Partida Rol por web

La chica te observa desde el distanciamiento que proporciona el azul y niega con la cabeza

-"Yo no quiero ir con él,ya no.Ha elegido ir contigo y lo veo normal,al fin y al cabo tú eres una dama y yo solo una esclava con la que no podrá ascender ni liberarse"-de dos rápidos movimientos extiende sus brazos con un golpe seco y de sus manos salen dos dagas con la punta roma que sin embargo consigues esquivar y caen por detrás tuya

Ves que la chica intenta crear algo más pero no consigue materializarlo y la luxina cae inerte a sus pies

Sus dedos se estiran en tu dirección aunque no ves en principio nada que salga de ellos y un chasquido de su lengua te indica que lo que sea que intentaba no le sale

Uno de sus brazos se tiñe de azul y algo sale disparado hacia tu rostro aunque se deshace antes de llegar y su cara se contrae de furia mientras se tiñe de verde con rapidez y hace un movimiento circular con los brazos sin llegar a lograr trazar nada

Deja caer los brazos con desánimo mientras deja que la luxina desaparezca de su cuerpo

-"Creo que no has elegido buena compañera hoy,lo siento.Venga,intenta darme tú de nuevo,a ver si al menos podemos sacar algo en claro contigo"-sonríe sin ánimo y espera que te acerques

Algo angustiado por como combatía la mujer se le veía experta estuvo atento al olor a clavo que había surgido de repente aprovechó para trazar azul y crearle un antifaz sin abertura alrededor de su cabeza, así no podría trazar pues no vería y podría golpearla después.

Al ver que no surte efecto le golpea con el puño en el abdomen intentando dejarla sin aire.

Me río al ver que de nuevo falla.

- ¿Y si lo dejamos? Me parece muy ridículo lo que estamos haciendo la verdad, y no veo que vayamos a mejorar, al menos hoy, porque como seamos siempre así... me da que a este paso nos echan de todos lados.

Sonrío y le ofrezco mi mano, ¿es lo que se hace después de combatir no?, aunque no es que hayamos podido combatir realmente, pero bueno.

Le dieron ganas de gritar con todas fuerzas. Gritarle a ella y a Flit. Pero intentó controlarse pues solo faltaba hacerle daño. Entonces si que no habría perdón posible. Se lanzó contra ella para derribarla y acabaron rodando por el suelo, acabando con Naya encima. Le sujetó las manos contra el suelo aunque estaba preparada para comerse el golpe de luxina. Realmente lo hacía para tenerla inmovilizada unos momentos y poder hablar.

- No digas tonterias - susurró furiosa para que nadie más la oyese - Dejad ya el cantico del esclavo para evitar algo que ambos deseais. Él también va con el mismo sermón de que no puede tener a la mujer que ama, que si no merece estar con  la mujer que ama... Pues haced algo para remediarlo!. Yo desde luego ya estoy en ello. Dime quien es tu amo y yo te ayudaré. A ti y a él - Esto último lo dijo con más suavidad

-La verdad es que no sé si puede hacerse eso. -susurro algo contrariada, aunque, yo tampoco es que tuviese muchas ganas de seguir, acepto su mano con una sonrisa- ¿Por qué no lo intentamos una vez más? Si no conseguimos nada lo dejamos, ¿qué te parece?

-Venga anímate... esto puede ocurrir en la guerra y hay que adaptarse. ¡Atenta!

Corro hacia un flanco tratando de trazar unos látigos, pero al trazarlos no logro que solidifique y empiezo a ponerme algo nervioso, con eso me tapo con el escudo y empiezo a trazar de verde una enredadera, tratando de evitar que me descubra Dana y con ello, cuando por fin la tengo solidificada en la mano muestro una sonrisa y vuelvo a moverme, esta vez andando, hacia un lado protegido por el escudo, espero el momento ideal mientras la voy moviendo en círculos. Cuando veo que abre su defensa se la lanzo para atraparla y tiro de ella para dejarla en el suelo.

Es en ese momento en el que avanzo y le coloco el filo del escudo en el cuello con una sonrisa triunfal. 

Me encojo de hombros.

- Si insistes...

Y de nuevo intento concentrarme en el amarillo para intentar trazar las malditas esposas de luxina amarilla alrededor de las manos de la chica. Y esta vez sorprendentemente la luxina amarilla empieza a enroscarse alrededor de sus muñecas juntando ambas para que no pueda moverse.

Sonrío contenta conmigo misma mientras intento de nuevo lanzarle una patada para desequilibrarla y tirarla al suelo pero de nuevo, aunque por poco esta vez, consigue esquivarla.

Retrocedo y en guardia espero su contraataque, quizás esta vez ella también tenga más suerte.
 

Sus ojos brillan en el momento en el que veo que mis manos son rodeadas por luxina amarilla, ¿unas esposas? sonrío, ¡lo ha conseguido! Bueno, venga Dit, es tu turno.

Un nuevo intento, un nuevo fallo, me maldigo a mi misma y me lanzo contra ella en un intento desesperado por hacer algo útil, y acabo en el suelo, con las manos aun atadas y sentada de forma algo embarazosa.

