín de pieles verdes que trataban de huir a la desesperada. El martillo de Nalin golpeó contra el cráneo de uno de los trasgos que huía desde un costado. Aprovechando el impulso de aquel primero golpe, incrustó su martillo en el pecho de un segundo enemigo. Fue entonces cuando sintió un fuerte pinchazo en el vientre que casi la dejó sin respiración.

Aprovechó uno de los trasgos para arremeter contra ella, pues tuvo que bajar la guardia de su martillo. Gracias a Manverû, dios de la montaña el hacha de uno de sus camaradas se interpuso entre el oxidado filo trasgo y ella. Casi un minuto tardó en reponerse y para cuando lo hizo volvió a alzar el martillo contra un trasgo que combatía con una de sus hermanas hacia su flanco derecho. De nuevo un pinchazo. Le dolía el bajo vientre con ganas, pero también en la parte baja de la espalda.

Decidió ignorar ese molesto dolor y seguir luchando. Su martillo impactó contra dos nuevos enemigos y de pronto un filo le cortó en el brazo provocando la pérdida de su martillo. Rodeada por trasgos pero también por enanos y con escasas fuerzas tuvo que agacharse. El dolor había regresado en el bajo vientre borrando el que sentía por la laceración del brazo. Allí, agachada y con escaso tiempo como para ponerse a pensar, tuvo una revelación. Algo extraño le estaba sucediendo. Aquel dolor no era algo habitual. Era un dolor muy característico y algo le impulsaba a empujar con todas sus fuerzas.

- ¡Aaaaaah! – Gritó con todas sus fuerzas mientras empujaba. - ¡Por Manverû! ¿Qué diantre...? – Volvió a gritar cuando el dolor del bajo vientre se repitió escasos segundos después.

Apretó los puños, mordió con fuerzas y tras quitarse la armadura y bajarse los pantalones volvió a empujar. Alrededor de Nalin se había conformado una hilera de seguridad, donde una decena de incrédulos enanos y enanas observaban como aquella mujer empujaba con todas sus fuerzas y de cuclillas. De nuevo le sobrevino una contracción, pues si, Nalin estaba de parto aún sin saber que se encontraba en estado.

- ¡Aaaaaah! - De nuevo gritó y maldijo a Nugo por no encontrarse allí en el momento del alumbramiento de su bastardo. - ¡Aaaaaaaah! – Gritó con una nueva contracción y fue entonces cuando sintió que algo surgía a través de su vagina y fue ella misma quien recogió la nueva vida enana que acababa de llegar a Gea.

Un varón bien peludo fue lo que dio a luz Nalin Martillo de la Tormenta en aquella batalla por la raza enana. Se trataba de un ejemplar sano y fuerte. Su aspecto era robusto, como buen enano. Tenía pelusilla rojiza tanto en la cabeza como en la quijada y un buen aparato.

- Como el de su padre. – Pensó ella y sonrió satisfecha.

Sacó una daga para cortar el cordón e hizo un nudo con la extremidad que quedó anclada a la barriga del bebé. Este empezó a llorar de pronto y la thogsi se levantó la camisa colocando al pequeño junto a su pecho justo después de subir sus calzones. Con un cinturón enganchó al bebé a su torso y éste empezó a mamar de inmediato.

Nalin agarró su martillo comprobó que aún quedaban algunos trasgos que matar y cargó con la furia de mil tormentas contra aquellos miserables que amenazaban el futuro de su primogénito. Ahora más que nunca tenía para ella sentido aquella guerra. Con el primero de los golpes de su martillo tras el alumbramiento aplastó un nuevo cráneo y ese no sería el último de los trasgos que morirían bajo el yugo de su ira en el día del nacimiento de su primer vástago.

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20/12/2017, 20:34
Director

Notas de juego

Así queda el mapa para el que creo será el último asalto de la batalla, o el penúltimo depende de como vallan las cosas, sobretodo en el flanco oeste...

Nalin: Tira 5d8 (por cada 8 natural tira 1d6)

Horlum: Tira 9d6 y 1d4 (por cada 6 natural tira 1d4, si savas 4 en la tirada de 1d4 tira 1d3)

Dzuh: Tira 3d6 (por cada 6 natural tira 1d4)

Brogar: toca esperar movimientos.

 

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20/12/2017, 22:26
Horlum Hacharoja
- Tiradas (4)