Siento ganas de llorar, soy una inútil, una verdadera inútil, padre tiene razón, no sirvo para nada, debí quedarme en casa, mi lugar no es este.

-Tengo que salir de aquí. -balbuceo para mí misma mientras aguanto de la forma más digna posible las lágrimas y me levanto algo dolorida del suelo. 

Al ver como vuelve a fracasar me veo reflejada en ella, hace poco me sentía igual, asi que me acerco a ella una vez ha conseguido levantarse de una manera un tanto peculiar.

- Edith, tranquila ¿vale?, no hace tanto me sentía igual que tú, que era una inútil, que no servía para nada y todo eso, pero mira tus manos tras varios intentos lo he conseguido, y sé que tú también lo harás, asi que no hagas como yo y te agobies, porque de verdad con eso no vas a solucionar nada, ¿vale?

Esperaba que mis palabras hiciesen que se sintiese algo mejor al menos y que no huyese llorando como había hecho yo...

Ni ella estaba muy segura de cómo estaba esquivando, pero tampoco se le daba tan mal, ¿no? Se pasa la mano por el chaleco, donde ha recibido el golpe. Y se quita los miedos de encima. ¿A qué ha venido? ¿A jugar con muñecas? Claro que no. Toma aire y se sacudo con la mano el chaleco.

Con su mano intenta crear de nuevo una pelota de luxina...

No hay manera -se lamentó mientras la luxina roja se esparcía por el aire. 

Volvió a intentarlo, ahora con la otra mano. La bolsa se mantuvo más tiempo en el aire... Y acabó desapareciendo una vez más. Resopló molesta. 

La joven no hace nada por detener tus ataques y tal y como vaticinas la tiras sin dificultad.Su cara muestra un gesto de dolor al chocar la cabeza contra el suelo pero aún así no hace ningún gesto para evitar que tu escudo se ponga en el cuello.Por el contrario sus ojos se centran en los tuyos con intensidad,casi sin parpadear mientras sujeta un trozo de la enredadera entre sus manos,algo encogida para hacerlo y con el cuerpo en tensión

Tú notas como si estuvieran intentando entrar en tu cabeza,tratando de desbaratar algo aunque sin conseguirlo.Con un chasqueo de la lengua la chica suelta tu creación y destensa el cuerpo 

-"Eres duro"-sonríe un poco aunque un sus ojos parecen tristes y cansados-"Hoy no es mi día,me temo pero tienes razón,si vamos a una guerra dará igual si estoy bien o no,mi vida dependerá de esto.Anda,quítame eso de los pies y ayúdame a levantarme, me he dado fuerte en la cabeza y estoy un poco mareada"-dice poniendo una mano en tu brazo con suavidad y apartando el escudo de su cuello

Liv se dobla por la mitad y ahoga un pequeño grito más de sorpresa que de dolor.Desde esa posición te mira con los ojos enfurecidos y su pipila se achica con rapidez mientras notas que algo te golpe a la nuca con fuerza suficiente como para sobresaltarte.Parece como si te hubieran pellizcado la zona

-"Con esto estarías muerto.Basta"-dice con una sonrisa mientras se incorpora-"Asómate al supervioleta"-te dice la chica

Mí hermano me estaba pateando en la pechera mientras estaba en el suelo, con las esposas de luxina amarilla. Hijo de... Había ganado, en lo que se supone que debía ser mejor. No. No iba a dejarlo así. Estaba enojado. No debía trazar subrojo así, pero... Queria ganar. 

Con un rugido rompo las esposas mientras me levanto. Fue más simbolico que otra cosa. No las rompí con fuerza física. Forcé los fiascos de sellos que había hecho apresuradamente. Era tiempo de vengarme. Miré a todos lados. Había calor, dilaté las pupilas y me llené de luxina de subroja. De fuego, de calor, de energía, de furia. 

-¡Te quemaré solo un poco hermanito! 

Intenté trazar un látigo, que se deshizo en mis manos apenas apareció. Era lento trazando. Pero no lo necesitaba. 

-Quizá te de una paliza tradicional- dije mientras me sacudia la luxina que me quedó en el brazo.

Ayuda a Liv a incorporarse. - Mis disculpas si os he hecho daño, estoy muy agradecido por que aceptaseis ser mi compañera en estas practicas, si necesitas algo de mi en cualquier momento no dudes en buscarme.

La sinceridad y agradecimiento en su mirada dejaba muy claro que la había tomado como a un miembro más en su manada, desde que había llegado a la Cromería había tenido varios desengaños ante lo que le había contado Kylian, el compañerismo no era como esperaba, las mofas en el comedor por su forma de actuar y varias cosas más, pero no iba a permitir que su mente pensase de todos por igual, además no le conocían y para el todo era muy extraño, podía ser que no consiguiera integrarse aún o que su forma de tratar a Marie hiciera que se asustara y no le acompañase al Gran Jaspe, le había gustado la chica pero no iba comérsela, había que cortejarla como dijo Kylian, el teatro era una opción aceptable según Douglas, pero si ella no ponía interés, no iba ir detrás como esos animales lastimeros que habían llamado perros y conoció en la ciudad.

-Decidme cuando he de pasar y donde buscaros por la torre supervioleta y allí estaré, su sonrisa fue más amplia esta vez.